Vivir con Dios

www.cronicadelquindio.com, ABRIL 01 DE 2021

Por: Juan José Orrego López 

Hace un año se vivía con temor por el fenómeno del Covid-19, pero hoy damos un paso adelante y firme con el amor a Cristo, para vivir y sentir con más precaución, llenos de alegría y seguros, la Semana Mayor que iniciamos el día de la Santa Cruz. 

Culminada la Cuaresma, los 40 días que pasó Jesucristo en el desierto, tiempo de conversión interior y de penitencia, es el momento de evocar los instantes de la pasión, la muerte y la resurrección de Jesucristo. 

Es un tiempo de recogimiento y liturgia, donde se vive el Triduo Pascual. Es la Semana Mayor para los católicos un encuentro con el Señor, pero, en especial, es la semana de conversión y de reflexión. 

Es un tiempo que busca revivir los pasos de Jesucristo y recordar el sacrificio que el hijo de Dios vino a hacer al mundo, entregar su vida por los pecadores para que fueran redimidos de errores cometidos. Con la muerte de su hijo, Dios nos muestra su amor para con nosotros, y que, siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros. Romanos 5,8. 

Tiempo importante para que las personas que están alejadas tengan la oportunidad de acercarse más a Dios y disfrutar de un saludo y diálogo con el Señor y vivir un proceso de perdón con la oración, además de algo maravilloso y esencial: iniciar el encuentro con el prójimo, donde se invita a que actúen más allá de su propio bien, pensando en los demás, en especial, a los más necesitados de vida espiritual o luz en el camino. 

La Semana Mayor nos orienta básicamente a la liturgia de la resurrección, que es la celebración más hermosa y profunda que tiene la iglesia católica porque de ella procede el misterio de su confesión, de esperanza, de vida y de victoria. 

La resurrección ha vencido a la muerte y al pecado. Para los católicos es esencial vivir los días de la Semana Santa siguiendo a Jesús desde el Domingo de Ramos hasta el día de su muerte para vislumbrar así con alegría, la victoria del hijo del hombre sobre la muerte. Resucitar en Cristo es volver de las tinieblas del pecado para vivir en la gracia divina. 

La pandemia hace que Colombia transite por vías duras con pérdidas humanas y menoscabo de valores en las personas. Por eso, la Semana Santa es un instante de recogimiento interior para que engrandezcamos nuestra fe y fervor al hijo de Dios, mediante un receso en las labores diarias para sentir y vivir el misterio pascual acercándonos más al Todopoderoso, pero no de una manera pasiva, sino con el corazón dispuesto a volver a él. Este también es un tiempo excelente para que líderes, gobernantes y sociedad civil, recapaciten sobre sus actos, labores y se interesen en los cambios que deben o pueden realizar en su interior, en pro de un país desesperanzado como está hoy Colombia.  

Recordemos, Cristo vino al mundo para servir y no para ser servido, para amar y perdonar. Cristo, proyecto de vida a seguir. 

Vivir con Dios 

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El Congreso y sus mañas

www.cronicadelquindio.com, MARZO 25 DE 2021

Por: Juan José Orrego López 

El inicio de sesiones del Congreso caldeó el ánimo de los colombianos pues la iniciativa parlamentaria de alargar periodos al presidente, alcaldes y otros, intentando burlar la constitución, indignó a la sociedad civil apoyando con armonía el NO. Mientras algunos celebraban, otros congresistas en silencio radicaban iniciativas, unas con efectos políticos, como modificar el artículo 219 de la Constitución para autorizar a los miembros de la fuerza pública para ejercer el derecho al sufragio. 

