Bienvenida la presentación de la política pública para la educación superior, ‘Acuerdo por lo Superior 2034’, preparada por el Consejo Nacional de Educación Superior. Se ha desarrollado en los últimos 3 años en un diálogo nacional, en múltiples foros, con amplia participación de la sociedad. La propuesta es ambiciosa y cubre inclusión, cobertura, calidad, regionalización, internacionalización, investigación, tecnología, gobernanza y financiación.
De gran importancia es el hecho de considerar un horizonte de 20 años, con el cual se podrá elaborar una política de Estado y no de Gobierno, como ha sido tradicional. Seguramente, se generará un debate en los próximos meses, dados los diversos intereses de todos los estamentos. Ojalá este enriquezca y fortalezca la política. El resultado de este proceso deberá permitir la elaboración de planes periódicos de educación, con clara identificación de indicadores, cronogramas y recursos requeridos.
El diseño de planes efectivos demanda tener presente que la educación se puede asimilar a una escalera, en la cual cada etapa o peldaño -preescolar, básica, media y terciaria- debe ser construida sólidamente y estar articulada con las demás para que el producto final sea de buena calidad. Todas las etapas son, sin duda, importantes, sin embargo, la educación preescolar es particularmente crítica, porque no solo constituye la base, sino cubre la etapa de desarrollo cognitivo más productiva del niño, la más influenciada por el ambiente familiar y el nivel de educación de los padres.
La importancia de la educación preescolar es cada vez más reconocida. En Colombia, se ha progresado notoriamente en los últimos años con el programa ‘De Cero a Siempre’, que actualmente cubre cerca de 1,2 millones de niños. Este programa merece ser impulsado, pues se concentra en una de las causas de la inequidad, al ser la base de la escalera de la educación.
Una conclusión evidente de los estudios es que se requieren mayores recursos financieros en todas las etapas, pues la educación de calidad es costosa. Adicionalmente, es fundamental utilizarlos eficaz y eficientemente y distribuirlos juiciosamente en los diferentes peldaños. Todo esto requiere el establecimiento de un esquema de prioridades para lograr la máxima efectividad en la inversión.
Un elemento interesante, exitoso en Colombia y en otros países, es la identificación de estudiantes brillantes, de recursos económicos limitados, que han logrado extraordinarios resultados, aún en entornos particularmente difíciles. Las pruebas Saber son una herramienta útil para este objetivo. En esta dirección, se deben proveer recursos para que estos estudiantes puedan acceder a educación de calidad y avanzar con apoyo financiero suficiente y acompañamiento efectivo.
Como se anotó anteriormente, todo esto debe contribuir a la elaboración de planes concretos, con metas específicas, en los cuales el denominador común debería ser la calidad. Debemos aprovechar los indudables avances logrados en cobertura a todos los niveles, e intensificar los esfuerzos para que sea con calidad. No sobra recalcar que este compromiso requiere la alianza de los sectores gubernamental, productivo y académico.
Carlos Angulo G.
Exrector, Universidad de los Andes
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