lunes, 16 de septiembre de 2013

'La crisis del agro no es por los TLC': Carlos Ronderos

ELTIEMPO.COM, Por:  15 de Septiembre del 2013

¿Es cierto que el TLC es el culpable de la crisis del campo colombiano?
El exministro Carlos Ronderos Torres cree que si se renegocian los TLC no se acabarían los problemas del campo.

Exministro de Comercio Exterior dice que problemas son corrupción, tráfico de drogas y contrabando.

Ha hecho carrera la idea de que los TLC son los culpables de la crisis del campo. ¿Qué tan cierto es?
Nunca he oído un cuento mejor vendido, y sin ningún fundamento, que el que han montado algunos miembros del Polo Democrático como el senador Robledo y Aurelio Suárez. No tienen absolutamente nada que ver.
¿Cómo así que no tienen nada que ver? ¿Ni con los precios ni con los mercados?
Los estudios que hemos realizado en la Universidad Sergio Arboleda muestran que no hay una amenaza de importaciones resultado del TLC que esté poniendo en jaque a los agricultores. Uno de los paros fue fundamentalmente en regiones lecheras y paperas, como Nariño y Boyacá, y no se dio como resultado de una sobreoferta de leche o papa producto de los TLC. De hecho, no importamos papas, más allá de unas pocas congeladas.
¿Acaso no estamos importando leche?
Según los cálculos que hemos hecho, se está importando el 0,5% del consumo nacional.
¿No más? ¿Entonces por qué están tan nerviosos los lecheros?
Porque sí les está yendo muy mal, al igual que a los paperos, pero no por causa del TLC. Primero, los costos de los insumos son muy altos. Y eso sí puede tener que ver con el TLC vía patentes, pero más todavía con problemas de monopolios.
O sea que esta crisis sí tiene que ver indirectamente con el TLC...
Por ejemplo, hay temas como las patentes sobre semillas. Vimos recientemente que el ICA estaba quemando semillas porque no se habían pagado patentes. Ha habido discusiones sobre los costos de los medicamentos para humanos, pero igualmente sucede con los medicamentos veterinarios, por abuso de patentes. Los campesinos están pagando mucho más por sus insumos de lo que se debería, cuando existe la alternativa de los genéricos y los agroquímicos importados.
¿El punto de la propiedad intelectual podría renegociarse?
Valdría la pena buscarle las interpretaciones, porque no creo que sea deseable renegociar el TLC. Lo que sí hay es espacio dentro de la normativa internacional para importaciones de terceros países, que no está prohibida, que permita romper los monopolios derivados de algunas patentes y abaratar los costos de los insumos agrícolas.
¿Pero qué pasa si en la práctica se descubre que un país negoció muy mal un punto del TLC?
No creo que sea el caso. El tema de importación de productos agroquímicos, de drogas veterinarias y de insumos agrícolas de terceros países no va en contra de lo pactado en el TLC.
¿Pero los monopolios de insumos como fertilizantes sí pesan en la crisis del campo?
En el ranking de competitividad que hace el Foro Económico Mundial, Colombia tiene una muy mala calificación en cuanto a concentración de mercados. Hay monopolio en la oferta de insumos y en la demanda de productos finales. Por ejemplo, en el tema de la leche hay solo cuatro o cinco posibles compradores que están asociados en empresas domésticas y a empresas multinacionales que están imponiendo precios. Lo que se llama un oligopsonio.
¿Con qué se come ese término?
Significa que muy pocos compradores llegan a las fincas e imponen un precio al cual se ven obligados a vender los campesinos, porque no tienen otra opción. La concentración en la venta de insumos eleva los costos, mientras los compradores mayoristas imponen precios bajos. Igual sucede con mayoristas en centrales de abasto para la papa y otros productos que siembran los campesinos. En ese mercado quedan atrapados los campesinos con precios bajos y costos altos.
Y si a eso se le suma muy baja productividad...
Es, por ejemplo, el caso del sector lechero colombiano, que tiene una de las productividades más bajas del mundo, por una mala política agraria, por falta de tecnificación, por falta de elementos que permitan esa competitividad. Al final, estas personas terminan en una situación dramática, que los empuja a la protesta que acabó culpando a los TLC sin que haya razón para ello. Si se renegocian mañana todos los TLC que ha firmado Colombia, no se resuelve ninguno de los problemas que dieron origen al paro.
¿Es cierto que el mercado colombiano es uno de los más cerrados del mundo?
