ELESPECTADOR.COM, Por: Cecilia Orozco Tascón
El ministro de Trabajo afirma que los
partidos de la Unidad Nacional, si son coherentes, deberían estar “fuertemente
inclinados” a ingresar a la campaña por la reelección del presidente Santos.
Cecilia Orozco Tascón.- ¿Por qué el
Gobierno le dio prioridad a la reforma a la salud en su presentación ante el
Congreso y relegó la de pensiones a un segundo lugar?
Ministro Rafael Pardo Rueda.- Las dos reformas son
prioritarias para el Gobierno, pero no puedo atravesármele a la de salud,
porque ese proyecto es mucho más urgente dado que es cuestión de vida o muerte,
como lo demuestran todos los días los hechos. Sin embargo, esa realidad no le
quita peso a la reforma de pensiones, que es absolutamente necesaria. Como se
sabe, el sistema actual pensiona a muy poca gente, vale demasiada plata y es
inequitativa. Esto es lo que resulta inaplazable modificar sin que un tema
compita con el otro.
C.O.T.- Pese a su punto de vista, es
notorio que, al menos en el nivel ministerial, le están poniendo palos en la
rueda a su reforma: el ministro de Hacienda afirmó que la prioridad del
Gobierno era la de salud y hace unos días el del Interior dijo que todavía le
faltan consensos a la de pensiones. ¿Por qué se presenta esa contradicción
entre ellos y usted?
R.P.R.- Ha habido unas diferencias de opinión con el Ministerio de
Hacienda, pero eso es normal y se resuelve sin problemas. A todas las reformas
les faltan siempre consensos absolutos: uno no puede pretender que haya total
acuerdo sobre un tema antes de presentar el proyecto de ley. Tenemos unos
consensos básicos y, lo mismo que ocurre con la de salud, la de pensiones
requiere de mucha discusión pública. Pero mientras que la primera requiere ser
aprobada en junio, la de pensiones puede pasar el trámite legislativo antes de
que se termine el año. Quiere decir que no compiten tampoco en el tiempo.
C.O.T.- ¿Cuándo se presentará la
reforma a las pensiones?
R.P.R.- En los próximos 10 días, con el ánimo de que se inicie el
trámite en la Comisión Séptima de la Cámara y que se concluya su tránsito en la
legislatura que empieza el 20 de julio.
C.O.T.- Esta semana el presidente
firmó un decreto creado en su ministerio: el de pensión de vejez para los
excluidos del sistema actual. ¿Es una especie de premio de consolación en vista
de que el proyecto de pensiones está tan enredado?
R.P.R.- (Risas) No. Es complementario tanto en el asunto de pensiones
como en justicia social. La protección a la vejez busca: 1. Darles apoyo
económico a los adultos mayores que no tienen pensión. Este apoyo se enmarca en
un programa que se denomina Colombia Mayor y que hemos ampliado en cobertura
desde cuando lo recibimos del expresidente Uribe 2. Proteger al trabajador
informal que no tiene acceso al sistema. Ese es el decreto al cual hace usted
referencia. Pone en marcha un esquema de ahorro con subsidio para que ese
trabajador cuente con un ingreso mensual de por vida. Y 3. Incluir en el
sistema a quienes han estado al menos 25 años de su vida en el mercado laboral
formal pero que no alcanzan a tener derecho a pensión.
C.O.T.- Bueno, tal vez el
expresidente Uribe no lo ha entendido así, porque hace un par de días pidió
elegir para presidente a un “reemplazo” de Santos, entre otros motivos, porque
“se estancaron los ancianos”. ¿Qué le respondería?
R.P.R.- Que le han dado datos equivocados. En el programa Colombia Mayor
él dejó cubiertas a 627 mil personas. Hoy tienen ese beneficio casi un millón
100 mil ancianos que están recibiendo una suma bimensual de $120.000 en
promedio. Está previsto, además, que cada año el programa llegue a 250 mil
personas más, hasta llegar a cobertura universal en el año 2018, de mayores de
65 años que vivan en condiciones de extrema pobreza e indigencia.
C.O.T.- Volviendo a la competencia
entre ministros, ¿no será que su rivalidad no es por las reformas sino por los
intereses propios?
R.P.R.- No quiero prejuzgar. Creo que se trata sólo de que cada uno
tiene su propia esfera de responsabilidad.
C.O.T.- ¿Es cierto que usted se
confrontó en privado con el ministro de Salud por el proyecto de cada uno?
R.P.R.- No. Con él tenemos pleno acuerdo en cuanto a tiempos y
prioridades. Él sabe que yo entiendo la urgencia de modificar el sistema de
salud. Y él comprende que la reforma de pensiones es inaplazable.
C.O.T.- Se comenta que las
rivalidades entre los jefes de las carteras se deben a las aspiraciones
políticas de cada uno: Vargas Lleras quiere ser presidente. Cárdenas estaría
sembrando cimientos para ser el candidato de los conservadores. Y usted sería
la fórmula vicepresidencial de Santos. ¿Qué hay de verdad en estas
especulaciones?
