miércoles, 10 de abril de 2013

Colombia, tierra querida


POR: Édgar Ortega Delgado 

<edgardel.14.06@hotmail.com

A eso de las seis de la tarde en todo el país, la mayoría de la gente pide (pido, pedimos) que le bajen el volumen al radio o que lo apaguen.

Porque en ese momento estarán tronando los parlantes con redoblantes marciales y unas trompetas que anuncian el comienzo del Himno Nacional de Colombia. No lo hacemos por falta de patriotismo, ni porque desdeñemos la patria, esta patria que amamos, sufrimos y disfrutamos, sino por otras razones.

Creo que todos habremos leído al menos una vez todas las estrofas del Himno; y creo que a todos nos tocó aprendernos ese rosario de versos inentendibles y anacrónicos, porque de no hacerlo una mala nota nos seguía los pasos, y uno se rajaba como colombiano. Al sol de hoy, muchos niños todavía creen que el bien germina allá; y que los surcos no pueden ser de dolores sino de colores.

El himno nacional de Colombia es un himno militar, lleno de soldados de "varonil aliento". No es un himno que represente a la ciudadanía. De hecho, ni siquiera dice la palabra Colombia. Fue un himno impuesto por un pupitrazo de un presidente, uno de esos decretos faraónicos inapelables.
Pero en Colombia existe un himno popular que todos cantamos con dicha. Uno verdadero, que conmueve a todos los colombianos desde punta Gallinas hasta Leticia; desde Buenaventura hasta Puerto Carreño. Ese himno fue compuesto por Lucho Bermúdez y se llama Colombia, tierra querida. Nadie tiene que hacer ningún esfuerzo mnemotécnico para aprendérselo, y su letra nos representa.

Cuando Colombia gana alguna cosa, en fútbol, en literatura, en patinaje o ciclismo, en lo que sea, las emisoras lo tienen a la mano y lo ponen a reventar parlantes. No sobra decir que nadie pide que le bajen volumen a eso. Porque nos representa. Suena bien en todos los aires. Ha sido interpretado por papayeras, por la Orquesta Filarmónica de Bogotá, por conjuntos vallenatos, por bambuqueros; en aire de chirimía o música llanera o cumbia, en salsa; por bandolas, tiples boyacenses, gaitas sinuanas, acordeones. Y cuando un músico quiere gritar con orgullo que es colombiano, incluso dentro de Colombia, para despertar un verdadero fervor patriótico, no interpreta el himno oficial sino el verdadero, el que nos define. Ahí están las versiones de Andrés Cabas, Juanes, Yuri Buenaventura, Totó nuestra momposina, Carolina la O y tantas otras, sin olvidar la entrañable versión original de Matilde Díaz y Lucho Bermúdez.

No es un himno militar, es un himno a Colombia, a lo que significa Colombia para todos nosotros. Es el himno del futuro que queremos, lleno de frases memorables y sentidas. Es un himno de fácil manejo, con dos estrofas sonoras bien concebidas, que encierran toda la poesía de esta tierra.

Y un coro que a todos nos dan ganas de gritar con orgullo:

"Colombia, tierra querida, himno de fe y armonía /
Cantemos, cantemos todos grito de paz y alegría /
Vivemos, siempre vivemos a nuestra patria querida /
Tu suelo es una oración y es un canto de la vida (bis).

"Cantando, cantando yo viviré, Colombia, tierra querida /
Cantando, cantando, yo viviré, Colombia, tierra querida.

"Colombia, te hiciste grande con el furor de tu gloria /
La América toda canta la floración de tu historia /
Vivemos, siempre vivemos a nuestra patria querida /
Tu suelo es una oración y es un canto de la vida (bis)".

Lo digo en serio. No es una propuesta descabellada -interpretado por la Filarmónica es soberbio-. Es un himno superior en su letra, en su música (porque, como dije, es la verdadera música colombiana), y en su sentido patriótico.

No hay que inventar nada. No tenemos que hacer un plebiscito, ni llamar a concurso para tener un nuevo himno. Ahí está. Y es el mejor.



LETRA 'HIMNO NACIONAL DE COLOMBIA'
CORO 

¡Oh gloria inmarcesible! 
¡Oh júbilo inmortal! 
¡En surcos de dolores 
El bien germina ya. 

Primera estrofa. 

Cesó la horrible noche 
La libertad sublime 
Derrama las auroras 
De su invencible luz. 
La humanidad entera, 
Que entre cadenas gime, 
Comprende las palabras 
Del que murió en la cruz 

Segunda estrofa. 

"Independencia" grita 
El mundo americano: 
Se baña en sangre de héroes 
La tierra de Colón. 
Pero este gran principio: "el rey no es soberano" 
Resuena, Y los que sufren 
Bendicen su pasión. 

Tercera estrofa. 

Del Orinoco el cauce 
Se colma de despojos, 
De sangre y llanto un río Se mira allí correr. 
En Bárbula no saben 
Las almas ni los ojos 
Si admiración o espanto 
Sentir o padecer. 

Cuarta estrofa. 



A orillas del Caribe 
Hambriento un pueblo lucha Horrores prefiriendo 
A pérfida salud. 
!Oh, sí¡ de Cartagena 
La abnegación es mucha, 
Y escombros de la muerte 
desprecian su virtud. 

Quinta estrofa. 

De Boyacá en los campos 
El genio de la gloria 
Con cada espiga un héroe 
invicto coronó. 
Soldados sin coraza 
Ganaron la victoria; 
Su varonil aliento 
De escudo les sirvió. 

Sexta estrofa. 

Bolívar cruza el Ande 
Que riega dos océanos 
Espadas cual centellas 
Fulguran en Junín. 
Centauros indomables 
Descienden a los llanos 
Y empieza a presentirse 
De la epopeya el fin. 

Séptima estrofa. 

La trompa victoriosa 
Que en Ayacucho truena 
En cada triunfo crece 
Su formidable són. 
En su expansivo empuje 
La libertad se estrena, 
Del cielo Americano 
Formando un pabellón. 

Octava estrofa. 

La Virgen sus cabellos 
Arranca en agonía 
Y de su amor viuda 
Los cuelga del ciprés. 
Lamenta su esperanza 
Que cubre losa fría; 
Pero glorioso orgullo 
circunda su alba tez. 

Novena estrofa. 

La Patria así se forma 
Termópilas brotando; 
Constelación de cíclopes Su noche iluminó; 
La flor estremecida 
Mortal el viento hallando 
Debajo los laureles 
Seguridad buscó 

Décima estrofa. 

Mas no es completa gloria Vencer en la batalla, 
Que al brazo que combate Lo anima la verdad. 
La independencia sola 
El gran clamor no acalla: 
Si el sol alumbra a todos 
Justicia es libertad. 

Undécima estrofa. 

Del hombre los derechos 
Nariño predicando, 
El alma de la lucha 
Profético enseñó. 
Ricaurte en San Mateo 
En átomos volando 
"Deber antes que vida", 
Con llamas escribió. 

Letra: Rafael Núñez. 
Música: Oreste Sindici.

2 comentarios: