lunes, 27 de febrero de 2012

¿Por qué no decide? La Corte Constitucional tiene en la nevera un fallo bomba

Semana.com,  Sábado 25 Febrero 2012

PENSIONES La Corte Constitucional tiene en la nevera un fallo bomba. Debe decidir si tapa o no el hueco por el que se pueden fugar hasta 50 billones de pesos en pensiones, muchas de ellas escandalosas. Sin embargo, hay una extraña operación tortuga.

Así como la Corte Constitucional se convirtió en la gran protagonista del país cuando tuvo en sus manos la suerte de la reelección del presidente de la república, ahora tiene que tomar otra decisión que, si bien no concentra tanta atención de los medios, es de crucial importancia para el país. En ese momento se trataba de un fallo clave para preservar la democracia, ahora se trata de una demanda sobre pensiones en la que está en juego la estabilidad de las finanzas del Estado.

Sin embargo ahora, a diferencia de entonces, los magistrados se están demorando en tomar la decisión. Y eso ha dado lugar a que algunos interpreten que la Corte no quiere meterse con esa papa caliente porque se mete con el bolsillo de cacaos de la Rama Judicial y del Congreso.

Hace un año SEMANA publicó cómo en el Consejo de la Judicatura se puso de moda darles 'palomitas' como magistrados auxiliares a decenas de personas que están a punto de jubilarse para así inflarles la mesada pensional. Gracias a esa 'palomita', que podía ser de apenas un mes, a un juez, por ejemplo, que se gana 4 millones de pesos, como por arte de magia le calculan su mesada sobre un salario de 17 millones de pesos. En el Congreso ocurre otro tanto: hay cerca de 450 pensiones de ex congresistas o ex funcionarios a quienes les han liquidado sus pensiones teniendo en cuenta polémicas gabelas (como incluir viáticos o tiquetes aéreos como factor salarial).

El problema de fondo es que cientos de funcionarios están obteniendo mesadas multimillonarias que en solo los dos ejemplos mencionados pueden sumar hasta 300.000 millones de pesos al año, sin haber cotizado para ellas. Y no hay erario que lo resista.

¿Cómo lo están haciendo? La Ley 100, si bien creó un régimen de transición en materia de pensiones para este tipo de funcionarios, (que vence en 2014), también dejó claro que les aplicaba el nuevo sistema en los siguientes aspectos: 1) calcular la mesada sobre el promedio de lo cotizado por cada persona en los diez últimos años y no sobre lo devengado en el último año como ocurría en el régimen anterior. 2) no incluir en el cálculo de la pensión otros factores devengados -como primas de Navidad o vacaciones- y 3) fijar un tope de la pensión, que no puede ser más de 25 salarios mínimos.

Sin embargo, sobre esos tres puntos han llovido demandas y el Consejo de Estado ha proferido fallos en los que se privilegia no lo establecido por la Ley 100 de 1993, sino lo consignado un año antes en la Ley 4 de 1992. Así, por ejemplo, primero dejó sin piso la premisa de que la mesada se calculaba sobre el promedio de los últimos diez años de salario y decidió que se podía calcular la pensión con el salario del último año, y en algunos casos con el del mes más alto, que es el caso del carrusel de la Judicatura.

Después, el Consejo de Estado también decidió que no solo se incluía el salario, sino que podían incluirse primas y los otros factores ya mencionados para calcular la mesada. Y así, por ejemplo, una pensión de un funcionario de la Contraloría pasó de 2,6 millones de pesos a 12,8 millones de pesos. Y por último, con otros fallos se han permitido mesadas por encima del tope máximo de 25 salarios mínimos y hoy más de 1.200 reciben esa pensión privilegiada.

No solo las demandas de los casos de los altos cargos suman miles de millones de pesos sino que, por efecto contagio, se han disparado las demandas de funcionarios del Estado -el año pasado interpusieron 54 cada día- que piden que les calculen de nuevo sus pensiones para lograr mesadas más altas, que en algunos casos pueden llegar a ser hasta 300 veces más de lo que les habían calculado inicialmente.

El pago de pensiones viene subiendo en los dos últimos años y para este año es de 29,5 billones, mientras que el de educación es de 19 billones y el de salud de 12,9 billones. Una cifra preocupante. En el Ministerio de Hacienda han hecho un cálculo y creen que, si las cosas siguen así, Colombia tendrá que sacar de su bolsillo entre 43 billones de pesos y 57,2 billones de pesos más a lo largo de los próximos 20 años para pagar pensiones.

Y es ahí donde entra a jugar la demanda que hoy estudia la Corte Constitucional. El demandante pide que se declare inconstitucional un artículo que es la nuez del problema (el 17 de la Ley 4 de 1992) con el que se ha sustentado mucha de la jurisprudencia que ha inflado el pago de las mesadas. Ese artículo dice que las pensiones de los congresistas "no pueden ser inferiores al 75 por ciento del ingreso mensual promedio que durante el último año y por todo concepto perciba el congresista". En otras palabras, dice que se pueden pagar más de 25 salarios mínimos, que no tiene que ser solo sobre el salario y que puede ser con los ingresos del último año.

El hecho de que esa demanda haya llegado hasta la sala plena de la Corte Constitucional es casi un milagro. En primer lugar, porque hay una polémica jurídica que involucra a los más poderosos del Estado. Por un lado, tanto el Consejo de Estado como el procurador Alejandro Ordóñez consideran que los fallos hacen una lectura estricta de la Ley. Y por el otro, el gobierno alega que se está torciendo el cuello a la Ley para favorecer a unos cuantos y para eso, además, se apoya en fallos de otras cortes, como la Suprema y la Constitucional, que le dan la razón. De hecho, el presidente Juan Manuel Santos le dio un jalón de orejas al Consejo de Estado y le hizo caer en cuenta de que sus fallos en materia pensional podrían acabar con la salud financiera del país.

