jueves, 30 de enero de 2020

Presidente Duque Reforma Pensional, difícil de creer

cronicadelquindio.com, enero 30 de 2020
Por: Juan José Orrego López

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El interés del presidente de generar una Reforma Pensional es un sueño que esperan millones de ciudadanos, iniciativa que, ante la Urgencia se pregunta: ¿cuándo se radicará el proyecto en el congreso y que tiempo se podrá demorar su proceso 3, 6, 9 meses, un año o más?

Esta iniciativa en su estudio requerirá de mucho análisis, tiempo y espacio, que al observar cómo está hoy el Reglamento Del Congreso, se ven dificultades, que hace complejo aún más su trámite, salvo que acomoden o aplacen otros proyectos o que modifiquen la ley 5 del 92, pues él no acomodar el espacio, ese sueño se volverá aún más difícil, dando razones a crecer más ese malestar que hoy afecta y con riesgo a nuestra democracia.

De lograr un espacio para la Reforma Pensional, como Estadista, inicie Prescindiendo de los inmensos privilegios en los funcionarios de las entidades públicos, como en la Presidencia, sin olvidar que hoy existen unos Regímenes DestructoresIntocables y Dañinos, que, si no se corrige, seguirán siendo Deterioro a las finanzas de la nación y mal reflejo para la reforma pensional anhelada.

Presidente, usted cuenta con profesionales de altísima calidad en los ministerios y asesores, que conocen la información de las variables económicas y jurídicas, vacíos y quejas de las comunidades, costos y déficit futuro, entre otras, información precisa para iniciar la Reforma Pensional y Desmontar Con Urgencia, esos regímenes especiales, llenos de privilegios y beneficios millonarios, generadoras de inmensas desigualdades e injusticias.  

¿Como creer que se realizará realmente esa reforma pensional?

Son tantas los intereses económicos, que generan dudas, por sus múltiples recelos, políticos y electorales, que realizarla, es como si fuera un castigo por asumir algo que no conviene por el deseo de unos cuantos o miles de beneficiados amigos y aliados de políticos, de conservar lo que se tiene para seguir saboreando esos recursos que la nación les paga hasta lograr esa Pensión millonaria.

En Colombia, muchos igualan al presidente con el cuento de Aladino y La Lampara Maravillosa, que, como premio el Genio, le regalo tres deseos: ser presidente, viajar por el mundo gratis y salir pensionado.



Juan José Orrego López
Juanorregol09@gmail.com









sábado, 25 de enero de 2020

"Se necesitan acuerdos para una reforma pensional seria"


elnuevosiglo.com.co, Redacción Política, 
Enero 25, 2020

Foto cortesía


Director de Defensa Ciudadana plantea reformar el régimen para el Presidente como mensaje de igualdad
EL NUEVO SIGLO: ¿Qué lecciones puede aprender Colombia de la discusión sobre la reforma pensional en Francia?
ÓSCAR IVÁN PALACIO: Francia es cuna de la revolución, es un país moderno, evolucionado. Es un país generoso con los trabajadores, sindicatos y libertades y en ese escenario hay 45 regímenes especiales de pensión: ¡Es una locura! Hay de músicos, artistas, veteranos, médicos, pilotos, empleados públicos. Eso hay que recogerlo en tres o cuatro máximo.
La disimilitud hoy en día es un problema grave. 

