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Analistas dicen que viajes de magistrados y congresistas rayan en el
abuso.
POR COLPRENSA | Publicado el 10 de junio de 2013
Entre los muchos vicios que históricamente han afectado la imagen del
Congreso, el turismo parlamentario es quizás el que más genera resquemor en la
opinión pública.
De hecho, el constitucionalista Juan Manuel Charry, que fue asesor del "Congresito" que sesionó en 1991 mientras se redactaba la Constitución del 91, recuerda que ese tema fue uno de los vicios que se pretendió erradicar.
Pero, al parecer, el remedio no surtió efecto. Desde el 20 de julio de 2010 hasta el 7 de junio, se habían autorizado 240 viajes, es decir un promedio mensual de 75 misiones oficiales por año, o seis cada mes.
La situación es tan crítica que Jorge Giraldo Ramírez, decano de la escuela de Ciencias Sociales y Humanidades de Eafit, asegura que las altas Cortes se dejaron contaminar de un vicio del Legislativo.
Lo más censurable, según los observadores, es que estos viajes se pagan con recursos públicos y aunque en teoría congresistas y magistrados deben entregar un informe de su gestión realizada en misión oficial, esa obligación rara vez se cumple.
Más controles
El presidente de la Cámara Augusto Posada, es de los actuales parlamentarios el que más veces ha viajado al exterior (14). Sostiene que los gastos de las misiones oficiales se cargan a la cuenta de cada congresista, a menos que sea una licencia no remunerada.
"Muchos viajes son justificados por los nexos que debemos tener con otros países. En estas visitas se adelantan acuerdos comerciales, intercambios de cooperación legislativa y judicial, etc.", explica Posada.
El catedrático Ancízar Marroquín, del Centro de Altos Estudios de Administración Pública, considera que el abuso de este instrumento se debe a la falta de conciencia política por parte de los congresistas, los magistrados y los funcionarios de entidades públicas que viajan con dineros de todos los colombianos.
Entre tanto, el analista Édgar Peñuela Pinto advierte que mientras no existan mecanismos de rendición de cuentas, los controles éticos se seguirán violando. "Todas las entidades que manden funcionarios al exterior en misión oficial, deben crear una página en internet para divulgar el informe de gestión, para que la ciudadanía sepa en qué se invierten nuestros impuestos" n
"Los organismos de control deberían ser más estrictos con ese despropósito, pero sobre todo debería hacerlo la opinión pública"
De hecho, el constitucionalista Juan Manuel Charry, que fue asesor del "Congresito" que sesionó en 1991 mientras se redactaba la Constitución del 91, recuerda que ese tema fue uno de los vicios que se pretendió erradicar.
Pero, al parecer, el remedio no surtió efecto. Desde el 20 de julio de 2010 hasta el 7 de junio, se habían autorizado 240 viajes, es decir un promedio mensual de 75 misiones oficiales por año, o seis cada mes.
La situación es tan crítica que Jorge Giraldo Ramírez, decano de la escuela de Ciencias Sociales y Humanidades de Eafit, asegura que las altas Cortes se dejaron contaminar de un vicio del Legislativo.
Lo más censurable, según los observadores, es que estos viajes se pagan con recursos públicos y aunque en teoría congresistas y magistrados deben entregar un informe de su gestión realizada en misión oficial, esa obligación rara vez se cumple.
Más controles
El presidente de la Cámara Augusto Posada, es de los actuales parlamentarios el que más veces ha viajado al exterior (14). Sostiene que los gastos de las misiones oficiales se cargan a la cuenta de cada congresista, a menos que sea una licencia no remunerada.
"Muchos viajes son justificados por los nexos que debemos tener con otros países. En estas visitas se adelantan acuerdos comerciales, intercambios de cooperación legislativa y judicial, etc.", explica Posada.
El catedrático Ancízar Marroquín, del Centro de Altos Estudios de Administración Pública, considera que el abuso de este instrumento se debe a la falta de conciencia política por parte de los congresistas, los magistrados y los funcionarios de entidades públicas que viajan con dineros de todos los colombianos.
Entre tanto, el analista Édgar Peñuela Pinto advierte que mientras no existan mecanismos de rendición de cuentas, los controles éticos se seguirán violando. "Todas las entidades que manden funcionarios al exterior en misión oficial, deben crear una página en internet para divulgar el informe de gestión, para que la ciudadanía sepa en qué se invierten nuestros impuestos" n
"Los organismos de control deberían ser más estrictos con ese despropósito, pero sobre todo debería hacerlo la opinión pública"
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