Por: Carlos Arturo García
A Juan Daniel Oviedo, director del
Departamento Administrativo Nacional de Estadística (Dane), el balance
preliminar del Censo Poblacional y de Vivienda del 2018 lo tiene más que
satisfecho, pese a que le tomó cuatro meses más saber que en Colombia somos 45,5
millones de habitantes y no 50 millones, como apuntaban las proyecciones de la
misma entidad.
La razón de esa satisfacción no está solo en
que la tarea se pudo concluir en medio de las dificultades geográficas,
logísticas, presupuestales y de seguridad propias del país, sino además en el
hecho de que, por primera vez, un censo logra el 99,8 por ciento de cobertura
geográfica, lo cual permite tener hoy una foto mucho más aproximada de la
realidad de Colombia en términos de su estructura poblacional y de vivienda.
Oviedo dice que esa foto del país que muestra cuántos somos, cómo y en dónde vivimos; la conformación de los hogares y las familias colombianas, entre otros aspectos demográficos, son fundamentales para el diseño de estrategias económicas y sociales, tanto del lado público como del privado, con un atributo muy importante: la focalización.
“Ahora tenemos toda la información georreferenciada, es decir que ya no solo vamos a ver ciudades como una mancha, sino que veremos las manchas dentro de las ciudades y las diferencias que existen entre barrios y localidades”, dice el funcionario al referirse a la calidad, profundidad y precisión de los datos recogidos.
Oviedo dice que esa foto del país que muestra cuántos somos, cómo y en dónde vivimos; la conformación de los hogares y las familias colombianas, entre otros aspectos demográficos, son fundamentales para el diseño de estrategias económicas y sociales, tanto del lado público como del privado, con un atributo muy importante: la focalización.
“Ahora tenemos toda la información georreferenciada, es decir que ya no solo vamos a ver ciudades como una mancha, sino que veremos las manchas dentro de las ciudades y las diferencias que existen entre barrios y localidades”, dice el funcionario al referirse a la calidad, profundidad y precisión de los datos recogidos.
Más allá de que no somos 50 millones de habitantes, ¿cuál fue el
hallazgo del censo que más le llamó la atención?
De los temas con los que
me identifico, y no es que me declare feminista, es un poco el rol hoy de la
mujer en Colombia, porque todavía está estigmatizada. Es decir, el incremento
drástico que ha tenido la jefatura de hogar femenina. En el censo del 2005, el
30 por ciento de los hogares tenían jefatura de hogar femenina, y ahora es el
40 por ciento. Entonces, aunque la mujer incrementa su participación en el
mercado laboral, no solo trabaja sino que también es la jefa de hogar y la que
dedica más tiempo no remunerado a las labores de su hogar.
De ahí que el país tiene que empezar a priorizar la política pública para la economía del cuidado, romper estigmas culturales, dejar de creer que la mujer se tiene que quedar en casa cuidando hijos. Tenemos que equilibrar esa responsabilidad, porque si la mujer cumple esos roles de manera simultánea, podría ser más productiva laboralmente, y la economía podrá crecer mejor gracias a ello.
De ahí que el país tiene que empezar a priorizar la política pública para la economía del cuidado, romper estigmas culturales, dejar de creer que la mujer se tiene que quedar en casa cuidando hijos. Tenemos que equilibrar esa responsabilidad, porque si la mujer cumple esos roles de manera simultánea, podría ser más productiva laboralmente, y la economía podrá crecer mejor gracias a ello.
Hay quienes critican al Dane por
los elevados costos en que incurrió para hacer el censo y la tardanza en la
entrega de los resultados.
Los censos por naturaleza son costosos, tanto desde el punto de vista financiero como del transaccional, por eso se hacen cada diez años. Lo primero implica un operativo logístico muy complejo porque es ver cómo, desde una perspectiva de imagen o de marca, hacemos presencia en todos los rincones del país. No hay otra operación estadística que tenga estos atributos.
Los censos por naturaleza son costosos, tanto desde el punto de vista financiero como del transaccional, por eso se hacen cada diez años. Lo primero implica un operativo logístico muy complejo porque es ver cómo, desde una perspectiva de imagen o de marca, hacemos presencia en todos los rincones del país. No hay otra operación estadística que tenga estos atributos.
Financieramente, es una operación muy costosa. Antes tocaba paralizar el país,
pero la dinámica económica y social hace que hoy, esto sea imposible debido al
costo de oportunidad. Esa misma dinámica hace que los censos estén llamados a
evolucionar, a ser mucho más concretos y reducidos en su alcance temático y que
empiecen a comunicarse con otras bases de datos o registros administrativos,
como la base de afiliados a la seguridad social o los datos de la
Registraduría.
