miércoles, 27 de enero de 2021

Crisis y vacío de lideres

 www.cronicadelquindio.com, ENERO 28 DE 2021

Por: Juan José Orrego López



Colombia tiene una diversidad de líderes supuestamente capaces, creativos, limpios, claros, guerreros, que se hacen conocer por su gran poder de oratoria o por gritar. Algunos son más negociantes que líderes, a dedo y con ligereza exponen calificaciones e ilusionan con una reforma tributaria para aliviar la crisis. Hoy, la sociedad civil tiene la opción de valorar a esos líderes activos, conocer su recorrido e identificarlos por sus gestiones o su paso por la política, por su capacidad personal o de beneficiar a terceros o al país, o calificarlos con el lenguaje de la calle y, al mirar el roto y daño que han dejado, explicar el porqué de sus hechos y propósitos como político.

La crisis abre una hipótesis muy clara que con el tiempo transcurrido hoy le regala al país, la posibilidad de ir conociendo las razones y culpables de dichos daños. Es tan amplio el vacío de líderes que se nota la diferencia fácil, con la sola revisión del RUT se puede determinar lo que son. No ven lo que hace el gobierno amigo, increíble.

Es dudosa la conducta de muchos, como si no conocieran dónde están, y que siendo elegidos resulta extraño que en el camino de sus carreras políticas, viendo los peligros y debilidades financieras, no fijen esa visión e intención de amparar las finanzas a tiempo, prefiriendo torcer su ruta y seguir el camino de otros que viven talando nuestra democracia, mintiendo y hablando de lo mismo, pero eso sí, valiéndose de la posición de líderes para aprobar gastos y privilegios; sumando ingenuos ciudadanos necesitados, sin presentar lo que requiere el país, o por lo menos haberse interesado en ser protectores de los dineros públicos, de su estabilidad, y de la proyección y defensa futura de ellos; olvidando que las finanzas o la hacienda es la esencia y eje central de la nación porque sin ella no hay nada.

Así está hoy Colombia. Líderes con el poder y mayorías para frenar ideas, sin dar soluciones, percibiendo en el pueblo su angustia y lo que pasa o puede venir —más aislamiento—, nadie hace nada, violan las normas aprovechándose del poder que tienen.   

Este momento tan crítico es el ideal para ajustar el país, pero todos, sin excluir ni señalar a buenos o malos. No más divisiones, entre los que quieren ser presidentes de Colombia, únanse, y, si no pueden, renuncien en este periodo transitoriamente, busquen un tercero o hagan un pacto al estilo del famoso Frente Nacional. Ustedes saben que solos no conducen sino que destruyen, situación impensable, que seguro, es lo que desean los vividores y negociantes de la política.

Qué egoísmo y poco respeto al país el de unos líderes. Darle la espalda cuando más lo requiere, dejándolo hundir lentamente, prefiriendo subir escaleras que sanar dolores y sufrimientos de la sociedad civil, cuando saben muy bien que la crisis de hoy no es solo por la pandemia. Se esconden, pero no por el virus.

¿Cómo volver a confiar en ellos y en los muchos que aspiran llegar?,  si lo que se sospecha es que  quieren repetir el mismo camino y ver hundir más el país.




Crisis y vacío de lideres 

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Video del artículo : Crisis y vacío de lideres 

 
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Reflexiones al tema pensiones 

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miércoles, 20 de enero de 2021

¿Beneficios para quiénes?

www.cronicadelquindio.com, ENERO 21 DE 2021

Por: Juan José Orrego López




El país está atento a una reforma tributaria cuyo destino no ha sido precisado: ¿será para salvar al país, a los empresarios, crear o destruir empleos, generar recursos, pagar burocracia o favores; o solventar regímenes especiales, ¿como el de la presidencia de la República, militares o Ecopetrol u otros? La historia no olvida esas reformas tributarias admitidas para salir de aprietos o resaltar honores, sin darle importancia ni oír la pérdida de ingresos futuros, y en las que, al final, recalcan en silencio ese susurro tradicional de se logró su aprobación sin tocarnos un pelo, ¡¡¡fantástico!!! 

