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Bogotá_
Enfrentar la competencia con estrategias contundentes y conquistar el público para lograr su mayor fidelidad son dos de los retos en los cuales el comercio fija su horizonte cada día. Es común ser indagados por los distintos stakeholders internos y externos sobre qué acciones a mediano y largo plazo queremos tomar para fortalecer nuestras organizaciones. Vivimos en función de medir y ser medidos.
Es un afán, que como líderes, nos debe llevar a reflexiones sobre el rol que nuestra empresa juega en la sociedad y su aporte real a la misma. Sería muy fácil acudir al argumento de muchos en el sentido de que basta con generar riqueza, empleo y entretenimiento.
Para quienes se preguntan por el compromiso social tan en boga actualmente, sería suficiente mencionar que las organizaciones honran sus compromisos tributarios cumplidamente y se acogen a las normas existentes. Un sitio común, la zona de comodidad.
Sin embargo, grandes medianas o pequeñas, todas las organizaciones tenemos más, mucho más que hacer en nuestro entorno cercano y no tan cercano. Para nuestro sector de centros comerciales, retail, ese afán de encarar la competencia nos hace dejar en segundo plano el poder transformador que las acciones hacia la comunidad pueden tener.
Desde hace tres años y justo cuando nos preguntábamos cómo realizar una actividad para conmemorar nuestro 15º aniversario, empezamos a ver que más allá de una celebración coyuntural y momentánea, teníamos que desarrollar un programa que dejara huella pues nos preguntamos si se justificaba adentrarnos en un evento que al día siguiente hubiera pasado al olvido.
Decidimos acercamos a la Fundación Cardioinfantil que, junto con su equipo de profesionales de las más altas calidades, nos abrió sus puertas para vincularnos al programa social, el cual se encarga de identificar niños con problemas de corazón y cuadros clínicos complejos después de brigadas por todo el país, que parecen verdaderas odiseas.
Allí observamos una oportunidad de trascender nuestra celebración, y hoy nos encontramos en la tercera versión de la campaña “Salvemos corazones”, un programa sostenible que culmina anualmente con la entrega de una donación, pero sobre todo, con niños a quienes hemos contribuido a devolverles la vida.
Según las estadísticas generales que maneja la Fundación Cardioinfantil, una de las 10 mejores clínicas de Latinoamérica, cada año se diagnostican 10.000 niños con enfermedades graves de corazón. De este total, 30% se ubica en zonas rurales y no cuenta con recursos o acceso al sistema de salud que les permita ser intervenidos para corregir las afecciones.
Esos miles de casos tienen nombre y no se trata de una campaña más, una iniciativa de moda; representa una oportunidad real de que el sector privado contribuya a la reducción de la vulnerabilidad en las regiones. Hoy, los puertos, ciudades y municipios necesitan ciudadanos fuertes que apalanquen el desarrollo, y eso lo logramos protegiendo a los niños y niñas hoy.
Esta es una inversión que para organizaciones como la nuestra tiene las mejor utilidades: salvar vidas y romper el círculo de la pobreza.
Alianza para salvar corazones de niños enfermos
El sector privado se ha convertido en un gran aliado de la Fundación Cardioinfantil y su programa “Salvemos Corazones” en el que se operan a niños con enfermedades cardiacas completamente gratis. Si su empresa quiere colaborar con la causa o presentar alguna propuesta a la Fundación puede contactarse con sus representantes en el correo electrónico: donaciones@cardioinfantil.org
El sector privado se ha convertido en un gran aliado de la Fundación Cardioinfantil y su programa “Salvemos Corazones” en el que se operan a niños con enfermedades cardiacas completamente gratis. Si su empresa quiere colaborar con la causa o presentar alguna propuesta a la Fundación puede contactarse con sus representantes en el correo electrónico: donaciones@cardioinfantil.org
Patricia Urrea
Gerente general de Salitre Plaza
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