martes, 28 de noviembre de 2017

Los programas de la derecha


Por: Salomón Kalmanovitz


El manifiesto de los expresidentes Uribe y Pastrana en torno a su “Alianza para la Reconstrucción de Colombia” sintetiza el programa económico de la derecha. “Creemos que el Estado se ha vuelto ineficiente y derrochón”, afirman. Se requiere entonces “un Estado austero y pequeño, dedicado a proveer los bienes públicos que demanda la población”.
El mensaje es claro: reducir impuestos a las empresas y a sus dueños, reduciendo el tamaño del Estado a un mínimo. Pretenden reducir la corrupción y el desgreño que caracterizan al sistema clientelista que ha estado detrás de todos los gobiernos contemporáneos del país, incluyendo los de los signatarios de la alianza.
También introducen promesas populistas. “Consideramos que el crecimiento económico debe estar acompañado de una política progresiva e incluyente, que permita las mejoras sociales que demanda la mayoría de la población, logrando mejores niveles de equidad, salud y educación”. Prometen un aumento salarial a los trabajadores junto con “el mejoramiento de los ingresos de la clase media y popular del país”.
Agregan: “No permitiremos una justicia especial que persiga a militares y al resto de colombianos de bien, en una cacería politizada. Tampoco un proceso que les quite la tierra a los colombianos honorables”, no importa si desplazaron a los propietarios de siete millones de hectáreas durante el conflicto cuya existencia siempre negaron.
La candidata que se sintió más beneficiada por la nueva alianza fue Marta Lucía Ramírez, quien escribió una efusiva misiva: “quiero saludar nuevamente este acto de responsabilidad democrática y patriótica, reflejo de su talante y compromiso con el futuro de nuestra Nación, y reiterar que pongo al servicio de este propósito mi liderazgo, experiencia y capacidad de trabajo”. Ramírez fue ministra de Defensa de Uribe, pero sólo duró entre agosto de 2002 y noviembre de 2003. En las elecciones de 2014 obtuvo dos millones de votos, reconocimiento que la coloca por encima de los cinco aspirantes dentro del Centro Democrático. Ramírez no tiene nada en su página que toque la economía, así que asumo que seguirá las directrices de la alianza.
Iván Duque lideraba las encuestas dentro del partido de Uribe, siendo el más moderado de sus seguidores. Duque está asesorado por Alberto Carrasquilla, exministro de Hacienda de Uribe (2003-2006), quien presentó una reforma tributaria tan favorable a las empresas que hasta Uribe decidió socavarla públicamente, precipitando su renuncia.
El programa económico de Duque es muy elaborado y se presenta en un folleto que aparenta ser libro, titulado IndignAcción. Allí presenta sofismas como decir que Colombia tiene la tarifa del impuesto a la renta más alta entre los países de la OECD, sin mencionar que tiene el recaudo efectivo más pequeño de ese impuesto en el mismo grupo (6 % del PIB contra 18 % de promedio). Se sigue que hay que reducirlo y aumentar los impuestos indirectos como el IVA. Agrega que hay que “reducir el déficit fiscal, aumentando el recaudo con mayor actividad económica por la vía de la simplificación de los trámites y … regulaciones orientadas a brindar estabilidad y certidumbre a la inversión”, lo que resulta ser otro sofisma ampliamente desacreditado.
Duque presenta unas propuestas interesantes sobre la economía naranja que fomentará la ciencia, la tecnología e innovación, y las energías limpias, pero son más bien accesorias a los tres huevitos de Uribe.

Reflexiones al tema pensiones

miércoles, 22 de noviembre de 2017

¿Realmente el país necesita subir la edad para pensionarse?

ELCOLOMBIANO.COM, 19 DE NOVIEMBRE DE 2017
por: ALFREDO GARCÍA - COLPRENSA



Santiago Montenegro, presidente de Asofondos. FOTO COLPRENSA


En los últimos días ha vuelto a ponerse sobre el tapete la urgencia de una reforma pensional en Colombia, sobre todo para que la tramite el próximo Gobierno que se instalará en la Casa de Nariño a partir del 7 de agosto del 2018.

