lacronica.com, editorial, agosto 16 de 2013
La corrupción, la política y las elecciones manipuladas son una ruleta que no se detiene si el gobierno y el poder judicial no actúan unidos.
A los corruptos no los detiene nada ni nadie en Colombia. Esa pareciera ser una afirmación que no tiene discusión. Cada vez se eligen gobiernos, especialmente en lo local, más corruptos que los anteriores. ¿Cuánto se gasta un candidato para llegar a ser alcalde o gobernador? Lo que necesite, la cifra no les importa. La ley puso unos límites, pero casi nadie los respeta. ¿Cuánto tienen que sacarle ilegalmente al fisco para recuperar la inversión que hicieron? Lo que otros funcionarios, los propios ciudadanos y los entes de control les permitan.
Para nadie en Colombia es un secreto que la corrupción desbordó todos los límites y todos los problemas del país. No hay nada más grande, con mayores tentáculos y causante de tantos males en la nación que este flagelo. Incluso, por encima del conflicto armado, del narcotráfico, del microtráfico y hasta de la impunidad.
El presidente Santos sabe muy bien que si logra romperle el espinazo a la corrupción, más la firma de la terminación del conflicto con las Farc y el Eln, el país será otro muy distinto. Por esta razón está empeñado en la creación del denominado Comando Especial contra la Corrupción. Y lo hará a través del Consejo de Política Económica y Social, Conpes, cuyas decisiones tienen fuerza de ley. Ya se consiguió la financiación con la unión europea.
La idea es que varios organismos, como la Unidad de Información y Análisis Financiero, la Dirección Nacional de Inteligencia, la Dirección de Inteligencia de la Policía, y la Fiscalía con las unidades de Lavado de Activos y de Delitos contra la Administración Pública, conformarán el grupo, que funcionará con el mismo esquema de las Fuerzas de Tareas Conjuntas, que ha dado los grandes golpes contra la guerrilla.
Se pretende que un caso específico llegue a manos de un fiscal o de un juez con todos los recursos probatorios posibles, después de la investigación que haga este comando especial contra la corrupción. Con esto, se aceleran los procesos y se aseguran las condenas a los corruptos.
Muy importante también que con las investigaciones que se hagan por parte de este comando, el juez pueda asegurar la extinción de dominio sobre los bienes adquiridos por los corruptos con dineros que han hurtado a los gobiernos. Los temas deben pasar por los grandes robos, en el gobierno nacional, pero también por los casos pequeños, no menos graves, de las alcaldías y las gobernaciones.
La corrupción, la política y las elecciones manipuladas son una ruleta que no se detiene si el gobierno y el poder judicial no actúan unidos, con el propósito de condenar con penas fuertes y con extinción de dominio de los bienes, lo que se hace solo con pruebas firmes y confiables. Y como la Fiscalía no tiene la suficiente capacidad para esta tarea, la creación del comando especial contra la corrupción será definitiva para su desvertebramiento.
Si Santos cumple con esta propuesta, si en enero arranca el comando y rápidamente hay resultados, su mandato podrá ser considerado no solo como el gobierno de la paz, sino como el gobierno que le quebró el espinazo a la corrupción.
Para nadie en Colombia es un secreto que la corrupción desbordó todos los límites y todos los problemas del país. No hay nada más grande, con mayores tentáculos y causante de tantos males en la nación que este flagelo. Incluso, por encima del conflicto armado, del narcotráfico, del microtráfico y hasta de la impunidad.
El presidente Santos sabe muy bien que si logra romperle el espinazo a la corrupción, más la firma de la terminación del conflicto con las Farc y el Eln, el país será otro muy distinto. Por esta razón está empeñado en la creación del denominado Comando Especial contra la Corrupción. Y lo hará a través del Consejo de Política Económica y Social, Conpes, cuyas decisiones tienen fuerza de ley. Ya se consiguió la financiación con la unión europea.
La idea es que varios organismos, como la Unidad de Información y Análisis Financiero, la Dirección Nacional de Inteligencia, la Dirección de Inteligencia de la Policía, y la Fiscalía con las unidades de Lavado de Activos y de Delitos contra la Administración Pública, conformarán el grupo, que funcionará con el mismo esquema de las Fuerzas de Tareas Conjuntas, que ha dado los grandes golpes contra la guerrilla.
Se pretende que un caso específico llegue a manos de un fiscal o de un juez con todos los recursos probatorios posibles, después de la investigación que haga este comando especial contra la corrupción. Con esto, se aceleran los procesos y se aseguran las condenas a los corruptos.
Muy importante también que con las investigaciones que se hagan por parte de este comando, el juez pueda asegurar la extinción de dominio sobre los bienes adquiridos por los corruptos con dineros que han hurtado a los gobiernos. Los temas deben pasar por los grandes robos, en el gobierno nacional, pero también por los casos pequeños, no menos graves, de las alcaldías y las gobernaciones.
La corrupción, la política y las elecciones manipuladas son una ruleta que no se detiene si el gobierno y el poder judicial no actúan unidos, con el propósito de condenar con penas fuertes y con extinción de dominio de los bienes, lo que se hace solo con pruebas firmes y confiables. Y como la Fiscalía no tiene la suficiente capacidad para esta tarea, la creación del comando especial contra la corrupción será definitiva para su desvertebramiento.
Si Santos cumple con esta propuesta, si en enero arranca el comando y rápidamente hay resultados, su mandato podrá ser considerado no solo como el gobierno de la paz, sino como el gobierno que le quebró el espinazo a la corrupción.
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