Debe haber un acercamiento a la igualdad y sobre todo un empoderamiento por parte del Estado y de la sociedad para una realidad: el mundo está envejeciendo. Y en América Latina está envejeciendo en la pobreza.
Para eso se necesitan acuerdos de la sociedad para enfrentar ese fenómeno. A diferencia de Francia, Colombia tiene tres regímenes especiales: el régimen común, el de Fuerzas Militares y maestros, y el de Presidente que afecta a 15 personas.
ENS: ¿Hay que revisar esos regímenes en Colombia?
OIP: En Colombia hay tres regímenes. El de los presidentes hay que llevarlo al régimen común, pero no porque queramos quitar una prebenda sino como un mensaje a la nación: el Presidente, el primer ciudadano, convoca la igualdad.
Es impensable una reforma pensional seria, de gran envergadura para Francia que es un país desarrollado, o para Colombia que es una economía intermedia donde el 80% de la población jamás va a conocer una pensión. Un acuerdo con todos los actores políticos, con Petro, Uribe, Claudia López, los verdes, los liberales, los sindicalistas, los desempleados para hacer de esto un problema a enfrentar de modo nacional.
ENS: ¿Qué elementos debe tener una reforma pensional para nuestro país?
OIP: Los colombianos estamos viviendo 17 años más de los que vivíamos en 1967. Una verdadera reforma pensional para hacerse más sostenible y para ampliar la cobertura necesita tres factores, que son muy duros: tocar la edad, al menos la de la  mujer. Otro más duro, tocar la cotización, al menos por parte del empleador, y se necesita tocar la tasa de retorno de las pensiones.
Como eso no se va a dar en Colombia porque el Gobierno ya lo ha dicho, se van a hacer unos ajustes para mejorar cobertura con la manida denominación de protección a la vejez. En Colombia hay 3 millones de personas que jamás van a tener una pensión. De los 8 millones de cotizantes, de cada 10 se va a pensionar uno.
ENS: ¿Qué se debe hacer para mejorar la cobertura?
OIP: La verdadera reforma pensional en Colombia debe mirar a la cobertura, que hoy está en el 25% de personas con posibilidades reales de pensionarse. Y en menos de 12 años va estar en el 10%. Los colombianos hoy están trabajando para no pensionarse. Este es un drama en un país que empieza a envejecer. Hay un 13% de la población que tiene más de 60 años.
Proponemos cuatro puntos. Primero, reformar la pensión familiar aprobada hace siete años que fue creada para 400.000 pensiones de un mínimo para beneficiar a hogares pobres. Hay apenas 800, menos del 0,1%, porque por un artículo para otorgarla se necesitaban 400 semanas cotizadas cada uno antes de los 45 años. Eso fue burlarse de la ley.
Segundo, establecer la pensión asistencial, que es un mejoramiento del auxilio del adulto mayor. Está dirigido para mayores de 65 años. Se les entrega una pensión no contributiva que nunca sea inferior a la línea de la pobreza monetaria, $250.000. Priorizando a los más pobres en la etapa inicial, la gente del campo y las personas con discapacidad.
Tercero, los Beps son interesantes. Pero obviamente si la gente cumple los Beps el Estado tiene que garantizarle que lo que le van a entregar nunca sea inferior a la línea de la pobreza. Estoy de acuerdo también con que el Gobierno demore la facilidad con que los pobres de Colombia, que hoy no se están pensionando, retiren sus ahorros de Colpensiones o de los fondos privados. 
Y otro mecanismo: toda persona que reciba un auxilio de pensión de este tipo tiene que estar integrado con las entidades territoriales en programas de integración social, en educación, recreación, para que sea una vejez proactiva y dinámica. Quien reciba una pensión asistencial o un auxilio este también debe ser incompatible con cualquier otro auxilio.

Reflexiones al tema pensiones

jueves, 23 de enero de 2020

Cesantías, horas extra y otros beneficios laborales que han desmejorado en Colombia

elcolombiano.com, enero 23 de 2020
Por Silvio Rodriguez

FOTO EDWIN BUSTAMANTE
FOTO EDWIN BUSTAMANTE

Colombia vuelve a meterse en el debate de cómo mejorar las oportunidades laborales para las personas que en en el país no cuentan con un empleo digno y formal. Según datos entregados por el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (Dane), 2,3 millones de personas, a noviembre, se encontraban desempleadas; así mismo, la tasa de desempleo sigue en aumento: llegó al 9,3 % durante ese mismo mes (8,8 % había sido el dato del mismo periodo de 2018).

