miércoles, 23 de mayo de 2018

ESTAMOS ELIGIENDO EL CANDIDATO ADECUADO..??

MAYO 23 DE 2018
JUAN JOSE ORREGO LOPEZ


La imagen puede contener: Juan José Orrego López, primer plano

Apreciados amig@s:

Los colombianos elegiremos un nuevo presidente que regirá nuestros destinos a partir del mes de agosto del 2018, la que requiere de muchos recursos para el cumplimiento de sus labores y programas planteados, muy variados, como unos sueños esperanzadores, ante este clima de inconformismo que hoy se vive en nuestra patria.

Nuestra nación, es como una tienda, que requiere de Ingresos para su sostenimiento y cumplimiento a sus clientes y como nación a sus ciudadanos y regiones, que con un mal manejo o sin conocimientos, los resultados serian impredecibles.

Como un medio de enseñanza y para comprender mejor como sera su manejo económico de los candidatos a futuro, Eje Central de la Nación, les comparto una serie de artículos de un gran profesional y estadista colombiano, el doctor Jose Manuel Restrepo, que al leerlos, nos sirva como referencia o una gran base para analizarlos, escoger el candidato apropiado, para no tener que lamentar a futuro. 


Como un ciudadano igual que los millones de colombianos, ante tanta división, odio, engaños, mentiras y  con ese Espejo de la Corrupción que no les da pena hacerla a esos lideres, es una oportunidad que nuestra Democracia, aunque con sus errores, hoy podemos hacerle frente e iniciar la construcción del muro a tanto atropello que nuestros gobernantes han hecho y seguirán haciendo a los recursos públicos y comunidad, si no le ponemos FRENO DE UNA A TANTA DESHONESTIDAD.

Para salvar a Colombia, no se requiere de tener que sacar dinero del país, ni cerrar empresas, ni matar, robar, expropiar, quitar, nacionalizar, dividir, mentir, ni calumniar, solo se requiere de tener excelente Voluntad de parte de los Candidatos, de los partidos políticos, Gobernantes, congresistas y lideres, de querer hacer los cambios que se requiere con URGENCIA, pues si no son capaces de poner ese granito de voluntad por el bien de Colombia,  SERÁN CLASIFICADOS COMO ESOS LIDERES Y GOBERNANTES INÚTILES, QUE NO SIRVEN, ademas, señalados, como los AUTÉNTICOS DESTRUCTORES DE COLOMBIA, que no quieren modificar su estructura dañina, para seguir maltratando y dejar que ELLOS U OTROS, abusen de los recursos públicos.

Mi invitación a los Colombianos, es a Levantar la Cabeza y pensar, que Colombia es linda y bella, no se requiere de Genios, Sabios, Superdotados o como de una clase de ciudadanos, dirigentes, empresarios, entre otros, encopetados con infulas de grandeza, que posan ante la ciudadanía como impecables y verdaderos salvadores, creyendo que con su rol de poderosos, pueden saltar o violar Constitucion simplemente para saciar unos deseos personales. 

No, lo que se requiere es Ética, Valores Humanos y ante todo, Voluntad y Amor por querer hacer las cosas,  por el bien de la nación, su región y los millones de ciudadanos esperanzados, sin maltratar ni robar y sin pensar a quien coloco para que me reemplace.

Cordial saludo,

JUAN JOSE ORREGO LOPEZ


Reflexiones al tema pensiones

PLANTEAMIENTOS DEL DOCTOR JOSE MANUEL RESTREPO


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ARTÍCULOS DEL DOCTOR JOSE MANUEL RESTREPO...

Competitividad a nivel local

http://jujogol.blogspot.com.co/2018/05/competitividad-nivel-local.html

Mejorar la gestión pública..

://jujogol.blogspot.com.co/2018/05/mejorar-la-gestion-publica.html

Sumémonos al pacto productivo..

http://jujogol.blogspot.com.co/2018/05/sumemonos-al-pacto-productivo.html

Partitura de desarrollo productivo..

http://jujogol.blogspot.com.co/2018/05/partitura-de-desarrollo-productivo.html

Formación en ciudadanía: una prioridad

http://jujogol.blogspot.com.co/2018/04/formacion-en-ciudadania-una-prioridad.html

Modelos de crecimiento..