Y en segundo lugar, porque el gobierno venía intentado por todos los medios que la Corte Constitucional abordara el estudio de un caso de tutela y unificara la jurisprudencia. El propio ministro de Hacienda, Juan Carlos Echeverry, lanzó un SOS a los magistrados de la Corte Constitucional a finales de 2010. Extrañamente, la Corte no seleccionó varias tutelas. En vista de ello los ministros de Hacienda y de Protección Social, el 6 de julio del año pasado, le escribieron una extensa carta como 'solicitud de insistencia' en la que le explican la urgencia de que la Corte se pronuncie.

Sin embargo, la Corte finalmente abocó el estudio del caso a través de una demanda de constitucionalidad. En eso lleva diez meses y todavía no hay humo blanco. De acuerdo con los términos, la decisión debía estar tomada a más tardar a mediados de diciembre del año pasado. Incluso, el procurador dio su concepto sobre esta demanda desde hace siete meses (le pidió a la Corte que se declarara inhibida). Sin embargo, no ha habido manera. El primer obstáculo que se presentó fue el de los impedimentos. Cuatro de los nueve magistrados se declararon impedidos porque están a punto de jubilarse o están ya jubilados o porque, como en el caso de Jorge Pretelt, la decisión afectaría la pensión de su padre. La Corte ya resolvió dos de los impedimentos (se lo negó a Pretelt y se lo confirmó a Luis Ernesto Vargas) y todavía no ha resuelto los de Nilson Pinilla y Jorge Iván Palacio. La demora es un claro síntoma de la operación tortuga porque en el caso de la reelección, por ejemplo, se tomaron menos de 15 días para resolver los impedimentos.

Y en últimas es una verdadera papa caliente porque la Corte está entre dos decisiones. O declara ese artículo exequible, lo cual sería una derrota para el tesoro público y daría pie para que los congresistas pensionados reciban siempre el 75 por ciento del promedio que en el último año y por todo concepto devenguen los congresistas activos. O lo declara inexequible y decide que de ahora en adelante las pensiones deben ser sostenibles desde el punto de vista económico para el erario, lo cual implicaría, entre otras cosas, calcular de nuevo las más altas mesadas pensiónales del Estado y ponerlas en sus justas proporciones. ¿Se dará esa pelea por el bien del país?

jueves, 23 de febrero de 2012

Son 1.750 los pensionados privilegiados, Cada uno recibe $167 millones al año


Por Redacción Política,  Elespectador.com, 2 Feb 2012
El debate sobre la reforma pensional calienta motores con cifras sorprendentes.
Que el país necesita con urgencia una reforma pensional seria y a fondo, de eso no cabe duda. Así lo demuestran las cifras del DANE y del Centro de Investigaciones para el Desarrollo (CID) de la Universidad Nacional, que por encargo de la Procuraduría se dio a la tarea de realizar un estudio que revela datos interesantes y desconocidos sobre la crisis pensional, tales como que al Estado le sale más caro pagar las demandas jurídicas por desacato de normas y dilación de procesos, que cumplir con la normatividad jurídica en el régimen de prima media.
Según el estudio realizado por el CID, las 1.750 personas que están en la parte alta de la pirámide pensional reciben cada año, en promedio, $167,1 millones ($14 millones mensuales). Este segmento “es exclusivo del sector público y está fuertemente concentrado en el Congreso (652) y Cajanal (307). Esto mientras 748.208 de sus similares, situados en el otro extremo de la pirámide, sólo reciben $6,8 millones (unos $600.000 mensuales). Estas cifras, es de aclarar, son del año 2006, porque el Ministerio de Hacienda se negó a entregar información más reciente, a pesar de las peticiones que en tal sentido le hizo la Procuraduría”.
Por su parte, los datos del DANE señalan que, a octubre de 2011, de los 19 millones de trabajadores que hay en Colombia, sólo unos 6 millones cotizan al sistema y representan el 29% de la población ocupada. El resto, 13 millones, no puede hacerlo, bien por estar en la informalidad (unos 11 millones) o por estar desempleados (más de 2 millones). Además, el país destina $24 billones al año para pagos de pensiones del sistema de prima media, que cubre 1,2 millones de personas, pero el 58% de éstas reciben menos de dos salarios mínimos al mes.
Lo cierto es que la discusión en torno a la reforma comienza a calentarse. Asofondos cree que el criterio de régimen de prima media debe transformarse; que los principios de la reforma deben ser la universalidad, la equidad y la sostenibilidad financiera y que definitivamente se deben eliminar los regímenes especiales de pensiones. Para Héctor Vásquez, analista de la Escuela Nacional Sindical, la reforma no puede estar centrada sólo en el incremento de la edad y el número de semanas de cotización. En su opinión, debe hacerse una reforma integral, “que responda al problema de la sostenibilidad financiera, pero que además resuelva dos problemas fundamentales: la exclusión y la desprotección abrumadora en que hoy están los adultos mayores de 60 años”.
Además, dice Vásquez, el sistema pensional debe ser público y no privado, “porque el esquema de ahorro individual sólo le devuelve al trabajador lo que ahorró, y eso le alcanza para 4 ó 5 años, más allá se queda sin protección. Es un sistema que sólo le sirve al sector financiero para hacer buenos negocios, como está ocurriendo hoy con los fondos privados de pensiones. La propuesta es que estos fondos sean una alternativa para el que quiera tener una pensión mayor y pueda cotizar adicionalmente. Pero debe privilegiarse el régimen de prima media”.