En ese contexto aparecen nuevas proposiciones por eliminar beneficios salariales para que las empresas puedan crear puestos de trabajo, iniciativas que ponen al país a hacer memoria sobre cuáles han sido los cambios más importantes y que de alguna manera han afectado el ingreso de los trabajadores. Alivios que se fijaron con la promesa de generar más flujo de caja a las compañías con presencia en el país, con la idea reducir los índices de desocupación.

Precisamente ese ha sido el argumento sobre el cual se ha sustentado la Asociación Nacional de Instituciones Financieras (Anif) para plantear la posibilidad de que los empleadores en Colombia no se vean obligados a realizar pagos como el que destinan a las cajas de compensación familiar, o eliminar el desembolso de los intereses que se generan por las cesantías.

Estos son parte de los grandes cambios, que en los últimos 30 años, han afectado los salarios de los colombianos. Modificaciones sustanciales que han ido desde un menor pago por horas extra trabajadas, hasta planes para que los jóvenes ganen menos de un salario mínimo.

¿Hubo efectos?

Para Iván Jaramillo, miembro del Observatorio Laboral de la Universidad del Rosario, es claro que en la historia reciente del país el detrimento de los beneficios salariales de los ciudadanos se ha incrementado, entre otras razones, por una promesa falsa de mejorar los indicadores de empleabilidad al reducir los costos laborales.

“Seguramente ha habido mejoras, pero la historia nos muestra que no han sido medidas efectivas. La atracción de inversión, la motivación a abrir nuevas empresas sí ha ayudado. Es muy claro que la flexibilización parece no estar haciéndolo. La pérdida de derechos sigue menguando los beneficios para los trabajadores en Colombia”, dijo Jaramillo.

Si se revisan los registros históricos del Banco de la República (con fecha desde 1984), tras la implementación de los cambios salariales de 1990 hubo una mejora en la tasa del desempleo: para ese año llegó a 10,6 % y se redujo hasta 7,8 % en los tres años siguientes.

Sin embargo, las reformas del 2002 no dieron los resultados esperados. El histórico de desempleo que alberga el Emisor dice que el dato al inicio de 2002 llegó al 15,85 % y terminó en 15,77 %. Entre 2002 y 2004 si bien hubo reducciones hasta el 12,19 % (diciembre de 2003) arrancando el 2004 llegó a la cifra histórica de 17 % de desempleo.

Rosario Córdoba, presidenta del Consejo Privado de Competitividad, aseguró en cambio que estos alivios sí ayudan en la medida en que Colombia sigue siendo un país en el que el dato de productividad laboral es muy bajo y no justifica los costos que representa la contratación de una persona.

Reacciones a las nuevas propuestas

Frente a los últimos pronunciamientos, como el de eliminar el pago de intereses a las cesantías, el no pago a cajas de compensación o un salario del 75 % para los más jóvenes, el factor común ha sido el rechazo. El propio presidente Iván Duque dijo sobre la más reciente propuesta de Anif, que desde el Gobierno siempre velarán por la protección de los derechos adquiridos.

Las Cajas de Compensación son un mecanismo valioso para brindarle a los trabajadores oportunidades y servicios para mejorar su calidad de vida. Nuestro gobierno nunca respaldará propuestas que las debiliten o eliminen.

Trabajaremos por fortalecer sus beneficios a los colombianos.

La Asociación Nacional de Empresarios de Colombia (Andi) y el gremio que reúne a las micro, pequeñas y medianas empresas (Acopi) se manifestaron en contra de todas aquellas iniciativas que busquen quitarle derechos salariales a los trabajadores colombianos, “pero también de las posibles nuevas imposiciones como las primas extra que se han propuesto desde cierto sector del legislativo”, dijo Rosmery Quintero, presidenta de Acopi.

Por ahora tanto el Gobierno, como la bancada oficial del Congreso, han afirmado que no se tiene un documento final sobre lo que pueda ocurrir ante una eventual reforma laboral, esto a pesar de que sí se están escuchando propuestas. Alicia Arango, ministra de Trabajo, confirmó en entrevista con EL COLOMBIANO en agosto de 2019 que estaban analizando iniciativas que salieron desde las plataformas digitales.



