Ahora que las Farc no existen como grupo armado y no monopolizan la atención de los medios, nos enfrentamos a nuestra realidad, esa que siempre ha estado ahí pero que antes no queríamos ver porque teníamos a un malo al cual echarle la culpa de toda nuestra escoria: las Farc.
Ya sin las Farc en la pantalla, salta a la vista lo feo de nuestra sociedad: el microtráfico, la inseguridad ciudadana, ese monstruo de estrato seis llamado Rafael Uribe Noguera, el enorme chanchullo de Reficar, el serrucho pagado por Odebrecht para hacerse a un tramo de la Ruta del Sol, la corrupción...
Y al parecer, después de la eficaz labor efectuada por el fiscal Néstor Humberto Martínez tanto en el caso de la captura de Uribe Noguera como del viceministro de Transporte de Uribe, Gabriel García, quien recibió el soborno de Odebrecht, la lucha contra la corrupción se puso de moda y parece que va a ocupar en los medios el lugar que tenían las Farc. Que así fuera sería muy importante porque, como le decía el procurador Fernando Carrillo a Yamid Amat, “lo que no hemos atacado con efectividad ha sido la cultura de la corrupción”.
De manera que si se logra que la gente denuncie a los corruptos, tanto del sector público como del privado; que no les pague coimas; que la Fiscalía los capture; que los sancionen de manera ejemplar; y que la sociedad les de la espalda, para que sientan, como decía Carrillo, que “ser pillo no paga”, la corrupción, que según el contralor Edgardo Maya vale 40 o 50 billones anuales, es decir, siete u ocho reformas tributarias, tiene que disminuir.
¡Pero esa es una tarea de todos! Por eso invito a apoyar masivamente la Consulta Nacional Anticorrupción que promueven la senadora Claudia López y su Partido Verde, la cual requiere de un soporte descomunal: cinco millones de firmas recogidas en seis meses para que sea sometida a votación, y un mínimo de 11 millones de votantes. De ser aprobada por la mayoría, el Presidente de la República tendría que expedirla por decreto si en el Congreso no pasa.
Esa Consulta Anticorrupción busca limitar a máximo tres períodos el tiempo que los elegidos pueden permanecer en corporaciones de elección popular (yo agregaría que la prohibición incluyera a los hijos y hermanos de los elegidos, de manera que se eliminen las dinastías políticas); establecer como requisito para ejercer el cargo, la publicación anual de las declaraciones de bienes, patrimonio, renta, impuestos y conflictos de interés de todos los elegidos por voto popular (yo extendería el requisito a los hijos y cónyuges); obligar a los congresistas a rendir cuentas de manera periódica y detallada; establecer que todos los presupuestos de inversión se desglosen y prioricen en Audiencias Públicas con la ciudadanía, la cual vigilaría su ejecución y su contratación; ordenar que se terminen sin indemnización los contratos entre el Estado y las personas condenadas por delitos contra la administración pública; establecer que las penas de los corruptos se paguen en la cárcel sin reclusión especial; y fijar un tope de 25 salarios mínimos para remunerar a los congresistas y altos funcionarios del Estado.
Puede que esa iniciativa sea mejorable. Pero es importante apoyarla para ayudar a crear la cultura anticorrupción. Aquí no puede generalizarse la creencia guajira de que el que no se enriquece en un cargo público es un pendejo.
Reflexiones al tema pensional
AMIG@ QUE BUSCAS SER UN GRAN PENDEJO O DEFENSOR DE COLOMBIA. http://jujogol.blogspot.com/2017/01/si-la-consulta-anticorrupcion.html?spref=tw …
ResponderEliminar...AMIGO: QUIERES SER UN GRAN PENDEJO O UN PROTECTOR DE COLOMBIA...????
ResponderEliminar