jueves, 16 de mayo de 2013

¿Quién debe reinar.. el “Deber ser o el Ser”?

Por:  Dra. YOLANDA SALGADO  (CALI)


Como es sabido el Proyecto Reforma Sistema Seguridad Social en Salud, consta de dos fases paralelas: una estatutaria y otra ordinaria.

Respecto de la propuesta Ley Estatutaria (al menos teóricamente), desarrollaría el tema salud desde la órbita de la Carta Política, que por su blindaje al tener control constitucional previo ejercido por la Corte, es prácticamente inútil o  imposible adelantar cualquier acción jurídica, si fuere aprobada con las falencias advertidas a lo largo de las audiencias públicas realizadas en algunas ciudades del país.  Verbigracia, cuando refiere entre otros, un poco elaborado componente asistencial y al establecer el diseño del nuevo mecanismo colectivo para que los usuarios accedan a algún tratamiento o tecnología que no se encuentran cubiertos, se observa que no garantiza la efectividad de dicho dispositivo.

 Aunque es válido el argumento que la ampliación de cobertura en salud, persigue reducir también las estadísticas en tutela para aliviar el aparato judicial, en la práctica, podría generar mayores traumatismos, por la calidad estatutaria de esta reforma que puede parecer una medida opresora.

En tratándose de la propuesta de ley ordinaria, que plantea el modelo básico del sistema, elementalmente es una herramienta casi  simoníaca que podría permitir a las entidades prestadoras de salud, sanear su situación económica-social-cultural-jurídica (si fuere el caso), ante un simple cambio de  denominación de “EPS  a Gestoras de Salud”.  Por cuanto constituye un “borrón y cuenta nueva” el hecho de que desaparece de la vida jurídica la entidad, pero habría que definir el alcance real de este fragmento, una vez se introduzcan las observaciones formuladas ante el Ministerio de Salud y el Senado de la República, si así lo hicieren. 

Haciendo uso del Método Mayéutico del Filósofo Griego Sócrates, es preciso enunciar varios interrogantes que sobrevienen al dar lectura al articulado radicado ante el Senado:

“¿Cómo se podrá evitar que el manejo de los dineros propios del sistema (cotizantes y Estado), no sea despilfarrado por el flagelo de la corrupción, si se esquematiza un paupérrimo acápite de vigilancia y control al mismo?”.

“¿Habrá manera de blindar este nuevo ente jurídico, para no incurrir en que por lo colosal de la institución, desemboque de nuevo en la ineficiencia o fracaso administrativo?”.

“¿Se fomentará una estricta política de revisión a los precios de medicamentos y tecnología, conforme el standard mundial para anular el fenómeno de la sobrefacturación y/o  sobrecosto?”.

“¿Se tiene visualizado un procedimiento que facilite ejercer control a los dineros recaudados, a lo largo de todo el proceso de recaudo y posterior entrega a las gestoras y su respectivo seguimiento?”.

Si la dialéctica utilizada es productiva e  incluso a futuro aplicamos la idea hegeliana a partir del proceso de tesis, antítesis y síntesis en cada acción trascendental y permanente, resulta preponderante insertar los correctivos necesarios al proyecto, a fin de alcanzar verazmente los objetivos comunes que conlleven a la implementación de un sistema seguridad social en salud óptimo.

Se colige, si el respeto hacia la Supranorma impera, tendremos en Colombia un factor salud basado en el carácter social, consagrado en el mandato constitucional, cuyo vértice central es eminentemente humanista.

Por lo dicho, increpo al gobierno a adecuar esta polémica reforma a la realidad nacional, libre de premuras legislativas o conveniencias políticas. Con el firme propósito de exterminar la rivalidad reinante entre el “Deber ser y el Ser”.  Lo verdaderamente relevante, no es engrosar el haber de los políticos de turno, sino llegar al cometido último, que sin duda alguna es el bienestar de los colombianos. 

yolandasalgado67@yahoo.com

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