Cambios Fundamentales



1° NOVEMBERE1990

ELIMINACIÓN DE LA RETROACTIVIDAD DE LAS CESANTÍAS
El Congreso de la República aprobó que sólo los empleados privados con contratos celebrados antes de la fijación de la Ley 50 de 1990 y después de la Ley 344 de 1996 (para funcionarios públicos) reciban este pago. Este beneficio dictaba que en caso de liquidación de ese ahorro, al trabajador se le reconociera un pago por el último salario trabajado.

2°  2002 CAMBIO EN HORAS EXTRA
La Ley 789 de 2002 cambió los horarios laborales y por ende el pago de las horas extra. Pasó de considerar horario laboral la franja de 6 a.m. a 10:00 p.m., antes las horas extra empezaban desde las 6:00 p.m.

3° 2002 MENOS PAGO EN DOMINICALES Y FESTIVOS
La Ley 789 de 2002 en el artículo 26 modificó el artículo 179 del Código Sustantivo del Trabajo en el que se dicataba que el recargo por laborar esos días pasaba del 100 % al 75 %, así se mantiene. 
Liquidación pago dominicales:  https://youtu.be/mmB6f_N4IoE


4° APRIL 2013 
UN NUEVO CONTRATO DE APRENDIZAJE
La nueva normativa dicta que el salario para practicantes del Sena sea del 75 % sobre un salario mínimo, mientras que en Universitarios sea del 100 %



Reflexiones al tema pensiones

¿Porqué fracasan las pensiones en Colombia?

enero 23, 2020, por: Gustavo Chaparro Orozco


¿Porqué fracasan las pensiones en Colombia?
                                      Foto: urnadecristal.gov.co

Análisis de la reforma pensional que adelanta el gobierno y el impacto que tendría en las condiciones de los actuales y, especialmente, de los futuros jubilados
Una de las fuentes de descontento popular que motivó el Paro Nacional del 21 de noviembre, fue la percepción generalizada de que el gobierno está preparando una reforma pensional que desmejoraría las condiciones de los actuales y, especialmente, de los futuros jubilados.

Muchos piensan, incluso, que se pretende acabar con el Régimen de Prima Media (RPM), con el fin de liberar al Estado de esta responsabilidad. En mi opinión, es imperativo, cambiar nuestro inequitativo y obsoleto modelo de pensiones por uno que, de verdad, cumpla con el propósito fundamental de garantizar una vejez digna a todos los habitantes de este país.
En Colombia coexisten regímenes pensionales de diferente tipo: los dos que fueron creados mediante la Ley 100 de 1993, con ponencia del senador Álvaro Uribe Vélez; y numerosos regímenes especiales, tales como los de las Fuerzas Armadas, el Magisterio, Ecopetrol, Banco de la República, Colpuertos, el Congreso, etc; los cuales tienen diferentes características pero, eso sí, todos con abundantes privilegios.  Me enfocaré, por ahora, en los dos primeros, por ser  los que aplican a la gran mayoría de los colombianos y, además, porque son los que han suscitado  fuertes controversias en los últimos años. Sus principales características se pueden resumir así:
Régimen de Prima Media (RPM): Para acceder a una pensión “por vejez”, la persona debe cumplir dos requisitos básicos: haber cotizado el 16 % de su ingreso mensual  durante, por lo menos, 1300 semanas ( 26 años) , y tener, como mínimo, 57 años de edad si fuere mujer y 62 en caso contrario. El monto de la mesada pensional  es (por ley) de, aproximadamente, el 65% de lo que haya devengado mensualmente, en promedio,  durante los últimos 10 años de su vida laboral. 

El dinero para las mesadas sale de un fondo común ,que administra Colpensiones, donde confluyen los  aportes de todos los afiliados, y las transferencias (subsidios) procedentes del  Presupuesto Nacional.

