martes, 30 de abril de 2019

Ahora las pensiones

Por: Gonzalo Hernández

Nuestro sistema pensional dual, que permite desde los 90 la convivencia de un sistema público (prima media) y uno administrado por los fondos de pensiones privados (ahorro individual), no ha sufrido amenazas serias a su sostenibilidad financiera, pero tiene una deuda enorme en relación con la cobertura de los colombianos.
De acuerdo con el documento “Panorama de las pensiones: América Latina y el Caribe” –preparado por el BID, la OCDE y el Banco Mundial en 2015– el número de cotizantes o afiliados en Colombia corresponde apenas al 32 por ciento de la población entre los 15 y los 64 años de edad, mientras que el promedio latinoamericano es de 45 por ciento (también bastante bajo). De continuar así la situación, como máximo uno de cada tres colombianos tendrá garantizado algún ingreso durante su vejez a través del sistema pensional. Digo “como máximo” porque algunos de los cotizantes no alcanzarán a obtener una pensión tampoco.
Sin duda es preocupante la incapacidad del Estado de atender a uno de sus grupos más vulnerables. Y la preocupación se acentúa al darnos cuenta de que estamos dejando de ser un país de jóvenes. En este momento –según los reportes preliminares del censo– 9,2 por ciento de la población colombiana es mayor a 65 años. Es decir que ya nos encontramos por encima del promedio mundial del porcentaje de adultos mayores (8,7 por ciento).   
El Gobierno del presidente Duque ha dado algunas puntadas sobre la necesidad de una reforma pensional para atender los problemas de este instrumento de seguridad social. No obstante, hay que estar atentos a que las correcciones no sean cortoplacistas, con el único fin de detener temporalmente la cuenta regresiva del detonante.
Ojalá no salgan ahora con nuevos incrementos en las semanas de cotización, edades de retiro y otros ajustes de apariencia técnica, que no atienden el problema de fondo del sistema pensional –y de paso de las cuentas fiscales: una macroeconomía coja, con desempleo y subempleo estructurales y altos niveles de informalidad. Son millones de colombianos, entre los 15 y los 64 años, que desperdician sus capacidades productivas. No participan de manera eficiente en la producción de bienes y servicios, y no participan, desde luego, como cotizantes o afiliados a un sistema de protección social para su futuro. Esa es la causa de la baja cobertura del sistema pensional.
La incapacidad del Estado en la protección de sus viejos es el resultado de la incapacidad del Estado de emplear eficientemente sus recursos productivos. ¿Cuál es entonces la política concreta de este Gobierno para aumentar el empleo y reducir la informalidad?
Coletilla. Cada vez es más difícil creer que las diferencias entre el Gobierno y el Centro Democrático son el resultado de una estrategia orquestada y coordinada en la que ambos salen ganadores. Y no estamos ante una traición del presidente al partido de gobierno. Parece más, eso sí, una decisión de que el presidente Duque sea solo un fusible de cuatro años para que el Centro Democrático pueda seguir teniendo una plataforma de gobierno en el 2022. El efecto teflón del presidente Uribe es ahora el efecto teflón del Centro Democrático.     
* Profesor asociado de Economía y director de Investigación de la Pontificia Universidad Javeriana (http://www.javeriana.edu.co/blogs/gonzalohernandez/.)


Reflexiones al tema pensiones
http://jujogol.blogspot.com.co/

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