El tiempo hace que la sociedad se olvide de los desfalcos y,
especialmente, que los protagonistas de los escándalos intenten
reescribir la historia.
Eso ha pasado con varios casos en los cuales los
victimarios intentan dibujarse como víctimas y es por eso que es
importante mantener a la mano algunas píldoras para la memoria.
Acá
va una sobre el nuevo jefe del partido del Centro Democrático, el
abogado Fernando Londoño Hoyos, que últimamente se ha intentado dibujar
como un perseguido de este Gobierno y un mártir del sistema, todo porque
le fue reducido su esquema de seguridad. (Ver "Es una sentencia de muerte")
El
doctor Londoño con su programa de radio intentó adueñarse de lo que él
concibe como unas verdades inapelables y se ha intentado parar en un
estandarte superior de la moralidad. Pero es importante recordar su
expediente y por qué los diferentes entes judiciales han encontrado que
se ha comportado como un abogado ventajoso y un funcionario público que
usa el poder para el beneficio personal.
La historia comenzó
cuando la compañía Ecopetrol decidió vender una empresa llamada
Invercolsa que manejaba un portafolio de inversiones de la petrolera.
Ecopetrol por estatutos tenía que ofrecer las acciones de Invercolsa
primero a sus trabajadores a un precio preferencial.
En 1997 el
doctor Londoño tomó ventaja de que en el pasado había defendido a
Invercolsa como abogado en una figura de honorarios, y se presentó como
trabajador directo de la empresa para comprar las acciones.
Y lo hizo únicamente con la cédula.
Resulta
que el abogado Londoño fue parte de la junta directiva del Banco del
Pacífico entre 1994 y 1998, gracias a esa relación con el banco, Londoño
logró un préstamo por 9.264 millones de pesos a una tasa preferencial
para comprar el 20 por ciento de las acciones de Invercolsa que tiempo
después vendió con una alta ganancia. (Ver No podía comprar las acciones)
Es
importante mencionar también que en esos años ese banco entró en
dificultades que llevaron a su intervención por la Superintendencia
Bancaria y la liquidación en 1999.
En pocas palabras el doctor
Londoño compró en condiciones preferenciales unas acciones a las que no
tenía derecho, sin poner un peso propio, y después vendió logrando un
alto retorno de la operación. Un negociazo.
Pese a las artimañas
jurídicas del abogado Londoño y los diferentes procesos entre él y
Ecopetrol por este caso, en 2007 un juez civil le ordenó devolver las
acciones al Estado, lo mismo que hizo la Corte Constitucional al darle
la razón a Ecopetrol en una tutela.
Pero su prontuario no para ahí.
El
16 de noviembre de 2004 el procurador general del momento, Edgardo Maya
Villazón, inhabilitó al doctor Londoño para ocupar cargos públicos por
15 años después de encontrarlo culpable de aprovechar su posición de
ministro del Interior y Justicia en el gobierno de Álvaro Uribe, para
beneficio personal.
La Procuraduría encontró que el ministro
Londoño intervino ante el Invías para que esta entidad le pagara una
deuda a la empresa italiana Recchi, de la que Londoño había sido abogado
apoderado. Una joya.
El ente de control dijo implacablemente que
“el exministro incurrió en conflicto de intereses y usó abusivamente su
autoridad como segundo hombre más importante de la República después del
presidente”. (Ver Destituido e inhabilitado por 15 años)
Un
gran ejemplo el que ha dado el ahora director de un partido político
que pregona la supuesta búsqueda de la justicia total. Pero a juzgar por
estos actos el abogado Londoño entiende por justicia la búsqueda del
beneficio personal. Esa es la verdad.
@yohirakerman
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