Reflexiones al tema pensiones

Competitividad a nivel local

Por: José Manuel Restrepo

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Los sistemas de referenciación globales (ránquines) que miden la competitividad del país coinciden en un deterioro de nuestra posición mundial, y todos ellos hablan de inquietudes en asuntos como las instituciones (considerando justicia, corrupción y eficiencia en la gestión pública), ineficiencias en los mercados (incluyendo altos costos e inflexibilidades subyacentes en los mercados laborales), baja productividad y capacidad de innovación (asociada a poca diversificación de las exportaciones, debilidades en ciencia y tecnología, necesidades de formación de un talento humano más pertinente a las necesidades empresariales, y debilidades en infraestructura y conectividad) y finalmente un deterioro en el ambiente macroeconómico, como resultado del reciente choque en los precios del petróleo.
En el año 2018 parece parcialmente superada la dificultad macroeconómica, como entre otras estamos viéndolo con el mejoramiento en los precios internacionales del petróleo, la reducción de los déficit gemelos (cuenta corriente y fiscal), el mejor desempeño en las exportaciones y el buen desempeño en materia de inflación. Sin embargo, lo que se viene a continuación en el resto de criterios merece una atención, en donde no es posible su mejoramiento sin profundizar acciones a nivel territorial o local. Muchos de los esfuerzos de nivel nacional que hoy se aplican se ven en dificultades cuando bajamos a los departamentos y ciudades. Adicionalmente a ello, los indicadores nacionales de competitividad recogen un promedio, que pudiendo ser aceptable o bueno, esconde una profunda dispersión de resultados que ubica a ciudades como Riohacha y Quibdó comparativamente al nivel de los países menos competitivos del mundo.
Justo por ello es destacable el trabajo más reciente del Consejo Privado de Competitividad y de la Universidad del Rosario al construir un Indicador de Competitividad de Ciudades en Colombia, que se suma al Indicador Departamental, que fue recientemente reconocido como una buena práctica universal por el World Economic Forum. Se trata de 89 variables para evaluar en tres distintas etapas de desarrollo las condiciones básicas (instituciones, mercados, infraestructura, salud, educación básica y sostenibilidad ambiental), de eficiencia (educación terciaria y mercados laborales y financieros) y de sofisticación e innovación (capacidad exportadora, investigación y dinámica empresarial), de 23 ciudades del país con sus áreas metropolitanas.
Las conclusiones de esta primera edición del índice de ciudades permite ordenar una política pública local, fijar prioridades presupuestales, aprender de buenas y malas prácticas de gestión e inversión pública y mirar el desarrollo en la integralidad rural y urbana. Pero, para mí, lo más valioso del indicador es que define una nueva agenda de hábitat urbano donde la competitividad queda perfectamente articulada al desarrollo sostenible, superando visiones meramente “economicistas” del desarrollo.
El indicador, reconociendo ciudades en tres etapas del desarrollo, descubre realidades interesantes. Destacable el avance en educación básica y media de ciudades como Tunja, Pasto, Sincelejo y Bucaramanga y lo contrario en Cartagena, Cali y Riohacha. En educación superior es sorprendente el posicionamiento de Tunja, Manizales, Medellín y Bucaramanga, así como el débil desempeño de Valledupar, Quibdó y Riohacha. Preocupante el flojo estado de la competitividad en ciudades como Cúcuta y Riohacha, que, en especial en la primera, se explica por el deterioro del mercado laboral, seguramente explicado por el impacto de la migración venezolana que nos ha cogido desprovistos de una adecuada política migratoria.
Sin duda, las nuevas estrellas del escenario competitivo son Manizales, Bucaramanga y Tunja, que con educación de calidad y con buena cobertura, con mejores instituciones en justicia y gestión fiscal, con avances en infraestructura y con un ambiente proclive a la innovación y el desarrollo empresarial, han logrado acercarse a las tradicionales ciudades de mayor nivel de desarrollo, como Medellín y Bogotá.
Finalmente, en el grupo de las ciudades en la etapa más avanzada de desarrollo, un llamado de atención a Barranquilla, Cali y Cartagena, que tienen debilidades manifiestas para seguir avanzando. La primera y la tercera deben mejorar en educación básica, media y superior; mientras que la segunda tiene serias debilidades en cobertura y calidad de la educación básica y media así como en sostenibilidad.
El indicador propone caminos concretos en el frente territorial para que Colombia mejore a nivel mundial en competitividad. Alcaldes y gobernadores, como dicen los ingleses, “the ball is in your court”.

