miércoles, 29 de julio de 2020

¿Soñar para que?

www.cronicadelquindio.com JUL 30 de 2020
Por: Juan José Orrego López


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A pesar de las dificultades y errores con daños a la sociedad civil, miles de ciudadanos vivimos orgullosos de Colombia, de sus ilustres profesionales y muchos líderes del pasado que dejaron huellas de transformaciones y sueños realizados. Desearíamos tenerlos para fomentar y extender ese empuje a millones de colombianos, pareciera que hoy a nuestros líderes parece que les incomoda repetir ese ejemplo de esos grandes hombres, pues se gana más con ese desconocimiento e ignorancia del pueblo como la herramienta ideal para vivir y disfrutar bien del poder. Prefieren que ser un estadista con visiones futurista protegiendo la nación o región.

Los fallos de la Corte Constitucional a unos decretos,  abre el espacio a una variedad de opiniones, para unos es injusto que por unos errores tan sencillos afecte al país. Otros ven más allá, consideran el momento para debatir la deficiente y débil estructura del estado, sus tres ramas y sus herramientas de control, sin dejar a un lado la inmensa responsabilidad y culpabilidad de los partidos políticos, pues son ellos, a través de sus estatutos y avales, los que designan las personas responsables para gestionar, visionar y llevar a cabo las transformaciones. Hoy son cuestionados y justifican ese inconformismo, congreso-presidencia por el poco interés de no querer o apropiarse para mejorar las estructura y control del estado.

Que sigue, lo mismo o quizás peor porque no hay espacio para cambios positivos. Con el inicio de secciones del congreso, lo que se percibe, es la variedad de proyectos populistas, difíciles de realizar, que buscan avivar corazones. Ejemplo de ello la propuesta de reducir el congreso y rebajar los salarios, aplaudible o soñadora idea, sobre la que es oportuno divulgar, que cualquier cambio al salario de los altos funcionarios del Estado, exige de una reforma constitucional previa contando el congreso con otra herramienta especial y oculta que han protegido como el gran tesoro o guaca de ellos, para hacer lo que quieran con el tiempo y espacio, sin que nadie los moleste, la famosa Ley 5 del 92. Intocable.

El desorden a la débil estructura del estado, congreso y partidos políticos se refleja en un ejemplo claro, Renta Básica Universal. Es increíble cómo juegan, se retarda, se emboba, mienten, dividen al país, esto es mejor, se atraviesan para no beneficiar a otros, sin pensar que hay una población inmensa que sufre, pues primero son ellos y sus beneficios, conducta que brilla donde a muchos no les importa el país, primero asegurar la continuidad y el control del poder.

Ante el rechazo a congresistas y líderes cuestionados, se oye ruidos y pasos de voces proclamándose como salvadores que actúan como varita mágica, con soluciones, atrayendo poblaciones y empresarios lideres solitarios sin partidos o como grupos cívicos o veedurías, actuando en silencio con un objetivo disimulado: conquistar el poder.

¿A quién creerle? por el momento a nadie, pues no se ven personas libres, se ven es compromisos, de unos que quieren ser y llegar, sin saber hacer o construir en lo público.



¿Soñar para que? 




Reflexiones al tema pensiones

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lunes, 27 de julio de 2020

Editorial: Idea de retirar el ahorro pensional toca a la puerta

www.larepublica.co/,lunes, 27 de julio de 2020
Editorial: La Republica.co

 

Son urgentes las reformas pensionales en toda la región, pero hay que tener mucho cuidado cuando se generalice la idea de permitir retirar una parte del ahorro pensional