COLPENSIONES ENTRA VIVA A UNA RULETA RUSA


 Leopoldo de Quevedo y Monroy, Colombiano

Col-pensiones es un amasijo del gobierno para darle un toque de patriotismo al nombre que llevará la empresa bancaria que “manejará” las pensiones en lugar del Seguro Social que lo hizo desde 1948. La gerenciará el experto monetarista Pedro Nel Ospina Santamaría salido de las arcas del Ministerio de Hacienda y de la Dirección de Impuestos.

El ISS fue un instituto que nació bien. Con aire social en los pulmones, con la palmadita de las cotizaciones de los usuarios que eran los empleados de las empresas privadas del país y de algunos organismos del Estado. Había multitud de empresas y afiliados al sistema. Y sagradamente pagaban mes a mes lo que recogían en nómina. El recaudo era transparente y sencillo.

El dinero que se descontaba de salarios o sueldos se discriminaba para pensión de jubilación por vejez, incapacidad o muerte. Con cálculos actuariales se sabía con exactitud matemática cual era el monto de la pensión, sumado el total pagado por el cotizante durante 20 años o más hasta cumplir la edad de retiro. Era una empresa social sin tantas letras adicionales después del nombre. Y le sirvió al país.

El ISS fue poco a poco politizado. Su naturaleza jurídica cambió varias veces. Es decir, su manejo se volvió político. Las entidades oficiales que tenían afiliados a sus empleados empezaron a dejar de pagar los descuentos hechos por nómina y el ISS se fue descapitalizando.

Por otro lado aparecieron como por ensalmo político los fondos de pensiones privados con el espejismo del ahorro y las promesas de altas pensiones en la medida que cotizaran o depositaran mensualmente más dinero en sus cuentas financieras. Al final todos supimos que eso era una falacia.

Los fondos cobraron, igual que los bancos, el honor de entrar a ellos, comisiones por administración o manejo y – todavía peor – enviaron a la bolsa los recaudos y pusieron esos huevos a reventar de miedo. O sea, que el dinero que se descontaba iba a ponerse sobre una mesa a jugar como una ruleta rusa. A esperar que la bolsa cayera y al fin de año, el fondo le dijera al ingenuo cotizante que su capital “ahorrado” había sufrido un bajón sensible, no por culpa del fondo sino de la dichosa bolsa que jamás pierde un centavo. Ellos nunca son responsables.

Y eso, cabalmente, es lo que viene a estrenar en el fondo de Colpensiones don experto Pedro Nel. No será un organismo independiente y transparente sino subordinado a doña Mercedes Cuéllar, Asobancaria, a don Santiago Montenegro, Asofondos, Sergio Clavijo, Anif, y se comportará como cualquier y vulgar banco. La tenaza quedará completa con Planeación y la bendición de Rafael Pardo, nuestro inefable Mintrabajo y Seguridad Social. Igualito que el turbio manejo de cesantías. Aquí todo será peor para el pobre trabajador.

Adiós filosofía de que la pensión es una deducción sagrada que se guardaría intacta y se entregaría como fruto de su trabajo al final de su carrera. No. Estará sujeta al vaivén volátil de las bolsas, irá a pasear a Wall Street, Japón, China y de allá volverá cansada y coja y hasta medio ciega. Adiós prima media porque se convertirá en un ahorro más con tarjeta plástica, cajero y libreta y miles de “servicios financieros”. Y, por supuesto, las ganancias anuales que reportarán los fondos, ¡continuarán siendo multibillonarias!

Colpensiones empezará a administrar el BEP

Portafolio.co, febrero 22

Desde el primero de abril, la entidad manejará el esquema de Beneficios Econó- micos Periódicos.
Los elevados costos de transacción del sistema bancario fueron los que llevaron a que a Colpensiones, que desde el primero de abril administrará el régimen de prima media, se le diera el carácter de entidad financiera, señaló el ministro del Trabajo, Rafael Pardo.
“¿Sabe cuánto cuesta una transacción en el sistema financiero, Procurador? Entre 8.000 y 16.000 pesos”, le dijo Pardo al jefe del ministerio Público, Alejandro Ordóñez, en el foro sobre el costo de las demandas en el régimen de prima media.
La explicación tiene que ver con que Colpensiones administrará el esquema de Beneficios Económicos Periódicos (BEP), mediante el cual el Gobierno busca incorporar alrededor de nueve millones de trabajadores informales, que ganan menos de un salario mínimo y que nunca tendrán la oportunidad de cotizar para jubilarse en Colpensiones o en un fondo privado (AFP).
El objetivo es que esas personas puedan hacer periódicamente pequeños ahorros y, cuando ya no puedan trabajar más, el Gobierno les otorgará un subsidio para que, junto con el pequeño capital acumulado, puedan recibir una mesada, exactamente un BEP, inferior al salario mínimo.
Colpensiones, agregó Pardo, ha desarrollado un modelo para hacer transacciones en redes de bajo valor, para que pueda haber ahorros y pagos en cifras pequeñas sin que los costos bancarios hagan imposible un mecanismo como el BEP. Y esto solo puede hacerse si la entidad tiene carácter financiero. Los BEP hacen parte de la hoja de ruta definida por el Gobierno en las reformas que se aproximan al sistema de pensiones

Procuraduría General de la Nación lideró jornada de reflexión sobre la problemática pensional en Colombia


Boletín 131, PGN, viernes, 17 febrero 2012

• No cumplir con las normas relacionadas con el régimen de transición, ha generado una gran judicialización y congestión del aparato judicial.