Reflexiones al tema pensiones

Mejorar la gestión pública..

Por: José Manuel Restrepo

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Concluía la semana anterior sobre la importancia de respaldar el gran Pacto Nacional por la Productividad que propuso el Consejo Privado de Competitividad. Algo similar podría decir también de sumarse a la iniciativa de algunos empresarios llamada “Partitura para el Desarrollo Productivo”, que define con más detalle el camino a recorrer en temas críticos de país para elevar el crecimiento, superar el estancamiento competitivo de Colombia y aumentar la productividad de los factores productivos. Hacerlo puede ser un punto de partida para que Colombia crezca más del 5 % en los próximos años, como lo necesitamos para seguir reduciendo la pobreza, construyendo equidad y generando empleo.
Sin embargo, cualquiera de dichas estrategias requiere necesariamente un redimensionamiento de nuestra débil e ineficiente capacidad de gestión pública. La “partitura” mencionada proponía, por ejemplo, la creación de una unidad de eficiencia pública, que apoyada en un equipo de expertos, implicara la intervención de las diferentes entidades públicas para identificar ineficiencias, gastos excesivos, abusos de discrecionalidad o falta de transparencia en la toma de decisiones, ausencia de estrategia, debilidades en seguimiento, barreras o excesos tóxicos en lo normativo, entre otros asuntos.
Abordar este tema de lo público implica, por un lado, considerar los conceptos teóricos de una gestión pública efectiva, pero tan importante como esto, significa también entender la perspectiva “práctica” en la que aparecen restricciones de entorno o contexto, perspectivas de la forma como toman decisiones los actores relevantes, articulación e integralidad de la gestión pública, grados de restricción de la gestión pública y relaciones complejas entre el corto, mediano y largo plazo de las políticas públicas.
Respecto de la idea teórica de una gestión pública efectiva mucho se ha escrito. En particular el DNP en recientes textos sobre la materia, insiste en preocupaciones como la ausencia de herramientas de gestión y seguimiento a resultados de la administración pública, falta de transparencia en la asignación de recursos o en la forma como éstos se ejecutan, arreglos estructurales y normativos que hacen compleja la gestión de lo público y, finalmente, incentivos inapropiados o perversos en dicha gestión. Respecto de la idea de lo “práctico”, destaco los trabajos de OECD (“Panorama de las administraciones públicas”), Banco Mundial (“La formulación de políticas en la OECD: ideas para América Latina”) y del Asian Productivity Organization (“Knowledge Productivity in the Public Sector”), que concluyen en la necesidad de insistir en propósitos adicionales.
En particular, fortalecer las capacidades (de conocimiento, de interpretación y análisis, de monitoreo y evaluación, y de acceso a datos de calidad) de nuestros funcionarios públicos para tomar decisiones “ilustradas”. En segundo lugar la necesidad de mejorar la integración y articulación de los actores públicos en sus actuaciones para evitar fraccionamientos de la política pública y de sus recursos disponibles, así como para lograr coordinaciones institucionales y sectoriales efectivas. Y, finalmente, la necesaria consideración de que muchas veces la administración pública al decidir suele hacerlo en forma ineficiente o con bajo nivel de costo-efectividad, porque termina haciéndolo pensando más en un corto plazo que en la necesidad de construir largo plazo. Se recomienda, por ejemplo, en esto último acudir a modelos de presupuesto no basados en el arrastre de las ineficiencias de años anteriores, sino en los proyectos futuros bajo la modalidad de presupuesto base cero. A lo anterior agregaría la necesidad de una gestión pública que esté preparada para innovar y encontrar formas distintas de ser más eficaz y eficiente a través de nuevas tecnologías y de aprender de buenas prácticas del mundo.
De no seguir estos caminos, nos seguirán pasando capítulos tan tristes como la gerencia del proceso de implementación del proceso de paz, que ha sido incapaz de enfrentar un asunto tan importante en nuestra historia. Basta ver este espectáculo de desarticulación, debilidades de priorización, falta de planificación y ausencia de coordinación de actores involucrados, debilidades en transparencia y de eficiencia en la toma de decisiones que tiene por ejemplo a las antiguas zonas de concentración quejándose de incumplimientos básicos, entre otros líos.
La buena gestión pública es hoy un atributo central para que todo lo que estamos proponiendo en productividad y competitividad efectivamente opere y se cumpla, y merece especial atención.
Twitter: @jrestrp

Reflexiones al tema pensiones

Modelos de crecimiento..