La pandemia en América Latina ha sido de tal magnitud que ha forzado reformas pensionales a la carrera en varios países de la región. En la Alianza del Pacífico, solo Colombia y México aún no enfrentan proyectos de ley formales en sus congresos, mientras que Perú fue pionero de esa idea y en Chile es una realidad muy polémica poder retirar 10% de los montos depositados en las Administradoras de Fondos de Pensiones para hacer frente a la situación de las familias. En el caso peruano se puede retirar de forma extraordinaria hasta 25% del ahorro y hasta un máximo de US$3.700 por persona. Esta tendencia no es un asunto solo de países pobres. Un estudio elaborado por la Ocde le da paso a esta posibilidad que no puede ser copiada en bruto, pues cada país es diferente. “Los acuerdos de ahorro para la jubilación que acumulan activos para respaldar los ingresos futuros de la jubilación, ya sea beneficio definido o contribución definida, están experimentando una tensión sin precedentes debido al covid-19 y la recesión económica relacionada”. Finlandia, Australia, Francia, Islandia, Portugal, España y Estados Unidos son algunos de los países que lo permiten u otorgan préstamos que salen de los fondos pensionales, pero todo depende de los regímenes pensionales de cada economía.
La Corte Constitucional ha actuado en ese sentido y está protegiendo el ahorro de las personas como un bien superior, en ese sentido declararon inexequible algunos decretos la semana pasada, pues el Ministerio de Hacienda ya había dispuesto de algunas acciones parientes para financiar la crisis y si la cartera de economía echa mano de fondos, por qué los dueños del dinero no lo pueden hacer, dictaría un razonamiento. Es factible que antes de generalizar la idea se empiece por pensar dejar que los colombianos que alguna vez cotizaron en los fondos privados o en Colpensiones y dejaron de hacerlo, puedan retirar ese dinero que termina en unos fondos generales y el ahorrador “temporero” se olvida de reclamarlo o evita toda la burocracia que le impide recuperar su dinero. El otro caso es que cuando un fondo privado no brinde unos mínimos de rentabilidad, el cotizante también pueda no pagar administración. Son muchas las ideas que se pueden ir tejiendo solo con leer qué está pasando en países similares al nuestro.
Lo que sí es un craso error es vender la idea de que se puedan hacer retiros parciales o totales de las pensiones, “comida de hoy, hambre de mañana”. Una sugerencia que en medio del populismo campante puede polarizar más al país y liquidar una buena parte del capital de trabajo de los fondos privados como protagonistas del mercado secundario y de la financiación de grandes obras de infraestructura. Lo importante es planear el futuro y eso no se puede hacer sin ahorro a largo plazo; los regímenes pensionales existen en los Estados de bienestar para que los trabajadores gocen de un buen retiro con todas las condiciones de calidad de vida. No podemos olvidar que de los 6 millones de colombianos que tienen la edad para pensionarse, solo 2 millones lo consiguen, es decir, uno de cada tres tiene acceso a una pensión. Un debate que no puede ocultarse, pero con todas las cartas sobre la mesa para evitar que las discusiones sean ideologizadas y usadas con fines políticos.








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Líos y más líos con las pensiones