Hay propuestas como la de elevar en cinco años las edades de jubilación de hombres y mujeres, y marchitar a Colpensiones.

Lee: Anif propone subir la edad de pensión y cerrar Colpensiones

Sin embargo, Santiago Montenegro, presidente de Asofondos, el gremio de los fondos privados, recalca que por ahora no es necesario aumentar las edades para lograr una pensión. Hoy están en 57 años en mujeres y 62 en hombres.
Pero sostiene que el actual régimen presenta desequilibrios y baja cobertura, por lo que es necesaria una reforma de manera urgente para que sea sostenible en el tiempo.

De nuevo se insiste en una reforma pensional. ¿Por qué Colombia necesita eso, y cuál es su verdadera urgencia?
El sistema pensional colombiano tiene problemas de cobertura (aún pocos con pensión); y el régimen público de pensiones cuenta con inequidades (subsidios más altos para pensiones privilegiadas) y muy serias dificultades de sostenibilidad.

En adición, el país tendrá un cambio demográfico inevitable, es decir una población más envejecida, y menos jóvenes, lo que empeorará considerablemente la situación. Otro factor que pesa en este panorama es la altísima informalidad laboral que alcanza un 65% de los trabajadores activos. Por todas estas razones, se necesita un ajuste estructural que aumente la cobertura, mejore en el sistema público de pensiones la equidad, y alivie la carga del gasto público en pensiones para que dicho régimen sea sostenible en el tiempo.

¿Qué ha faltado para que se reforme el régimen pensional, ya que en el segundo mandato del presidente Santos, el proyecto que se tramitaba quedó estancado en el Congreso?​
La reforma que se propuso en 2012 fracasó porque era una reforma fiscal escondida que buscaba era darle recursos al Gobierno para reducir el déficit fiscal en el corto plazo, pero no para reducir el gasto público en pensiones en el largo plazo, lo que tumbaba el ahorro nacional.

Para llevar a cabo una buena reforma al régimen pensional se requiere suficiente capital político, que se tiene al comienzo de un nuevo Gobierno.

En Asofondos consideramos que el próximo Presidente de la República debe actuar pensando en el bienestar de las próximas generaciones y liderar una reforma para lograr un sistema que permita que las personas tengan una vejez tranquila y segura y el sistema en su componente público sea más equitativo y sostenible financieramente, sin afectar el ahorro nacional.

Se dice que Colombia está al borde de una “bomba pensional”. ¿Es así de grave la situación?
La situación pensional que vive nuestro país es muy preocupante, actualmente el sistema pensiona a muy pocas personas, y como dije, el régimen público es altamente inequitativo y no es sostenible.

Por eso es imperativo aumentar la cobertura y el ahorro y eliminar la regresividad de los subsidios pensionales del régimen público, que como ha dicho el BID, fungen como una suerte de Hood Robin (más ayuda a los ricos y muy poca a los pobres). El sistema consume una gran cantidad de recursos para beneficiar a un número muy reducido de colombianos, dejando desatendidos a una gran proporción de personas mayores que no tienen ningún ingreso. Eso sí es una tragedia social.

Anif plantea subir las edades de jubilación en 5 años para hombres y mujeres. ¿No es exagerado elevarlas tanto, pues Colombia no está en los niveles de esperanza de vida que sí tiene Europa, por ejemplo?​

Desde Asofondos no vemos que sea necesario aumentar edades para pensionarse, no al menos en las próximas dos décadas, ¿por qué razón?

Vemos que existen otras prioridades para mejorar el equilibrio del sistema. Una de ellas, por ejemplo, es la de focalizar mejor los subsidios estatales que hoy se otorgan a las personas de más altos ingresos en el régimen público. Así, una persona que cotizó por 25 salarios mínimos ($18 millones) recibe cerca de mil millones de pesos en subsidios del régimen público, dinero que permitiría darles un ingreso vitalicio a más de 30 personas para cubrir la línea de pobreza. Esa línea de pobreza representa aproximadamente 200 mil pesos al mes.