Por: José Manuel Restrepo

Fedesarrollo, en cabeza de su investigador Mauricio Reina, juiciosamente ha hecho un análisis de las propuestas económicas de los candidatos presidenciales en Colombia. Del estudio sobresale la evidencia de que aún subsiste en la mayoría de los colombianos el temor de que sigamos en Colombia la senda del desastre económico del modelo venezolano, así como la identificación del desempleo como nuestro problema central.
Dentro de las promesas electorales estudiadas, Reina profundiza en las ideas de reforma pensional y tributaria de cada candidato, asuntos claves para construir nuestro largo plazo. Sin embargo, me parece más importante destacar las conclusiones claves de lo que la mayoría de las calificadoras de riesgo o entes multilaterales han considerado el tema central que el próximo gobierno habrá de enfrentar. Me refiero al crecimiento y desarrollo productivo, que no es nada distinto a saber de dónde saldrá la generación de riqueza más importante de la Colombia que viene. La realidad es concluyente. Por muchos años vivimos de café, otros tantos de petróleo, y hoy enfrentamos una reducción de casi 30 % en nuestro crecimiento potencial, con el agravante de que estamos estancados en competitividad y con un bono demográfico por acabarse, lo que pone urgencia en la necesidad de elevar la productividad.
Entre las propuestas de los candidatos hay lugares comunes, “cisnes negros” y propuestas peligrosas. Entre los lugares comunes están el desarrollo del sector del agro, el fortalecimiento de la inversión en ciencia y tecnología, el interés de promover un desarrollo ambientalmente sostenible, la urgencia de fomentar la diversificación de la canasta exportadora y el impulso al desarrollo de infraestructura en sentido amplio. Entre las propuestas peligrosas están las de acabar con la industria extractiva sostenible y formal (sin proponer cuidadosamente sustitutos) o aquella que pretende implementar “prácticas proteccionistas del siglo XXI”, que nos devuelve en nuestra historia económica y promueve un país autárquico en un mundo globalizado.
Finalmente están los “cisnes negros” o ideas sorpresa de eventuales grandes impactos si son implementadas acertadamente. Entre ellas están las de promover la innovación como centro de un programa de gobierno o contribuir a que Colombia sea un escenario de desarrollo de industrias creativas y del emprendimiento, o propiciar estrategias de mejoramiento y movilidad del capital humano, o fortalecer la red ferroviaria del país como motor de nuevos mercados.
Habiendo dicho esto, recomiendo a los candidatos presidenciales o a sus asesores leerse con cuidado el recientemente divulgado informe del BID “La hora del crecimiento”, para identificar nuevos caminos para alcanzar ese anhelado 5 % o más de crecimiento, que a su vez nos haga más productivos, que genere empleo y que no retroceda en los avances sociales de reducción de pobreza y generación de equidad que tiene Colombia en los últimos 15 años.
A la luz del informe del BID, necesitamos invertir en infraestructura de forma tal que la inversión crezca por lo menos 8 puntos porcentuales del PIB, lo que necesariamente supone una mayor tasa de ahorro cuyo único camino son reformas serias y prontas en lo pensional y en lo fiscal. En segundo lugar, es indispensable que los candidatos envíen un mensaje de confianza al sector privado, que además significa ser competitivos en costos (laborales, tributarios, de energía y logísticos), enfrentar la evasión, dar claridad con el tema de tierras y agilizar trámites ambientales y de consultas a comunidades. Finalmente, es indispensable considerar una apuesta seria de mejoramiento del capital humano en cantidad y niveles formativos y un esfuerzo activo de promover la innovación en las empresas e inserción de la economía en la cuarta revolución industrial (en lugar de seguir enredados prohibiendo o dejando en la oscuridad modelos tipo Uber o Airbnb). Lo que no debería suceder es que sigamos retrocediendo en la regulación, por ejemplo laboral, a modelos de la década de los 60, que les inyectan nuevas inflexibilidades de mercado a formas de contratación, mecanismos de desvinculación o aun a medios de remuneración.
A todo lo anterior, me permito recomendar que los candidatos adicionen un capítulo especial que promueva activamente la equidad, a través de la política social, la reforma fiscal o lo regulatorio, de forma tal que existan oportunidades para todos.
jrestrep@gmail.com / @jrestrp