www.elespectador.com/, Lunes 27 De Julio
POR EL ESPECTADOR

El régimen pensional sigue siendo una carga onerosa y plagada de personas que explotan sus lagunas. La tan prometida reforma a las pensiones no se puede seguir aplazando. / Foto: Getty Images
El régimen pensional sigue siendo una carga onerosa y plagada de personas que explotan sus lagunas. La tan prometida reforma a las pensiones no se puede seguir aplazando.
 / Foto: Getty Images / Getty Images
La Corte Constitucional desató una polémica al tumbar, la semana pasada, un decreto que había alterado dos aspectos claves del régimen pensional en plena pandemia. Al tomar la decisión, el alto tribunal adoptó los argumentos de quienes veían la medida como una vulneración indebida a los derechos de la protección social de los colombianos, pero también hace que surjan más preguntas sobre cómo se van a restituir los aportes que no se dieron en abril y mayo. La providencia es un recordatorio de lo difícil que ha sido en el país tocar la maraña de las pensiones y el reto que persiste para aprobar una reforma integral y necesaria.
El Decreto 558 de 2020 generó discusiones fuertes desde que fue expedido. Adoptado por el Gobierno nacional en medio de la declaratoria de emergencia social y económica, pretendía tener dos efectos. Por un lado, permitía que por dos meses, de manera voluntaria, las empresas no hicieran la cotización completa de sus empleados, reduciendo el aporte del 16 al 3 %. Por otro, ordenaba el traslado de 25.000 pensionados de fondos privados a Colpensiones.
La primera medida tenía como propósito dar un alivio al empleo formal, mientras muchas empresas estaban empezando a cerrar y despedir a sus empleados. La segunda buscaba inyectarle recursos al sistema público. Sin embargo, desde el principio varios expertos expresaron sus dudas sobre tomar decisiones tan importantes de forma apresurada.
Al respecto, la Procuraduría había dicho que “en el caso de los afiliados a Colpensiones, la situación es particularmente gravosa, pues la reducción del aporte supone necesariamente menores ingresos al fondo común de vejez. Además, a pesar de tenerse en cuenta, las semanas no sumarán como adicionales a las 1.300 para acceder a una tasa de reemplazo mayor en el monto de la pensión, si el aporte es superior al salario mínimo, lo que afectaría el IBL de aquellos trabajadores que tienen un número superior de semanas a las de garantía de pensión mínima”. Según analistas, solo en Colpensiones dejaron de recibir entre $650.000 y $700.000 millones y para las AFP la cifra podría superar el billón de pesos.
Entonces, la Corte Constitucional optó por proteger los derechos de los colombianos. Aunque los magistrados dispusieron que “todo vuelve al estado en que se encontraba antes de la expedición del decreto”, no es claro el qué ocurrirá con las empresas que no hicieron los aportes adecuados. ¿Deberán pagarlos? ¿Y si la crisis continúa? Por supuesto, no es al tribunal al que le corresponde dar esas respuestas, sino al Gobierno. Será necesario tener en cuenta que la economía sigue golpeada, el desempleo en aumento y ya los efectos del decreto se habían materializado. También es un recordatorio de que el Estado necesita encontrar maneras creativas de financiarse ante la crisis.
Tenemos que hablar del régimen pensional. Sigue siendo una carga onerosa y plagada de personas que explotan sus lagunas. La tan prometida reforma pensional no se puede seguir aplazando. Colombia necesita nuevas reglas claras para que las generaciones de colombianos que están cotizando sepan cuáles serán las condiciones de un sistema que está en problemas. Que la caída del decreto sea la oportunidad para traer, de nuevo, el tema a la mesa.
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domingo, 26 de julio de 2020

La prioridad es el empleo

www.elespectador.com/, julio 26 de 2020





El país está sometido a fórmulas internacionales que no han sido confrontadas con la realidad. Se espera que el financiamiento por conducto de los déficits fiscales contrarreste la secuela del confinamiento. No se advierte que en condiciones de bajo ahorro y desbalance interno la liquidez fiscal no entra a la economía. No afecta la producción y el empleo. Tan sólo morigera la caída de la demanda. Por eso, los desplomes de la producción y el empleo han resultado muy superiores a los previstos en los tanques del pensamiento y los organismos internacionales.
El país adelantó el confinamiento por razones de salud pública sin justificación científica. El expediente se justificó sobre la base de qué la caída de la economía se contrarrestaría con un déficit de 8.2% del PIB. La reducción del ahorro ocasionada por el confinamiento sería compensada por la ampliación del financiamiento externo que entraría por conducto déficit fiscal. Se configuró un desbalance interno entre el gasto y el producto nacional que impide la entrada de la liquidez a la economía, a tiempo que precipita el desplome de la producción y el disparo del desempleo.
En un principio el Gobierno estimaba la caída del producto en el presente año en 3.2%. En los siguientes meses cuando aparecieron las cifras devastadoras de abril y mayo, se vio que las caídas de la producción y el empleo en el año serían de 10 y 20% respectivamente. El déficit fiscal de 8.2% del PIB no tuvo mayor incidencia para detenerlas.
La historia se repetirá en el próximo año. El ahorro se verá reducido por la baja del ingreso del presente año y la extensión de las ayudas a los sectores más vulnerables. El rebote no será ni la tercera parte de la caída del presente año. En el 2022 el país se encontrará ante una caída del producto sinprecedentes y cuantiosos déficits fiscal y en cuenta corriente. La economía entrará en un estado de retroceso en el crecimiento y la distribución.
Los análisis de los altos círculos se fundamentan en las teorías clásicas del equilibrio. No se advierte que el aumento de la liquidez no entra a la economía mientras persista el desbalance interno. El desbalance interno y al desempleo no se corrigen con déficits fiscales y endeudamiento.
Dentro de la misma concepción, ahora aparece como propuesta salvadora de los países del Euro, la conformación de un gran fondo para financiar a los países damnificados por la crisis. De esa manera, pretenden que sus cuantiosos superávits comerciales sean absorbidos por los déficits de las naciones de menor desarrollo, como sería el caso de América Latina.
La monumental crisis nacional, que tiene su expansión más alarmante en 8 millones de personas expulsadas del mercado laboral, sólo se puede resolver con la eliminación del desbalance interno que la causó. La solución es un cambio drástico en la estructura de comercio internacional para aumentar las exportaciones, reducir las importaciones y elevar la productividad del trabajo y el salario.
La fórmula de mercado de ampliar los déficits en cuenta corriente financiados con crédito externo es la causa de la crisis qué se manifiesta en cuantioso déficit en cuenta corriente y bajo ahorro. Es un estímulo para sustituir el empleo nacional por importaciones y deuda externa. El problema del empleo no es de divisas para adquirir los bienes en el exterior, sino de crear las condiciones para que las empresas tengan la demanda y la estructura productiva adecuadas para aumentar la producción y absorber la mano de obra. En la práctica se consigue con el modelo de balanza de pagos superavitaria.
El país se enfrenta ante un mundo económico convulsionado sin diagnósticos y estrategias explícitas y con proyecciones que se incumplen en forma reiterada. Las soluciones requieren un amplio debate.

