SEMANA.COM, Por María Jimena Duzán
Alberto Rojas
ha dicho que él no presta sus servicios a los congresistas a cambio de
prebendas. y sí, puede que no sea él, pues para esto tiene una serie de
abogados que trabajan en su despacho.
El nuevo magistrado de la Corte Cons-titucional Alberto Rojas Ríos ha
dicho una y otra vez que no es cierto que él haya prestado sus servicios como
abogado a los congresistas que tienen procesos ante la Corte Suprema de
Justicia, el Consejo de Estado y la Procuraduría a cambio de que votaran por él.
Sin embargo, esta historia que traigo a colación puede demostrar que el
nuevo magistrado es un abogado de corta memoria o que en realidad lo suyo no es
la verdad.
A raíz de la caída de la reforma de la Justicia, un ciudadano equis,
demandó a varios congresistas, miembros de la Comisión de Conciliación. Entre
ellos, estaban el senador liberal Jesús Ignacio García, el conservador Enríquez
Maya, quien fue el escudero de Rojas en toda su campaña en el Senado, Juan
Carlos Restrepo de Cambio Radical y Luis Fernando Duque del Partido Liberal.
Sobra decir que todos estos congresistas votaron por él.
Estos cuatro senadores le dieron el poder a un abogado de nombre Diego
Armando Carvajal Bríñez para que asumiera su caso ante el Consejo de Estado y
su audiencia se sucedió el 5 de marzo pasado.
Si uno pone el nombre de esta abogado en Google encuentra la primera
sorpresa: aparece como el demandante ante el Consejo de Estado de la elección
de la contralora Sandra Morelli (ver documento).
Bueno es recordar que el doctor Alberto Rojas fue su contrincante en esa
elección en la que casi gana. Cuando su triunfo estaba ya cantado, la doctora
Morelli resultó elegida. La demanda, que pretendía la nulidad de la elección y
que pedía devolver el acto al Congreso para que se recompusiera la terna y se
designara un nuevo reemplazo a la contralora, fue negada en junio del año
pasado.
Este dato sería irrelevante si el abogado Carvajal Bríñez, que demandó a
la contralora, no tuviera los mismos teléfonos que pertenecen a las oficinas
donde tiene su despacho de abogado el doctor Alberto Rojas Ríos. Ese hallazgo
fue fácil de hacer. Llamé al Consejo de Estado a preguntar por el teléfono del
defensor de los congresistas en cuestión y me los dieron.
Los teléfonos son el 61125342 y el 6113194. Lo comparé con el que había
en la hoja de vida que el doctor Rojas le envió al Senado y advertí que eran
los mismos (ver documento).
Una de dos: o el abogado Diego Armando Carvajal Bríñez trabaja en el
despacho del doctor Rojas o él está utilizando alevosamente su teléfono como si
fuera su despacho de abogado, caso en el cual el doctor Rojas tendría que
demandarlo por usurpación.
Alberto Rojas ha dicho que él no presta sus servicios a los congresistas
a cambio de prebendas. Y sí, puede que él estrictamente no sea el que atiende
los casos de los congresistas que votaron por él, sino que para esto tiene a
una serie de abogados que trabajan en su despacho, como parecería ser el caso
de Diego Armando Carvajal Bríñez.
Sorprende también que haya sido uno de sus abogados quien puso la
demanda ante el Consejo de Etado en contra de la contralora Morelli. Y no
porque haya nada de ilegal en ese acto, sino porque demuestra las calidades
éticas que tiene el flamante nuevo magistrado de la Corte a la hora de
enfrentar sus derrotas.
A Rojas Ríos, como magistrado de la Corte Constitucional, le
correspondería revisar la tutelas que podrían acabar con los procesos penales y
con los de pérdida de investidura de congresistas, como los que adelanta el
abogado Carvajal Bríñez, quien al parecer trabaja en el despacho de
Rojas.
Al fin se entiende por qué todos los congresistas de la Unidad Nacional,
incluido el PIN, terminaron apoyando a Rojas Ríos, a pesar de los serios
cuestionamientos que lo envuelven.
¡AY!¡QUÉ DOLOR! ¡QUÉ PENA!... POR ESTA REPUBLIQUETA MONÁRQUICA Y FEUDALISTA... QUE NO DEJARÁ DE SER COLOMBIA!
ResponderEliminar¿Aunque fuera hilar con hilos de tela de araña, estos demostrados hechos no darían para invalidar la elección del mencionado "sujeto" ? Porque la mujer de Cesar, no solo tiene que ser honesta, sino parecer serlo
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