jueves, 21 de febrero de 2013

Recorte a las pensiones


  
Por Rodolfo Valderrama D. ,  rodovaldi@hotmail.com

LA NACIÓN.com.co, Febrero 20, 2013

A propósito del proyecto de reforma pensional, es importante recordar las principales diferencias entre el régimen de pensiones públicas (Colpensiones) y los fondos privados. El sistema público se fundamenta en la solidaridad, el privado en la capacidad adquisiti-va de cada aportante; en el primer caso la pensión es vitalicia independientemente de los aportes y las fluctuaciones del mercado de valores; en el segundo caso la pensión de-pende del ahorro individual y de las fluctuaciones del mercado, es decir que si una per-sona accedió a una pensión, no se puede garantizar que esta sea vitalicia, pues es muy posible que el disfrute de este servicio se acabe antes de que fallezca el pensionado; muy grave sería el evento en el cual una persona se pensionara a los 65 años y a los 75 se agoten los recursos provenientes del ahorro individual, aportado antes de cumplir los 65 años.

Si bien el proyecto de reforma en mención propone algunos aspectos positivos como el límite a las pensiones altas y ampliar la cobertura, así sea por métodos asistencialistas, el “veneno” del proyecto radica en que le quita el carácter vitalicio a este servicio social y solamente garantiza el salario mínimo, en esto se asemeja al mezquino y egoísta régi-men privado. Para ilustrar esta situación, diremos que si una persona se pensiona con $3.600.000, solamente se le garantiza $600.000 (salario mínimo mensual) en forma vita-licia, mientras que los $3.000.000 se pagarán hasta cuando se acabe el ahorro aportado, es decir que una vez pensionado con $3.600.000, al cabo de algunos años este valor se convierte en $600.000 con el agravante que la persona tiene una edad más avanzada. En el caso anterior si la persona hace aportes durante 25 años, logra una ahorro indivi-dual para obtener la pensión plena por un tiempo de ocho años aproximadamente, asun-to muy grave porque si la persona sobrevive 20 años como pensionado, deberá subsistir con un salario mínimo por espacio de 12 años; con el actual régimen público obtendría pensión plena en forma vitalicia (hasta 80% del salario promedio de los últimos 10 años).

Es sensato y legítimo que el gobierno se preocupe por aumentar cobertura y asegurar sostenibilidad de las pensiones, dado el reducido porcentaje de pensionados, el enveje-cimiento de la población y el aumento de la edad promedio, pero no es cierto que sola-mente se afectarán las pensiones más altas, sino que saldrán perjudicados quienes ga-nan más del mínimo, que es un porcentaje no despreciable. Lo cierto es que el gobierno ha cedido ante la presión de los privados al proponer que las pensiones públicas no sean vitalicias, al igual que lo que ocurre en el régimen privado. Debemos propugnar para que las pensiones al menos las públicas sean vitalicias, equitativas con alta cobertura y que no dependan de las fluctuaciones del mercado.

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