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La paz verdadera


www.elespectador.com/, julio 26 de 2020
Por: William Ospina

En el 'reino vallenato', William Ospina presenta 'Guayacanal', su ...

Lo único que podría hacer hoy la política por nosotros sería darnos conciencia de lo que pasa en el mundo, hacernos más fuertes y más activos como ciudadanos, llamarnos a la responsabilidad, ayudarnos a tener iniciativa. Pero la política, que ya merece otro rostro, se ha vuelto un oficio, una profesión, y los que la ejercen están en continua rivalidad porque se disputan un electorado, entonces su principal tarea, a pesar de las urgencias del mundo, es desprestigiar a la competencia.
En Colombia es la más vieja costumbre de los políticos: no hablan de otra cosa que de cuán malos son los otros, y desde hace tiempo trabajan sin descanso por lograr que medio país odie al otro medio y vea en él al demonio. La estrategia es burda y dañina, pero les ha dado resultado, engendró la violencia de los años 50, dividió al país en buenos y malos, ha sido capaz incluso de convertir la paz en una bandera que enfrenta los unos a los otros.
Pero un país no se construye sin un mínimo acuerdo entre los ciudadanos, sin una básica solidaridad nacional, sin un respeto profundo por el adversario. El precio de estar en paz con el mundo no puede ser estar en conflicto permanente consigo mismo. Es verdad que Antonio Machado decía: No extrañéis, caros amigos, / que esté mi frente arrugada, / yo vivo en paz con los hombres/ y en guerra con mis entrañas. Pero no se refería a los países sino a los individuos: un ser humano debe ser capaz de combatirse a sí mismo si eso ayuda a reconciliarse con los demás.
Y esa básica reconciliación debería ser la tarea suprema de la política. No borrar las diferencias, pero saberlas gestionar; no anular los desacuerdos, pero saberlos debatir; no eludir los conflictos, pero resolverlos de un modo creativo. Dicen que para eso se inventó la política, para hacer que lo que pudo ser una guerra se convierta en un debate civilizado. Y por eso es extraño que llamemos política a lo que siempre se hizo aquí: sembrar discordias retóricas, descalificar a los otros, ver intenciones malignas en todo el que piense distinto.
Pero debajo de las guerras civiles, como debajo de las revoluciones, siempre hay un orden injusto en el que unos son tiranos y los otros son víctimas. Si la paz es hija del entendimiento, este no nace de las buenas intenciones, sino de las transformaciones reales. La condición para que disminuyan las discordias es construir un orden que valga para todos. Y para eso el interés de la comunidad tiene que pesar más que el interés de los dirigentes.
Colombia ha pasado por varias guerras, pero no ha sido capaz de acabar una sola de ellas. Una guerra con las guerrillas, una guerra con los paramilitares, una guerra con el narcotráfico, una guerra con la delincuencia común. Y aunque todos jugamos a soñar que lo es, nuestro Estado no es legítimo: está ausente donde se lo necesita y demasiado presente donde es menos útil. Sirve a muchos intereses, pero no sirve a los intereses supremos de la nación; protege a unos y desampara a otros, consiente a unos y abusa de otros, su ley es la arbitrariedad, su fundamento es la desigualdad, su fruto más evidente es la injusticia.
Ahora se acusan unos a otros de guerrilleros, de paramilitares, pero el mal verdadero es anterior. Un Estado que abandonó a los campesinos y desamparó los campos forzó al nacimiento de las guerrillas; un Estado que no protegió a los propietarios ni a las clases medias rurales de la barbarie de las guerrillas forzó al nacimiento de los paramilitares; un Estado que no combatió a los paramilitares sino que se alió con ellos, socavó su propia legitimidad. Y al calor de las discordias de los políticos, pasaba de aliarse con los paramilitares a aliarse con las guerrillas, siempre unos pasos detrás de la realidad, sembrando más discordias de las que resolvía.
Cuando los males alcanzan las dimensiones de una guerra, ya no caben las responsabilidades personales. Por eso no se debe negar que la guerra existió, y todavía existe, porque solo si hubo una guerra hay una explicación, así sea infernal, para la atrocidad. Todo el que niegue que existió la guerra asume la atrocidad como una responsabilidad personal. Pero si se asume que la guerra existió, ya no hay lugar para los tribunales.
Si todos se degradaron, ya nadie está en condiciones de montarle un juicio al adversario. Y los tribunales que no son aceptados por todos son parte de la guerra, no de la reconciliación. Hoy la principal ocupación de los políticos es buscar a los responsables de las atrocidades de la guerra que supuestamente quedó atrás. Pero no lo hacen por amor a la justicia, sino por desacreditar a la competencia. Estamos en el mercado más triste: el de la venta de odios. Y no hay nada original en nuestros políticos, están haciendo lo único que hicieron siempre, lo único que aprendieron a hacer.
Hay momentos en que la democracia tiene que reinventarse, y no se reinventa con caudillos sino con liderazgos casi invisibles. Es la comunidad la que tiene que abrirles camino a sus sueños, y para eso la política tiene que crear un sentido profundo de comunidad.
La Colombia que va a nacer muy pronto pondrá más el énfasis en el presente que en el pasado. No hablará tanto de lo que se hizo sino de lo que es necesario hacer. Debe endiosar menos a los dirigentes y endiosar más a los seres humanos, a los que fueron borrados siempre de la leyenda nacional, por indios, por negros, por provincianos, y sobre todo por pobres.
Porque allí está la verdadera grandeza, allí está la verdadera dignidad, y allí estuvo siempre la paz verdadera.