Iniciativas del gobierno como la reforma tributaria que, si no pasa como se espera, generará problemas en la pérdida de calificación del país y daños a la población; sumado a otras acciones como reducir vacaciones a congresistas, unión de elecciones y listas, derecho al voto para la fuerza pública, entre otras, propone un ambiente poco favorable para un análisis juicioso y sí una aprobación rápida y hasta delicada, debido a las fricciones que de seguro habrá en las discusiones. El rechazo de la sociedad civil a la iniciativa de alargar el periodo de las autoridades, y a otras en trámite o nuevas ideas bastante discutibles no se hará esperar; unos congresistas ya piensan en su posición política o personal, pues si no aspiran estar en el 2022 para qué aportar soluciones y arriesgarse, si jamás las tendrán en cuenta por el manejo cerrado de las mayorías. 

La reacción de los partidos políticos y congresistas de no darle importancia al rechazo puso en alerta a los votantes para no volver a caer. Muchos piensan más en el 2022 y en su reelección, que en el país, e iniciarán una nueva lucha por el poder, perdiendo tiempo, dilapidando dinero sin límites ni control, haciendo oídos sordos a las múltiples acusaciones. Volverán las ofensas y estrategias electorales, donde la meta para el 2022 es muy clara: seguir con el poder a como dé lugar. 

Alargar periodos fue o es un regalo al país, que muestra la cara real del Congreso y su anarquía interior sin control ni interés en cambiar, pues siempre el tercer periodo legislativo del Congreso coincide con tiempo electoral, florecen ideas ‘cazavotos’ reviviendo iniciativas archivadas y olvidadas de años atrás e infinidad de proyectos inútiles para posar de salvadores; impiden así, de paso, el estudio de iniciativas aplazadas, que merecen el espacio requerido, ejemplo: ley 100 del 93, art. 14.     

Hoy 50 millones de colombianos piden al Congreso que respeten la institución, que no abusen ni malgasten recursos, que paren esos instintos de venganza porque ese rencor de unos no es con los 50 millones de ciudadanos, es con sus rivales políticos o personales y que, por no dialogar, dar la mano, o aceptar errores, ese rencor o sed de venganza sigue en aumento y lo están convirtiendo en castigo a todo un país. 

El doctor Mauricio Cárdenas, exministro de Hacienda, en un artículo publicado en un medio nacional, expresó: “Estamos hablando de metas que son muy difíciles, pero ignorarlas es aún más peligroso”. 

Reflexión que invita a gobierno, congresistas, empresarios y sociedad civil a dialogar unidos. Valórense, corrijan, acuérdense de los ajustes que requiere el país, sin ideologías y no pierdan tiempo llevando iniciativas al Congreso que no le sirven al país para nada. 

No dañen más al país, paren ese rencor, antes de que sea muy tarde. 

El Congreso y sus mañas 

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¿A qué van al Congreso?

www.cronicadelquindio.com, MARZO 18 DE 2021

Por: Juan José Orrego López 

Con el inicio de las reuniones, en el Congreso crece la preocupación por las reformas que no se sabe qué incluyen, vacío que inquieta a los colombianos. Gobierno y Congreso no responden, en especial, lo relacionado con la reforma tributaria, que, dicho sea de paso y tomando como punto de reflexión solo lo divulgado por unas entidades, invita a pensar en un daño inmenso a la población.

No existirá respuesta, guardan silencio para no dañar pactos en los que el gobierno estará pendiente de sus ajustes, comprometiendo su aprobación y sin atender reclamos. Mientras las mayorías que lo apoyan, aunque afecte a varios sectores, seguro aprobarán las reformas rápido, porque el tiempo es corto y los congresistas tienen otros intereses, como su reelección. 

Comienza para ellos el camino de cada 4 años, visitar regiones prometiendo sueños, acumulando incautos e inocentes, formando sus listas y equipo de trabajo, dejando a un lado los problemas del país para no perder tiempo. Linda nuestra democracia, elige primero al Congreso y de último el presidente del país, incomprensible. ¿Será que se deben elegir el mismo día?

El país en crisis, pocos atienden el dolor de la sociedad e impiden a los que quieren construir, entonces ¿Qué hay que hacer para que los líderes o congresistas luchen realmente por el país?

