ELTIEMPO.COM, Por: MARÍA ISABEL RUEDA, 28 de Noviembre del 2013
Senador dice que Gaviria ha caído en un chantaje y anuncia que se margina de convención liberal.
Todo indica que Horacio Serpa será la cabeza de lista liberal al Senado… ¿Por qué cree que le van a pasar por encima?
Resulta inverosímil que a mí me esté pasando 25 años después lo que a mi papá le pasó a la inversa. El presidente Julio César Turbay Ayala, contra el que mi papá hizo política por lo que encarnó en un momento dado, fue el garante de abrir la democracia interna en el Partido Liberal a partir de la consulta popular. Estamos regresando en el liberalismo 35 años atrás, cuando se produjo el cerramiento de los espacios, para que mi papá decidiera irse a fundar el Nuevo Liberalismo y apartarse de un partido que tomaba decisiones en convenciones amañadas, prefabricadas, en donde no había democracia ni garantías y se les daba la espalda a los ciudadanos y a lo que los electores quieren ver reflejado en la renovación de su partido.
La desgraciada muerte de su padre y las palabras que el día de su entierro usted pronunció, pasándole la antorcha a César Gaviria, le abrieron el camino a la Presidencia. ¿No es irónico que sea ahora su hijo el que se lo esté saltando a usted?
Eso solo puede entenderse como una involución y un retroceso en el partido. El Presidente llegó a través de la consulta popular por primera vez a ser elegido candidato oficial del Partido Liberal. El primero que se benefició de toda esa lucha de Luis Carlos Galán por la democracia interna del partido fue el presidente César Gaviria. Deberíamos estar en este momento en una situación en el partido de mucha más democracia interna. Lo dijo mi papá en esa famosa convención de Cartagena hace 25 años: “Un partido no le puede prometer a un país lo que no puede conseguir primero para sí mismo”.
¿Qué le conviene más al partido: que encabece Serpa o que encabece usted?
Estas no son ambiciones o aspiraciones personales. Lo que le conviene al partido es democratizarse, abrirse, refrescarse, generar espacios para que nuevas generaciones se sientan invitadas a hacer política en el liberalismo. Pero tomando esas decisiones entre caciques, gamonales, feudos electorales cerrados, de espaldas a lo que la gente quiere, estamos desencantando aún más y perdiendo la confianza de la gente.
A Pacho Santos también le montaron una convención que le convenía más a Óscar Iván Zuluaga. Y aunque Pacho sabía lo que iba a pasar, fue a la convención…
Pues yo no voy a ser el Pacho Santos del Partido Liberal. Y por eso he tomado la decisión de no asistir a la convención. No voy a prestarme para participar de un ejercicio antidemocrático, sin garantías y de espaldas a la gente.
¿Cómo? ¿No va a asistir a la convención del Partido Liberal?
No.
¿Y entonces cómo va a manejar su figuración en la próxima campaña política?
Seguiré dando la pelea que he venido dando, no como delfín, heredero de privilegios, sino como heredero de principios. Como una persona que cree que el Partido Liberal tiene que modernizarse, democratizar su sistema de toma de decisiones, y voy a mantenerme en esa lucha, que creo que es también la lucha de la paz. Las condiciones que han generado violencia en este país son por ese cerramiento de los espacios políticos, por esas decisiones que se han tomado históricamente en los partidos tradicionales, que no brindan garantías democráticas. Ahora que queremos hacer la paz, construyendo un proceso de paz, estamos volviendo a ese cerramiento de espacios políticos, de participación y democracia. Esto es totalmente contradictorio.
¿Ese cerramiento es el reencauche de Horacio Serpa?
Ese cerramiento es la manera como se están tomando las decisiones en el partido. Cerradas, de espaldas a la gente, lo que se hacía en el Partido Liberal hace 35 años y que llevó a Luis Carlos Galán a fundar el Nuevo Liberalismo.
¿Va a repetir la historia de su papá?
Voy a dar esa lucha para que en Colombia haya más democracia y para que, especialmente mi partido, por el que he trabajado 8 años y he dado muchas batallas, no tenga esa involución y ese retroceso.
Para que acepte ir a la convención, ¿cuál es su condición? ¿Encabezar la lista al Congreso?
Mi condición es que las decisiones se tomen democráticamente. Escuchando lo que la gente quiere ver reflejado en el liderazgo del partido.
Según las encuestas, los liberales quieren que usted encabece…
Pues eso no lo están escuchando y tampoco están escuchando lo que yo represento. No se trata solamente de una aspiración personal o la preferencia de una persona, sino la preferencia por una interpretación, por un liderazgo, por una serie de principios que hay que reivindicar en el Partido Liberal y que Luis Carlos Galán logró conquistar en un momento dado. Esas conquistas las está perdiendo el Partido Liberal. Anuncian que en la convención le quieren rendir un homenaje y la forma es eliminando la democracia interna del partido, cuando debería ser profundizando la toma de decisiones democráticas.
¿Lo interpreta como una traición del gavirismo al galanismo?
Es una traición del Partido Liberal a los valores democráticos y a lo que Luis Carlos Galán representó en términos de la democracia interna del partido. A él lo asesinan porque logra conquistar el mecanismo práctico que lo ponía a las puertas de la Presidencia de la República, que era la consulta liberal. El Partido Liberal debería estar hoy promoviendo esos mecanismos de participación y democracia interna, en lugar de retroceder 35 años.
Usted no va a la convención. Pero si lo ponen de segundo en la lista después del doctor Serpa, ¿usted acepta?
