ELTIEMPO.COM, UNIDAD INVESTIGATIVA, 11 de Agosto del 2013
El saliente presidente de Colpensiones hace el balance de su gestión.
Tres días después de renunciar a la presidencia de Colpensiones y a ocho de enfrentar un juicio disciplinario por sus actuaciones en esta entidad, Pedro Nel Ospina hace balance de su gestión.
Dice que su renuncia no se debió a falta de apoyo del Gobierno y que deja una entidad sólida que debe madurar. Y aunque no especificó qué presiones jugaron en su dimisión, admite que pesaron los debates que le hicieron en el Congreso.
¿Cómo se siente?
La expresión sería contento-triste. Contento porque se pusieron las fundaciones de una organización con un reto gigantesco. Y triste, por abandonar lo que uno construyó.
¿Qué balance hace de su gestión?
Montamos una entidad con 70 oficinas en el país, con 1.120 personas de planta y 500 por contratos. Además, empezamos a atender 2,5 millones de cotizantes y más de un millón de pensionados sin un solo problema por pago oportuno. Pero algo importante fue obtener de la Corte Constitucional plazo hasta diciembre para desatrasar los 270.000 procesos de reclamación de pensiones que heredamos del Seguro.
Lo criticaron mucho por la laxitud en los controles, como quitar el registro civil, para ganar agilidad...
No fue laxitud. Si uno trabaja con mil trámites todo sale perfecto, pero cuando el volumen es tan alto, implica tomar riesgos con controles.
¿Ya se corrigieron las inconsistencias que se están registrando en decenas de historias laborales?
Se mejoró mucho, pero eso solo termina con la revisión masiva de historias que están pasando del Seguro.
¿Cómo deja el tema de las tutelas?
De casi 180.000 que Colpensiones heredó del Seguro, la mitad o más se han resuelto y las demás, a raíz del auto de la Corte, se sacarán ordenadamente de acá al 31 de diciembre.
¿Sí es factible cumplir con ese plazo?
Es un reto grande, aunque se ha resuelto aproximadamente el 60 por ciento. Pero ya con la corrección de historias laborales, que se ha venido haciendo, se puede ganar en capacidad de producción. Yo no moví esa fecha pensando que sí es posible.
¿Cree que se quemó en este puesto?
Para nada. Obvio que hay presiones muy fuertes y resistencia de grupos de interés que había alrededor del Seguro, como congresistas y tramitadores profesionales, pero la razón de mi renuncia fue la presión de la familia.
¿En el Congreso le pasaron cuenta de cobro por no atender algún favor?
Los debates hablan por sí solos. Muchas veces eran contra mí pero la que recibía la carga era Colpensiones.
¿Su salida disminuye esa presión contra Colpensiones?
La investigación que sigue la Procuraduría es contra mí. Sin ser su presidente me voy a poder defender mejor y decir más cosas.
¿Como qué, por ejemplo?
El 20 de agosto hablaremos. Por lo pronto, he dicho que no hay piso para una acción disciplinaria.
¿Ese proceso jugó para que diera un paso al costado?
No, porque si de algo estoy seguro es de que hice todo lo requerido para sacar la entidad adelante.
Hay versiones de que el Gobierno le quitó el apoyo
Para nada. Obviamente soy una persona de opiniones fuertes, pero en las discusiones legales y demás el Gobierno fue muy respetuoso.
¿No fue una renuncia pedida desde Palacio?
Absolutamente, no.
UNIDAD INVESTIGATIVA
u.investigativa@eltiempo.com
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