El país debería aprovechar las actuales condiciones de liquidez para construir unas bases sólidas, dice Gloria Grandolini, directora del BM para Colombia y México.
La falta de reformas estructurales que den un mayor impulso al mercado laboral, a la calidad de la educación, que contribuyan a reducir el atraso en infraestructura del país y que logren sacar del estancamiento al sector de las pymes, está impidiendo que Colombia crezca más allá de su actual potencial.
Si se quiere crece al 6 por ciento hay que trabajar en esas reformas, que no son fáciles y toman tiempo, señaló la directora del Banco Mundial para Colombia y México, Gloria Grandolini, tras advertir que el país también necesita diversificar sus exportaciones en términos de productos y mercados e impulsar la productividad.
Las directivas del organismo multilateral ven con preocupación que el 70 por ciento de las exportaciones colombianas estén concentradas en minas y petróleo, razón por la cual recomiendan no solo una mayor diversificación sino también más innovación y valor agregado en los productos que se ofrecen al mundo.
Al hacer la presentación del nuevo responsable del banco para Colombia, Issam Abousleiman, la funcionaria destacó el comportamiento actual de la balanza de pagos, el sólido desempeño fiscal y dijo que en Colombia “hay espacio suficiente para un mayor relajamiento monetario”.
Las proyecciones del Banco Mundial apuntan a que el país crecerá este año un 4 por ciento y 4,5 por ciento para el 2014, muy cerca de su potencial. Grandolini señaló que Colombia ha sido un ejemplo para la región en cuanto al manejo del riesgo financiero, para lo cual creó un ‘colchón’ que le permite absorber posibles choques externos.
“El país tiene una tasa de cambio flexible, baja deuda externa, una línea de crédito con el Banco por 6.200 millones de dólares, un adecuado manejo de desastres, en lo que se ha venido preparando, y eso tranquiliza a los mercados… esa es una visión integral de cómo manejar el riesgo financiero”, precisó.
Por último, recomendó aprovechar las actuales condiciones de liquidez que tiene el país, producto de los recursos que están llegando a las economías emergentes, para construir unas bases económicas sólidas, ya que esos dineros pueden ayudar a mantener unas finanzas públicas fuertes, a proteger la estabilidad del sector financiero y la flexibilidad cambiaria.
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