• Ampliación de la cobertura, empleo decente y celeridad en los trámites, algunos de los principales retos en materia de pensiones para el país.

Los resultados de la investigación denominada “Pensiones: el costo de las demandas”, realizada por el Centro de Investigaciones para el Desarrollo de la Universidad Nacional, con el apoyo del Instituto de Estudios del Ministerio Público y la Procuraduría Delegada para Asuntos del Trabajo y la Seguridad Social, fue presentado al país durante un evento convocado por la Procuraduría General de la Nación y presidido por el jefe del Ministerio Público, Alejandro Ordóñez Maldonado.

El evento contó con la participación del vicepresidente de la República, Angelino Garzón; del ministro de Trabajo, Rafael Pardo Rueda; del presidente de la Sección Segunda del Consejo de Estado, Gerardo Arenas Monsalve, de la procuradora delegada para Asuntos del Trabajo y la Seguridad Social, Diana Margarita Ojeda Visbal, y del actual secretario de Hacienda de Bogotá, Ricardo Bonilla González, quien realizó el estudio como miembro del Centro de Investigación para el Desarrollo de la Universidad Nacional, entre otras personalidades.

La investigación “Pensiones: el costo de las demandas”, entre otros aspectos, evidencia la crítica situación en que se encuentran las entidades operadoras del régimen de prima media. Según este estudio, por no cumplir con las normas relacionadas con el régimen de transición que tiene fundamentos constitucionales, legales y jurisprudenciales, que son ley de la República (Ley 1395 de 2010 y Nuevo Código Contencioso Administrativo, Ley 1437 de 2011), declaradas exequibles en sus artículos pertinentes por las sentencias C-539, C-634 y C-818 de 2011, las entidades han ocasionado una gran judicialización y congestión del aparato judicial con el consecuente detrimento patrimonial. Al no decidir por vía gubernativa se causan intereses, moratorias, costas de los procesos, pagos de abogados y enormes costos económicos y en tiempo para el demandante.

El estudio busca determinar: ¿cuánto es el mayor valor a pagar por parte de la Nación?, ¿cuánto cuestan los procesos judiciales pendientes? y ¿cuánto le cuesta al pensionado demandante su defensa judicial?

Durante su intervención, el presidente de la Sección Segunda del Consejo de Estado, Gerardo Arenas Monsalve, recordó que la transición está finalizando y que se debe ser mesurado antes de afirmar que el régimen de prima media carece de sentido. Señaló que nuevas normas, en relación con transición, no resuelven nada, y que toda reforma pensional debe garantizar cobertura, acceso y garantía de cotización. Finalmente se refirió a las directrices pensionales que están incluidas en la Constitución Política, como que el Estado debe garantizar los derechos adquiridos, y que las leyes que se expidan en materia pensional deben garantizar la sostenibilidad financiera del sistema; recordó en este sentido que el Acto Legislativo 01 de 2005 ordena al Estado el pago de la deuda pensional.

La procuradora delegada Diana Margarita Ojeda Visbal, al referirse a la judicialización por solicitudes de pensiones, aseguró que hay una gran debilidad administrativa del Instituto de Seguros Sociales para dar respuesta a las demandas: “Más del 80% de los procesos son contra el ISS y en la mayoría de los casos ni siquiera se contestan las demandas o no se alegan las prescripciones”. Aseguró que la estabilidad financiera del sistema no se puede buscar a costa de los derechos de los pensionados, destacó la importancia de garantizar trabajo digno y decente, y señaló que la reforma concierne a toda la sociedad y debe ser discutida no solo por economistas, sino por expertos en áreas jurídicas y de seguridad social, y organismos como la Organización Internacional del Trabajo (OIT) y la Organización Iberoamericana de Seguridad Social (OISS).

Tanto el procurador general Alejandro Ordóñez Maldonado, como el vicepresidente Angelino Garzón, el autor del estudio Ricardo Bonilla, la procuradora delegada Diana Margarita Ojeda y el consejero de Estado Gerardo Arenas, hicieron un llamado para que en vía gubernativa se cumplan las normas vigentes en materia pensional y se respete el régimen de transición; se concilie para disminuir los costos de la judicialización al patrimonio público; se ejerza una verdadera defensa en situaciones extraordinarias, y para que la reforma no se limite al aumento de la edad de pensión y del monto de las cotizaciones, sino que analicen integralmente aspectos como la formalización del empleo y la ampliación de la cobertura, involucrando a expertos y demás actores sociales.

Durante su intervención, el ministro Rafael Pardo se refirió a las debilidades del sistema pensional colombiano en materia de equidad y cobertura, y expuso las propuestas del Gobierno Nacional para superarlas, entre ellas, el Programa de Beneficios Económicos Periódicos, que les permitiría a cerca de 9 millones de colombianos con ingresos inferiores a un salario mínimo, realizar aportes con periodicidades no regulares, de acuerdo con las actividades económicas que desarrollen.

El cierre de la jornada estuvo a cargo del vicepresidente Angelino Garzón, quien aseguró que el país debería avanzar en la creación de un gran fondo de pensiones y hacer una reserva como la que existe con el Fondo de Pensiones Territoriales. Aseguró que es postura del presidente Juan Manuel Santos mantener el régimen de prima media y destacó que el tema pensional debe ser debatido pensando en el conjunto de la población y no en intereses particulares: “Este es un tema fundamental para la democracia; tiene que ver con empleos decentes, tiene que ver con la calidad del empleo, y tiene que ver con que para los seres humanos (…) el paso tan breve por esta tierra no termine siendo una tragedia, sino que valga la pena vivir y vivir dignamente”, puntualizó.