Willian Ospina

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Editorial: ¿Eso es todo lo que hay para enfrentar la crisis?

El plan anunciado por el presidente de la República, Iván Duque, para enfrentar el coronavirus en lo que le queda de mandato decepciona por su falta de ambición. En la instalación del Congreso de la República, el mandatario dijo que desea “asumir un compromiso con Colombia, un compromiso con todos los ciudadanos para que nuestro país salga adelante”. Y agregó: “Tenemos una agenda legislativa ambiciosa, que recoge aspiraciones ciudadanas inaplazables y que estaremos presentando en los próximos días con las bancadas de gobierno”. Sin embargo, y pese a las buenas intenciones, los proyectos anunciados se quedan muy cortos del impulso reformista que necesita Colombia en este momento.
El Gobierno tiene bien diagnosticado el problema. Con un desempleo histórico del 24 % en mayo, con las personas sin posibilidad de volver a sus trabajos, con el encierro alargándose y con los contagios en aumento, el país está en una crisis económica compleja. Además, el Estado se encuentra falto de recursos, en parte por la reforma tributaria impulsada al aterrizar este gobierno en la Casa de Nariño, que creó huecos fiscales que ahora son más difíciles de cubrir. Nuestra economía necesita una inyección de energía, una “repotenciación”, como la llamó el presidente. En eso estamos de acuerdo.
Las preguntas comienzan con los métodos empleados para la “reactivación segura”. Cuando el país necesita una visión ambiciosa y clara de recuperación y de reforma, el presidente Duque ofrece un abanico de soluciones tradicionales, concentradas en torno a inversiones rimbombantes, pero tímidas, y con una agenda legislativa que sí corrige situaciones problemáticas, pero no se atreve a repensar un país pospandemia.
Si se mira lo ocurrido en la Unión Europea, el contraste es enorme. Enfrentados a una crisis que no se veía en casi un siglo, los líderes de Europa dejaron a un lado sus diferencias, rompieron con la ortodoxia económica y vieron este momento histórico como lo que es: una oportunidad de invertir, reformar y hacer un nuevo pacto social. Se dirá que Colombia no cuenta con los mismos recursos, y eso es cierto. Pero antes de hablar de montos presupuestales es esencial pensar en los principios orientadores de las políticas públicas. Todo ha cambiado, ¿no es momento de que Colombia también cambie y que el liderazgo político pinte un mapa novedoso de lo que vendrá en los próximos años?
El presidente habló de más de $100 billones, en inversión pública y privada, para crear un millón de empleos en estos años; también de 200.000 subsidios de vivienda y de una modernización de las normativas de ese sector; explicó una serie de préstamos, así como la renovación del Ingreso Solidario, “que estará con nosotros como mínimo hasta junio del año 2021”, e hizo énfasis en la importancia del campo. Dentro de sus pronunciamientos estuvo una mención al catastro multipropósito, una medida que debería implementarse cuanto antes para, de una vez por todas, saldar la deuda histórica que tiene Colombia y poder contar con un sistema de información suficiente sobre distribución de las tierras.
Pese a ser sin duda temas importantes, insistimos en la pregunta: ¿eso es todo lo que hará el país en la crisis? ¿Esperar a que pase la tormenta con algunos paliativos? ¿Perderemos esta oportunidad de reforma? ¿No haremos un nuevo pacto social con la ciudadanía?
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jueves, 23 de julio de 2020