Régimen de Ahorro Individual (RAIS): al igual que en el RMP, el afiliado debe aportar el 16% de sus ingresos, mensualmente, a la Administradora de Fondos de Pensiones(AFP) que elija, pero no durante 26 años, sino durante el tiempo que sea necesario para acumular el capital que se requiera (de acuerdo con los cálculos de la AFP) para poderse pensionar. 

El valor de la mesada es determinado mediante un algoritmo en el que están involucradas variables como la edad, el capital acumulado, el sexo del/a solicitante, los dependientes y, por supuesto, los rendimientos financieros. En este caso, el Estado no aporta un peso; el jubilado queda, entonces, a merced del entorno económico, tanto nacional como internacional y, por lo tanto, su mesada puede subir o bajar… es un azar. Lo digo sin ambages, este es un modelo pensional perverso.

Se basa en expulsar una buena cantidad de personas (usando toda suerte de artimañas) de la bolsa común (el Estado) alimentada por todos, para poder cumplirle a quienes  se queden; dejando, además, a la gran mayoría de colombianos, sin posibilidades de acceder a ella. Me explico mediante un ejemplo ilustrativo.


Pedro, Juan, Patricia y Carmen trabajan en la misma compañía; todos ganan $2 000 000 y  aportan  $320 000  a su  fondo pensional ( $ 80 000 se lo descuentan de la nómina, y $ 240 000 lo asume la empresa, de acuerdo a la ley laboral). De diferente tienen, que Pedro y Patricia están afiliados a Colpensiones (la administradora del RPM), mientras que Juan y Carmen están en una AFP. Todos cuatro están a punto de completar 26 años de trabajo, y las edades estipuladas en el RPM (57 años para mujeres, y 62 para hombres). Veamos cual será el valor estimado (puede variar ligeramente, debido a las particularidades de cada caso) de las mesadas para cada uno de ellos/as:
Patricia y Pedro recibirán, aproximadamente, $ 1 300 000 (65% de sus ingresos), este monto es actualizado cada año con el IPC, y es vitalicio. (Colpensiones).

Para Juan y Carmen las cuentas son muy diferentes: teniendo en cuenta una rentabilidad de 5% anual (típica de las AFP), Juan quedará con unos $850 000, y Carmen con cerca de $800 000, la diferencia se debe a que la esperanza de vida para las mujeres (78 años) es mayor que para los hombres (72 años) ; estos montos serán ajustados anualmente pero no con el IPC, sino dependiendo del entorno económico, lo cual  es bien difícil de predecir.
De lo anterior se infiere que el Estado deberá subsidiar a Patricia y Pedro con $500 000 y $450 000 respectivamente ($ 950 000 en total), de lo contrario, no podrán recibir las mesadas asignadas por la ley. 

Ahora bien, si Juan y Carmen, hubieran estado afiliados, también, a Colpensiones, el monto que tendría que ser subsidiado sería el doble ($ 1 900 000). Es decir, el Estado se ahorra $ 950 000 expulsando a dos ciudadanos/as del RPM, sin importarle las precarias condiciones en que tendrán que vivir el resto de sus días. ¡¿No es esto una verdadera canallada?!
Ahora bien, si todas las personas mencionadas en el ejemplo, no fueran empleadas de una empresa, sino que trabajaran de forma independiente, lo más probable es que no cotizaran a ninguno de los regímenes debido a que, en este caso, tendrían que asumir la totalidad del 16% ($ 320 000) fijado por la Ley, lo cual resultaría muy oneroso para sus bolsillos. ¿La consecuencia? ¡Ninguno de ellos podría pensionarse! Eso es lo que está ocurriendo, en la práctica, con la gran mayoría de quienes llegan a la edad de jubilación, ¡que tristeza!
A pesar de todo esto; de que la mayoría no se puede pensionar, y que  el Sistema  se ha liberado ya de 130 000 personas (las pensionadas con alguna AFP), el costo, por este rubro, es demasiado  grande debido a que,  además de cumplirle a los cerca de 1 300  000 jubilados de Colpensiones, el Estado  tiene que  pagarle sus mesadas a unas 700 000 personas de los regímenes especiales que mencionamos anteriormente. 