El vicepresidente Garzón reconoció la gestión del procurador general de la Nación, Alejandro Ordóñez Maldonado, como garante no solamente en la lucha contra la corrupción, sino en la defensa de los derechos de los colombianos.

miércoles, 22 de febrero de 2012

Se empieza a calentar el debate sobre la reforma pensional

Agencia de Información Laboral 

Ya se están conociendo diversos planteamientos y está al orden del día la discusión en torno a la reforma pensional que el Gobierno presentará al Congreso en el segundo semestre de este año; tema éste tan crucial como controversial, dados los enormes intereses que están en juego y la magnitud del problema que esta reforma busca resolver.

En efecto, las cifras son tozudas y desalentadoras. Según el DANE (octubre del 2011), de los 19 millones de trabajadores y trabajadoras que hay en Colombia, sólo unos 6 millones cotizan al sistema, que representan el 29% de la población ocupada. El resto, 13 millones, no puede hacerlo, bien por estar en la informalidad (unos 11 millones) o por estar desempleados (más de 2 millones). Además, es un sistema profundamente inequitativo. El país destina $24 billones al año para pagos de pensiones del sistema de Prima Media, que cubre 1.2 millones de personas, pero el 58% de éstas reciben menos de dos salarios mínimos al mes, mientras que una minoría privilegiada (1.750 personas) ganan entre 16 y 25 salarios mínimos.

Un hecho relevante en torno al debate sobre el tema pensional, tuvo lugar recientemente con el lanzamiento del libro “Pensiones, el costo de las demandas”, que plasma el estudio que la Procuraduría General de la Nación encargó al CID de la Universidad Nacional, dirigido por Ricardo Bonilla, economista especializado en temas laborales, y actual secretario de Hacienda de Bogotá; estudio que revela datos interesantes y desconocidos sobre la crisis pensional, tales como que al Estado le sale más caro pagar las demandas jurídicas por desacato de normas y dilación de procesos, que cumplir con la normatividad jurídica en el régimen de Prima Media.

El lanzamiento del libro sirvió también de marco para que el gobierno precisara algunas ideas. Estuvo presente el Vicepresidente Angelino Garzón, quien volvió a insistir en que el incremento de la edad no puede ser el único punto de la reforma pensional, sino que ésta debe estar ligada a la ampliación de cobertura de cotizantes, bajo el principio de la universalidad, la equidad y la sostenibilidad financiera. Con lo cual marca diferencia con la propuesta de ANIF, que considera que el incremento en las edades deberá constituirse en la piedra angular de la reforma, y en una oportunidad para empezar a cerrar la brecha demográfica-pensional. Sostiene ANIF que mientras el tiempo de cotización promedio está entre 20 y 25 años, el de disfrute pensional se acerca a 25 años y pronto estará cerca de 30 años.

En cuanto al debate sobre la continuidad o no del sistema de Prima Media, Angelino Garzón opinó que éste debe mantenerse, pero no como transición sino para que perdure en el tiempo junto al de los fondos privados. Concepto que compartió el Ministro del Trabajo, Rafael Pardo, quien señaló que uno de los objetivos del Gobierno con la anunciada reforma es combatir la inequidad del sistema. Recordó que el  86,3% de los subsidios estatales va a manos del 20% más rico de la población.

De otro lado, el lunes pasado se conoció (periódico Portafolio) la posición del gremio de Fondos de Pensiones. Por boca de su presidente, Santiago Montenegro, Asofondos coincidió con el vicepresidente Garzón en que el régimen de Prima Media (conocido antes como el Seguro Social y ahora como Colpensiones) no debe desaparecer sino transformarse, para que coexista con el régimen de ahorro individual (fondos privados).

Y finalmente, esta agencia de información consultó a Héctor Vásquez, analista del tema pensional de la Escuela Nacional Sindical, quien es de la opinión que debe hacerse una reforma integral que resuelva dos problemas fundamentales: la exclusión y la desprotección abrumadora en que hoy están los adultos mayores de 60 años.

Otras revelaciones del estudio del CID

Según el estudio realizado por el CID, las 1.750 personas que están en la parte alta de la pirámide pensional reciben cada año, en promedio, $167,1 millones (14 millones mensuales). Este segmento "es exclusivo del sector público y está fuertemente concentrado en el Congreso (652) y Cajanal (307). Esto mientras 748.208 de sus similares, situados en el otro extremo de la pirámide, solo reciben 6,8 millones (unos $600.000 mensuales).  Estas cifras, es de aclarar, son del año 2006, porque, explicó Ricardo Bonilla, el Ministerio de Hacienda se negó a entregar información más reciente, a pesar de las peticiones que en tal sentido le hizo la Procuraduría.

En el 2006, 9 instituciones administradoras de pensiones manejaban el 89,3% del presupuesto del régimen de Prima Media, y al 93,3% de los pensionados. Estas instituciones son, en orden de importancia presupuestal, el ISS (hoy Colpensiones), Cajanal, Magisterio, Policía, Fuerzas Militares, Colpuertos, Ecopetrol, Congreso, Universidad Nacional. El Congreso, por su ejemplo, tiene el 0,2% de los pensionados, pero administra el 1% del presupuesto.

Qué más dijo el Vicepresidente Garzón

Angelino Garzón habló de la necesidad de hacer el Sistema sostenible en el tiempo, y para ello propuso la creación de un gran Fondo de Reserva Pensional.

