Por: Juan José Orrego López
En octubre 27, se definirán las disputas
por el control político y manejo de los recursos locales en Colombia, en un
lado, están, los que aman y tienen el poder, que luchan por no caer, perder
y continuar con él y en el otro lado, los que sueñan una Colombia y regiones diferentes
sanas en su manejo, prospera, integrada, sin ideología y partidos.
Ante
esta lucha local, no debemos borrar de la memoria que en nuestra cultura existen
actuaciones personales que disfrutan con esas divisiones, odios o rencores tan
profundos, comportamiento nocivo, que, en el mundo de la política, genera
pasiones, emociones que en momentos se encuentran con extremos peligrosos, que
no conducen a nada, lo que se requiere, es controlar y evitar esas pasiones, pues
las necesidades o sueños de cambio, no requieren de extremos peligrosos ni
ideológicos.
Hoy en este mundo tan globalizado, los
colores no deben establecer los cambios, ellos los hace el pueblo con dirigentes
Sanos y Valerosos, con personalidad y visión, que escuchan a su
comunidad, dejando a un lado sus intereses políticos y personales.
Con esta división que vivimos, mezclado
con esa variedad de aspirantes a los cargos locales, profesionales sanos respetuosos,
con personalidad definida y otros formados con recursos públicos mientras
transitaban por los puestos oficiales, aprendiendo el liderazgo de sus jefes a
realizar las coaliciones, la manera de repartir los cargos, entre otras labores,
hoy postulados como premio a su lealtad en todo sentido, buena o mala, en silencio
me pregunto: ¿qué difícil es y quien será el primero que invite a integrarse,
que, en su lucha Virtuosa por su región, deje a un lado las Pasiones,
Colores, Intereses y Emociones Políticas?
Si es así, el que lo logre, aquí
encontraremos el candidato que debemos elegir y votar por él (alcaldía o
gobernación), porque las necesidades o sueños de cambio, no requieren de violencia,
lo que se requiere es voluntad de servicio, amor a Colombia y
su región, pero ante todo, el propósito de eliminar para siempre
estos vicios o negocios cochinos a escondidas del pueblo, que martillan
constantemente a los dineros públicos, por favorecimiento políticos o
aprobación de proyectos, coaliciones políticas, pero por encima de todo:
"No
permitir robar, no utilizar su cargo, para encontrar, fomentar y promover
con dineros públicos a futuro, su reemplazo cuando salga y le tape sus
deficiencias, de no abusar del cargo para beneficio propio y familiar,
utilizando las deficiencias del estado, que es el roto abierto, que hoy se
tiene, que nos ha generado ese malestar de inconformismo y abusos de
corrupción, que sube y sube y sube y nadie la quiere parar, que solo se
encontrará solución a ese ese freno, cuando la ciudadanía lo quiera”, que
hoy tiene a Colombia y sus regiones, con extrema desconfianza, pues no
encuentra verdaderos lideres para elegir con autentica personalidad.
Consiente que parte de estas
inquietudes, no faltarán que se molesten algunos, por tocar, lo que no les
gusten que les hablen, pues mi intención y de miles de ciudadanos, es tener a
su región manejada y controlada con los líderes ideales.
No sé si será difícil, pero hoy, existen millones de ciudadanos, empresarios, sociedad civil y
comunidad, que lucharan como siempre
hasta que mi Dios no lo permita, por elegir y seleccionar
siempre por su trayectoria laboral, excelentes ciudadanos, ante todo, sin
cuestionamientos, que sean prendan de garantía en defensa de lo
público, esperando que esa confianza y credibilidad que
transmite en su campaña, acogiendo las voluntades, angustias y necesidades
populares y empresariales, en el camino y ya en el cargo, en caso de ser el elegido, no dañen y
cambien sus principios morales y espirituales. Ejemplo: El Quindío y su
capital. Tremendo error y horror, estos ciudadanos elegidos, para no volver a caer y repetir.
JUAN JOSÉ ORREGO LÓPEZ
Reflexiones al tema pensiones
Twitter: @orregojj
Por: Mario J.
ResponderEliminarEs cierto. Que fantástico sería barrer por completo todas las castas políticas actuales que tienen al Quindío en poco más que corregimiento.