¿Cuáles podrían ser los pilares de una verdadera reforma de largo plazo y no una colcha de retazos?
Estimamos que una propuesta de reforma pensional debe eliminar el arbitraje que existe hoy entre los dos regímenes, público y privado. Es decir, debería haber un solo pilar contributivo que sea financieramente autosostenible, de tal forma que no demande recursos de la Nación.

Las pensiones, salvo las de salario mínimo, deben ser proporcionales a las cotizaciones realizadas por cada trabajador, eliminando los subsidios que actualmente reciben las personas de altos ingresos. Por ello, planteamos garantizar un pilar solidario para los colombianos de más bajos recursos y además perfeccionar programas actuales como el de BEPS y darle más fuerza a otra iniciativa como es Colombia Mayor, que es ya una base sólida y que bajo el Gobierno actual ha tenido una gran expansión con un millón y medio de afiliados. Por supuesto, y es importante aclararlo: toda reforma pensional debe respetar los derechos adquiridos de los pensionados y las expectativas legítimas de quienes estén próximos a jubilarse. Además, la reforma no debe ser para camuflar la situación fiscal de corto plazo como se hizo en Argentina.

¿Qué explica la constante migración de personas de los fondos privados a Colpensiones, pues lo que se argumenta es que esas entidades solo están enfocadas en pagar pensiones de salario mínimo, ya que lograr los niveles de ahorro que exigen es muy complicado?
El Ministerio de Hacienda con su estudio “Movilidad e interacción entre regímenes del Sistema General de Pensiones Colombiano” sobre los traslados entre regímenes pensionales, evidenció que el 95% de quienes dejaron un fondo privado para irse a Colpensiones, desmejoraron condiciones o no se pensionarán.

De ahí nació el mecanismo de doble asesoría que desde hace poco más de un año permite que quienes estén pensando en trasladarse, lo hagan con suficiente ilustración y tomen decisiones de forma racional y pensando en su mayor bienestar.

Los fondos privados son la mejor opción para el trabajador, pues en este régimen se puede pensionar más fácilmente y recibe más beneficios que en el régimen público.

¿Por qué se dice todo lo contrario? 
En un fondo privado las personas tienen dos caminos para llegar a la pensión: por capital acumulado o por semanas cotizadas, en nuestro caso 1.150 semanas (tres años menos que lo que le piden en Colpensiones), sin importar que ese trabajador no tenga el capital suficiente. Pero además para muchas personas que no lograrán pensionarse por diversas razones, en el fondo privado le devolverán más dinero que en el otro lado. La diferencia puede ser de 1 a 3 es decir, hasta tres veces más dinero que en el régimen público donde no les reconocen intereses a los trabajadores.

Como están las cosas, ¿cree que cerrar las afiliaciones a Colpensiones (como plantea Anif) a partir del 2019 no es algo aventurado?​

Nosotros no hemos planteado cerrar Colpensiones. La entidad debe concentrarse en impulsar programas como Colombia Mayor o BEPS, con algunos ajustes para mejorar su alcance y, si es el caso, el nuevo régimen contributivo de pensiones junto a las Administradoras de Fondos de Pensiones.

¿Confía en que se hará una reforma pensional en el próximo Gobierno, y sí se logra algunos analistas sostienen que será por allá en el año 2019 o 2020?
Desde Asofondos hemos insistido en la urgencia de una reforma pensional estructural y sin duda, deberá ser una prioridad en la agenda de la próxima administración. Con la Comisión de Gasto Público, el actual Gobierno dio un importante paso para dejar trazadas las recomendaciones en esta materia. Pero la reforma debe hacerse bien, no para camuflar los problemas fiscales de corto plazo.

¿Por qué cree que las últimas reformas al sistema pensional han fracasado?
Técnicamente, desde la Ley 100 de 1993, no hemos tenido una reforma estructural del Sistema Pensional Colombiano.
Sin embargo, hemos tenido modificaciones muy importantes al sistema, como la Ley 797 de 2003, que obligó a los trabajadores independientes a cotizar, impuso la restricción de traslados entre regímenes hasta 10 años antes de la edad de pensión y modificó la edad de pensión de 57 años para las mujeres y de 62 en los hombres.





