Elespectador.com, Por: Uriel Ortiz Soto
En el debate y audiencia pública sobre las altas pensiones, en donde
aparecen incursos Magistrados de las Altas Cortes, y Congresistas, ocurrió lo
de siempre: cuando el tema se torna candente y la opinión pública empieza a
pedir tribuna para su oportuna y justificada participación, a algún magistrado
de esos que no tiene sentido común y le importa un bledo el tema de la justicia
con equidad social, se declara impedido.
Mientras se debate y se soluciona el impedimento,
la tensión en la opinión pública ha bajado, quedando el tema dentro del tintero
para resolverlo posteriormente en el silencio sepulcral de una sesión, cuasi –
secreta, sin que trascienda a la opinión pública, y nada pase en este País.
Mientras todo esto sucede, los “Honorables Magistrados y Congresistas,
seguirán administrando justicia y fabricando leyes en nombre de la República de
Colombia, y por autoridad de Ley, con sueldos de hasta treinta millones de
pesos, fuera de las prebendas que les otorga el Estado de Derecho. Lo anterior,
si son magistrados y congresistas honestos, porque si son amigos del C.V.Y, sus
ingresos se duplican, triplican o cuadruplican según sus arcas personales
sedientas de atesoramientos, mientras millones de compatriotas duermen en las
calles, buscan un mendrugo de pan en las alcantarillas y canecas de basura, y
los campesinos mueren de hambre en sus parcelas o van a los cementerios
asesinados por reclamar los predios que les pertenece, puesto que un día les fueron
arrebatados por los grupos armados al margen de la Ley.
Qué vergüenza Señores Magistrados y Congresistas, que Ustedes como
baluartes de nuestra justicia, no tengan la suficiente pulcritud de dar ejemplo
de grandeza, para permitir que se revisen sus pensiones estrafalarias y
extravagantes, que perciben en contubernio con otros altos funcionarios, para
que sean reducidas a sus justas proporciones, y dar oportunidad a muchos
Colombianos que ni siquiera tienen derecho a media pensión de salario mínimo, la
perciban, para medio mitigar el hambre y cubrir sus más urgentes y elementales
necesidades como seres humanos que son, pertenecientes a esa misma sociedad de
la cual Ustedes, se ufanan de defender con pronta y cumplida justicia.
El debate que Ustedes mismos Señores Magistrados propiciaron, para
escuchar puntos de vista sobre tema de tan elemental justicia social, donde se
escucharon posiciones a favor y en contra, para que no queden más allá de
veinticinco salarios mínimos, demuestra la falta de caridad humana de ciertos
elementos, que prevalidos de poderes togados, politiqueros y burocráticos, se
creen intocables, para impedir que sus santuarios económicos, muchas veces
construidos en forma sospechosa y sesgada, les sean revisados.
Eso de que algunas pensiones “son intocables”, tiene tanto de largo como
de ancho Señores Magistrados y Congresistas, vivimos en un Estado Social de
Derecho, donde todo los ciudadanos somos iguales frente a las prerrogativas
sociales, económicas y jurídicas.
En Colombia, no hay ciudadanos de primera, ni de segunda, todos tenemos
un reconocimiento al final de nuestra Jornada laboral, de acuerdo eso sí, a la
calidad y profesionalismo de los servicios prestados con honestidad, eficiencia
y honradez. Lamentablemente con algunas excepciones, esto no ocurre ni en las
Altas Cortes, ni en el Congreso de la República.
¿Saben porque Señores Magistrados y Congresistas? Debemos ser
conscientes que la administración de justicia y el Congreso de la República, de
nuestro País, no son un dechado de virtudes, son cientos los casos de
corrupción que se han detectado donde varios de Ustedes, aparecen involucrados.
De otro lado, causa escozor el tema de las pensiones fraudulentas cuando varios
Magistrados Auxiliares y Congresistas golondrinos, con solo prestar unos meses
de servicios, se pensionan con quince y hasta con veinte millones de pesos,
siempre con el padrinazgo de un Magistrado y Congresista titular.
¿Qué decir de los casos de nepotismo? muchas veces, Ustedes, se declaran
impedidos frente a determinados procesos, o aprobación de una Ley, porque
tienen a su señora esposa, cuñada, hermana, algún otro pariente o servidor
político, trabajando en la entidad contra la cual se va a producir el fallo.
¿No les parece que estos casos le quitan mucha brillantez, seriedad y pulcritud
a la administración de justicia, y al trabajo legislativo? si se revisa cada
uno de estos despropósitos, serán millones los Colombianos pobres y
menesterosos beneficiados.
Considero que el debate debe continuar y llevarse hasta sus últimas
consecuencias, por elemental justicia social.
HASTA CUANDO ?
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