En total,se destinaron ( en el 2019) cerca $40 billones del Presupuesto Nacional para este propósito. Esta suma tiende a aumentar rápidamente debido a que hay mucha gente  a punto de completar los requisitos y, además, porque quienes han podido, se han  regresado al  RPM después de descubrir el engaño del que fueron  víctimas por parte de las AFP. 

Es por esta razón que el Gobierno está urgido de realizar una nueva reforma pensional. Si no lo hace pronto, tendrá que incrementar fuertemente los impuestos, o acudir a préstamos internacionales. ¿Qué es preferible?
Nuestro aberrante modelo, ha sido construido con base en intereses de gobernantes, congresistas, élites económicas, partidos políticos y, también, de algunos poderosos sindicatos. Es un sistema demasiado oneroso para el Estado, y no cumple con el propósito de garantizar una calidad de vida aceptable para el grueso de la población. La solución, a mi modo de ver, no es reformarlo sino cambiarlo totalmente; mi propuesta es muy sencilla:
Debería crearse  un sistema pensional que permita a toda persona, sin importar en que y cuánto tiempo haya trabajado, sin haber cotizado un peso, hacerse acreedora a una mesada  vitalicia de, por lo menos, un salario mínimo, al completar 70 años de edad. Esta sería una base fija para todo el mundo sostenida con recursos de la Nación (aportados por todos los/as ciudadanos/as), que podría ser complementada mediante una pensión adicional  construida por cada quien, usando alguna de las opciones que ofrece nuestro sistema económico, incluyendo  las actuales AFP.
El sostenimiento de un sistema de jubilaciones como el propuesto, le costaría al Estado unos $25 billones anuales (bastante menos de lo que se gasta, actualmente, por este concepto), teniendo en cuenta que la población colombiana mayor de 70 años alcanza los 2 500 000 habitantes. Los $15 billones que dejarían de gastarse al cambiar de modelo, podrían ser usados para apoyar otros sectores de  la población que lo necesitan, tales como  estudiantes, discapacitados, menores desamparados, desplazados, etc; pero, principalmente, a la creación de empresas productivas que son la fuente de trabajo para quienes están en capacidad  de realizar su aporte a la nación.
Nota: para la elaboración de este escrito fueron consultados:
– Algunas estadísticas del DANE relacionadas con el tema
– Árbol poblacional Colombiano
– Artículo de Stefano Farné, y Alejandro Nieto Ramos: ¿A quienes y cuanto subsidia el Régimen de     Prima Media en Colombia?
– Artículo de Ricardo Bonilla Gonzales, en el periódico de la UN: El Sistema Pensional Colombiano: Cuentas claras.



Reflexiones al tema pensiones


miércoles, 22 de enero de 2020

Nos comió la corrupción

elespectador.com/, 22 Enero 2020
Por: Pablo Felipe Rpbledo

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Esta sentencia nos sacudió la semana pasada: “Colombia se percibe como el país más corrupto del mundo”. Sin embargo, esa conclusión no era de Transparencia Internacional como se dijo inicialmente, sino de la página web US News.

Ahora bien, lo que sí dijo Transparencia Internacional (Capítulo Transparencia por Colombia), organización seria y atinada, es muchísimo más grave: “La corrupción en Colombia es un fenómeno estructural y sistemático que está presente en la gestión pública nacional, municipal y departamental”. Un ranking de percepciones es falto de información y está plagado de sesgos, imprecisiones y subjetividades, pero lo que sí dijo Transparencia por Colombia está basado en un juicioso estudio sobre la situación del país (“Así se mueve la corrupción. Radiografía de los hechos de corrupción en Colombia 2016-2018”).

