ECONOMÍA, Por: Semana.com09/03/2019
Pensiones que no son pensiones
Foto: Guillermo Torres / SEMANA
En los últimos seis
años, 660 mil personas han recibido sus ahorros pensionales de vuelta pues no
han cumplido las condiciones para pensionarse. ¿De qué se trata el cambio que
quieren realizar? ¿Es un “mico” o una protección para estas personas?
La polémica en torno a
un artículo del Plan Nacional de Desarrollo que busca modificar los mecanismos
de protección a la vejez no para de crecer. Mientras que para congresistas
como Angélica Lozano se trata de una reforma pensional por la puerta de atrás y
una “expropiación” del ahorro pensional, el Gobierno ha hecho un llamado
a no generar desinformación y noticias falsas. ¿Quién tiene la razón?
La aparente
complejidad del tema amerita una explicación clara sobre qué está ocurriendo
hoy con el tema de las pensiones y las devoluciones.
Cuando una persona
cumple la edad de pensión y no alcanza a cotizar las semanas suficientes para
pensionarse, 1.300 en el régimen público o 1.150 en un
fondo privado, se le devuelven los ahorros que alcanzó a realizar durante su
vida laboral.
El proceso recibe
técnicamente nombres diferentes en los distintos regímenes pensionales. Se
denomina devolución de saldos en los fondos de pensiones
e indemnización sustitutiva en el caso del fondo público
manejado por Colpensiones.
Y dado que las
personas no cotizan o pasan casi la mitad de su vida laboral sin cotizar ante
la alta informalidad laboral, esta termina siendo la situación de la mayor
parte de la población.
Esto ocurre debido a
que por ley, en Colombia no puede haber pensiones (ni cotizaciones) por debajo
del salario mínimo. Por tanto, esta norma que en principio busca proteger a los
trabajadores, termina dejando por fuera del sistema
pensional a más de la mitad de la población trabajadora del país, que se
caracteriza por tener bajos ingresos.
En los últimos seis
años más de 660.026 colombianos no han alcanzado a cumplir las condiciones para
pensionarse y han tenido que recibir su plata de vuelta (543.035 en
Colpensiones y 116.991 en los fondos privados). Muchos más de los que han
pensionado.
Se estima que en 2018
la devolución promedio en Colpensiones fue alrededor de 4,8 millones de pesos,
mientras que en los fondos privados ha sido cercana a los 35 millones de pesos.
Esto se debe a que en los fondos se devuelve la totalidad del el ahorro, esto
es la cotización tanto del empleador como del trabajador, junto con sus
rendimientos financieros, mientras en Colpensiones la indemnización consiste en
el dinero aportado únicamente por el trabajador, actualizado con la inflación.
Por esta razón, el
Estado ha creado mecanismos complementarios que buscan darles un mínimo de
protección durante el retiro a las personas de menores ingresos, que no
tuvieron un trabajo formal durante su vida productiva o con baja capacidad de
ahorro. Se trata de los denominados Beneficios Económicos Periódicos (BEPS). En
estricto sentido, estos no son una pensión –porque no puede haber pensiones por
debajo del salario mínimo– sino un sistema de protección para la vejez.
Con los BEPS, las
personas que ganan menos de un mínimo pueden realizar aportes desde $5.000
pesos a una cuenta de ahorro individual. Cuando lleguen a la edad de
pensión, los afiliados pueden utilizar estos
recursos, más un subsidio que otorga el Estado del 20 por ciento sobre el monto
ahorrado, para obtener un ingreso vitalicio que va desde 40.000 pesos hasta un
85 por ciento de un salario mínimo mensual.
Sin embargo, el
sistema no ha tenido el alcance que el Gobierno esperaba inicialmente. Al 31 de
diciembre de 2018 el esquema contaba con 1.272.852 personas vinculadas, pero de
ellos solo alrededor de 460.075 ahorra de manera constante. El monto promedio ahorrado
por vinculado es de 202.401 pesos, para un portafolio alrededor de los 161.480
millones de pesos.
Reforma pensional, una decisión inaplazable
Por tanto, estamos en
una situación donde ni el sistema pensional ni los mecanismos para protección
de la vejez están sirviendo para proteger a la población menos favorecida. Esta
falta de cobertura (sumada a otros problemas como la inequidad e
insostenibilidad del sistema público) muestra la necesidad de una reforma
pensional y al sistema de protección a la vejez.
La polémica 113
En la actualidad, las
personas a las que les devuelven sus ahorros pensionales tienen la opción de optar
por un BEPS, pero no lo hacen pues prefieren recibir los recursos de una sola
vez. Sin embargo, muchos expertos consideran que la mayor parte de la gente los
gasta o los invierte de manera inadecuada quedando al final desprotegidos
durante su vejez.