Reflexiones al tema pensiones

Partitura de desarrollo productivo..

elespectador.com, 28 Abr 2018 

Por: José Manuel Restrepo

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En esta misma columna recordaba hace ya un tiempo el llamado de atención que hacían Fenalco y la Andi para invitar a que la preocupación económica central para la recuperación del crecimiento y para enfrentar las necesidades de desarrollo social fuese mucho menos la macroeconomía y más la micro y la mesoeconomía. El planteamiento es que con frecuencia, por andar preocupados por la inflación, la tasa de cambio o la tasa de interés del mes siguiente, por ejemplo, descuidamos las debilidades en la regulación económica, en la asignación ineficiente de los recursos de inversión y el gasto, en la ausencia de coordinación o articulación de los actores de política económica, en la debilidad institucional, en la baja productividad y la estancada competitividad o en las deficiencias en lo económico en el orden territorial, entre otros asuntos.
El problema de lo micro o mesoeconómico es que estos asuntos no tienen voceros, son asuntos de complejidad mayor para implementarse, requieren el concurso de actores diversos o simplemente se quedan en el rincón del olvido. Tuve la fortuna de participar en un equipo de empresarios y actores representativos de la política económica que, bajo la figura de un tanque de pensamiento, le entregó al país esta semana una “Partitura para el desarrollo productivo de Colombia”, que propone un plan incluyente, sistémico, coherente, integral y sostenible para que nuestra nación pueda avanzar en el mejoramiento de su capital humano y de las condiciones de vida de sus habitantes y en una profundización tecnológica y la modernización del aparato productivo.
Como visión, el modelo propone para el 2025 que Colombia cuente con una economía competitiva basada en una agroindustria y un desarrollo forestal moderno e innovador; un turismo sostenible; un sector farmacéutico y cosmético basado en la correcta explotación de la biodiversidad, de la mano de la biotecnología; una industria del ocio/entretenimiento y la creatividad; una explotación de las diversas fuentes de energía que hagan de Colombia un país exportador, y sistemas alternativos sostenibles de extracción de hidrocarburos y gas, como ingresos que permitan inversiones a futuro.
Llegar allá supone un conjunto de estrategias, que describe en detalle la propuesta, alrededor del apoyo y la articulación de la transformación productiva, su diversificación y sofisticación; una mayor eficiencia del Estado para el desarrollo económico, que agilice o facilite procesos de interacción entre lo público y lo privado; una transformación de la estrategia en educación y entrenamiento para que esté ligada al desarrollo productivo, y finalmente, una propuesta de desarrollo de infraestructura vial, tecnológica y financiera que sea capaz de soportar los sectores a impulsar.
Como quiera que la “Partitura” llega al nivel de detalle en cada uno de estos temas, sería complejo resumirla en esta columna, pero sí quisiera enfatizar en algunas iniciativas que se hacen en el documento final. Destaco el cambio de rol del Ministerio de Comercio a uno de Transformación Productiva y Competitividad, así como la creación de un consejo supraministerial que sea capaz de alinear actores e instituciones que intervienen en el desarrollo productivo. Al estilo de Corfo en Chile, se propone también la creación de una unidad de transformación tecnológica industrial que trascienda gobiernos y articule sector privado y academia. Esta instancia debe ayudar en financiación, a propiciar investigación básica y aplicada a la innovación, y en estrategias concretas para la modernización tecnológica en pymes.
En materia educativa destaco la urgencia de lograr un sistema que acredite experiencias y competencias previas en el sector productivo y que se articule al nivel de educación superior, así como el fortalecimiento de la educación terciaria y dual. Destaco también un esfuerzo de una unidad de eficiencia pública que reduzca las deficiencias de gestión pública, que haga un análisis del impacto normativo en el desarrollo productivo e implemente modelos de incentivos y reembolsos por ajustes a presupuesto y tiempos en obras públicas.
Mucho más se podría decir, pero el tema central es que sin desarrollo productivo y sin estas estrategias microeconómicas va a ser imposible lograr tasas de crecimiento superiores al 5 %, que es la única forma para sostener el empleo, preservar la reducción de pobreza y cuidar la vulnerabilidad de la clase media emergente en Colombia.