¿Esa evolución hará que los
censos tiendan a ser cada vez menos costosos?
Dado ese costo intrínseco, que para Colombia representó 410.000 millones de pesos, estamos buscando hacer menos costosa esa operación. Un intento que no consiguió ese propósito fue el uso de la plataforma electrónica (Censo Virtual), pues reduce de forma significativa los costos. Pero usar esas plataformas requiere no solo que haya internet y computadores, sino cultura de los ciudadanos en el sentido de que se pueden hacer transacciones por ese canal, entregar datos con la confianza de que la información será resguardada de la mejor forma posible.
Dado ese costo intrínseco, que para Colombia representó 410.000 millones de pesos, estamos buscando hacer menos costosa esa operación. Un intento que no consiguió ese propósito fue el uso de la plataforma electrónica (Censo Virtual), pues reduce de forma significativa los costos. Pero usar esas plataformas requiere no solo que haya internet y computadores, sino cultura de los ciudadanos en el sentido de que se pueden hacer transacciones por ese canal, entregar datos con la confianza de que la información será resguardada de la mejor forma posible.
¿Cuántos
colombianos hicieron el Censo Virtual?
En Colombia fue difícil ese primer intento, pues de un potencial de 16
millones que pudieron haber respondido el formulario censal, solo 5,1 millones
lo hicieron.
¿Qué
importancia tiene este ejercicio para el país y sus pobladores?
Uno de los beneficios más importantes es poder diseñar estrategias económicas y sociales, tanto desde el lado público como del privado, con un atributo muy importante, la focalización.
Uno de los beneficios más importantes es poder diseñar estrategias económicas y sociales, tanto desde el lado público como del privado, con un atributo muy importante, la focalización.
Por ejemplo, en Colombia, la población de menos de 25 años era de cerca de 20
millones de habitantes en el 2005, pero el censo de este año mostró que es de
17 millones. En la medida que la foto nos dice que la participación de esos
individuos cayó 15 por ciento, pues la política educativa del país podría dejar
de preocuparse por la cobertura y, más bien, priorizar los recursos hacia la
calidad de esa educación.
La calidad educativa en estos momentos es trascendental porque todos somos conscientes de que se nos vino la cuarta revolución industrial, que implica un cambio en los modelos pedagógicos para permitir que esos jóvenes, en 10 o 20 años, puedan tener una participación efectiva en el mercado laboral.
La calidad educativa en estos momentos es trascendental porque todos somos conscientes de que se nos vino la cuarta revolución industrial, que implica un cambio en los modelos pedagógicos para permitir que esos jóvenes, en 10 o 20 años, puedan tener una participación efectiva en el mercado laboral.
¿Qué
otros alcances tiene la información recogida?
Como también es un censo de vivienda, la información más fidedigna sirve
para orientar todas las políticas de desarrollo urbanístico y de ordenamiento
territorial. De hecho, una de las discusiones que tenemos, en el caso de
Bogotá, es que el mapa de calor nos muestra que la concentración de la
población está en el sur-occidente, por lo que tenemos que empezar a mirar cómo
vamos a integrar a Soacha de una mejor forma a la ciudad, o cómo integramos
esos municipios satélites de esa zona para tener un desarrollo urbanístico más
pertinente.
Otro valor agregado es guiar las políticas de ordenamiento territorial a nivel nacional, porque tenemos toda la información georreferenciada, es decir que ya no solo vamos a ver ciudades como una mancha, sino que veremos las manchas dentro de las ciudades, y las diferencias que existen entre barrios y localidades.
Otro valor agregado es guiar las políticas de ordenamiento territorial a nivel nacional, porque tenemos toda la información georreferenciada, es decir que ya no solo vamos a ver ciudades como una mancha, sino que veremos las manchas dentro de las ciudades, y las diferencias que existen entre barrios y localidades.
Mayor
envejecimiento
¿Uno de los hallazgos es que la población colombiana se está envejeciendo más rápido, ¿cuáles son las implicaciones de esto?
¿Uno de los hallazgos es que la población colombiana se está envejeciendo más rápido, ¿cuáles son las implicaciones de esto?
El censo lo que permite de forma automática es tener un cálculo actuarial
de cuál es el pasivo social que tenemos por perfil de riesgo de la población.