Reflexiones al tema pensiones


domingo, 19 de noviembre de 2017

Pensiones: sin sesgos

19 de noviembre 2017 

Resultado de imagen para FOTOS DE CECILIA LOPEZ MONTAÑO

¿Porque en Colombia nunca ha podido resolver la desprotección de la población que termina su etapa productiva?


La reforma pensional no aparece entre las grandes prioridades de los líderes en el último Panel de Opinión, que realiza periódicamente la empresa Cifras y Conceptos.

Es entendible porque el grupo de dirigentes que participan en estas encuestas tiene resuelto su problema de vejez. Muchos de ellos posiblemente recibirán montos considerables de las empresas que han dirigido cuando se retiren, o tienen suficiente capital para asegurar una ancianidad sin dificultades. Pero el grueso de la población pobre o aun de clase media cómo y de qué van a vivir cuando sean adultos mayores sí es un tema que les quita el sueño.

Colombia nunca ha podido resolver la desprotección de la población que termina su etapa productiva. Cerca del 70 por ciento de los colombianos no tienen posibilidad de disfrutar de una pensión que les garantice los mínimos necesarios al concluir su vida productiva.

Como se afirmó hace 20 años, la Ley 100 no lograría la meta de un incremento significativo en la cobertura del sistema pensional, entre otras razones porque ese no fue realmente el objetivo que se perseguía (López et al., 1993). Para muchos era evidente que lo que se buscaba era dinamizar el mercado de capitales del país, siguiendo el ejemplo chileno. Ese propósito se consiguió plenamente. Hoy, los fondos privados de pensiones tienen 215 billones de pesos.


La verdadera razón para una nueva reforma pensional, además de lograr la mayor cobertura, no es el costo fiscal que produce el pago de pensiones del sistema de reparto, costo inflado por los dueños de los fondos.

La verdadera razón es el pánico que el mismo sistema privado generó en Chile con pensiones no superiores al 30 por ciento de los ingresos de los cotizantes. El sistema colombiano de ahorro individual todavía es muy joven y no ha empezado a pagar pensiones de vejez, pero ya existen serias preocupaciones entre quienes han seguido lo que ha sucedido en sistemas similares. ¿Por qué si los fondos han acumulado tanto dinero, las pensiones terminan siendo tan bajas? Los chilenos tienen las respuestas que los colombianos no quieren escuchar.



Nadie ha encontrado el sistema perfecto, pero lo que sí es evidente es que el debate sobre la reforma pensional no puede darse solo con los dueños de los fondos que afirman a gritos que el problema es el sistema de reparto, Colpensiones, el cual se tiene que liquidar para que ellos puedan quedarse con todos los aportes pensionales del país. Por fortuna, Fedesarrollo y el Externado han entrado a estas discusiones con posturas distintas, inclusive defendiendo la permanencia de Colpensiones.



Este es un debate trascendental, difícil de explicar en una columna de opinión. Pero lo que sí se les puede decir a los candidatos presidenciales, que no han dicho una palabra sobre este inmenso problema, es que sería un verdadero desastre que la definición del sistema que Colombia debe adoptar en una reforma impostergable quede en manos del grupo que tiene claros intereses financieros. 


Tanto el modelo de reparto como los fondos privados de ahorro pensional tienen problemas serios, pero una reforma en este campo debe apartarse del sesgo que traería si uno solo de los sistemas actuales define el futuro de la vejez de todos los colombianos. Lo que se requiere es más que seminarios que aporten verdades incompletas y manejos sesgados de la información.

Claro que hay serios problemas fiscales con el sistema actual, pero ¿por qué se le carga todo al sistema de reparto y no se miran los costos de los regímenes especiales? ¿Por qué no se analiza el costo acumulado de aquellos que nunca han contribuido al sistema y hoy tienen jugosas pensiones? ¿Y por qué no se les pide a los fondos que se comprometan con el verdadero valor que recibirán los pensionados, que han ahorrado durante su vida productiva? Para responder esas y otras preguntas se necesitan estudios actuariales, análisis financieros y muchos más, que se realicen con criterios técnicos y no con miradas interesadas.

