Partido del Tomate
Estamos parados frente a la mentira descarada. Frente a nuestros ojos: unos políticos muy bien vestidos, con sus ademanes solemnes, posan como modelos para que una cámara les encuentre el mejor ángulo. Mentirosos, ladrones, oportunistas, falsos, traidores, mezquinos, tiranos, déspotas, explotadores, avaros, mafiosos, en síntesis: “buenos” políticos… Y sin embargo ahí están, porque cooptaron el poder. porque dan miedo, porque han sabido manipular, y porque también hay quienes se les venden y nos venden, y por migajas, traicionan la democracia.
La indignación es insoportable, las manos tiemblan de rabia y tristeza mientras se ven los árboles talados, los ríos envenenados y la gente empobrecida, sin salud y con sus derechos pisoteados. Y ellos siguen ahí, en la valla que nos pide votos, en la valla que nos escupe falacias en la cara, y nosotros, humillados, sin poder hacer nada… ¿Sin poder hacer nada? ¿De verdad no hay nada que pueda hacer?
Entonces ocurre algo, levantamos la mirada, alguien dice que esto no puede seguir así, otro más lo repite y ya no somos dos, sino cientos, miles, millares los que levantamos la voz. Sentimos la fuerza necesaria para actuar. No estamos solos.
Empezamos tirando tomates a una valla, un acto que aunque pequeño y simbólico estremeció a su mundo, el de los políticos, nadie se había atrevido a hacerlo antes. Esta vez los que sonreímos fuimos nosotros y los “indignados” ellos: congresistas, concejales, presidentes, expresidentes. Seguimos adelante y entre tomatina y tomatina liberamos de forma pacífica esa indignación que teníamos guardada.
Ganamos la primera batalla, les perdimos el miedo. Lo que seguía era tomarnos la democracia con democracia. Esa democracia que ellos hicieron tan sucia para que nadie se acercara excepto ellos.
Llamamos a amigos, artistas, escritores, cuenteros, académicos y les dijimos: ¿Qué tal si creamos un partido? Uno que sea perfecto. En el que los candidatos sean ciudadanos y no políticos, en el que se luche por el medio ambiente, la salud y la educación, uno en el que el elegido deba consultar y tener en cuenta a quienes lo eligieron a la hora de tomar cualquier decisión.
Y se llamó Partido del Tomate, mejor nombre no podía tener. Su nombre era una burla a la “seriedad” de la política, pero al mismo tiempo escondía un significado de suma importancia: tomate es también tómate y esa tilde traía en sí una inmensa tranformación: que los ciudadanos nos tomáramos la política. Un partido que se lo tomara la gente, que fuera de la gente, he allí la gran revolución.
En el partido del tómate nos encontramos tú y yo, vos y yo, usted y yo. Nosotros. Aquí nos encontramos decididos a representarnos, a organizarnos bajo consignas fundamentales: defender el medio ambiente, rechazar la violencia, rebatir la corrupción, lograr educación con equidad en contra de la desigualdad y construir identidad y ciudadanía por medio del arte y la cultura.
En este espacio aspiramos soñar con seriedad el futuro de nuestro país, pero también burlarnos de la grotezca política colombiana. Queremos un partido que no crea que se las sabe todas, uno de preguntas que estimulen el debate y no de respuestas dogmáticas, uno que no ignore al ciudadano como parte de la solución. Queremos una revolución nueva, pacífica y colombiana.
Ahora que está “listo”, estamos listos para entregártelo, para que lo acabes de construir. Queremos invitarte a que te tomes la política. A que te conviertas en parte de la respuesta, en parte de la revolución. Si todos los hacemos habrá esperanza. Tenemos preguntas, queremos escuchar tus respuestas (tomatepartido@gmail.com), tenemos ganas, queremos sentir las tuyas. Tómate el partido (@tomatepartido).
«Si asumes que no hay esperanza, garantizas que no habrá esperanza. Si asumes que hay un instinto de libertad, que hay oportunidades para cambiar las cosas, entonces hay una posibilidad de que puedas contribuir a hacer un mundo mejor. Esa es tu alternativa». Noam Chomsky
PD: Si estas listo para actuar no esperes que te digamos que hacer. Sin embargo, puedes empezar por compartir; mandar por email; contarle a la gente; crear grupos del tomate en tu ciudad o municipio; crear cuentas de twitter, Facebook, crear imagenes, videos; abrir el debate; escribir columnas; dar ideas; hacer tomatinas.
El partido del tómate es la plataforma para que pongamos el país de cabeza, para que cambiemos todo, para que los ciudadanos se tomen de una vez por todas lo que les pertenece: su gobierno, su democracia.
Partido del Tomate
@tomatepartido
Magnífico: Las tortugas sobre los postes (políticos) no esperan competencia y se creen dueños del país, pues NO!!!!! Somos la respuesta a su indignidad.
ResponderEliminarque bien que haya gente capaz de luchar por la desigualdad y la corrupción en este país tan rico que tenemos que solo unos pocos son los dueños pero por la forma como lo roban
ResponderEliminar