Este soplo democrático, que se vive en espera de cambios, genera más dudas y temores sobre el futuro de Colombia, para qué esperar ajustes reales. Por esa inservible ley 5 del Congreso se observa a muchos actuando de manera incorrecta, perdiendo tiempo, dejando vacíos jurídicos e impidiendo cambios que aumentan la desconfianza y esperanza de lograr en forma integrada la transformación del país.

Es urgente hacer ajustes a la ley 5 para que actúen y defiendan a Colombia. Existen unos que no aportan nada al país y otros están haciendo cola para llegar, pero solo para transitar, cobrar y sumar votos cuando se requiera, sin importar daños, sin dar razones válidas a la sociedad, solo para presionar su elección mediante el voto, exigiendo y comprometiendo en lo posible los cambios estructurales que requiere el país, antes de que sea demasiado tarde. Usted decide.

¿Será que ir al Congreso es tan lucrativo? Existen aspirantes nuevos, muchos del montón haciendo gala de lo que no son, como ser portadores de una conducta, una sabiduría y una ética que no tienen; mentiras, es una ordinaria estrategia electoral para ganar uno de los apetitosos cupos del Congreso y hacer o repetir lo que otros han hecho: nada. Lo que sí saben hacer es vivir de los dineros públicos, hoy no controlados gracias a una democracia al revés y los marranitos o inocentes de turno.  Lástima que existan tantos inocentes colombianos preparados para repetir la historia de cada 4 años, vendiendo su conciencia, eligiendo vividores públicos dispuestos a pasarla feliz sin hacer nada. Y lo más increíble, la ley no lo castiga, al contrario, permite que los reelijan.

¿A qué van al Congreso?

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Vídeo del articulo:  https://youtu.be/turGSMEA-pg

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Tercer año del Congreso

www.cronicadelquindio.com, MARZO 11 DE 2021

Por: Juan José Orrego López 

Colombia vive un momento de alto riesgo en su vida democrática. Agresiones, acusaciones y conductas violentas entre los mismos grupos políticos, lavándose las manos para quedar limpios, dejando en el aire un vacío de inocencia para no ser señalados responsables. Es un juego de nunca parar, donde los nuevos aspirantes al Congreso fingidamente lo intentarán, para no perder.

El 2021 es el año preciso para que el país piense y observe, que siempre los terceros periodos legislativos, como el que inicia el 16 de marzo, un año antes de terminar los congresistas sus labores, a partir del tercer año, no se debería presentar ningún proyecto hasta la posesión de los nuevos congresistas, por varias razones que amerita en forma oportuna un revolcón en la ley para corregir los puntos más nocivos y que son los que impiden acciones positivas al país.

Las sesiones en este tiempo son puros convenios políticos, con alto riesgo y seguro daño a las finanzas, que por sus alcances pueden crear hasta arreglos ficticios, que, de seguir con esa libertad y vacíos en la forma de contratar para manejar dineros públicos por terceros u otras entidades, aunque esté el control preventivo, las mañas de años harán muy difícil esa lucha por un juego limpio y democrático. 

Como están en plena campaña electoral y tienen poco tiempo, actúan rápido, llevando propuestas de alto riesgo jurídico y financiero, aprobando unas sin el estudio y por presiones políticas o urgencia del gobierno, no planeadas ni fuertes, como la reforma tributaria 2021. Aprobar iniciativas que somo esta última promueve el gobierno y líderes, para cobrar impuestos a las pensiones mayores a tres salarios mínimos y otras, sería un golpe social y financiero duro a la población, alentando esa violencia que se vive, sin imaginar lo que podría suceder a futuro.

Esta fecha la convirtieron como de alto riesgo para el país, es un simple protocolo jurídico e intocable. Época para pactar favores, quizás con vigencias futuras con riesgo de ser costos inflexibles para beneficiar las campañas políticas y coronar su permanencia en el Congreso, sin mirar o importar el o los daños financieros y sociales al país.

