miércoles, 23 de julio de 2014

Los prófugos......

LACRONICADELQUINDIO, Julio 22 de 2014


Gilberto Zaraza Arcila
Ya son tres los altos funcionarios del gobierno anterior que se encuentran prófugos de la justicia, por  cometer graves delitos, Andrés Felipe Arias, María del Pilar Hurtado y Luis Carlos Restrepo. Cuando se encontraban en el poder, eran arrogantes, soberbios y prepotentes y aducían las imputaciones en su contra,  a escándalos mediáticos o acusaciones infundadas. Manifestaban que actuaban con transparencia y con estricto apego  a la ley, y su jefe decía que eran buenos muchachos, impolutos e inmaculados. Hasta llegó a decir que metía las manos a la candela por ellos  y por eso se le quemaron, con las condenas al exdirector del DAS Jorge Noguera, al exembajador en Chile Salvador Arana,  y a los jefes de seguridad del expresidente, Flavio Buitrago  y Mauricio Santoyo,  a quienes respaldaba irrestrictamente.

En el caso específico de Agro Ingreso Seguro, era tanto el poder del exministro Arias —al que Uribe consideraba su versión mejorada— que hizo cerrar la prestigiosa revista  Cambio, que fue la que destapó la piñata con los dineros públicos.  Y con ironía manifestaba que estaban blindados. Cuando estuvo en la cárcel, se hizo el mártir y su única defensa era manifestar que se trataba de una persecución política, de una injusticia y que no tenía garantías procesales.

Sin embargo, la mayor evidencia de su culpabilidad y de los demás prófugos, es su huida. El que nada debe, nada teme. El que tiene la conciencia tranquila, enfrenta con seguridad la justicia. Esa justicia  que  los uribistas descalifican, que irrespetan de manera permanente y que solo les sirve para lustrarse los zapatos; fue demasiado generosa y benévola, a pesar de la obstrucción a la justicia, le concedió la libertad provisional, le avisó oportunamente del fallo condenatorio; para que burlara la justicia. No le dictó medida de aseguramiento, no le prohibió salir del país y  le impuso una pena inferior a la que se merecía, por no colaborar con la investigación y por huir del país. Lo que se convierte en la demostración palmaria, que la justicia es solo para los estratos bajos, los delincuentes de cuello blanco tienen un tratamiento preferencial.

El gobierno tiene la obligación de hacer uso del tratado de extradición y solicitar a Estados Unidos el envío del exministro, para que cumpla con su condena. Mientras avanzan a paso de tortuga los procesos del cohecho de la reelección y las interceptaciones ilegales, que vayan poniendo las barbas en remojo los sindicados Diego Palacio, Sabas Pretelt y Bernardo Moreno. Tarde o temprano tendrán que pagar por los delitos cometidos. 

Ante todo este concierto para delinquir, la gente se pregunta ¿cuándo caerá el capo? ¿Será que como en la mafia siciliana existe un pacto de silencio, para que ninguno de los condenados, de los prófugos o sindicados, se atreva a denunciar quien les daba la orden? Porque no lo hacían a espaldas del jefe, quien los defiende a ultranza. Lo paradójico es que los furibistas sigan creyendo en el mesías. Están como el ciego que no  quiere ver y el sordo que no quiere oír.  

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