Reflexiones al tema pensiones

sábado, 12 de mayo de 2018

Reforma pensional: ¿para la gente o para las instituciones financieras?

razonpublica.com, 12 Marzo 2017
por: 

Reforma pensional.

Se trata nada menos que de quién maneja el ahorro nacional, y de cuánto cotizan y reciben los millones de afiliados a los fondos privados o al subsistema público.  Es un asunto que parece técnico y que en efecto nos afecta a todos. 

Oscar Rodríguez    Óscar Rodríguez Salazar*

Privatizar, privatizar

La reforma pensional siempre ha estado en la agenda del gremio que aglutina a los fondos privados de pensiones (Asociación Colombiana de Administradores de Fondos de Pensiones y Cesantías, Asofondos)- así como en la de la Asociación de Instituciones Financieras (ANIF) y en la de la tecnocracia del Ministerio de Hacienda y de algunos centros de investigación que han convertido en credo la idea de que lo financiero debe funcionar de manera libre y globalizada.
Los congresos de los gremios vinculados con el “negocio de las pensiones” suelen concluir con un llamado a privatizar completamente el ahorro pensional y a liquidar el sistema público encomendado a la Administradora Colombiana de Pensiones (Colpensiones).  
Las conclusiones de estos congresos son difundidas por los medios de comunicación que contralan los mismos grupos económicos que gestionan el Régimen de Ahorro Individual. Pero en cambio las protestas sociales contra este tipo de ahorro no son registradas por esos medios de comunicación.
Una muestra significativa de dicha ausencia son las protestas sociales ocurridas en Chile, como por ejemplo la registrada con el título “Miles de chilenos protestan contra el sistema de pensiones impuesto por Pinochet” en el periódico El País del 22 de agosto de 2016, en la que se afirma que un millón de personas, en 50 ciudades y 250 municipios, protestó contra el sistema privado de pensiones; o las movilizaciones lideradas por el movimiento ciudadano “No más AFP”, que revela que el 90% de los jubilados en Chile recibe pensiones inferiores a $233 dólares mensuales -lo que representa la mitad del sueldo mínimo establecido en ese país- y que las AFP aumentaron sus ganancias en 71.4% en los diez primeros meses del 2015. Esta información no se divulga en los medios colombianos porque daría pie a cuestionar los intentos de monopolizar el ahorro pensional de los colombianos.
Pensiones, pocas y mal repartidas

 Dudas sobre la nueva Reforma Pensional.

