domingo, 29 de junio de 2014

Compromisos morales y gobernabilidad

ELTIEMPO.COM,   Rudolf Hommes 28 de junio de 2014

Rudolf Hommes

Es sano que se desarrolle un esquema Gobierno oposición que enseñe a vivir sin unanimidad, con fiscalización y poca 'mermelada'.
Santos ganó con el apoyo de una coalición de matices de centro y de izquierda que no quiere gobernar. En lugar de permanecer unidos para sacar adelante lo que los acercó en esta memorable votación a favor de la paz y en contra de la autocracia, los partidos de oposición y los independientes que apoyaron a Santos e hicieron posible su reelección regresaron inmediatamente a la oposición, sin considerar la opción de colaborar.
Es posible que esto les parezca bien al Presidente y a los jefes de los partidos que pertenecen a su alianza de gobierno.
Es la opción fácil y aparentemente la más barata, pero no es claro que sea lo que más convenga. Preocupa que, por apego a gobernar con mayorías amarradas con favores, se deje pasar una oportunidad de organizar un esquema de cooperación entre el Gobierno y las minorías progresistas, basado en acuerdos programáticos sobre asuntos de interés nacional, como el de la paz, la reforma de la justicia, la elevación de la calidad y de la cobertura educativa, y, en general, el acceso de los grupos marginales y menos favorecidos de la sociedad a los servicios del Estado y a las ventajas de una sociedad moderna en armonía. Se consolidaría con ello un movimiento liberal-socialdemócrata que podría impulsar las transformaciones sociales que hacen falta.
Por el contrario, en vista de que las izquierdas, los ‘verdes’ y los independientes se retiraron a sus respectivas esquinas, el Gobierno se ha mostrado interesado en establecer contactos con los miembros del Partido Conservador que se fueron en pos de un acuerdo de paz diferente (¿imposible?). Varios medios le han hecho barra a esta posibilidad. Aducen que se deben incorporar al proceso de paz los puntos de vista de los que perdieron el 15 de junio. La validez de esos argumentos es dudosa. Daría lugar a que el Gobierno, que ganó con el apoyo de la izquierda, se aliara con facciones de la derecha para gobernar. Esto se puede ver como incumplimiento de un compromiso moral. Tiene sentido buscar fórmulas que tengan un vasto respaldo, pero sin sacrificar la concepción del proceso de paz que tiene el Gobierno. Santos no necesita entregarle el alma al diablo para gobernar. Los partidos que lo acompañaron en su reelección (el Liberal, el de ‘la U’ y Cambio) tienen 92 de 166 representantes en la Cámara, y 47 de 102 senadores, sin contar con la facción leal del Partido Conservador, que aporta 15 senadores y 15 representantes.
Es sano que los conservadores rebeldes crucen el desierto y que se desarrolle un esquema de Gobierno-oposición que enseñe a vivir sin unanimidad, con fiscalización y poca ‘mermelada’. Las leyes que necesitan aprobar para la paz contarían además con votos del Polo, los ‘verdes’ y otros. Ponerle fin a la reelección y alargar el período presidencial tienen un apoyo mayoritario aún más amplio. Alianzas con una o varias minorías pueden sacar adelante la reforma de la justicia y las del sistema educativo.
En las elecciones locales, en particular en la próxima para alcalde de Bogotá, es posible que el candidato de los partidos del Gobierno y de los Progresistas (Rafael Pardo) tenga que llegar a un acuerdo con la candidata del Polo (Clara Eugenia López) para llevar a cabo una consulta previa. Si los dos insisten en ir hasta el final en esas elecciones, el candidato del Centro Democrático les puede ganar con una minoría, como ocurrió con Petro en las pasadas elecciones.
En este caso, la cooperación entre los partidos de centro y los de izquierda va a ser un imperativo. Hace mucha falta la segunda vuelta en las elecciones locales.
RUDOLF HOMMES

1 comentario:

  1. ...MUY INTERESANTE EL ARTÍCULO, QUE ME RECUERDA UNA FRASE QUE EN DÍAS PASADOS SE LA DEJARON AL PRESIDENTE SANTOS:

    ....RECUERDE QUE USTED FUE ELEGIDO CON LOS VOTOS DE LAS BASE POPULAR Y SE ESPERA QUE NO GOBIERNE CON LAS CLASES ALTAS Y ADINERADAS.....YA QUE ELLOS, DIFÍCILMENTE REALIZARÁN LOS CAMBIOS, QUE ESPERAN LOS 47 MILLONES DE COLOMBIANOS...

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