Por esta razón, el
Gobierno busca fortalecer los BEPS en el Plan Nacional de Desarrollo mediante
el artículo 117 haciendo que los ahorros de quienes no alcanzaron a pensionarse
en el Sistema General de Pensiones se trasladen automáticamente a un BEP. La
norma le da un plazo de 10 días para decidir si quiere una renta mensual (un
BEPs) o si prefiere recibir su dinero completo de una vez.
Para la senadora
Angélica Lozano, esto se trata de una “expropiación” de los ahorros pensionales
de quienes no alcanzan a jubilarse pues al trasladarse esa plata a los BEPs se
elimina la posibilidad de que este ahorro sea heredable. Además, critica el
corto tiempo que tendrían los colombianos para decidir.
“Hoy, si usted trabaja
y cotiza y no alcanza a pensión, le devuelven lo ahorrado. Con este artículo no
le devuelven su plata. Le darían 40.000 pesos mensuales y si muere, pierde
todo”, señaló la senadora Lozano.
Para el Gobierno es
totalmente lo contrario de lo que afirma la senadora.El propósito del artículo 117 es ofrecer a quienes no les alcanzaron sus
ahorros para pensionarse un “producto de retiro” que les garantice un ingreso
fijo mensual, de manera vitalicia, y que se beneficia con el 20 por ciento de
subsidio sobre el monto ahorrado. Además, es una alternativa voluntaria.
“Las cotizaciones
nunca se pierden, la opción que le damos desde Colpensiones y el Gobierno
Nacional es trasladarlas al programa BEPS y de esta manera lograr un ingreso
económico una vez la persona cumpla la edad de retiro, aun cuando no haya
logrado los requisitos para pensionarse”, afirmó el presidente de Colpensiones,
Juan Miguel Villa, quien advirtió por el incremento de las consultas de las
personas en las sedes regionales de la entidad ante “el pánico pensional”.
Sin duda, la
afirmación de que esto es una ‘expropiación’ del ahorro es una exageración pues
la norma lo que busca es, en teoría, incentivar el uso apropiado de dichos
recursos y que la gente no malgaste la plata en otros temas que no están
relacionados con su pensión.
Para David Cuervo,
director de la Unidad de Negocio Bienestar Patrimonial de la consultora Mercer,
se trata de ayudar a las personas a que tomen la mejor decisión. Es lo que los economistas llaman el “pequeño empujón”, y se
materializa cuando los gobiernos establecen mecanismos apropiados para que los
ciudadanos tomen decisiones que realmente le convienen. Abandonar al ciudadano,
en las decisiones financieras más importantes de su vida, como lo es el retiro,
significa en el mediano plazo adultos mayores desprotegidos y en condiciones de
miseria.
En lo que sí podría
tener razón Lozano es que este es un tema relacionado con ahorros pensionales y
debería ser tratado en el proyecto de reforma pensional que presentaría el
Gobierno en 2020, y no hacer una reforma a cuenta gotas.
Para el Observatorio
Fiscal de la Pontificia Universidad Javeriana, el artículo 113 del Plan
Nacional de Desarrollo (PND) crea un régimen de pensiones para las personas de
bajos ingresos semejante al régimen subsidiado de salud actual. Hoy los
trabajadores que ganan menos de un salario mínimo pueden hacer aportes
voluntarios al sistema de pensiones BEPS. Con el nuevo régimen se haría
obligatorio el pago del 15 por ciento de los ingresos mensuales de dichos
trabadores al sistema BEPS. La carga tributaria de este 15 por ciento recaería
sobre los trabajadores de más bajos ingresos del país. Esto
permitiría que los colombianos que ganan menos de un salario mínimo tengan la
posibilidad de acceder a una pensión. Actualmente, esto no es posible pese a
que casi la mitad de los trabadores del país ganan menos del mínimo.
Sin embargo, para los
analistas del observatorio no es claro cómo se garantizará la obligatoriedad de
estos pagos en un país donde casi la mitad de los trabajadores son informales y
afirman que este sistema beneficiaría financieramente a las compañías
aseguradoras encargadas de administrar estas pensiones.
Anif también ha
criticado el balance de los BEPS ante su alto costo administrativo en relación
con el ahorro generado y bajo número de beneficiados. Para esta entidad, sería
mucho mejor trabajar en lograr una mayor formalidad laboral y eliminar los
subsidios altamente regresivos (tipo Hood Robin) que otorga Colpensiones. Esto
es, hacer algo más integral que toque incluso temas del mercado laboral.
Los datos indican que
un colombiano cotiza a la seguridad social en su vida laboral, en promedio,
solo 754 semanas (14 años). El 58 por ciento del
total requerido para obtener la pensión. Esto no es un problema del sistema
pensional, sino del mercado laboral.
Según Cuervo, el
artículo es técnicamente apropiado y una solución concreta que es fácilmente
implementable para garantizar que más personas estén cubiertas con algún nivel
mínimo de protección, pero sin duda, los temas pensionales
son altamente sensibles a la opinión pública, y requieren de un serio
escrutinio.
Reflexiones al tema pensiones
Twitter: @orregojj
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