Casi toda la prensa del país se ocupó hace algunas semanas sobre el caos de Colpensiones, empresa que reemplazó al incompetente Instituto de Seguros Sociales -ISS- hace unos ocho meses, y ya se halla en una crisis tan aguda que su propio presidente, señor Pedro Nel Ospina, le ha solicitado a la Corte Constitucional que la declare en “estado de caos institucional”.
Afirmó Ospina que este amparo o salvavidas le permitiría ponerse al día en un año en todos los miles y miles de trámites estancados y suspender a la par el cumplimiento de las 50.000 tutelas e incidentes de desacato ya fallados en contra de Colpensiones y que conllevan varias órdenes de arresto contra su Presidente.
Además de las tutelas, están estancados 51.000 trámites de bonos pensionales, 240.000 derechos de petición, 300.000 correcciones de la historia laboral, 3.600 historias laborales totalmente perdidas, 216.000 solicitudes de reconocimiento de pensión, los cuales se aumentan en 14.000 cada mes. En total, existen cerca de 800.000 trámites rezagados.
En su solicitud ante la Corte, culpa Colpensiones de esta situación a la pésima entrega de datos que le hizo el Seguro Social. Colpensiones heredó del ISS dos millones de cotizantes, seis millones de afiliados y un millón de pensionados cuyas mesadas valen $17 billones por año. En opinión de personas autorizadas, Colpensiones ni estaba, ni garantiza estar lista pronto para recibir esta herencia de la cual depende la vida del millón de jubilados aludido.
Para la Procuraduría, Colpensiones es la responsable del caos y por eso ha solicitado por intermedio de su delegada para asuntos de Trabajo y Seguridad Social que no les otorguen más plazos. Para los jueces que han fallado las tutelas, aceptar el “estado de caos institucional” suspendería el cumplimiento de las tutelas y de los incidentes de desacato y les abriría las puertas a las nulidades de estos.
Para el ministro del Trabajo, señor Rafael Pardo, quien apenas ahora parece haberse dado cuenta de la magnitud del caos, lo justifica, porque se les duplicaron los trámites. Para el autor de esta nota, los datos que entregó el ISS son pésimos y puede dar fe de la inexistencia de la historia laboral de una persona a su servicio que él ingresó hace ya cuatro años al ISS y hoy no aparece en sus registros, pero sí en los de Comfenalco y demás aseguradoras. En otros casos, las semanas cotizadas no aparecen para el ISS; pero sí para Asopagos.
Como es sabido, los señores congresistas se aprestan para aprobarle una mediocre reforma pensional al ministro Pardo. Numerosos colombianos nos preguntamos, ¿para qué tanta alharaca con ella, si 800.000 colombianos o más, no pueden confiar en los sistemas de información administrados por la propia cartera del Trabajo? Se rumora que hasta el propio ministro Pardo tuvo dificultades para consultar su historia laboral.
Espero que la nueva institución creada por el Ministerio de Salud para reemplazar el fracasado Fosyga, la llamada Salud-Mía, no resulte ser otro monstruo gigantesco e incompetente como suelen ser numerosas instituciones del Estado colombiano, desde hace años. Que en lugar de progresar resultemos retrocediendo como parece estar sucediendo con Colpensiones
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