Dudas sobre la nueva Reforma Pensional. 
Foto: Anyelik
El sistema de aseguramiento de Colombia no les garantiza a los trabajadores que dispondrán de ingresos para una vejez digna. Según las proyecciones disponibles, más del 70 por ciento de los ocupados tendrán que enfrentar la vejez en condiciones de pobreza y con la sola protección derivada de la solidaridad de sus hijos.  
Uno de los mayores desafíos del actual sistema de protección social es el crecimiento acelerado del grupo de los adultos mayores dentro del total de población. En el proyecto SABE (Estudio Nacional de Salud, Bienestar y Envejecimiento) que adelantaron el Ministerio de Salud y Colciencias en 2015 se calculó que los adultos mayores representan el 11 por ciento de los colombianos y se espera que para el año 2020 haya 50 mayores de 60 años por cada 100 menores de 15 años.
En ese estudio también se encontró que los adultos mayores trabajaron durante 36,6 años en promedio, y que el 60 por ciento de los que siguen trabajando lo hace por la necesidad del dinero. El 29,1 por ciento manifestó que sus ingresos provienen de mesadas pensionales, el 29,2 por ciento de aportes de familiares que viven en Colombia y el 30,9 por ciento del ejercicio de una actividad laboral.  
Más del 70 por ciento de los ocupados tendrán que enfrentar la vejez en condiciones de pobreza.
La baja cobertura pensional está asociada con el comportamiento del mercado laboral colombiano, donde predominan la informalidad, la precariedad y la elevada rotación en los puestos de trabajo:
  • Según el DANE, la informalidad en las 13 ciudades mayores durante el trimestre octubre-diciembre de 2016 fue del 47,5 por ciento. En otras 23 ciudades y sus áreas metropolitanas fue del 48,7 por ciento.
  • Al examinar la información de la Superintendencia Financiera sobre los cotizantes al sistema de ahorro individual, se encuentra que de un total de 13.220.580 afiliados en diciembre de 2016, solo el 12 por ciento correspondía a trabajadores independientes. En otras palabras: la seguridad social se concentra en el llamado “sector formal” de la economía.
  • Por otra parte, de las 13.347.910 personas afiliadas al llamado “fondo moderado”  de la aseguradoras privadas durante el trimestre octubre-diciembre de 2016,  el 53 por ciento eran miembros activos o que habían cotizado alguna vez durante los último seis meses, pero el 47 por ciento restante eran inactivos o sea que llevaban más de medio año sin cotizar. Y también en Colpensiones, de los 6.423.996 afiliados durante el mismo trimestre, el 47 por ciento eran inactivos. Este es otro indicador de la inestabilidad de los ingresos de los trabajadores colombianos y de la alta rotación que se presenta en los puestos formales existentes. 
  • Los afiliados también pueden ser clasificados como cotizantes o como no cotizantes (personas que no depositaron la cotización obligatoria en el mes para el cual se reporta). Pues bien: en los fondos privados, solo el 33 por ciento de los afiliados eran cotizantes; y en Colpensiones solo lo era el 35 por ciento.
  • Peor todavía, entre las mujeres afiliadas a los fondos privados el 59 por ciento eran inactivas y el 57 por ciento eran no cotizantes; y las no cotizantes entre las afiliadas a Colpensiones ascendían al 65 por ciento. La inestabilidad en el empleo y en el ingreso también es una cuestión de género.

Propuestas interesadas

Los voceros del sector financiero privado insisten en  suprimir o extinguir el sistema de prima media que administra Colpensiones y en llevar a cabo una nueva reforma laboral como maneras de ampliar la cobertura del sistema de pensiones en Colombia.
El presidente de la ANIF, Sergio Clavijo, habla a menudo sobre la necesidad de privatizar el sistema pensional. Asofondos y el Ministerio de Hacienda coinciden en defender la reducción del salario mínimo y la flexibilización del mercado laboral como estrategias para crear empleo y prevenir la llamada “bomba pensional”:
  • por una parte el aumento del empleo en el sector formal disminuiría la informalidad (y aumentaría el número de cotizantes a fondos pensionales);
  • por otra parte un menor salario mínimo reduciría el costo de las pensiones que por ley se reajustan con los reajustes anuales en aquel salario básico.  
Los dos últimos congresos de Asofondos han coincidido en recomendar que primero se lleve a cabo una reforma laboral y después se ajuste el sistema pensional. En la clausura del congreso realizado en febrero de 2014, dijo Mauricio Cárdenas que “como ministro de Hacienda y Crédito Público, celebro que la industria de las AFP haya asegurado que la mejor reforma pensional es una reforma laboral”.
La Organización para el Crecimiento y el Desarrollo Económico (OCDE) comparte esta apreciación. En un informe de 2015 esta entidad propuso “reformar a fondo el sistema de pensiones para reducir la desigualdad y la pobreza en la tercera edad”.
  • Una de las medidas sugeridas fue suprimir la competencia entre los llamados “régimen de prestaciones definidas” y “régimen de cotizaciones definidas” (en el primero se fija de antemano el valor de la pensión mensual y las cotizaciones del trabajador respectivo  van cambiando de manera que cubra aquel valor; bajo el sistema de cotizaciones definidas ocurre lo contrario). Esta propuesta de la OCDE en la práctica implica eliminar el subsistema público de pensiones.
  • Otra prepuesta de la Organización fue suprimir el umbral o el valor mínimo mensual de las pensiones en Colombia porque, en su opinión, había un “elevado salario mínimo, lo cual resulta costoso”.