Varios ejemplos los dicen todo: pensiones menores a $36.308.000 ‘cero’ impuestos —1.000 UVT—, los descuentos y devolución del IVA a las empresas juegan con eso, la reducción de las tarifas de renta para empresas sin generar empleo, descuento del 100 % del IVA al adquirir bienes de capital y suplir por mano de obra, descuentos del 50 % del ICA y otras suman esos $92 billones del costo fiscal estimado que pierde y no recauda el país y por eso toca acudir a reformas no socializadas de manera urgente en instantes tan críticos por una pandemia que no para, una reactivación económica lenta. 

El objetivo es recoger $20 billones o más, que está en el Marco Fiscal de Mediano y Largo Plazo, MFMP, cuando empresarios y entidades como Acopi, que ven difícil su recuperación, ya han solicitado se aplace el pago de impuestos. ¿Qué le ha pasado al país, gobiernos y congresistas con tanta alcahuetería tributaria?

Esa forma de gobernar el país, a través de múltiples beneficios tributarios, aunque se hace necesario ajustar en ocasiones delicadas, no es lo ideal, ni es el camino adecuado para vivir siempre así. Es el momento de revisar errores de hoy o de manos sueltas del pasado, donde un país con crisis y problemas fiscales usen o jueguen políticamente con los ingresos futuros o pérdidas fiscales del país, que no es lo ético, porque la esencia como Estado y país democrático es favorecer a la nación y a todos sus actores, sin excepción alguna.

¿A quiénes ayudará o afectará el gobierno con la esperada reforma? Han pasado tantas cosas que se puede esperar de todo, ojalá que para miles de colombianos ansiosos por las finanzas del país esta sea el fin de ese dudoso deleite de favores con desigualdades enormes y lograr en unión con todos los actores, como exprese en días pasados, y aprovechando la crisis, se realice la reforma tributaria estructural integral, incluyendo reformas laborales, pensionales y constitucionales; todas integradas y no sueltas, para no dejar cojo el país y más problemas futuros como una deuda alta, gastos desbordados, déficit fiscal creciente, situando al país en riesgo de bajarle la calificación, perdiendo grado de inversión, haciendo más costosa y difícil la inversión en el país. Sin una reforma tributaria integrada, pierde el país.


¿Beneficios para quiénes? 

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Reflexiones al tema pensiones 

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miércoles, 13 de enero de 2021

¿Otra vez?

www.cronicadelquindio.com, ENERO 14 DE 2021

Por: Juan José Orrego López



Los colombianos con su buen sentido del humor y sin perder esa fe y confianza tan normal cada vez que se acercan las elecciones, se acogen seguro a favores de amigos o de ideológicas políticas y terminan eligiendo un presidente y congresistas con la esperanza de que podrán aportar, corregir, mejorar y enderezar, a futuro, caminos equivocados del pasado.

La vida nos ha enseñado que el tiempo es el encargado de responder por esas elecciones pasadas, revelando los efectos de similares de gestiones y muchos errores de tipo económico, social, laboral y demás; anulando anhelos colectivos de nación por decisiones en defensa de ambiciones personales. Esa suma de impotencias y caídas continuas de no saber elegir, ocurridas en el pasado, ya se vuelven a sentir; la misma sociedad sigue cuestionando y preguntando si será que el presidente y su círculo de amigos y líderes ¿no conocían el ambiente o la estructura real del país? 

Son tan amplias y recurrentes las dudas que repiten los mismos errores mientras gira la ruleta de aplausos y rechazos. Ya suman más los colombianos que confirman el gran error, elegir presidentes y algunos congresistas no idóneos, como esos que, sin tener seguidores, aprueban reformas sin rumbo de nación y solo por simple conveniencia electoral o económica, protegiendo de paso intereses políticos del partido o patrocinadores y sin importar que estas decisiones se conviertan en daños irremediables para el país. 

El gobierno con un desgastado juego de palabras confunde al país. Con la posible o no reforma tributaria, o la venta de activos, los créditos internos, entre otras, dejan una incertidumbre de iliquidez y problemas fiscales sin resolver, lo que resulta raro pues conociendo dónde sanar y corregir se esconden con evasivas y aplazan necesidades urgentes; como si los golpes acumulados a través de mentiras fueran para un pueblo que no haya percibo esas ventajas que dan y siguen dando, afectando a la clase media que tendrá que asumir esa ineptitud de un gobierno. Esa ignorancia popular de años se está acabando, sintiendo los golpes de un gobierno y un Congreso que alaba aumentos mayores al mínimo, silencio a pensionados, pérdidas laborales y otros, pero dejando quietas unas excepciones del pasado para aprobar y ampliar otros compromisos tributarios.