CECILIA LÓPEZ MONTAÑO
cecilia@cecilialopez.com

Ante esto:
Quien puede ser el protector que requiere Colombia ?

EDITORIAL: Aterrizar debate pensional

http://jujogol.blogspot.com.co/2017/11/editorial-aterrizar-debate-pensional.html
Reformas a la Economía, SGT, Transparencia, Pensiones y otros asustan candidatos presidencia y senado



Reflexiones al tema pensiones

viernes, 17 de noviembre de 2017

Reformas a la Economía, SGT, Transparencia, Pensiones y otros asustan candidatos presidencia y senado

por: juan josé orrego lòpez

Foto del perfil de juan josé orrego lópez (tú)


Apreciados amigos:

Los Colombianos nos preguntamos:  

¿Porque a nuestros candidatos a la presidencia y al senado, el tema de la economía o hacienda publica, las reformas tributarias, el problema fiscal, su balanza comercial, la misma regla fiscal, el congreso y sus reforma urgente, las Pensiones, los privilegios, beneficios para pocos, entre otros tiene tantos enemigos y no habla nadao quedan mudos ??

Porque a nuestros candidatos a la presidencia y al senado, a los diferentes lideres o gobernantes, a los gobiernos, congresistas, magistrados y pensionados con salarios millonarios, les asusta e incomoda el tema o reforma a las pensiones   ???

Si nuestras autoridades y gobernantes, Presidente y Congreso, fueron elegidos para proteger a la nación y sus ciudadanos, porque no actúan y escuchan a la ciudadanía ante este clamor ?? 


Olivera: hay que reformar la ley de pensiones

http://jujogol.blogspot.com.co/2016/11/olivera-hay-que-reformar-la-ley-de.html


Reducción de salarios a congresistas, No todo está perdido: UNA PROPUESTA DECENTE.

http://jujogol.blogspot.com.co/2016/11/reduccion-de-salarios-congresistas-no.html


Congresistas: o se bajan el sueldo o los ponemos a trabajar --O las dos cosas, mejor aún

http://jujogol.blogspot.com.co/2016/11/congresistas-o-se-bajan-el-sueldo-o-los.html

 

Si conoce la duda a este clamor nacional, que bueno que lo comente y ayudemos a proteger a Colombia y sus 47 millones de ciudadanos.

 

Un cordial saludo,


 