R.P.R.- No lo sé en cuanto a los ministros que usted menciona. En cuanto
a mí, no me saque del llavero tan pronto.
C.O.T.- Con perdón suyo, el tema
vicepresidencial no parece descabellado, porque usted fue director del
liberalismo y lo representa en el ministerio.
R.P.R.- Lo que quiero decir es que uno puede aspirar a ser presidente,
gobernador o alcalde porque depende de la voluntad propia. Pero que a la
Vicepresidencia no se aspira porque es un cargo que es del resorte del
presidente y de nadie más.
C.O.T.- Eso significa que no está
cerrando la puerta a esa posibilidad, sino siendo discreto. Si se la
plantearan, ¿qué diría?
R.P.R.- ¿Usted cree que alguien puede contestarle con sinceridad y
sentido de realidad esa pregunta?
C.O.T.- Al presidente le han
cuestionado su supuesta falta de coordinación con el gabinete ministerial. ¿Lo
que ha ocurrido entre usted y los demás ministros es una demostración de que
esa crítica es cierta?
R.P.R.- No es cierto que haya falta de coordinación entre los ministros
ni entre éstos y el presidente. Es común la tendencia a generar contradicciones
donde no las hay.
C.O.T.- Los enfrentamientos se
extienden a los partidos, tal como ha ocurrido esta semana: si Santos se reúne
con los liberales, brincan los de la U, y si éstos asumen que son los dueños
del gobierno, los conservadores amenazan con retirarse de la alianza. ¿La pugna
por el poder y la cercanía al presidente la lleva ganada el liberalismo?
R.P.R.- El liberalismo entró al gobierno por invitación del presidente
después de las elecciones. En ese momento me llovieron rayos y centellas.
Recibí renuncias, descalificaciones e insultos porque el partido había
abandonado la oposición. Hoy, la mayoría liberal no discute que ha sido
coherente estar en la actual administración porque, moleste a quien moleste, el
presidente ha gobernado con espíritu liberal.
C.O.T.- Espíritu que les molesta a la
U, a los conservadores y a Uribe. Por eso, justamente, ellos dicen que Santos
es un traidor.
R.P.R.- El ingreso al gobierno del Partido Liberal se hizo sobre la base
del compromiso con tres proyectos: la ley de víctimas, la de primer empleo y la
protección a la vejez. Esas tres propuestas y muchas otras políticas del
Gobierno, entre otras la de abrir la posibilidad de adelantar un proceso de
paz, han sido, históricamente, banderas liberales. Ahora, si usted afirma por
ese motivo que el presidente es liberal, le digo que no es verdad. Él fue
elegido por el Partido de la U con apoyo del Partido Conservador y de Cambio
Radical y estas colectividades también han aportado iniciativas que se han
desarrollado en la administración. Con el mismo argumento se diría que él está
con los otros partidos.
C.O.T.- En los últimos días se
siente, más que antes, la molestia de los conservadores que amenazan hasta con
retirarse de la coalición. ¿No terminarán los liberales por hacerle más daño
que bien al Gobierno pues se podría quedar sólo con ustedes?
R.P.R.- Esa posibilidad no existe y no es deseable para el Gobierno,
para los demás partidos y ni siquiera para los liberales.
C.O.T.- ¿Por qué? ¿Por las
dificultades que tendría adelantar la reelección?
R.P.R.- Si un partido está en una coalición con el presidente y éste
decide dentro de la ley y la Constitución presentarse a la reelección, y si el
partido es coherente y el Gobierno ha sido consistente con sus políticas,
tendría que estar fuertemente inclinado a estar en la coalición para la
reelección. Por supuesto, el liberalismo tendrá que tomar esta decisión en sus
instancias estatutarias y en el momento oportuno. Lo que tiene que evaluar es
si sus banderas han sido representadas por el Gobierno.
C.O.T.- Según usted, ¿lo han sido?
R.P.R.- Estoy seguro de ello en el caso del liberalismo, pero también
para la reelección el partido tiene que definir cuáles deben ser sus políticas,
programas y propuestas, con independencia de lo que otras colectividades de la
coalición decidan.
C.O.T.- Usted estuvo con la primera
reelección de Uribe. Se opuso a la segunda. ¿Por qué ahora está otra vez de
regreso a la reelección?
R.P.R.- Yo voté en el Senado por la aprobación constitucional de la
reelección presidencial. Pero usted recuerda que no acompañé a Uribe en esa
campaña ni en la segunda. A su pregunta, le respondo que esa figura hoy es
parte de la Constitución.
C.O.T.- ¿Qué opina de la propuesta de
Piedad Córdoba sobre ampliación del período presidencial y del Congreso por dos
años más?