Continuar con ese juego es peligroso para la democracia, lo que consiguen los partidos y líderes es acelerar los males y ahondar las heridas del país, aumentar la desconfianza institucional. Dejando esos vacíos estructurales tan dañinos perpetúan esas mañas de una estructura política hecha para manipular, producen más desgastes al país y hacen de esta una sociedad sin poder mejorar. Esperar cambios positivos para el país y nuestra democracia, con los partidos políticos y líderes de hoy, es difícil, pues teniendo en las manos el poder mejorar no se hace. Para ellos siguen valiendo más para sus ambiciones que la suerte de la nación.


¿Otra vez?

https://cronicadelquindio.com/opinion/opinion/otra-vez-2



Video del artículo https://youtu.be/ztGdgmLe1j0 

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Reflexiones al tema pensiones 

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miércoles, 6 de enero de 2021

El jueguito del salario mínimo

www.cronicadelquindio.com, ENERO 07 DE 2021

Por: Juan José Orrego López



Con el incremento que el gobierno fijó para el salario mínimo y que sirve de base para fijar tarifas, multas y demás fuentes de ingresos, más que alegría es alargar atropellos y daños económicos. Solo se benefician unos, dejando un daño enorme a millones de ciudadanos por la pérdida de calidad de vida y capacidad real de compra.

Con la variación al salario mínimo, el malestar social —incluidos unos pensionados y jóvenes— crece, ante la actitud del gobierno y del Congreso, que no atienden reclamos ni sugerencias, que cierran el paso a iniciativas como la reforma pensional o la que lleva años sin solución, que es la que menos quieren ajustar, como lo es el cambio del porcentaje del IPC —art. 14 ley 100/93—, por el valor del incremento al salario mínimo, ajuste al que no se le apuntan, ni lo solucionarán pronto, pues de hacerse obligaría al gobierno y Congreso a efectuar cambios estructurales económicos y fiscales contundentes, que por años han evitado.

Por esa negligencia probada de muchos congresistas en no querer aportar para sanar esas pérdidas económicas, un grupo de abogados acudirán a la justicia, labor que ya vienen adelantando en defensa de los colombianos, demanda que se apoyará y se divulgará oportunamente. Llegó el momento de no ser más borregos, tontos y bobos útiles al servicio de los más poderosos y sus placeres.

El turno ahora es para la sociedad civil, jóvenes y pensionados. Hora de levantar la cabeza y decirle no más a esos que acuerdan en silencio o virtualmente beneficios para ellos, generando pérdidas y costos que tiene que asumir el país, conociendo que la deuda crece, que se tiene un país lleno de subsidios, privilegios y excepciones millonarias para pocos, muchas de ellas sin control, optando por agrandar ese derroche con dineros públicos y no dar solución a los clamores de años de la ciudadanía.

Vale más dedicar tiempo a la campaña electoral que la controversia de labores, actitud que es incomprensible en esas mayorías políticas que, conociendo la debilidad y limitación ‘aparente’ de recursos, protegerán esos dineros, reservándose para ellos —el alto gobierno y sus instituciones que manejan—, para contratar amigos y poder usarlos para la campaña política de la presidencia y Congreso, dejando a un lado los problemas sociales como si aquí no pasara nada. 

Un gobierno aliado de partidos que buscan como herramienta electoral generar un fanatismo ciego y miedo, lleno de prejuicios y anuncios de futuros daños económicos al país, antes que creer y preguntar, teniendo el poder y control de todas las instituciones. En vez de proclamar desastres, ¿por qué no actuaron a tiempo para evitar futuras pérdidas económicas y salvar al país? Ante mi Dios y la vida, los mentirosos caerán fácilmente.

Protejamos al país, con ciudadanos limpios no cuestionados, de ese amplio mundo de profesionales de alta calidad que sueñan con una nación mejor de la que hoy se tiene y no caer en manos de esos oportunistas laborales que siempre salen como redentores del montón, aspirantes que, en cada región del país, ya conocen.



El jueguito del salario mínimo