FALLO CORTE DE INCONSTITU. TRASLADO A COLPENSIONES (5 link)

www.jujogol.blogspot.com, Julio 23 de 2020

www.eltiempo.com, www.elespectador.com/, 
https://pluralidadz.com/https://elnuevosiglo.com.co/
https://www.portafolio.co/e


Pensiones
El decreto buscaba generar un alivio económico para los trabajadores e independientes, así como para las empresas.
Foto: 
archivo particular
Adjunto cinco link (5) de el Espectador, el tiempo, el nuevo siglo, portafolio y otro sobre el fallo de la corte del traslado de pensiones de fondos privados a colpensiones la cual fue negada.

Fallo es retroactivo. Trabajadores y empresas tendrían que reponer aportes no realizados por covid.

Se trata del decreto 558 de 2020 que permitió la reducción de los aportes del 16 al 3 % y que ordenó traslado de pensionados de las AFP a Colpensiones.

El decreto legislativo 558 del 15 de abril de 2020, que pretendía que Colpensiones asumiera el riesgo fiscal y pagara las pérdidas de los fondos privados, fue tumbado en el día de hoy, por la Corte Constitucional.

Fue declarado inexequible por la Corte Constitucional el Decreto legislativo 558 de 2020, con el cual el Gobierno autorizó una reducción en los aportes de pensiones.


 

