SEMANA.COM, Por Fetze Weerstra*
Comparado con el resto del mundo, solo deja atrás a Rusia, Nigeria,
Pakistán, Irán e Irak.
Los resultados de la investigación más reciente sobre la reputación de
los países, llevada a cabo por el renombrado Reputations Institute con sede en
Nueva York y Copenague, afirman que Canadá es el país del mundo con mejor
reputación. Por su parte, Brasil es el país que ocupa el primer lugar en Latinoamérica.
Soy fotógrafo, nací y crecí en Holanda, y vivo en Bogotá. Como
fotógrafo, me encantan los increíbles paisajes colombianos y su historia única.
Me dedico a contarle al mundo la maravilla que es Colombia y, al mismo tiempo,
como extranjero, me fascina su lucha contra su mala reputación.
Para cualquier país, una buena reputación es muy importante para atraer
a turistas, inversionistas y nuevos habitantes, mientras se mejora su imagen.
La percepción casi general es que Colombia está mejorando paulatinamente en
todos los niveles pero aún no logra avances importantes en la mejora de su
imagen, pese a la gran cantidad de eslogans y campañas promocionales que ha
emprendido. ¿Cómo es eso posible?
Primero, cambiar la imagen de un país, como la de cualquier marca, es un
proceso a muy largo plazo. La gente no olvida tan fácilmente lo que sabe y
cree, ni puede cambiar tan rápidamente las asociaciones que ha guardado durante
años, quizá décadas, en su cerebro.
Yo puedo contarle a la gente de mi país que Colombia ya no es tan
insegura como antes pero las personas no olvidan así nomás casi cincuenta años
de noticias negativas, que son las que más se suelen leer sobre Colombia en
Holanda y el resto del mundo. Un cambio de imagen cuesta muchísimo tiempo.
Segundo, en el proceso de crear una imagen, la comunicación (campañas de
promoción, eslogans, fotografías) juega un rol muy inferior comparado con la
verdadera identidad e imagen del país. Como decimos en Holanda, es mucho más
importante “tener la tienda en orden antes de atraer clientes". Es decir,
hay que trabajar en la realidad, no solo en la imagen, para que no haya
incongruencia entre ellas.
Por ejemplo, es inútil y absurdo sostener, por meras cuestiones de
marketing, que una ciudad como Bogotá es segura si en realidad no lo es. La
reputación de los países y de las ciudades depende de la percepción que tienen
los ciudadanos, basada en la efectividad con la que se gobierna: seguridad
pública, un ambiente agradable, y una economía próspera, entre otros aspectos.
Sí, las cosas están cambiando y mejorando, al menos yo noto un cambio
con respecto a 2008, año en el que vine a Colombia por primera vez, antes de
vivir aquí. Pero aún hay un largo camino por recorrer.
Me encanta fotografiar el centro de la ciudad en la que vivo: La
Candelaria, la Carrera Séptima, entre muchos otros lugares; pero la seguridad
en Colombia, y particularmente en Bogotá, sigue siendo un tema delicado. Lo es
para los habitantes del país en general, incluidos los extranjeros como yo.
Faltan mínimos de seguridad en la calle, en el transporte público, en el simple
hecho de coger un taxi o salir de noche.
Para conseguir un ambiente agradable -otro factor que causa una buena
reputación- también hay mucho por hacer. Veo a menudo muchísimos edificios,
calles o barrios de Bogotá con una historia, una arquitectura y una riqueza
cultural excepcionales, pero están descuidados, abandonados, o dañados de
múltiples maneras.
Parece que la consigna fuera construir e invertir únicamente en las
zonas caras y nuevas de la ciudad, olvidando el corazón, la impronta única de
la capital.
Tengo la esperanza de que Colombia va por buen camino. No hay que
desesperarse si la reputación del país no mejora con la rapidez que deseamos
pero hay que trabajar duro y por mucho tiempo para mejorarla.
Para poder exhibir buenas fotografías, tener una historia única y contar
con una buena reputación, hace falta invertir mucho en la seguridad del país,
en tener ciudades limpias y atractivas.
Hay que luchar contra la pobreza, disminuir la criminalidad, y lograr
que mucha más gente quiera venir a disfrutar de los paisajes tanto dentro como
fuera de las ciudades. Es lo que intento hacer como fotógrafo para contarle al
mundo las cosas únicas que tenemos en Colombia.
*Es un holandés, nacido en 1977, que vive y trabaja en Bogotá, Colombia,
como fotógrafo de paisajes urbanos y rurales. Tiene un título de Master of Arts
(MA) en Ciencias de la Comunicación y la Información de la Rijksuniversiteit de
Groningen.www.fetzeweerstra.com
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