Dos bases del sistema

Pensión para adultos mayores.
Pensión para adultos mayores. 
Foto: Alcaldía Mayor de Bogotá

Las propuestas de privatización completa de las pensiones hacen eco y hacen juego con dos rasgos del modelo que hoy existe en Colombia: la monopolización del sistema pensional, y la baja tasa de reemplazo entre salario y valor de la pensión.
1. La cobertura del sector privado está altamente concentrada en los fondos Protección y Porvenir, que acumulan el 87,3 por ciento de los afiliados.
Se efectuaron 149.986 traslados al fondo estatal, mientras que a los fondos privados se pasaron apenas 24.064 personas.
El grupo de Luis Carlos Sarmiento (Porvenir) controla el 45,6 por ciento de los recursos por concepto de pensiones, y el sindicato antioqueño (Protección) controla otro 35,4 por ciento, es decir que entre los dos manejan el 81 por ciento de los ahorros de estos millones de trabajadores colombianos.
Esta cifra es importante porque según el Plan de Desarrollo (2014-2018) Todos por un nuevo país, “el ahorro en los fondos de pensiones en 1996 era del orden del 4,4 por ciento del PIB mientras que en el 2010 alcanzó el 19,5 por ciento y en el 2014 el 19, 6 por ciento".
2. La “baja tasa de reemplazo” sencillamente significa que la pensión es bastante menor que el salario que recibía el jubilado. Y esta diferencia es mayor para los afiliados a los fondos privados. 
En efecto, la Contraloría General de la República (Documento CGR—CDCSS. Número 78 mayo 2014) estableció la diferencia entre el valor promedio de la pensión recibida de Colpensiones y la que paga un fondo privado. Las cifras muestran la inequidad entre los dos regímenes
  • Los hombres con un ingreso base de liquidación (IBL) entre 5 y 6 salarios mínimos recibirían en el régimen privado el 67 por ciento de lo que habrían percibido en Colpensiones; y entre quienes  tienen un IBL de 6 o 7  salarios mínimos este porcentaje sería del 61 por ciento.
  • La discriminación contra las mujeres vuelve a ser evidente porque -salvo en el primer rango del IBL- reciben una suma inferior a la de Colpensiones.
Esto explica por qué están los afilados a los fondos privados están regresando a Colpensiones. Según el informe de gestión de esta entidad, en 2016 se efectuaron 149.986 traslados al fondo estatal, mientras que a los fondos privados se pasaron apenas 24.064 personas. Tal vez para evitar que siga este desangre se multiplican hoy las voces que piden marchitar el subsistema público de pensiones.
Los cálculos de la Contraloría en 2013 mostraban que para tener derecho en el sistema privado a una pensión igual a un salario mínimo un hombre de 62 años debía tener en su cuenta de ahorro individual 153.565.721 pesos, y una mujer de 57 años, 124.493.490 pesos. Estas sumas solo son alcanzadas por el 2 por ciento de los afiliados en edad de pensión, de suerte que al 98 por ciento le deberán devolver los saldos y apenas el 1,5 por ciento tendrá derecho a la garantía de pensión mínima (GPM).
Entre 1996 y 2013 bajo el sistema privado se pensionaron 45.941 personas y se les devolvieron los saldos a 46.251. En 2012 se pensionaron 5.707 afiliados y les devolvieron saldos a 9.319 esto es, al 62 por ciento de los afiliados. En Colpensiones, por ser un régimen de prestaciones definidas, se puede garantizar que la pensión no sea muy distinta del salario, mientras que en el sector privado el valor y duración de la cobertura pensional están sujetos al valor que se alcanzó a ahorrar en la edad productiva.
Este panorama crea muchas inquietudes sobre la privatización total del sistema pensional, dado el gran interés del capital financiero en aumentar su participación en el PIB.
La importancia realmente enorme de este tema hace necesario asegurar la transparencia en los órganos de control. Por eso es importante que la Superintendencia Financiera brinde información suficiente y oportuna en temas como el índice base de cotización y el nivel pensional de los 108.444 afiliados de los fondos privados que han tenido derecho a una pensión.


*Profesor de la Universidad Nacional, integrante del Grupo de Protección Social.



Reflexiones al tema pensiones