miércoles, 22 de julio de 2020

Cuáles líderes quieren al país

www.cronicadelquindio.com JUL 23 de 2020
Por: Juan José Orrego López


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El anuncio del gobierno de aplazar las reformas básicas para el 2021 es como si un extraño o asesor, gozará con la miseria, injusticia. Es, además un freno al desarrollo al país, pues con el inicio de labores del congreso, es la oportunidad para no perder tiempo, ir adelantando ajustes que requiere unir gobierno-congreso e incorporar los nuevos ingresos para las soluciones futuras al presupuesto 2021 valores que deben estar en el nuevo marco fiscal y el plan operativo anual de inversiones, -Poai- con los giros pendientes del 2019 difíciles de cumplir el 3.9% S.G.P o el 1.6% en la salud que pide adiciones y otros gastos e inversiones o vigencias futuras más allá del 2021 con costos enormes, entonces: ¿Porque aplazar las reformas para el 2021?
La encuesta del DANE y el resultado del presupuesto de hogares es razón válida para no aplazar, pues estima que el 60% del 10% de hogares con más ingresos, viven en sectores de estratos 1, 2 y 3, o como lo expresan los profesionales Luis J. Garay y Jorge E. Espitia, 6 de cada 10 hogares, con los ingresos más altos del país, reciben subsidios  para el pago de los servicios públicos, que en forma similar también gozan de estos beneficios las pensiones altas, siendo estos uno de los ejemplos claros de esa regresividad en los subsidios.
Si se modificó la constitución en reformas que hoy son un fiasco por costos y daños en regiones, elección de gobernador y alcalde, es el instante para hacer cambios positivos al control de los ingresos, cortar cuanto antes ese freno en unos rubros de ingresos y gastos por esa inflexibilidad existente, con ajustes correctos para liberar y facilitar al país más recursos, ampliar servicios y control en unas transferencias, aprovechando para eliminar regímenes especiales de pensiones injustas ejemplo, presidencia de la república.
El inicio de secciones en el congreso es la ventana abierta a la campaña del 2022, que sirve para mostrar o ilusionar con planes, unos por no decir todos, renta básica, sin definir su financiación como soporte, lo que demandaría mayor claridad de sus fuentes, de tal manera que no vaya a afectar programas establecidos y las finanzas del país, cuando las reformas básicas que piden ajustes urgentes están programadas para ser estudiadas en el 2021. ¿A qué temen?
Es el instante donde el congreso tiene una gran oportunidad para mostrar su jerarquía debatir y crear soluciones, proyectar y controlar los recursos previniendo pérdidas económicas al país, cumpliendo su deber legislativo, a no ser que prefieran negociar primero sus cuotas políticas para no arriesgar su condición de “líder”, que cumplir su responsabilidad de congresista, decisión que seguro la sociedad civil no lo olvidará y lo mostrará como ejemplo. No lo duden.
Ricardo Ávila en su artículo, “una revolución a las buenas”, dice: La desigualdad de ingresos y oportunidades que llevó a múltiples expresiones de descontento en diferentes partes del globo el año pasado, será más evidente ahora_

Cuáles líderes quieren al país



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martes, 21 de julio de 2020

Ventana pensional: ¿problema o solución?

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Imponer una demanda para trasladarse a Colpensiones se puso de moda en Colombia en los últimos dos años: se pasó de 9 mil procesos a más de 20 mil. Y cómo no si en más del 85 % de los casos el sistema judicial lo permite y los beneficiarios dan por cierto que su pensión será mayor a la que hubieran obtenido en un fondo de pensiones privado.


Sin embargo, pensando en el costo de estos procesos para el Estado y en ayudar a descongestionar el sistema judicial, el representante a la Cámara Juan Carlos Wills radicó en el Congreso hace un año un proyecto de ley que propone autorizar el cambio de régimen pensional a miles de personas que en este momento no pueden hacerlo: la ventana pensional.

El Régimen de Prima Media (RPM), que administra Colpensiones, por tratarse de un modelo de reparto (una bolsa común que alimentan los trabajadores) subsidiado por el Estado tiene una serie de beneficios diferentes a los que permiten las administradoras de fondos de pensiones (AFP), que conforman el Régimen de Ahorro Individual con Solidaridad (RAIS).

Si bien cada caso es particular, en el imaginario del país ha hecho carrera la idea de que es mejor ser pensionado de Colpensiones que de alguna de las administradoras privadas (Protección, Porvenir, Colfondos o Skandia). Esta podría ser una realidad para algunas personas que están cerca de su jubilación, pero no tienen derecho a esta opción debido a que la ley (797 de 2003) prohibió el cambio de sistema para quienes estén a menos de 10 años de pensionarse, es decir, 47 años para las mujeres y 52 para los hombres.

La propuesta de Wills, que fue aprobada en la plenaria de la Cámara de Representantes a mediados de junio, es añadir un artículo transitorio a la mencionada ley para que en un plazo de seis meses se permita el traslado de afiliados entre regímenes a mujeres mayores de 50 años y a hombres mayores de 52 siempre que hayan cotizado un mínimo de 750 semanas para pensión.

La Asociación Colombiana de Administradoras de Fondos de Pensiones y de Cesantía (Asofondos) tiene cálculos de que hay 384 mil potenciales beneficiarios de aprobarse la ley, aunque, según sus proyecciones, solo a 117 mil de ellos les convendría el cambio de régimen, porque les significaría un beneficio real en el cálculo de su mesada.