Juan Josè Orrego Lòpez



Reflexiones al tema pensiones

jueves, 16 de noviembre de 2017

EDITORIAL: Aterrizar debate pensional

 elnuevosiglo.com.co, 
Bogotá, 
Noviembre 14, 2017


  • La ‘torre de babel’ sobre el tipo de reforma
  • No es simplemente ‘trasplantar’ un modelo
A medida que se acerca el final de este gobierno y toma ritmo la campaña presidencial, al tiempo que crece la expectativa por el informe que debe rendir la Misión Pensional en próximas semanas sobre el ajuste que debe aplicarse al régimen de jubilación en Colombia, el debate sobre la materia crece.
Precisamente días atrás hubo un foro en la capital del país en torno a este delicado tema. Expertos, gremios y otros centros de estudios económicos sentaron sus respectivas posturas y quedó claro que hay tantas coincidencias como disparidad de criterios respecto a cómo enfrentar la problemática de asegurar el sostenimiento económico de las personas cuando finalizan ciclo productivo laboral.
Entre los puntos de coincidencia el primero, y más preocupante, es sin duda que la sostenibilidad financiera del sistema a mediano y largo plazo no está asegurada, ni en el régimen de prima media como tampoco, incluso, en el de cuentas individuales que manejan los fondos de pensiones privadas. También hay similitud de criterios en torno a que la coexistencia de dos regímenes de jubilación genera más distorsiones que ventajas para el sistema. Por igual se advierte que el porcentaje de trabajadores que cotizan de manera permanente para asegurar su pensión continúa siendo muy bajo, evidenciando así que la informalidad laboral y la evasión continúan siendo los dos grandes enemigos pese a las reformas legales de los últimos años para combatir ambos flagelos.
Asimismo, se podría concluir que casi todos los diagnósticos coinciden en que es necesario aumentar la edad de jubilación en Colombia, que hoy se encuentra en 62 años para los hombres y 57 para las mujeres. Sin embargo, si bien se parte de un diagnóstico muy similar, las propuestas de reforma son distintas, al menos en lo que se refiere al énfasis que debería tener el ajuste. Por ejemplo, mientras que para algunos expertos, gremios y centros de estudios es necesario incrementar la edad de jubilación a 65 años, otros aunque están de acuerdo con este aumento difieren en torno a si debe mantenerse o no el diferencial entre hombres y mujeres.
También es evidente que no hay uniformidad en las propuestas sobre aumento de las semanas de cotización necesarias para jubilarse, ya que algunas propuestas plantean que este elemento no termina siendo factor determinante si se tiene en cuenta que el ingreso al mercado laboral es cada vez más precoz y un trabajador cumple ese requisito con mucha antelación a la edad mínima para pensionarse.
De igual manera, no hay uniformidad de criterios en torno a la escala de subsidios cruzados sobre las mesadas. Para un sector es necesario mantener este esquema pero mejorando la focalización, de forma tal que se corrija el yerro de que pensionados con altas sumas reciban beneficios en este aspecto, lo que contraría el principio de solidaridad que es premisa del sistema pensional colombiano.
No menos obvia es la contradicción frente a sistemas como el de Beneficios Económicos Periódicos (BEPS), implementado para otorgar auxilios pensionales por debajo del salario mínimo mensual. Algunas propuestas de reforma son partidarias de mantenerlos como mecanismo de cobertura y asistencia solidaria a población adulta mayor que no cotizó lo suficiente, mientras que otras consideran que esta clase de instrumentos producen más distorsiones que beneficios, e incluso generan un efecto perverso que atenta contra los esfuerzos de formalización laboral y de seguridad social…

Como se ve el problema no sólo se reduce a determinar que se requiere una reforma a fondo del sistema de jubilación en Colombia, sino a delinear qué tipo de ajuste es el más adecuado. Es claro que la realidad laboral colombiana es muy distinta a la de otros países y por eso no se puede pensar en simplemente trasplantar un esquema que funcione en otras latitudes.

La escala salarial, modalidades de remuneración, la línea de pobreza, tasas de cobertura de seguridad social, índices de formalización laboral, evolución de la esperanza de vida, redefinición del ciclo productivo de la masa de trabajadores… En fin, son muchos los asuntos a analizar antes de entrar a definir qué reforma es la más adecuada. Sólo cuando este asunto esté resuelto se podrá entrar a señalar qué hacer con Colpensiones, los fondos privados, su régimen de inversiones, el modelo de sostenibilidad fiscal a mediano y largo plazos, el tipo de mesadas a pagar…
Es necesario, entonces, empezar a aterrizar el modelo de reforma que se necesita y acabar, por esa vía, con la ‘torre de babel’ que hoy prima al respecto. No podemos pasar del sobre-diagnóstico de la crisis, al debate eterno sobre qué tipo de ajuste aplicar..

Ante esto: 

QUIEN SERÁ EL PROTECTOR QUE REQUIERE COLOMBIA ?

http://jujogol.blogspot.com.co/2017/11/quien-sera-el-protector-que-requiere.html


Reflexiones al tema pensiones

sábado, 11 de noviembre de 2017

¡No más normas, por favor!

semana.com, 

POR:  | 2017/11/11 

Resultado de imagen para FOTOS DE JOSÉ MANUEL ACEVEDO

Por cuenta del exceso de regulación, Colombia ya no es una nación sino una inmensa e indescifrable confusión.