Colombia no está frente a una apertura desenfrenada. Entre 144 países que mide el Foro Económico Mundial, Colombia ocupa en el 2013, en una categoría que se llama ‘prevalencia de barreras comerciales internacionales’ (o sea, mercado cerrado), el puesto 123. Solo hay 20 países más cerrados que nosotros. Y en el rango de importaciones como porcentaje del PIB, de los 144 países estamos en el 140. Es decir, que solo hay cuatro países que importan proporcionalmente menos que nosotros en el mundo, dentro de los países que mide el Foro. Perú, por ejemplo, está en el puesto 40 en esta categoría, y es un gran exportador de productos agrícolas a los EE. UU. y a Asia. Sus exportaciones han crecido de una manera exponencial. Se trata de dos países vecinos, Perú y Colombia. Mientras ellos están abiertos, nosotros somos infinitamente más cerrados; y mientras ellos están conquistando los mercados de EE. UU. gracias al TLC con exportaciones agrícolas, nosotros estamos haciendo un paro contra el TLC porque están llegando importaciones. Los TLC representan una oportunidad para las exportaciones agrícolas colombianas, no solo aquellos vigentes, sino también el que estudia el Senado con Corea, que es un gran importador de alimentos.
¿O sea que, por más que intenten vender esa tesis, Colombia no es un país de economía abierta?
El TLC con EE. UU. se negoció hace un año, y los períodos de desgravación para productos como los lácteos, arroz y pollo son de 12 a 16 años y con cuotas restringidas. En el caso del pollo y del arroz, que son dos productos sensibles, esas cuotas permitidas se rematan y el precio que resulta de ese remate al final llega al mismo nivel del arancel. El TLC con la Unión Europea empezó este año, y no es factible que la desgravación producto de estos TLC haya causado ningún estrago. Aun no estamos abiertos.
¿Pero qué va a pasar en 15 años?
Que tendremos competencia internacional y muchos mercados abiertos para nuestros productos, y el país tendrá que prepararse para eso. En un trabajo en el que participé para el Ministerio de Agricultura se diseñó la ruta fitosanitaria para que nuestros productos agrícolas entren a los mercados que han abierto los TLC. Tenemos tiempo suficiente para tener una mejor política agraria, mejores instituciones agrarias y mejorar la competitividad. Tenemos el puesto 96 en el índice de competitividad en Dominio de Mercado. O sea que unos pocos dominan el mercado. Necesitamos que haya más oferta para que se acaben los monopolios. Más libre comercio resulta en mayor competencia para los monopolios.
Estamos hablando del productor. Pero seguramente el consumidor, que es la otra cara de la moneda, tiene derecho a comprar comida más barata...
El profesor Samuelson decía que él tenía una lora experta en economía, porque sabía decir oferta y demanda. Aquí estamos hablando solo de la oferta y no de la demanda. Los consumidores compran leche más cara, arroz más caro, y eso empobrece a los más pobres y cuanto más altos sean los aranceles, más pobres se vuelven con la compra de los productos básicos. Los aranceles y los precios altos no resuelven ningún problema de competitividad, porque la competitividad se basa en tener mejores estándares de vida de manera sostenible, y ello no se logra encareciendo los alimentos.
Se está negociado quitar los aranceles de los insumos como una forma de conjurar los paros...
¿Y qué hacen los TLC acaso? Pues quitar los aranceles. En la mesa se estaban negociando las dos cosas. Quitar aranceles de los insumos y quitar el TLC. Es la contradicción más grande, a la vez que se está hablando de ponerles aranceles a productos que no traemos, como la papa. El gran problema son el contrabando y el lavado de dinero. Y sobre eso no se ha dicho absolutamente nada.
Del campo, el real enemigo es el contrabando y no los TLC...
Desde luego. El otro paro, el del Catatumbo, está asociado a los cocaleros. Se utiliza el dinero producto de la coca para traer contrabando, que es una forma de lavado de dinero que ya está establecida. Fuera de que no pagan aranceles, entran a una tasa de cambio que hace que los productos sean muy baratos. En una época traían cigarrillos –recuerde que los vendían en todas las esquinas–. Ahora están trayendo alimentos. Es allí, en la corrupción, en el tráfico de drogas y en el contrabando, donde está la raíz del problema. Ese tema no se ha tocado en la mesa de negociación.
¿Cree que este ministro nuevo, que viene del sector palmicultor, a veces estigmatizado –con razón o sin ella-, logrará cambiar la consigna?
Tiene muchas ventajas para ello. Viene de un sector que ha demostrado ser competitivo. Que es capaz de enfrentarse a la competencia internacional. Es competitivo con la ayuda de campesinos medios y pequeños involucrados en la producción. Tiene esos dos elementos claves: los palmiculotres exportan, son competitivos e incorporan a la economía campesina. Si logramos reproducir lo que se ha hecho en Indupalma, de donde viene el doctor Lizarralde, en otros sectores, para hacer economías de escala competitivas internacionalmente mediante sistemas de cooperativas, no hay razón para que vuelva a haber paros contra el TLC sino para que haya más TLC.
* Carlos Ronderos es consultor en temas de TLC.
MARÍA ISABEL RUEDA
Especial para EL TIEMPO

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