“Hoy el Estado, en el caso de los afiliados y pensionados al Seguro Social, recibe mensualmente $360 mil millones de los cotizantes y gira $320 mil para el pago de pensiones, lo que significa que mensualmente le queda un superávit de $40 mil millones. Algo similar pasa en los regímenes especiales de los maestros y las Fuerzas Armadas. El problema es que se está manejando como ingresos y egresos y no como recursos destinados exclusivamente al tema pensional”, señaló Garzón.

Otro punto a tener en cuenta en el tema de la reforma, es encontrar un mecanismo para poderle garantizar la pensión a las personas a quienes les faltan pocas semanas de cotización y ya tienen más de 65 años.  “O el Estado les devuelve la plata a precio de hoy, o encuentra mecanismos para otorgarle la pensión, porque ésta es un ahorro en cualquiera de los dos Sistemas. De lo contrario están haciendo una retención indebida”, afirmó el Vicepresidente.

También propuso un subsidio para personas pobres mayores de 65 años que no adquirieron una pensión.

Asofondos

Aparte del criterio de que el régimen de Prima Media debe transformarse, Asofondos comparte con el Gobierno el planteamiento de que los principios de la reforma deben ser la universalidad, la equidad y la sostenibilidad financiera; y sobre el aumento en la edad de jubilación no plantea ninguna propuesta.

Abordó sí el espinosos tema de la existencia de regímenes especiales de pensiones, que en su opinión deberían eliminarse.

Asimismo, Asofondos considera importante que el sistema tenga información suficiente para hacer seguimientos y auditorías, pues hay poca transparencia en el manejo que se le ha dado a la información.

Posición de la ENS:

Héctor Vásquez, analista de la ENS, desestimó una reforma centrada sólo en el incremento de la edad y el número de semanas de cotización. En su opinión, debe hacerse una reforma integral, que responda al problema de la sostenibilidad financiera, pero que además resuelva dos problemas fundamentales: la exclusión y la desprotección abrumadora en que hoy están los adultos mayores de 60 años, problemas ambos gravísimos.

La exclusión se da porque la gran mayoría de los y las trabajadoras no están cotizando al sistema. Hoy de cada 100, sólo cotizan 29, y eso hace que el sistema sea financieramente inviable. “Este problema se resuelve laboralizando la población y fortaleciendo la tarea de inspección del Ministerio de Trabajo, no sólo aumentando las edad de pensión”, señaló Vásquez.

Sobre la desprotección de los viejos, las estadísticas dicen que de cada 4 adultos mayores, apenas uno recibe pensión. El resto son personas sostenidas por sus familias o en la indigencia; problema que se va a agravar a medida que la población colombiana envejezca.

Aseguró que el sistema pensional debe ser público y no privado, porque el esquema de ahorro individual sólo le devuelve al trabajador lo que ahorró, y eso le alcanza para  4 o 5 años, más allá se queda sin protección. Es un sistema que sólo le sirve al sector financiero para hacer buenos negocios, como está ocurriendo hoy con los fondos privados de pensiones.

“La propuesta es que estos fondos sean una alternativa para el que quiera tener una pensión mayor y pueda cotizar adicionalmente. Pero debe privilegiarse el régimen de Prima Media, que es que asegura el derecho a una pensión para el trabajador y su familia. Es un sistema montado sobre la solidaridad intergeneracional: los trabajadores activos ayudan a financiar a los ya pensionados, les asegura a éstos la pensión por el resto de sus días, y también a sus sobrevivientes si tienen derecho a ella”, señaló Vásquez.

El problema, agregó, es que el régimen de Prima Media se desfinanció completamente. Tiene sólo dos millones de cotizantes, cuando se necesitan alrededor de 8 millones para garantizar su financiación. Y aparte de eso está el “desangre” de los onerosos regímenes especiales, que sustentan pensiones millonarias a unos pocos privilegiados.

“Se creó un sistema dual público y privado, donde la intención del gobierno y de los empresarios ha sido marchitar el sistema público de Prima Media para fortalecer el de ahorro individual manejado por el sector financiero; un sistema que entre otras cosas ha sido un completo fracaso en Chile y otros países que lo implantaron. En Colombia este sistema individual sólo tiene 40 mil pensionados, 9 mil de ellos por vejez, la mayor parte sobrevivientes, y algunos por invalidez”, puntualizó el analista de la ENS.