Desde esa perspectiva llegamos al tema del envejecimiento. Por ejemplo, si la
sociedad colombiana se está envejeciendo y si la esperanza de vida de los
colombianos aumenta, ya no se trata de decir que la edad de pensión no puede
subir. Entonces, no solo implica una orientación muy precisa para un debate
sobre la reforma pensional, sino también de las políticas de inclusión de la
población adulta mayor en la sociedad.
La política laboral y de inclusión se vuelve más compleja porque, si bien
tenemos que permitirles a los jóvenes que se vinculen al mercado laboral,
también debemos garantizar que el potencial y el capital humano de los mayores
de 60 años sean aprovechados por la sociedad.
¿Significa
que los resultados en esa materia apuntan a que se tendrá que elevar la edad de
pensión en el país?
El censo es la línea de base para discutir el asunto de ampliación o no de
la edad de jubilación. En el momento en que el Gobierno considere que hay que
sentarse con la Comisión Intersectorial de Asuntos Laborales a discutir el tema
pensional, la línea de base de discusión es la pirámide poblacional.
Entonces,
como están las cosas, no habría vuelta de hoja en el aumento de la edad de
jubilación...
Pensémoslo crudamente, sin ninguna afinidad política ni económica. Si está
evidenciado, como lo vemos en las gráficas, que hay una feminización del
envejecimiento, siendo consecuentes con la equidad de género, podríamos pensar
en incrementar la edad de pensión de la mujer, porque si es más longeva y tiene
expectativa de vida más amplia, podría seguir siendo productiva más años. Eso
empieza a tener un cambio paradigmático porque siempre la edad de pensión de la
mujer se ha pensado inferior a la del hombre por razones de equidad y otras variables
socioeconómicas, pero una muy objetiva aquí es decir que si las mujeres están
llamadas a vivir más, podrán ser mucho más tiempo productivas para la sociedad.
Ese incremento incluirá, igual, la edad de pensión de los hombres...
Lo que uno podría pensar es que si la sociedad se está envejeciendo y hay una feminización más importante de ese envejecimiento, podríamos ir aumentando poco a poco la edad de pensión y cerrando la brecha entre hombres y mujeres. Eso es lo que es valioso, porque si hubiéramos tenido una discusión pensional en el país, lo habríamos hecho sobre una pirámide que era incierta.
Ese incremento incluirá, igual, la edad de pensión de los hombres...
Lo que uno podría pensar es que si la sociedad se está envejeciendo y hay una feminización más importante de ese envejecimiento, podríamos ir aumentando poco a poco la edad de pensión y cerrando la brecha entre hombres y mujeres. Eso es lo que es valioso, porque si hubiéramos tenido una discusión pensional en el país, lo habríamos hecho sobre una pirámide que era incierta.
Salud e
informalidad
¿Debemos
esperar ajustes en los indicadores de salud e informalidad laboral?
Desde el punto de vista del costo del sistema de salud, si este está pensado para 48 millones de colombianos, y en realidad somos 45,5 millones, entonces, esa política se vuelve menos costosa. Es ahí donde resulta el sentido de urgencia y prioridad de darle al país esos datos para que se puedan redimensionar las cartas fiscales de la política pública.
Desde el punto de vista del costo del sistema de salud, si este está pensado para 48 millones de colombianos, y en realidad somos 45,5 millones, entonces, esa política se vuelve menos costosa. Es ahí donde resulta el sentido de urgencia y prioridad de darle al país esos datos para que se puedan redimensionar las cartas fiscales de la política pública.
En informalidad tenemos que hilar más delgado, porque la foto que tenemos
muestra que hay más mujeres participando en el mercado laboral. Entonces, con
una nueva pirámide poblacional, vamos a tener un marco de referencia mucho más
actualizado para dimensionar el impacto de la informalidad laboral. El censo
será un contexto para contar con una mejor realidad de cuál es la dinámica
geográfica del fenómeno de informalidad.
¿Impactará
también los cálculos para lo electoral?
Claro que sí. Por eso, la generosidad del registrador de facilitarnos por
primera vez en la historia su base de datos, bajo los estándares de reserva
estadística, porque él necesita ser más preciso en la circunscripción electoral
de las elecciones territoriales del otro año. No se puede desaprovechar la
oportunidad de que el censo diga cuál es el verdadero número de concejales que
puede tener la circunscripción municipal de cada uno de los 1.101 municipios y
las 20 áreas no municipalizadas del país.
CARLOS ARTURO GARCÍA M.
Redactor de Economía y Negocios
En twitter: CarlosGarcíaM66
artgar@eltiempo.com
Redactor de Economía y Negocios
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