Podrían elevarse la edad de jubilación, el número de semanas cotizadas y los aportes pensionales de los asalariados, pero nada de eso solucionaría, de manera directa, el problema más grave del sistema pensional: su baja cobertura. Tenemos un sistema pensional que no pensiona gente.
Antes de su tránsito al Ministerio del Interior, Alicia Arango, exministra de Trabajo, declaró con insistencia que, de 23 millones de trabajadores, 8,3 millones son cotizantes y solo tres millones pueden pensionarse.
Aunque el mensaje de la ministra parece suficiente para generar preocupación, la situación en materia de cobertura es en realidad más delicada de lo que muestran esas cifras. En ellas se olvidan los 2,4 millones de desempleados que tampoco podrán pensionarse. Al tener en cuenta a los desempleados –junto con las estimaciones del ministerio–, podemos decir que aproximadamente solo uno de cada diez colombianos que hacen parte de la población económicamente activa tendrá una pensión.
Y olvidó también la ministra resaltar el malestar de los pensionados de los fondos privados. Miles de colombianos se sienten hoy sorprendidos, algunos engañados, al ver que el monto de sus pensiones quedó bastante por debajo de lo prometido por los asesores comerciales (no técnicos o financieros) cuando decidieron abandonar el régimen de prima media –hoy en manos de Colpensiones–.
Recordemos que el año pasado, en el marco de las discusiones del Plan Nacional de Desarrollo, casi se aprueba un artículo que habría permitido el traslado express de cotizantes de los fondos privados a Colpensiones. Según estimaciones de Asofondos, 170.000 personas habrían dejado los fondos privados. ¿Dudamos de que estos 170.000 saben hoy dónde les conviene estar?
La solución estructural y de largo plazo al problema de cobertura del sistema pensional no está en reformas simplistas, ni en privatizaciones o nacionalizaciones, como sugieren algunos extremistas. Está en el crecimiento económico del país y en la generación de empleo.
Claro, aunque son prioritarios, los cambios a nuestro modelo de desarrollo productivo para generar empleo toman tiempo. Mientras tanto puede funcionar la propuesta de un esquema pensional multipilar, con capas que van desde una asistencial hasta una de ahorro individual. Eso sí, que el componente asistencial sea universal y que le otorgue una pensión básica a cualquier colombiano, independientemente de sus cotizaciones o semanas trabajadas. No tendría que ser todo en efectivo, podría ser en servicios para atender las necesidades básicas de nuestros viejos y en los que podemos aprovechar las economías de escala de nueva infraestructura, en salud, por ejemplo.
Las capas no deberían definir la administración pública o privada de los recursos. Dejemos, por ejemplo, que Colpensiones compita con los fondos privados en la capa de ahorro individual. La competencia podría disminuir la tajada de las pensiones de los colombianos que se va en márgenes de intermediación.
* Ph.D. en Economía, University of Massachusetts-Amherst. Profesor asociado de Economía y director de Investigación de la Pontificia Universidad Javeriana (http://www.javeriana.edu.co/blogs/gonzalohernandez/)
Reflexiones al tema pensiones
Twitter: @orregojj
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