martes, 21 de febrero de 2012

La vejez sin pensiones

Portafolio.co, febrero 21 de 2012

La reforma pensional no puede verse sólo como una solución a un problema fiscal que se resuelve aumentado la edad de jubilación.
La discusión sobre el sistema de pensiones se ha concentrado alrededor del aumento de la edad de jubilación. Por supuesto, que para cualquier persona es importante saber si debe esperar uno o dos años más para empezar a recibir su pensión, pero ni este es el problema más serio del sistema de protección a la vejez en Colombia, ni la solución a todos sus males.
Lo más grave de las pensiones en nuestro país es que hoy la gran mayoría de las personas mayores de 60 años no tienen pensión, y que gran parte de los menores de 60 tampoco van a tenerla en el futuro. Es el resultado del fracaso del propósito de la Ley 100 de ampliar la cobertura pensional.
Hoy son 4.7 millones los colombianos de la tercera edad, pero de estos, según la cifras oficiales,sólo 1 millón reciben mesadas pensionales, es decir, que más del 75% carece de un ingreso seguro para los años finales de su vida. Si además recordamos que más de la mitad de los adultos mayores de 60 años están por debajo de la línea de pobreza, tenemos un panorama desolador de vejez condenada a la miseria y la indigencia.
Hacia el futuro la situación sólo va tener una mínima mejoría, pues de los 19.5 millones de colombianos que hoy están en la fuerza laboral sólo 6.5 millones son cotizantes activos en alguno de los fondos de pensiones o Seguro Social, y se pensionarán al alcanzar la edad requerida. O sea, que sólo se reducirá del 75% al 70% el número de trabajadores sin pensión. Para ellos, el tema de la edad de jubilación es irrelevante.
En materia de pensiones, el principal reto de un Estado Social de Derecho, como dice ser Colombia, es ampliar la cobertura para garantizar que sus ancianos tengan los medios para una vida digna. Es lo que ordena el Artículo 46 de la Constitución, pero la realidad muestra que estamos muy lejos de ese objetivo, mientras que en otros países en desarrollo se ha avanzado mucho más. Por ejemplo, en Brasil el 75% de los adultos mayores tienen cobertura pensional, en Chile el 65% y en Argentina el 55%.
El Ministro de Trabajo está diseñando un programa para dar un ingreso mínimo a los ancianos que hoy no tienen pensión y dar un subsidio (los Beneficios Económicos Periódicos, o BEP) a los trabajadores o desempleados que hoy no tienen cómo cotizar para su pensión futura. Son programas indispensables para aliviar la situación actual, pero son insuficientes e insostenibles en el largo plazo.
La crisis europea está mostrando que ningún Estado, por rico que sea, tiene recursos suficientes para sostener un sistema pensional sin aportes de los trabajadores. Por eso la raíz del problema de la baja cobertura de pensiones en Colombia es la falta de trabajo decente por la informalidad en los contratos de trabajo. Cuando el 52% de los empleados está en la informalidad es imposible que hagan aportes para su pensión futura. Además, aún muchos de los que tienen contrato de trajo con todas las prestaciones sociales se enfrentan a otro problema que es la falta de continuidad de los empleos que lleva a que las cotizaciones para pensiones sean intermitentes y no continuas. Por eso es muy común que una persona que ha trabajado desde los 25 años, al llegar a los 60 sólo tenga cotizaciones por menos de 1.000 semanas (20 años).
La reforma pensional no puede verse sólo como una solución a un problema fiscal que se resuelve aumentado la edad de jubilación. La verdadera solución está en impulsar la formalización laboral y el trabajo decente, y el Estado es el primero que debe dar ejemplo. 
MAURICIO CABRERA GALVIS
CONSULTOR PRIVADO  

Fondos destapan sus cartas frente a reforma pensional


Portafolio.co, febrero 19 de 2012



Las AFP comparten los principios planteados por el Gobierno y creen que el régimen de prima media debe transformarse.
En las próximas semanas, se inciarán las discusiones para la anunciada reforma pensional que el Gobierno espera presentar ante el Congreso en el segundo semestre.
Los fondos privados de pensiones han compartido el planteamiento del Gobierno en el sentido de que los principios de la reforma deben ser la universalidad, la equidad y la sostenibilidad financiera. Además, consideran que el régimen de prima media (que se conocía como el Seguro Social y ahora será Colpensiones), no debe desaparecer sino transformarse.
El presidente de Asofondos, Santiago Montenegro Trujillo, añade un principio: la transparencia. “Frente al dilema de hacer o no una reforma y viendo las experiencias internacionales –en especial la española y la griega–, creemos que la clave para un sistema pensional eficiente es definir los principios generales: universalidad, equidad, sostenibilidad fiscal y transparencia”.
Por eso, ya no cree que el régimen de prima media deba marchitarse, sino que necesita una transformación para que coexista con el régimen de ahorro individual (los fondos privados).
Aquí, la propuesta es que el sistema funcione como en Chile. Es decir, que se convierta en un pilar solidario, “que busque focalizar los recursos hacia las personas de menores ingresos, que en Colombia son la mayoría”, dice el directivo. 
Alcides Vargas Manotas, presidente de Colfondos, afirma que “el papel del régimen público en este pilar solidario debería ser significativo, no como ocurre actualmente con el régimen de reparto que, por su diseño, reconoce pensiones altas y subsidiadas”.
En el país se destinan más de 22 billones de pesos al año para pagos de dicho régimen, que cubren a un millón de personas, y con subsidios para quienes tienen ingresos altos, “lo cual nos muestra que es un sistema desigual y con baja cobertura, cuyo costo es bastante oneroso para la sociedad”, dice Montenegro.
El presidente de la AFP Protección, Mauricio Toro Bridge, dice que “hay que eliminar aquellos arbitrajes con los cuales personas que, sin haber hecho el esfuerzo suficiente, se están beneficiando de subsidios que deberían ir a quienes los necesitan”. Según Asofondos, el 80 por ciento de los subsidios están focalizados en la población de altos ingresos y menos del uno por ciento se destina a los más necesitados.
Si bien el Gobierno ha dicho que no se contempla un aumento en la edad de jubilación y el sector privado no plantea una propuesta en este frente, el centro de estudios Anif considera que “el incremento en las edades de pensión deberá constituirse en la ‘piedra angular’ de la reforma” y añade que esta es la oportunidad para empezar a cerrar la brecha demográfica-pensional, pues “mientras el tiempo de cotización promedio bordea entre los 20 y los 25 años, el tiempo de disfrute pensional se acerca a los 25 años y pronto estará perfilándose hacia los 30 años”. 
Asofondos considera que el sistema debe beneficiar a la gran mayoría de quienes están en edad de retiro, pues “sólo el 25 por ciento de la población en edad de pensión obtiene dicho beneficio”. Otro de los puntos espinosos es la existencia de regímenes especiales. El presidente de Colfondos considera que algunos deberían eliminarse, “porque en un país donde tan sólo el 30 por ciento de la población obtiene una pensión, es vergonzoso que existan regímenes especiales con pensiones exorbitantes y además con subsidios del presupuesto de la Nación. Es una operación ‘Hood Robin’, cuando debería ser lo contrario”.
Según Asofondos, también es importante que el sistema tenga información suficiente para hacer seguimientos y auditorías, pues se dice que hay cerca de 60 bases de datos existentes en el régimen de prima media, “siendo el reflejo de la poca transparencia que se le ha dado al manejo de la información", dice Montenegro.
El directivo señala que “el paso a seguir es definir el modelo a implementar que cumpla con estas características”.   
CONCERTACIÓN, CLAVE EN EL  DISEÑO DE LOS AJUSTES AL SISTEMA 
El presidente de Colfondos, Alcides Vargas, señala que el Gobierno debe nombrar una comisión de concertación “donde estén representados todos los sectores (empresas, trabajadores, jóvenes, adultos mayores, sindicatos, académicos, informales, desempleados, entre otros) quienes durante un tiempo definido escuchen al país y presenten un proyecto de reforma".
Montenegro de Asofondos dice que “el hecho de que más de 14 millones de colombianos no estén cotizando para sus pensiones es una realidad que demanda iniciar cuanto antes los procesos de concertación para definir las bases estructurales de un sistema de pensiones equitativo”.
LUISA GÓMEZ R.
REDACCIÓN PORTAFOLIO

