ELTIEMPO.COM, MARÍA ISABEL RUEDA, 04 de Agosto del 2013
Rafael Pardo dice que diálogos brindan empoderamiento de sindicatos ligados a Marcha Patriótica.
Sigue bajando el desempleo en Colombia. Pero si lo felicito por eso, lo tendré que regañar cuando el índice suba.
(Risas). Una cosa son las políticas que permiten generar empleo, pero hay situaciones que superan esas políticas. ¿O usted cree que en España nadie se ha empeñado en bajar el desempleo? Lo que les pasó a ellos fue que la economía se les desbarató. En Colombia ha bajado el crecimiento pero la economía sigue bien, y generando empleo.
Eso es lo que nos preocupa: que cada rato se le baja a la expectativa de crecimiento...
Eso tiene que ver con el ambiente internacional. Estados Unidos ha mejorado, Europa no mejora y China, que es un motor increíble, baja un poquito, lo que siempre es un montón porque Colombia exporta parte de esos productos que los chinos compran. Pero lo que se observa es que en los 47 meses del gobierno Santos, se ha registrado una baja del desempleo en 45 de ellos.
¿Y esa rebaja es por empleo formal?
Se ha ido produciendo un cambio todavía lento, pero importante, en la estructura del empleo. En los últimos seis meses se ve que hay más empleo asalariado y menos informal.
¿Cuánta gente entra cada año a buscar empleo?
Cerca de 300.000. Y esa cifra, que venía subiendo en los últimos 45 meses, ha registrado una baja en los últimos dos. Eso tiene que ver con que hay una ampliación de cupos en educación superior y vendrán 100.000 adicionales que próximamente abrirá el Sena, para que haya más jóvenes que tengan una alternativa de estudio.
En el Sena se está haciendo el esfuerzo de preparar a la gente para lo que las empresas necesitan, y no a la topa tolondra.
Exactamente. No solo se están ofreciendo más alternativas de estudio, lo cual implica que por ahora menos gente sale a buscar empleo porque se está preparando mejor, sino también para lo que el mercado requiere.
¿Ya es medible en las cifras de empleo el desmonte de los parafiscales?
Parcialmente. Todavía el efecto no está completo, pero algo se está viendo.
¿Y de la ley del primer empleo?
Menores de 28 años hay 460.000 jóvenes que están vinculados y que no lo estaban antes de la ley.
¿Es cierto que también se está estudiando en el Congreso una ley ‘del último empleo’?
Es mucho más difícil conseguir empleo a esa edad. Lo que se plantea en el Congreso –y no es por hacer política, pero es autoría del Partido Liberal– es que haya unos incentivos también para abrirles espacios laborales a las personas diez años antes de la edad de pensión. Que las empresas puedan descontar los parafiscales que pagan contratando personas de esa edad.
¿Cómo es la proporción de edades entre los afiliados al sistema pensional?
Entre 25 y 35 años, el 46 por ciento está en el sistema pensional. Mientras entre la población de 45 años para arriba solo está el 12 por ciento.
Y hablando del sistema pensional, nos prometieron que Colpensiones iba a ser el fin de la pesadilla de las pensiones en Colombia. ¿Qué pasó?
Colpensiones se organizó para tener sistemas de información, y los tiene. Con lo que nadie contaba era con la situación tan caótica del Seguro Social.
¿Estaba peor de lo que pensábamos?
Mil veces peor. Le voy a contar. Cuando se hace el tránsito en octubre pasado del Seguro Social a Colpensiones, se registra que hay 80.000 solicitudes de pensiones sin reconocer. En diciembre se descubre que eran 120.000. En marzo, ya eran 160.000. Hace dos meses se determinó que son 220.000. Y hace una semana, se estableció que la realidad son 250.000 solicitudes de pensiones sin resolver.
¡Catastrófico!
Catastrófico. Quedé asombrado de esa situación. La mayoría de esos 250.000 son los más pobres, que no tienen a quién acudir, cómo pagar un abogado, nada qué hacer frente a una situación administrativa y de corrupción muy complicada.
¿Y a qué se debe semejante catástrofe?
A que no había la información adecuada, lo cual en cualquier sistema administrativo es lo primero que se debe saber. Y lo segundo, el sistema de administración de las pensiones no era suficiente para atender la demanda.
¿Hay plata para ponerse al día con todas esas pensiones?
Sí. Colpensiones tiene 250.000 pensiones que vienen del seguro, y unas 150.000 nuevas que le han llegado directamente. En diez meses, ha resuelto 240.000 pensiones, más del doble de lo que resolvía el Seguro mes por mes. Pero le falta resolver 200.000. La Corte Constitucional estableció un plan de choque muy severo e importante de aquí a diciembre para destrabarlas.
¿Y cómo hará Colpensiones para cumplir ese plazo?