Digámoslo de una forma más sencilla. Afirmar que “la corrupción en Colombia es un fenómeno estructural y sistemático” significa, nada más ni nada menos, que en nuestro país ningún sector, ni el público ni el privado, se salva de ser altamente propenso a ella, que la tenemos interiorizada en nuestro ADN, que somos una sociedad corrupta y que llegamos a ese punto por no haber hecho algo realmente importante para combatirla y evitarla. Ni este gobierno, ni el anterior, ni el de más atrás. Ninguno.

A quienes hemos dedicado años de la vida a combatir, desde la institucionalidad, la corrupción pública, privada y empresarial, esto es algo que nos duele, que se nos clava en el corazón. Nos hace pensar, incluso, que hemos desperdiciado nuestro tiempo y energías en una causa perdida: ganarles la guerra a la corrupción y a los corruptos.

Pero lo más preocupante no es eso. Lo realmente indignante es que, por cuenta de la corrupción, día tras día, este país pierde la posibilidad de generar el desarrollo económico y social que demanda para abandonar el subdesarrollo y así lograr que su gente viva mejor.

Con independencia de si somos o no el país más corrupto, lo cierto es que sí estamos dentro de los más corruptos. Eso lo sabemos y lo saben los ciudadanos, quienes indignados lo empiezan ya a protestar en las calles y urnas.

Lo que está pendiente es una verdadera política de Estado que nos permita entender que todo es aplazable, pero no la lucha frontal contra la corrupción.

Me da pena, pero la corrupción no se combate con buenas intenciones y menos con buenos discursos. Un país honesto se consolida a través de la convicción íntima de los ciudadanos de querer hacer bien las cosas, de la interiorización de unos valores y del desprecio por unos desvalores, pero también, y ello es vital, del ejemplo, el cual debe empezar por el Estado y sus funcionarios, a través de una verdadera política pública.

No sé si seamos o no el país más corrupto del mundo, pero mientras sigamos haciendo lo mismo, siempre seremos firmes candidatos para ganar ese deshonroso trofeo y vivir en el mismísimo subdesarrollo. Con independencia de cualquier ranking, lo único cierto es que nos comió la corrupción.


Reflexiones al tema pensiones

martes, 21 de enero de 2020

Una oportunidad única de mejora en pensiones

m.portafolio.co/, ENERO 20 DE 2020 

POR: PORTAFOLIO

 Pensiones
 LAURA SEPÚLVEDA/EL TIEMPO

La cobertura pensional en Colombia, hoy en día, es de apenas 25%.
Las conclusiones del Índice Global de Jubilación 2019 son una oportunidad de mejora para Colombia en el largo plazo en materia pensional.
Todos los países en el mundo, incluido Colombia, tienen el reto de asegurar la pensión de sus trabajadores, y si bien este es un problema que se debe analizar juiciosamente desde el punto de vista financiero, existen otros factores que pueden estar comprometiendo la capacidad de los estados para asegurar un ingreso sostenible a quienes han trabajado y aportado al sistema pensional.

El siglo XXI agrega al complejo sistema de seguridad pensional nuevos retos que deben ser tomados en cuenta por los tomadores de decisiones para ser asertivos en la manera en la que se establecen los debates regulatorios sobre la materia.

Una población cada vez más envejecida y el cambio climático, son temas que se abordan en el Índice Global de Jubilación 2019 elaborado por Natixis Investment Managers donde Colombia –por primera vez en el estudio- ocupó el puesto 42 entre 44 países, superando únicamente a Brasil e India, mientras que los otros países de la región incluidos en el estudio, Chile y México, ocuparon los puestos 36 y 37 respectivamente.

El índice evalúa a los países en 4 grandes sub-índices: 

Salud (expectativa de vida, gasto en salud y cobertura), 

Finanzas en el Retiro (inflación, tasas de interés, presión impositiva), 

Bienestar material (equidad de ingreso, ingreso per cápita, desempleo)

y Calidad de Vida (calidad del aire y del agua, biodiversidad, factores ambientales).