He mantenido una postura de no amenazar al partido, porque pienso y me preocupan los intereses del liberalismo. Acataré lo que el director del partido decida, pero es él quien las debe tomar, porque a él lo facultamos con la legitimidad suficiente para tomar esas decisiones, defendiendo los intereses del partido. Él está en una encrucijada muy difícil y sabe perfectamente lo que le conviene al partido.
¿No será que Simón Gaviria cree realmente que lo que le conviene al partido es que Serpa encabece?
No. Él ha caído en un chantaje, que ha puesto en juego su liderazgo en el partido y su continuidad. Ese chantaje es inadmisible.
¿O sea que, si Simón Gaviria lo escoge a usted, estaría arriesgando su jefatura?
Ese es el chantaje que le están haciendo.
¿Quiénes?
El viejo Partido Liberal, que se resiste a cederle el espacio al nuevo Partido Liberal que está surgiendo y que quiere ocupar unos espacios. Es el viejo liberalismo el que está chantajeando a Simón para que no tome las decisiones que más le convienen al partido. Somos de la misma generación, la misma que se debe dar la pela por lo que de verdad le conviene al partido.
¿Qué pretende con el anuncio de que no irá a la convención liberal?
Generar una independencia frente a ese mecanismo antidemocrático de toma de decisiones, de convención prefabricada y amañada; no hacer parte de ella y no apoyar sus mecanismos. Si hago presencia, estaría avalando lo que la convención va a decidir.
¿A costa de que no aparezca usted en la lista?
El jefe del partido, Simón Gaviria, verá cómo conforma sus listas. Pero a lo que nos están llevando es a una toma de decisiones antidemocrática.
¿Será que el jefe del liberalismo desafiará el chantaje?
Debería darse la pela por un nuevo Partido Liberal, no solo renovado sino democrático. Y ojalá cambie la manera de pensar de muchos liberales que creen que le están haciendo un servicio al Partido Liberal regresando a esas viejas mañas y estructuras de tomas de decisiones que han alejado a la gente de los partidos y desencantado a la gente de la política.
¿Que su hermano Carlos Fernando esté encabezando la lista de Cambio Radical implica una pelea? ¿Una contienda? ¿O se puede manejar fraternalmente?
La vida nos ha puesto en una situación de estar en dos partidos diferentes. Ambos defendemos los mismos principios en política. No venimos de un delfinazgo –yo me siento más huérfano que delfín–, sino de una frustración. A Luis Carlos Galán no lo dejaron llegar al poder y él representaba a la clase media colombiana. Yo también me siento hijo de la clase media colombiana. Pero creo que Carlos Fernando en su partido está representando esos principios, tomando decisiones muy duras para depurar la lista de su partido, para no permitir que se contamine, con una gran lealtad a lo que nosotros somos y pensamos.
Pero él no permitió que le montaran a un Serpa por encima…
A él le han dado un empoderamiento como jefe del partido para tomar las decisiones internas. Si yo fuera jefe del Partido Liberal, tomaría las mismas decisiones de depuración, transformación, cambio y democracia interna.
¿El general Miguel Maza Márquez colaboró en la emboscada que acabó con la vida de su padre?
Maza Márquez es una pieza fundamental en esa ola de violencia del narcotráfico y del paramilitarismo que golpeó tanto a Colombia en los años 80. No solo es el caso de Luis Carlos Galán, sino la conexión entre los crímenes de Galán, Jaime Pardo Leal, Bernardo Jaramillo y Carlos Pizarro. Esos casos están íntimamente conectados y Maza Márquez fue pieza clave para que esos asesinatos se pudieran dar por sus vínculos estrechos con los grupos paramilitares que exterminaron a la Unión Patriótica y que quisieron hacer lo mismo con el Nuevo Liberalismo. También tuvo estrechos vínculos con el cartel de Cali, probados en varios testimonios en el proceso de Alberto Santofimio. Fue quien produjo ese falso positivo judicial monstruoso contra Júbiz Hazbún, que pasó tres años en la cárcel siendo inocente, y fue la persona que, según el exministro Carlos Obando, en su libro Una sopa para el diablo, lo mandó a asesinar porque estaba atestiguando a favor de Júbiz Hazbún.
¿No es cierto entonces que su papá pidió que le cambiaran la escolta?
No le doy veracidad a ese cuento. Lo que recuerdo a mis 17 años era una carencia absoluta de recursos del sistema de seguridad de mi papá. Los carros vivían varados. La escolta tenía que quedarse porque entonces no cabía mi papá. No tenía carros blindados, solo un grupo de personas muy valientes como Santiago Cuervo, que entregó su vida en el atentado de Soacha. Mi papá nunca se metió en decisiones de cambios de jefes de escolta. Con un vaso de whisky en la mano, el general Maza les dijo a mi papá y a mi mamá en una reunión pocos días antes de su muerte: “Meto las manos en el fuego por el nuevo jefe de escoltas que he nombrado, Jacobo Torregrosa”.
MARÍA ISABEL RUEDA
Especial para EL TIEMPO
Especial para EL TIEMPO
SERÁ QUE EL PARTIDO LIBERAL EN SU LISTA AL CONGRESO HOY, PREFIERE JEFES VIEJOS AMAÑADOS, CON PIRÁMIDES POLÍTICAS, LLENOS DE HISTORIAS POCO AGRADABLES, ENTRE OTROS,....QUE LA RENOVACIÓN DE SUS LIDERES CON PRINCIPIOS Y VALORES, QUE SE PUEDAN MOSTRAR A SU GENTE CON LAS MANOS LIMPIAS Y DISPUESTOS A LUCHAR POR COLOMBIA Y NO POR SUS INTERESES PERSONALES.......?
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