Tiene más gente trabajando con mayor intensidad y más computadores para poner al día la información. De aquí a diciembre hay que resolver 200.000 pensiones y la prioridad son personas de salario mínimo, mayores de 74 años, discapacitados y quienes tienen una enfermedad catastrófica. El país puede tener la seguridad de que su sistema pensional será digno para la gente.
O sea que en enero no debe haber nadie protestando porque no le ha salido la pensión fruto del trabajo de su vida.
Así es. Y el ejemplo que pongo es el sistema ecuatoriano de pensiones, que en dos horas resuelve una pensión.
¡No puede ser! ¿Las pensiones en Ecuador se sacan en dos horas?
Sí, pero porque tiene un sistema igual para todo el mundo. En Colombia cada persona tiene un sistema especial.
Usted negoció la paz con el M-19. ¿Ve alguna relación entre el clima social y la negociación con las Farc en La Habana?
El proceso ha tenido un efecto ya evidente. Y es que se han activado y están muy empoderados los sindicatos más ligados al Partido Comunista, que ahora se llama Marcha Patriótica. En las elecciones de la CUT avanzaron, y en todos los temas sindicales los dirigentes de Marcha Patriótica están con el pecho inflado, activos, empoderados.
¿Eso es bueno, o malo?
Pues mire: mientras en La Habana están en temas de acuerdo y de conciliación, los sindicatos de Marcha Patriótica están más en temas de confrontación.
Parece muy contradictorio.
Totalmente. Eso se ve en temas laborales como las marchas y los paros. Cuando en La Habana negocian civilizadamente alrededor de una mesa, que es lo razonable en un proceso de paz, por fuera están presionando por vías que no propiamente convocan al diálogo.
¿Es decir, que las Farc están hablando dos idiomas? ¿Uno en La Habana y otro a través de sus organizaciones sociales?
Así es. No de confrontación armada, pero sí dentro de los escenarios laborales y sociales.
La protesta social es legítima…
Claro. Tienen derecho a plantear todos los temas. Descalifico cualquier criterio que busque decir que la protesta social es mala. Pero sí se ve un contraste entre un diálogo allá, y aquí un uso de mecanismos que promueven choques verbales y confrontaciones sin diálogo. Eso se está viendo.
¿Qué les ofrecerá el Ministerio del Trabajo a los guerrilleros desmovilizados?
En el tema de qué hacer con los guerrilleros, la voz la tiene la Agencia de Reintegración. Pero es evidente que hay muchísimas más víctimas para atender que futuros exguerrilleros.
¿Las víctimas tendrán prioridad sobre los desmovilizados?
Sí tienen una prioridad importante en la Ley de Víctimas, para buscar mecanismos de restitución y empleabilidad. Son cientos de miles de víctimas. Es un proceso que estamos llevando a través de los centros de empleo, para que tengan entrenamiento y capacitación.
¿Se justificó reabrir el Ministerio del Trabajo?
La desaparición de algunos ministerios tuvo que ver con el tema fiscal, que hace diez o doce años era muy complejo. La unión de Salud y de Trabajo fue mala para Trabajo. Los temas laborales perdieron visibilidad. No hemos solucionado todos los problemas, pero sí tenemos un ministerio dedicado a devolverles esa visibilidad.
¿Entonces, por qué parece como si el ambiente laboral estuviera especialmente alterado?
Durante este año y medio ha habido multitud de paros, protestas, interrupción de servicios, muchos en el Estado. Pero huelgas propiamente dichas solo ha habido cuatro, en términos del Código del Trabajo. Una de una compañía palmera y tres de mineras. Luego el clima laboral, si uno lo puede separar del clima social, es relativamente ordenado.
¿De qué lado está el Gobierno en la huelga de la Drummond?
El Gobierno tiene que ser neutral, porque es parte de un proceso establecido en la ley. No es una huelga ilegal. Lo que sí dice el Gobierno es que una huelga es tremendamente inconveniente para los trabajadores, que usualmente de ella salen con menos buenos resultados que los que habrían negociado antes de la huelga. Las empresas también pierden plata, la región deja de recibir regalías y el país deja de tener producto. Hoy, lunes, se volverán a sentar la empresa, los trabajadores y el Gobierno para buscar una alternativa. Esperamos que se pueda llegar a un acuerdo.
MARÍA ISABEL RUEDA
Especial para EL TIEMPO
Especial para EL TIEMPO
MINISTRO, NO SOLO LAS FARC......HAY FUNCIONARIOS DE ALTO NIVEL, EN TODOS LOS SECTORES,...QUE TIENEN EL MISMO ESTILO, LO QUE HA GENERADO E INCREMENTADO, EL CANSANCIO EN LA COMUNIDAD COLOMBIANA .........
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