eltiempo.com,
11 de octubre 2017 ,
La gran mayoría de nuestros muchachos trabaja por un país menos tenebroso.
Hace dos años Bogotá fue escogida como
anfitriona de la Cumbre Mundial de Jóvenes 2017, encuentro organizado desde
2010 por la One Young World, “una entidad sin ánimo de lucro con sede en el
Reino Unido, que reúne anualmente a líderes entre 18 y 30 años de edad,
procedentes de más de 190 países”.
Pues bien, entre el 4 y el 7 de octubre
pasados se llevó a cabo esta cumbre, en la cual se dieron cita destacados
personajes internacionales que intercambiaron y compartieron con los jóvenes
ideas e iniciativas para hacer de este un mundo mejor.
Asimismo, también la semana pasada, la
Fundación El Nogal celebró su foro anual de responsabilidad social, esta vez
bajo el rótulo ‘Jóvenes: generación de paz’, que
sin lugar a dudas era una invitación a crear conciencia entre la muchachada
sobre la importancia de desarrollar propuestas para buscar una sociedad mejor,
ahora que tanto hablamos del posconflicto.
Este evento alrededor de la
reconciliación y la paz revestía un especial significado porque se realizó en
las instalaciones del club El Nogal, cuyo edificio fue blanco, en 2003, de uno
de los peores atentados cometidos por las Farc, con la activación de un carro
bomba que dejó 37 muertos –muchos de ellos jóvenes–, les causó heridas a casi
doscientas personas y ocasionó cuantiosos daños no solo en la infraestructura
del club, sino en muchos inmuebles ubicados a su alrededor.
Es preocupante la
indiferencia que muchos jóvenes asumen frente a los múltiples retos que les
plantea la vida.
Es
de subrayar que en uno y otro escenario se hicieron sendos llamados a la
construcción de paz, a la inclusión, a la reconciliación y a la solidaridad, al
cuidado del medioambiente y, sobre todo, a que los jóvenes asuman un papel
activo y comprometido en la construcción de una nueva sociedad.
“Ustedes pueden ser los líderes que la humanidad necesita que sean. En Colombia siento el poder de la esperanza”, les dijo Kofi Annan en la apertura de la mencionada cita mundial. Y razón no le faltaba. Máxime si consideramos la indiferencia que muchos jóvenes asumen frente a los múltiples retos que les plantea la vida.
“Ustedes pueden ser los líderes que la humanidad necesita que sean. En Colombia siento el poder de la esperanza”, les dijo Kofi Annan en la apertura de la mencionada cita mundial. Y razón no le faltaba. Máxime si consideramos la indiferencia que muchos jóvenes asumen frente a los múltiples retos que les plantea la vida.
Sin querer usurpar el papel de abogado
del diablo, me parece útil recordar, como decía el historiador británico Arnold
J. Toynbee, que “el mayor castigo para quienes no se interesan
por la política es que serán gobernados por personas que sí se interesan”.
Y así lo estamos viendo, con tantos jueces comprados, fallos negociados y fiscales vendidos. Y esa reflexión duele más al ver que muchos de los protagonistas de esos escándalos eran jóvenes promisorios, pilos y entusiastas, que pusieron todas sus virtudes al servicio de causas poco nobles.
Y así lo estamos viendo, con tantos jueces comprados, fallos negociados y fiscales vendidos. Y esa reflexión duele más al ver que muchos de los protagonistas de esos escándalos eran jóvenes promisorios, pilos y entusiastas, que pusieron todas sus virtudes al servicio de causas poco nobles.
Musa Besaile y el ‘Ñoño’ Elías llegaron
de 30 años al Congreso; misma edad a la que asumió la gobernación de Córdoba el
hoy empapelado Alejandro Lyons. Por su parte, Luis Gustavo Moreno, el corrupto
fiscal anticorrupción, tiene 36 años. Jorge Noguera, el condenado exdirector
del DAS, tenía 39 años cuando fue nombrado jefe de esa entidad. Y ni hablar de
los Nule, que antes de los 40 años eran exaltados en los medios como las nuevas
estrellas de la dirigencia empresarial del país. Y la lista podría seguir mucho
más allá de la política o del sector público.
Sin embargo, como nos decía el Papa, no
podemos permitir que nos roben la esperanza; pues, a pesar de todos esos
jóvenes descarriados, la gran mayoría de nuestros muchachos trabaja por un país
menos tenebroso y anhela un futuro con más oportunidades.
Pero para que ese sueño se materialice
es necesario que tomen ya mismo las riendas de su destino, pues, como decía
Jaime Garzón: “Si ustedes los jóvenes no asumen la dirección
de su propio país, nadie va a venir a salvárselo”.
En otras palabras, necesitamos menos clics y más acciones; menos
realidad virtual y más realidad real. Y toca empezar ya, porque el futuro se
construye en el presente.
VLADDO
Reflexiones al tema pensiones
POR: MARIA TERESA ARBELAEZ ARIAS
ResponderEliminarMuy interesante, es triste y desalentador ver a nuestros hijos intentando nuevas oportunidades, sin saber para dónde van, en un país con tan pocas oportunidades manchado por la corrupción y la política..