La preocupación del gremio radica en que la decisión aumentaría el porcentaje del Presupuesto General de la Nación que se destina a pensiones, pues una vez estas personas se jubilen, Colpensiones debe poner de su bolsillo $60 billones adicionales (en el hipotético de que se trasladen las 384 mil personas que podrían hacerlo), “será un hueco fiscal dirigido a la población de más altos ingresos que no debería tener subsidio y lo tendrá”, dijo Jorge Llano, vicepresidente de Asofondos, al revelar que los 117 mil afiliados a los que les conviene tienen, en su mayoría, salarios de más de $4 millones.

Además, para hacer efectivo el traslado, las AFP deben entregar a Colpensiones el ahorro de quienes hagan la transición, lo que significa que deben vender portafolios para obtener la liquidez necesaria en cuestión de meses, lo que generaría presión en el mercado de capitales, que es altamente volátil a estos movimientos y hasta en la deuda del Gobierno por la compra de TES. Asofondos estima que los 384 mil potenciales beneficiarios tienen en suma unos $36,6 billones en sus cuentas, “las AFP generan inversión a largo plazo, que aportan 0,58 puntos porcentuales de crecimiento a la economía y dan liquidez a empresas, al Gobierno y a las obras de infraestructura, pero esa destrucción del ahorro para volverlo consumo genera un círculo vicioso”, advirtió Llano.

Aunque Asofondos cree que el solo ruido hará que la gente se traslade, es difícil determinar cuál de estos escenarios se materializará, pues es un proceso voluntario y quienes lo hagan recibirán una asesoría tanto de su AFP como de Colpensiones para ayudarlos a optar por el mejor escenario. De hecho, el Ministerio de Hacienda estima que el costo fiscal sería de $27 billones y llegaría a su punto más alto en 50 años, “eso no es nada comparado con lo que se gana en materia de justicia social, y seguro vale más la congestión judicial y tienen más impacto los $1.200 millones mensuales que gasta Colpensiones en demandas”, dijo Wills.

El balance de Colpensiones con corte a abril da cuenta de 23.558 procesos judiciales en curso correspondientes a personas que quieren pasar del RAIS al RPM. Además, para ese entonces se habían dictado 1.311 sentencias en las cuales un juez le ordenó a la entidad recibir a un afiliado de las administradoras de fondos de pensiones, pues el pleito suele durar más de dos años en curso.

Iván Jaramillo, director del Observatorio Laboral de la Universidad del Rosario, aseguró que no es cierto que la medida vaya a generar un problema fiscal, al contrario, como el sistema público funciona con la contribución de todos, entre más recursos reciba más se fortalece, tampoco le preocupa que el Estado deba poner un porcentaje de las pensiones, pues así se concibió el RPM; “pero el RAIS ha demostrado no ser confiable ni eficiente”.

En ello coincide el autor de la ley, al citar que los países en desarrollo gastan entre el 11 y el 13 % del PIB en pensiones, mientras Colombia destina solo el 3,5 %. También destacó que de cualquier forma quienes se trasladen seguirán aportando hasta llegar a la edad de pensión. Y fue enfático en que la misma Constitución prohíbe invocar impacto fiscal cuando se esté protegiendo un derecho fundamental.

Según Wills, una ventaja adicional es que dada la crisis económica y social por cuenta del coronavirus, es importante para el Estado tener otras fuentes de dinero para salir adelante, “puede tomar esa plata que ya tiene en la mano para la reactivación sin tener que adquirir más deuda”. Para algunos analistas, por esta misma razón el Gobierno, en el marco de la emergencia económica, expidió un decreto (558 de 2020) que permite el traslado de unos 20 mil pensionados de las AFP a Colpensiones, pues se calcula que tienen unos $5 billones en ahorros. El mencionado decreto, sin embargo, argumenta que lo hace para garantizar el aseguramiento al riesgo financiero de esta población y para proteger los ahorros de una posible descapitalización en los mercados por cuenta de la pandemia. La última palabra la tendrá la Corte Constitucional, cuando resuelva declararlo exequible.

A pesar de que la Cámara de Representantes se tomó un año en darle su aval, los congresistas detrás de la iniciativa esperan que el Senado haga lo propio en los próximos seis meses para que el Estado compense a quienes no se les garantizó desde un principio el acceso a información completa y oportuna para que tomaran la mejor decisión.



Reflexiones al tema pensiones

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