viernes, 16 de agosto de 2013

Esta es la apuesta empresarial para contribuir a la paz

PORTAFOLIO.COM, Agosto 15 de 2013 



Antes de emplearse en una empresa, todo desmovilizado pasa por un proceso de hasta siete años de asesoría.

Hay 147 compañías que emplean a desmovilizados y víctimas o que patrocinan capacitación laboral.

Las cifras son elocuentes: En el país existen más de 31 mil desmovilizados que siguen activos en los programas del Gobierno y se podrían duplicar si tiene éxito el actual diálogo con las Farc.
Y aunque la firma de la paz será un paso crucial, especialistas se atreven a decir que la verdadera prueba de fuego es ver cómo se incorporan a la sociedad cerca de 30 mil personas más y cómo se les ofrecen alternativas para ganarse la vida.
De hecho, hasta ahora, un talón de Aquiles tanto en los procesos de reincorporación colectiva como en las desmovilizaciones individuales ha sido la baja participación del sector empresarial.
La Agencia Colombiana para la Reintegración (ACR) indica que hay 23.708 reinsertados trabajando –79 por ciento–, pero deja un sabor agridulce el hecho de que, de ellos, 14.6780 devenguen el sustento en el sector informal.
“Lo que eso demuestra es la barrera de entrada al sector formal”, explica el alto consejero presidencial para la Reintegración, Alejandro Éder.
Pero el estigma no es solo de los empleadores.
También se han visto casos en los que compañeros de trabajo vetan a los excombatientes, y por eso el 90 por ciento no revela su pasado.
Si bien Éder justifica, en parte, esa actitud en que muchos han sido víctimas de los grupos de los que proceden quienes hoy tocan a las puertas de las plantas de producción, también asegura que lo que estos quieren es, justamente, borrar ese pasado.
“Llevamos una experiencia de 10 años, ya no estamos especulando y podemos mostrar resultados”, dice, y añade que un reinsertado pasa por un proceso de hasta siete años y que ocho de cada diez permanecen en la legalidad.
“Nosotros no hemos tenido dificultades con ellos diferentes a las de cualquier colaborador de Sodexo”, indica Dálida Villa, jefa de Desarrollo Sostenible de Sodexo, que tiene empleados a 83 desmovilizados y víctimas, y patrocina a 23 en el Sena.
EJEMPLOS A SEGUIR
De acuerdo con la ACR, en esta década se han vinculado casi 800 empresas, y hoy día 147 generan empleo para exguerrilleros y ‘exparas’, o les compran artículos y servicios que ellos producen.
Son como una gota en un mar, si se considera que el mercado laboral está estimado en cerca de 18 millones de personas; pero representan un ejemplo que quieren promover.
Entre esas compañías figuran Coltabaco, Eternit, Coca Cola, Éxito, Fedepalma, Carvajal, Terpel, el grupo Social y Sodexo.
La ACR también destaca cómo Fenalco Atlántico ha montado 20 minimercados donde trabajan desmovilizados, con opción de compra de los negocios. Así mismo, en alianza con la Alcaldía de Pereira, capacita técnicos en calzado que terminan montando sus propios talleres o empleados en industrias grandes de la zona.
Y hay además dos firmas suecas: Electrolux y Scania, que brindan capacitación laboral en mecánica para jóvenes de barriadas de Bogotá en alto riesgo de ser reclutados.
La embajadora de Suecia, Marie Anderson de Frutos, afirma que su país acompaña este proceso y que los empresarios entienden el gran potencial de Colombia en un ambiente de paz.
“El Gobierno rehabilita a los que salen de los grupos armados, pero la reintegración tiene que ser un esfuerzo de todos.
La paz tiene un costo y cada quien tiene que asumir su parte”, puntualiza por su parte Éder.
ASÍ SE TRABAJA CON ELLOS
Sodexo, una de las primeras firmas en dar empleo para la reincorporación, cuenta su experiencia.
En abril del 2006, cuando Sodexo contrató a los primeros desmovilizados del bloque paramilitar Cacique Nutibara en Medellín, les puso como condición a los entrevistadores que no les preguntaran por su pasado bélico y que tampoco les revelaran esta información a sus nuevos compañeros de trabajo.
Sin embargo, según cuenta la jefa de Desarrollo Sostenible de esta empresa, Dálida Villa, siempre debían contar con el visto bueno de las empresas donde fueran a prestar sus servicios.
La estrategia fue que solo los jefes recibieran la información, pero con el tiempo los mismos beneficiarios terminaron por hacer pública su condición.
“Tuvimos clientes que nos dijeron que no, pero fueron pocos.
La mayoría decía que les daba susto, pero por ser un proceso tan bien detallado en acompañamiento, y que tenía personal profesional y apoyo de la Alcaldía, terminaron diciendo que sí”, anota Villa.
Un equipo especializado les hace seguimiento a los reinsertados, revisando aspectos como presentación personal y comportamiento. También, les programan talleres de formación. En junio los sacan a sitios culturales y en diciembre los incorporan a alguna actividad de proyección social.
Néstor Alonso López
Redacción Portafolio

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