La paz no es con ellos. ¡Lo siento!...

ELTIEMPO.COM, Por: ANDRéS HURTADO GARCíA,  25 de Noviembre del 2013

Andrés Hurtado García

Necesitamos que el Congreso nos explique por qué en todas las encuestas de favorabilidad ocupa el último lugar, junto con la guerrilla.

Bobadas que uno piensa, pero ni tan bobadas. Me muero de la pena, como decía mi mamá, ánima bendita, pero creo que el Gobierno se equivocó al tratar de hacer la paz con la guerrilla; las conversaciones deben adelantarse con el Honorable Parlamento colombiano, el mismo que elabora las sacrosantas leyes de la nación y los siguientes son los temas de la agenda para conversar con ellos.

Primero: ¿por qué hay decenas de ellos en la cárcel, por qué hay decenas investigados, por qué hay decenas declarados no culpables en discutidas sentencias judiciales? ¿Por qué muchos fueron elegidos con ayuda de organizaciones presuntamente fuera de la ley y criminales, por qué se dice que algunos tienen las manos untadas o enrojecidas de sangre por la amistad con bandas asesinas?

Segundo: ¿por qué en el espacio de 22 años se subieron el sueldo de 14 a 40 salarios mínimos, tiempo en el cual el salario de los pobres colombianos solo se multiplicó por 11, mientras que el de ellos se multiplicó por 34? ¿Cuál es la igualdad de los colombianos ante la ley? Que ellos, los Padres de las Leyes, nos lo expliquen.

Tercero: ¿por qué corren cada mes a cobrar el sueldo enterito cuando han faltado a muchas sesiones? ¿Que si no les da vergüenza? (Entre paréntesis, como educador que soy, me ofrezco a darles gratis unas clasecitas de la virtud más importante que debe adornar al funcionario público y que por desgracia es desconocida en Colombia: la vergüenza.)

Cuarto: que expliquen por qué un personaje de la vida nacional se quejaba de que el pueblo colombiano le tiene “tirria” al Congreso, dando a entender con ello que la culpa del desmadre nacional la tiene el pueblo?

Aunque, mirándolo bien, el personaje en cuestión no está tan equivocado, porque por lo hasta ahora dicho el pueblo no tiene el más mínimo motivo para amar a sus políticos. La afirmación debe expresarse de otra manera: el que no quiere al pueblo y lo desafía constantemente con sus procederes es el Parlamento.

Quinto: necesitamos que el Congreso nos explique por qué en todas las encuestas de favorabilidad ocupa el último lugar, junto con la guerrilla.

Sexto: queremos que en la mesa de conversaciones que haremos con el Parlamento, conversaciones que podemos adelantar en cualquier café de la esquina y no necesitamos irnos a hoteles de cinco estrellas en el extranjero, queremos que nos expliquen si todos esos conciliábulos, triquiñuelas, componendas, alianzas y cambios de camiseta tienen por objeto el bien de la nación o son tácticas para caer siempre de pie y que su bolsillo e intereses salgan favorecidos. Necesitamos que nos aclaren esto con urgencia.

Séptimo: otro punto de la ronda de conversaciones es la aclaración sobre un proyecto de ley que presentó el señor Germán Navas, del Polo (así lo dice EL TIEMPO), para rebajarle el sueldo al Presidente de la República, porque nadie en Colombia puede tener un sueldo superior a los congresistas; así lo dice el señor Navas. Al leer que pertenece al Polo, sentí escalofrío. Este partido se presenta como la antítesis de los desgastados partidos tradicionales, pero, según se ve, es tan “angurrioso” o más que ellos.

Todos sabemos que la principal tragedia de Colombia no es la guerrilla sino la corrupción y todos pensamos (humildemente) que la puede encarnar el Congreso de manera visible y descarada. Por ello, cuando se resuelva este problema, el de la corrupción, tendremos paz. Sentémonos, pues, con ellos a la mesa y no les perdonemos nada.

Andrés Hurtado García