Cuando Gilberto Alzate Avendaño pronunció su memorable frase de que “en Colombia muchos abogados vivían con el alma prendida de un inciso”, nunca se imaginó que años después llegarían a ser tantos los incisos de las leyes, los decretos, los códigos y estatutos, las resoluciones, los CONPES y CONFIS y hasta un acuerdo de paz que, de no ser porque la corte lo impidió, le habría metido paginas y paginas a nuestra ya extensa constitución. 

De todo ello vivimos prendidos, en efecto, no solo los abogados sino todos los colombianos que padecemos y hasta nos acostumbramos a esta maraña legal y legalista en la que vivimos.

En un mundo en el que la simplificación se impone en otras áreas como la tecnología y el diseño gráfico, nuestros legisladores y autoridades administrativas están obsesionados con hacerlo todo más complejo, al punto de llegar al absurdo de mantener vigentes disposiciones que se contradicen entre sí. El verbo ‘derogar’ no existe en el vocabulario jurídico colombiano y mientras se ‘sobrelegisla’ en el Congreso, se ‘híper-regula’ en oficinas administrativas que se ocupan de las actividades sectoriales.

Tanta regulación le enreda la vida a empresarios, inversionistas y comerciantes pero, sobre todo, le complica el panorama a los ciudadanos comunes y corrientes que por cuenta de una desbordada tramitología, frecuentemente se ven obligados a conseguir intermediarios o “expertos en la materia” que terminan de hacer más costosos y transaccionales pero, sobre todo, menos transparentes los procesos y papeleos a los que estamos inexorablemente sometidos.

La volatilidad jurídica ha alcanzado su máxima expresión y con 30 mil leyes vigentes -puedo quedarme corto- somos uno de los países con el derecho formal más rechoncho del mundo.

Según datos recientes del Departamento Nacional de Planeación, producimos al día 2,8 decretos, 11,2 resoluciones y 15,4 normativas en promedio. Así las cosas Colombia ya no es una nación sino una inmensa e indescifrable confusión. 

Todos los sectores de la economía están afectados por este fenómeno pero hay unos como el del gas y la energía que sobreviven milagrosamente a pesar del exceso normativo. En un diálogo que moderé hace unos días con varios de los actores claves dedicados a este negocio, empresarios como Antonio Celia recordaron que solo en el último año la Comisión de Regulación de Energía y Gas (CREG) sacó 262 resoluciones y en los últimos 10 años esa cifra superó las 2,000.

A todo ello agreguémosle las constantes inclusiones de nuevos artículos en las reformas tributarias -que para no romper la tradición tienen lugar cada dos años- y la torpe pero recurrente mentalidad de nuestros políticos de que para cada problema hay que inventarse una nueva norma.

Por eso, en su último congreso, los comerciantes del país agremiados en Fenalco, propusieron a través de su máximo representante Guillermo Botero copiar el modelo de países como Estados Unidos, Canadá o México que desde 2017 establecieron que por cada nueva regulación que se implementa en sus países, el gobierno está obligado a eliminar dos. Una medida similar está funcionando en Inglaterra desde el 2010 y el mundo, en general, transita el sendero de la simplificación normativa. 

Si bien es cierto que, en su momento, el ministerio de la presidencia a cargo de Néstor Humberto Martinez y luego de María Lorena Gutiérrez intentaron conjuntamente con Simón Gaviria desde el DNP unificar una gran cantidad de decretos e hicieron esfuerzos por ocuparse de la sobre-regulación, todo intento de mejorar se ha quedado corto. 

Se trata de un trabajo dispendioso pero urgente y las universidades que pudieran echar una mano desde sus facultades de derecho identificando inteligentemente las normas que sobran, todavía nos deben un servicio social que mucho les agradeceríamos en esa dirección.  

Bien harían los candidatos presidenciales en poner entre sus prioridades este asunto transversal para la vida y el funcionamiento de esta difícil nación. Por lo pronto les pedimos, les suplicamos a todos que no se inventen más leyes, que apliquen las que ya existen y que apunten en sus diccionarios personales una palabra a la hora de gobernar y legislar: simplificación. De verdad: ¡no más normas, por favor!

Twitter @JoseMAcevedo