¿Quién le teme al Estado ???

ELTIEMPO.CO, Por: CRISTIAN VALENCIA ,  18 de Noviembre del 2013

Cristian Valencia

Necesitamos penas ejemplares para los ladrones del erario. Solamente con penas verdaderas, castigos económicos ejemplares, se podría detener la rampante corrupción.

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La agenda de la paz entre las Farc y el Estado colombiano está en La Habana. La agenda de la paz de todos los colombianos está en la calle. Importantísimo para todos que se firme de una vez ese acuerdo en La Habana. Pero a eso no se reduce todo.

Sucede que las Farc a lo largo de la historia han opacado las verdaderas necesidades del país. Porque todos los presidentes y todos los medios de comunicación las culpan de todas las crisis. Del atraso. Pero la crisis fundamental del país tiene otras causas. Una de ellas, la maldita corrupción. Culpable sin duda de todos nuestros males.

El presidente que logre derrotar la corrupción será el verdadero héroe nacional. Todos los días, porque son todos los días, se destapa un nuevo escándalo de robos multimillonarios. Y los colombianos estamos acostumbrados a ver a los ladrones pasar de largo por la endeble justicia nacional. Paga una peor pena un ladrón de un computador o un carro, que uno que se robe mil o diez mil o cincuenta mil millones. Porque, claro, quien roba un carro o un computador no tendrá con qué sobornar a nadie. Pero a la voz de un multimillonario desfalco, supongo que muchos jueces y fiscales y secretarios de juzgados rogarán para que el caso les toque en suerte. Y vendrán las dilaciones, los vencimientos de términos, los acuerdos a puerta cerrada. Todos, sin duda, empujados por la danza de los millones. Por eso la opinión pública tiene tan mala imagen de las instituciones. Nunca hemos visto justicia: quizá unos pocos años de cárcel, pero los dineros robados, por lo general, nunca aparecen.

Todo esto sucede por dinámicas culturales instaladas en el imaginario nacional. Creemos que es más culpable el ladrón del carro porque simplemente la materia del delito se ve, tiene forma y tiene un doliente con cédula y apellido. Pero nadie cree que la plata robada al erario es propia, nos pertenece. Y, como no hay un doliente a la vista, como el dinero es tan intangible y las cifras son una entelequia, pues a nadie parece importarle mucho, y por eso nadie exige penas ejemplares. Los dineros públicos que se roban es como si nos asaltaran la nevera a todos, nada menos.

Entonces, los colombianos caminamos por andenes destruidos, pagamos diez veces carreteras que no se construyen, pagamos escuelas que no funcionan y parques que no existen. Pagamos y pagamos impuestos de todo tipo, para que nos digan después de todo el esfuerzo que el hospital del barrio está quebrado, que no es sostenible y que cerrará sus puertas.

Cualquiera de ustedes puede comprobarlo si quiere. Sume la cantidad de millones que se han robado del erario en los últimos veinte años, los que aparecieron en las primeras planas de los diarios. La cifra supera los diez mil millones de dólares. Ahí están las carreteras que no se hicieron, los hospitales que cerraron, los parques que no existen, los servicios públicos fundamentales insatisfechos, la poca cobertura y el costo de la educación pública.

Penas ejemplares para estos ladrones del erario es lo único que deseamos los colombianos. Solamente con penas verdaderas, castigos económicos ejemplares, se podría detener la rampante corrupción. Porque temerían al Estado, temerían al rigor de la justicia.

Pero nadie teme a ese rigor porque no existe. Los ladrones no le temen al Estado. Se burlan, creo que hacen fiestas en su nombre. ¿Quién le teme al Estado colombiano? (Ja, ja, ja, buena esa, compadre).

Ojalá se firme ese acuerdo total en La Habana. Ojalá. A ver si los gobernantes se dedican a lo importante.

cristianovalencia@gmail.com

Cristian Valencia