Vendamos todo. Tapar un hueco para abrir otro. Vender activos rentables en el largo plazo para cubrir necesidades fiscales en el corto, en este caso: Isagen, un activo rentable de la nación que ha invertido en nuevas empresas que entrarán al mercado en el corto plazo con buenos augurios, versus obras de infraestructura.
¿Esto se encontraba en el Marco Fiscal de Mediano y Largo Plazo?
Ya en el presupuesto presentado para el año entrante el Gobierno rebajó su gasto en inversión en 4 billones de pesos. Vienen las elecciones para un nuevo periodo presidencial, ¿tan mal se proyectan las cuentas fiscales para el 2013 y el 2014?
Otra vez, se promueve la ‘ola de privatizaciones’.
Nuevamente, se habla de vender un porcentaje de Ecopetrol. No se conoce el precio real de las empresas vendidas o por vender.
Sin embargo, por ejemplo, en el caso de las compañías de carbón que antes eran del Estado y de todos los colombianos, desde su enajenación a los sectores privados, se convirtieron inmediatamente en eficientes y rentables, y su valor ha aumentado geométricamente en los últimos años, con cambios en la propiedad de una multinacional a otra.
En la venta de Isagen, al principio, los antioqueños, en su conjunto, se oponían con demandas, incluida la del litigante mayor, el doctor Uribe, expresidente que en el pasado cuatrienio quiso venderla, eso sí con burro amarrado, y no lo logró.
Bastó que el Sindicato Antioqueño manifestara su interés en la compra y la percepción cambió: ‘negocios son negocios’, y los intereses económicos son volubles ‘como los corazones’.
En un régimen presidencialista como el nuestro, se pueden vender las empresas sin pasar por las autorizaciones del Legislativo, así sean en sectores estratégicos como los de energía y petróleo; se negocian acuerdos internacionales y el Congreso simplemente aprueba sin modificar nada, solo le contesta al Presidente de turno con un obediente: Yes, man.
A pesar de lo que se alertó, en su momento, por parte de los académicos, sociedad civil, algunos gremios y organizaciones políticas, hasta hoy el pueblo colombiano es consciente de la inequidad de lo negociado para nuestro país, como en el caso de las patentes en farmacéuticos y agroquímicos, o los efectos para el sector agropecuario de los transgénicos, o los derechos de autor, solo por citar algunos ejemplos.
Hasta ahora se dan cuenta de que existía ‘competencia desleal, contrabando y lavado de activos’ que competían espuriamente con los productores nacionales. Muchos de ellos ya no están en el negocio. Ya para qué.
Ojalá no se proceda de la misma manera irresponsable con la venta de Isagen, expliquen y demuestren con argumentos y estudios su bondad, de cara al país, con transparencia y, no simplemente, utilicen pruebas de autoridad y pretendida ‘verdad revelada’.
Existen muchas dudas. Contéstenlas.
Germán Umaña M.
Decano de la Universidad Central
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