PERIDICO ELSATELITE
JUNIO 17 DE 2013
El embajador de Colombia en Washington, Carlos Urrutia, fue cerebro de
la triangulación hecha por el ingenio azucarero, Riopaila Castilla, para
apoderarse de más de 40.000 hectáreas de baldíos en el Vichada, tal como lo
denunció el senador del Polo, Jorge Enrique Robledo.
Tras develarse este nuevo escándalo en el que también se encuentra
comprometido el banquero, Luis Carlos Sarmiento Angulo (el hombre más rico de
Colombia), el actual ministro de Agricultura, Francisco Estupiñán, reconoce que
las operaciones son fraudulentas pero lo que propone es revisar las normas para
volverlas legales:
¿Qué tal esa?
En efecto, según la legislación actual, se prohíbe a los particulares
adquirir a cualquier título baldío en extensión mayor a una UAF (Unidad
Agrícola Familiar). La ley dice que la violación de esta norma, da lugar a la
caducidad de la adjudicación. En otras palabras, las tierras compradas así
deben volver a dominio público.
El embajador Urrutia, al destaparse el escándalo, dice a través de un
comunicado que vendió sus acciones en Brigard y Urrutia (la firma de abogados
gestora del fraude), antes de asumir el cargo. Eso es cierto, pero también lo
es que el diseño de este plan y su ejecución tuvieron lugar cuando él era socio
y cabeza de la firma.
Es evidente que si el flamante embajador sigue en el cargo –no renuncia
o no lo declara insubsistente el presidente Santos- Colombia sostendrá al
frente de la embajada más importante del mundo a un interdicto…
Es así de sencillo.
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