R.P.R.- Temas tan trascendentales tienen que provenir de partidos y de
grandes fuerzas políticas. No sé si la propuesta de Piedad busca impedir que
Santos sea reelegido o si pretende que el proceso de paz no se confunda con la
campaña electoral.
C.O.T.- ¿La virulencia con que han
hablado en estos días los expresidentes es reflejo de lo que pasará en la
campaña o se trata de simples manifestaciones de egos?
R.P.R.- Uribe está viviendo lo que él sembró. La verdad es que el papel
de los expresidentes en la política nacional, antes de consejeros, se modificó
en el gobierno de Uribe desde cuando él empezó a descalificar las opiniones de
los exmandatarios cuando los remitía a controversias sobre sus propias
administraciones.
C.O.T.- ¿Como por ejemplo cuándo?
R.P.R.- Cuando el expresidente Gaviria le criticó a Uribe la política
que adoptó con los paramilitares, éste le contestó recordando a Los Pepes.
Cuando Samper encontró falencias en la política económica, Uribe lo remitió al
proceso 8.000. Cuando Pastrana se distanció de la política exterior de
Colombia, el expresidente le recordó el Caguán. Ahora él critica a Santos pero
al mismo tiempo pretende que sus dos gobiernos no sean escrutados por la
administración actual ni por los demás expresidentes.
C.O.T.- Usted conoce bien a Andrés
Pastrana pues estuvo cerca de él en la campaña en que alcanzó la Presidencia.
¿Cómo explica la gran molestia que él expresa con Santos? ¿Tal vez la torpeza
política con que han tratado el tema de La Haya y del Caguán?
R.P.R.- No quisiera interpretarlo para no caer en errores.
C.O.T.- La paz es un tema que todos
desean apoyar, salvo Uribe. ¿Por qué en vez de unir a los demás expresidentes
en torno a ese proyecto, Santos ha logrado poner en contra a unos o neutralizar
a otros?
R.P.R.- En el tema de paz nadie tiene que ser convencido por otro, ni
sentirse del lado contrario por diferencias con el Gobierno. Este es un tema
que debería concitar un acuerdo político más allá de las simpatías o antipatías
por la administración.
Dudas
sobre la reforma al sistema de pensiones
Cecilia Orozco.- Propone un régimen
de prima media para los pensionados y otro de ahorro propio. ¿No resulta
inequitativo que queden bajas pensiones con independencia de lo que cada uno
aporte?
Rafael Pardo.- Al contrario: el nuevo sistema concentraría los subsidios
del Estado en las pensiones bajas y medias. Y las pensiones altas tendrían que
ser financiadas con ahorro del trabajador.
C.O.- No es claro el aporte que hará
el Estado al sistema porque repartirá lo que les corresponde a los de clase
media, entre ellos y los de clase popular.
R.P.- Subsidiará las pensiones del primer escalón de prima media sobre
el salario mínimo en un 60% con recursos del presupuesto. El 40% restante
corresponderá a aportes del trabajador. Las pensiones por encima del mínimo
serán proporcionales al ahorro individual, lo cual es más justo que lo que
sucede hoy.
C.O.- Parece inequitativo que el
monto de la pensión dependa de la capacidad de ahorrar cuando pocos lo pueden
hacer.
R.P.- Las altas pensiones que existen no son financiadas con
cotizaciones igualmente altas, sino con recursos estatales. Eso sí es
inequitativo. Propongo que los subsidios se destinen por igual a las pensiones
bajas y medias, lo que mejoraría la mesada del 80% de los jubilados.
Regímenes
intocables
C.O.- ¿Los ricos se preocupan por la
reforma al sistema de pensiones?
R.P.- Si asimilamos los ricos a las personas bien informadas, no sólo se
interesan en el sistema sino que se trasladan hacia el régimen público cuando
les faltan 10 años para jubilarse. Cada año se movilizan 100 mil personas, más
o menos, de los fondos privados a Colpensiones porque se sabe que la pensión en
el régimen actual es subsidiada y que mientras más alta se calcule que será,
más subsidio recibirán. Los ricos escogerían el régimen de prima media.
C.O.- Nadie se refiere a los
regímenes especiales, el que cubre a los militares. Pero es una gran carga,
puesto que ellos se pensionan con la mitad del tiempo y con el doble del monto.
¿Eso es intocable?
R.P.- No se va a tocar por dos razones: 1. Porque los militares están
sometidos a una carrera y su salida, en general, no ocurre por decisión propia
sino institucional. Las particularidades de ese oficio hacen que no se pueda
desempeñar fácilmente un cargo con esas competencias en el sector privado. Por
lo tanto, los militares no tienen pensiones sino asignaciones de retiro. 2. En
todas partes del mundo quienes tienen que ponerles el pecho a las guerras
tienen regímenes especiales precisamente por esa razón.
Por: Cecilia Orozco Tascón
No hay comentarios:
Publicar un comentario