Hoy el Congreso tiene en sus manos la opción de encender o parar la violencia, revelando sus propósitos de hacia dónde llevarán al país, camino que solo la conciencia de ello sabe a dónde nos llevarán.

El poco respeto al país, el no control a sus finanzas, esa nula voluntad de no querer mejorar, unido a esa poca visión del alto gobierno y sus actores, se pudo planear e instituir a tiempo; preparando un buen futuro para el Congreso, mejorando el proceso legislativo a partir del tercer periodo, que la rutina de años muestra lo poco que se legisla por el país y que es un tiempo dedicado a pensar en las elecciones al Congreso, dejando a un lado promesas incumplidas. Ejemplos vuelan por el país.

Tercer año del Congreso

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Vídeo del articulo:  https://youtu.be/Kx7FihFqdZY

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¿Cómo creerle al Congreso?

www.cronicadelquindio.com, MARZO 04 DE 2021

Por: Juan José Orrego López

Tal como se ha divulgado en otras publicaciones, el Congreso de Colombia por sus variados errores, vacíos, olvidos y negligencia política favoreciendo a su gobierno de turno, es el gran culpable de la crisis que vive el país.

Se han elegido y reelegido los mismos actores o de las castas y casas políticas; unos excelentes, y otros cuestionados que crearon, con el paso de los años, una estructura estatal al servicio de ellos, con una protección especial para sus amigos y padrinos, dejando a un lado a millones de ciudadanos, otorgando favores pomposos para pocos mediante actos o bondades cariñosas aprobados de forma ilegítima, enredando dineros públicos ajenos. Estos personajes se hicieron  ver como figuras inamovibles, esa fue su estrategia política, pagada por el Estado para quedar bien; no han  estudiado el futuro económico del país, los daños ya se viven y se siente el desajuste en las finanzas, dejando un mañana bastante inestable para millones de ciudadanos, obligándolos a pagar más tributos para sostener a los inamovibles, intocables o atenidos funcionarios.  

La fuerte crisis, esa desconfianza, la infinidad de mentiras, todo unido a la falta de liderazgos. Hoy el país vive una época electoral fuerte de gran rechazo al Congreso y las instituciones; la ciudadanía estará muy pendiente de las labores de ellos. Como ya se inició el proceso electoral, es oportuno que congresistas y aspirantes para el 2022, revelen y exhiban su profesionalismo y visión de país, que digan qué tipo de reformas o ajustes básicos creen que requiere el país y las van presentar, con qué recursos o de qué fuente u otras alternativas van a afrontar y superar la crisis que se vive por esa variedad de errores amontonados e inconsistencias sin resolver de años atrás.

Con las reformas que el gobierno presentará al Congreso para su estudio y aprobación se enciende una alarma y la sociedad estará pendiente de ello, pues marcará el curso del 2022, año donde se vigilará a los que sumen más daños o aquellos atrevidos con valor civil para oponerse a los que ya están listos con proyectos para corregir o eliminar lo que por años no han querido tocar, y que hoy es la fuente de ese descontento y fastidio social. La ciudadanía ya se está levantando, no con instrumentos violentos, como quizás otros los puedan utilizar, y sí con la emoción de patria, para luchar por ella, para levantarla y no dejar que se golpee más por culpa de esos que han abusado del país.

Ante la pérdida de valores, cansancio y desconfianza de los partidos, la sociedad civil acogerá de seguro líderes trasparentes, limpios, proactivos y visionarios o de esos que han luchado por mejorar la estructura del país; y no por esos que siempre han tapado lo que no quieren modificar para no cambiar su excelente ritmo de placeres y vida cómoda, fruto de los aportes y sufrimientos de 50 millones de colombianos.

¿Cómo ayudar al país, existiendo tanta desconfianza en las instituciones y en el mismo Congreso?

¿Cómo creerle al Congreso?

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Vídeo de nota adicional del articulo:  https://youtu.be/FPW9HdvgoOg

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