Encontramos que a medida que la población envejece, la dependencia de la vejez (número de personas mayores de 65 años por cada 100 trabajadores) tenderá a duplicarse en el 2050, componente que se agrava tomando en cuenta que las personas cada día están viviendo más y retirandose más temprano.

Esto significa que los tomadores de decisiones cada día tienen menos margen de maniobra para poder afrontar la crisis de financiación de las pensiones, quedando atados con tres opciones nada populares: subir los impuestos, aumentar la edad de jubilación o disminuir los beneficios pensionales.

Es fundamental, entonces, entablar conversaciones intersectoriales para planificar las mejores formas de afrontar los retos que tiene el sistema pensional colombiano, tomando en cuenta los casos de éxito de otros países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (Ocde), incluidos en el estudio, y la visión de actores privados que puedan aportar desde un conocimiento diferente al debate.

Islandia ocupó la primera posición y se destacó por su desempeño en el subíndice de bienestar material (91%), que está relacionado con la equidad en la distribución del ingreso de sus habitantes, la tasa de empleo y los ingresos per cápita. En el país, incluso cuando la edad legal para pensionarse está entre 65 y 67 años, el estado ha desplegado una serie de desincentivos al retiro temprano para extender la vida laboral de las personas, lo que ha resultado en una edad media de retiro de 68.5 años.

Suiza en el segundo lugar del ránking pensional, se destaca especialmente en el subíndice de calidad de vida (91%). Del sistema pensional suizo se puede resaltar el incentivo gubernamental para impulsar los ahorros individuales a través de rebajas en los impuestos, pudiendo traer como beneficio: i) aliviar la carga en los recursos públicos y ii) mantener la calidad de vida del pensionado una vez ha dejado de trabajar.

Nueva Zelanda en el quinto lugar, estuvo bien calificado en el subíndice de finanzas en el retiro (79%). Esto está explicado en que el foco del sistema pensional neozelandés está en brindar protección social más allá de reemplazar los ingresos de las personas.

Irlanda, el “Celtic Tiger”, es el país que más ha avanzado en los últimos 3 años, avanzando 10 posiciones desde 2017 a la 4ta en 2019. Su éxito se ha basado principalmente en enfocar su política pensional a mejorar el acceso a la Salud, con enormes esfuerzos públicos por expandir el gasto en esta materia, lo que ha generado impactos muy positivos en las expectativas sobre la calidad de la jubilación.

Varios países cuentan con experiencias exitosas que pueden ser útiles para Colombia, que si bien tuvo un buen desempeño en los subíndices de calidad de vida (71%) y finanzas (65%), todavía presenta retos enormes en los subíndices de salud (49%) y de bienestar material (11%).

Pero aun así el reto es enorme, sabiendo que las estimaciones indican que para el 2050 la dependencia económica de las personas de la tercera edad se duplicará en el mundo, y que preocupantemente en Colombia se triplicará (se estima que este índice pase de 10.2 a 33.0).

Como país debemos promover los debates necesarios pensando en el largo plazo. 

La reforma pensional debe focalizarse no solamente en garantizar la pensión de los colombianos, sino en mejorar sus condiciones de vida permitiéndoles un acceso de calidad a los servicios en salud y financieros y ejerciendo políticas conjuntas del sector público y privado que incentiven el ahorro de los aportantes y que logren disminuir la informalidad.

Las conclusiones del Índice Global de Jubilación 2019 son una oportunidad de mejora para Colombia en el largo plazo en materia pensional. 

Esta vez nos rajamos, pero debemos asumir este resultado con la responsabilidad que conlleva mejorar las condiciones de retiro en el país. 

No se trata de atacar un solo problema, sino de crear un ambiente sostenible pensional tomando como base la experiencia y los casos de éxito de los países líderes en la materia en el mundo.

José Luis León
Director de Natixis Investment Managers en Colombia, Perú y Panamá



Reflexiones al tema pensiones