Juan José Echavarría, gerente del Emisor.
CORTESÍA BANREPÚBLICA
El envejecimiento y la baja densidad de cotizaciones no dan espera a los ajustes.
Las nuevas realidades hacen cada vez
más urgente la necesidad de un ajuste al sistema de pensiones, pues temas como el envejecimiento de la población y
la baja densidad de las cotizaciones son cada día más críticos.
Así lo señalaron ayer expertos durante el Seminario Internacional ‘Alternativas
de reforma pensional en Colombia’, organizado por el Banco de la República, el
CiSoe (Centro de Investigación Social y Económica), con el apoyo de la
Organización Internacional del Trabajo (OIT).
Aunque los representantes de
distintos centros de estudios sobre temas de seguridad social dieron sus
propias visiones de los ajustes que deben hacerse al sistema, hubo coincidencia
en que debe mejorar la cobertura con mesadas dignas y trabajar en un sistema
que reduzca la inequidad y sea sostenible financieramente.
Y es que el diagnóstico del sistema pensional colombiano está más que definido.
El gerente del Banco de la República, Juan José Echavarría, recordó que la cobertura del sistema es de
apenas 36%, la inequidad se manifiesta por las diferencias entre los regímenes
privado y público y por el hecho de que en este
último todas las pensiones reciben subsidios, especialmente las más altas.
Esto, sumado a la sostenibilidad financiera del régimen público, pues el gasto
anual en pensiones es de 34,2 billones de pesos (3,4% del PIB), que son más de
lo que se paga en intereses de la deuda, y que equivalen al 25% de los ingresos
tributarios del país.
Echavarría afirmó además que otros de los problemas del sistema se están
haciendo más agudos. Aunque Latinoamérica se benefició mucho tiempo del bono
demográfico, es decir de una población joven en su mayoría, la realidad es que esto viene cambiando, por
la baja fecundidad y la mayor expectativa de vida.
Según el directivo, en el 2010 había 9,6 trabajadores por cada adulto mayor, y
se espera que esa proporción se reduzca a 3,2 en el 2050. De igual manera, el
otro tema que está lejos de corregirse es la informalidad, que afecta
seriamente el ahorro para pensión.
Cecilia López Montaño, experta en temas de seguridad social y presidenta del
CiSoe (Centro de Investigación Social y Económica), dijo que la reforma
pensional es uno de los debates de mayor trascendencia para los primeros meses
del nuevo Gobierno, y que el rol de los técnicos es dar elementos sólidos,
objetivos y claros para nutrir el debate.
Señaló además que es necesario evaluar
las lecciones aprendidas tras 25 años de la Ley 100 de seguridad social para
que el sistema garantice una vejez digna. Insistió
en que esto no es solo para los menos favorecidos, sino para la clase media, la
población rural, los informales y los independientes que trabajan con contratos
de prestación de servicios, quienes en las condiciones actuales van a sentir un
deterioro en su calidad de vida cuando lleguen a la vejez.
Por su parte, Pablo Casali, representante de la OIT, insistió en que debe
crearse un sistema “que promueva la universalidad y que genere prestaciones de
calidad”.
Mientras tanto, la presidenta de Colpensiones (administrador del régimen de
prima media), Adriana Guzmán, señaló que debe revisarse cómo ambos regímenes
pensionales pueden coexistir y afirmó que la clave es que más personas puedan
pensionarse, en vez de estar devolviendo saldos.
Señaló que hay que seguir fortaleciendo
programas de ahorro como los Beps, que ya tienen 1,5 millones de afiliados.
A su turno, el presidente de Asofondos, Santiago Montenenegro, planteó que no
existe otra solución diferente al ahorro de cada persona haga en su vida
laboral y recordó que los recursos son para otorgar pensiones dignas y no para
financiar el déficit fiscal.
Reflexiones al tema pensiones
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