lunes, 20 de febrero de 2012

El 58% de los pensionados, con menos de 2 mínimos al mes

Portafolio.co, febrero 20 de 2012

El Congreso, por su parte, tiene el 0,2 por ciento de los pensionados pero administra el uno por ciento del presupuesto.


En el régimen de prima media el valor anual de las pensiones, al 2006, llegaba a $17,4 billones.
Más de la mitad de los pensionados que están en el régimen de prima media, es decir unos 749.000 de un total de 1,2 millones de personas, no llegan a recibir dos salarios mínimos al mes. Mientras tanto, solo una minoría, el 0,14 por ciento (1.795 personas) ganan en promedio 25 salarios mínimos.
El 'secreto de Estado' sobre la nómina pensional del régimen de prima media quedó al descubierto gracias a un estudio del CID de la Universidad Nacional, financiado por la Procuraduría General de la Nación.
El Ministerio de Hacienda acostumbra a hablar de las cifras gruesas que del presupuesto nacional se destinan al pago de pensiones del régimen de prima media (para el 2012, por ejemplo, se destinaron 29 billones de pesos) pero siempre guardó como un tesoro la forma como se distribuyen esos recursos entre diferentes sectores de la población.
Según el estudio del CID, los que están en la parte alta de la pirámide pensional, es decir, esos 1.795 pensionados ya citados, reciben cada año, en promedio, 167,1 millones de pesos (14 millones mensuales), mientras que 748.208 de sus similares, situados en el otro extremo de la pirámide, solo reciben 6,8 millones (unos 600.000 pesos mensuales).
Las cifras, es importante aclararlo, corresponden al año 2006. Y la razón de esto, explicó Ricardo Bonilla, actual secretario de Hacienda de Bogotá y quien elaboró el estudio con otros investigadores, es que el Ministerio de Hacienda se negó a entregar información más reciente a pesar de las peticiones que en tal sentido le hizo la Procuraduría.
El desequilibrio es aún mayor si se tiene en cuenta que de los 1.795 pensionados 'privilegiados' unos 1.016 reciben mesadas superiores a 25 salarios mínimos (14'167.500 pesos). Este segmento "es exclusivo del sector público y está fuertemente concentrado en el Congreso (652) y Cajanal (307)", señala el estudio.
Uno de los objetivos del Gobierno con la anunciada reforma pensional es justamente combatir la inequidad del sistema, porque las ayudas estatales les llegan en mayor proporción a los más pudientes: "El 86,3 por ciento de los subsidios va a manos del 20 por ciento más rico de la población", dijo el ministro del Trabajo, Rafael Pardo, en la presentación del estudio 'Pensiones, el costo de las demandas'.
Nueve instituciones administradoras de pensiones, manejaban en el 2006 el 89,3 por ciento del presupuesto del régimen de prima media y al 93,3 por ciento de los pensionados. Esas entidades son, en orden de importancia presupuestal, el ISS (en proceso de desaparición para darle paso a Colpensiones), Cajanal, Magisterio, Policía, Fuerzas Militares, Colpuertos, Ecopetrol, Congreso, Universidad Nacional. Existen otras entidades clasificadas como 'Demás', siendo las más representativas Telecom, Ferrocarriles y los exfuncionarios del Seguro Social.
De lejos, dice la investigación, el ISS es la principal administradora de pensiones de prima media -régimen cuya desaparición ha sido reclamada cientos de veces por diferentes sectores alegando, principalmente, razones fiscales-.
En el 2006, el Seguro Social pagaba siete billones de pesos en pensiones a 713.806 personas, equivalentes al 55,5 por ciento de los pensionados de prima media y al 40 por ciento del presupuesto, que significa que allí se encuentra el mayor volumen de las pensiones de salario mínimo, propia de los trabajadores. En contraste, 19.580 pensionados del mismo régimen, con mesadas superiores a 10 salarios mínimos, recibían 1,6 billones de pesos (9,3 por ciento de la nómina).
El Congreso, por su parte, tiene el 0,2 por ciento de los pensionados pero administra el uno por ciento del presupuesto.
Jorge Correa C. / Redacción de Economía y Negocios