Sobre el radio de tres kilómetros que recorrería la comitiva del archiduque Francisco Fernando para llegar a la inauguración de un hospital se encontraban seis miembros de las milicias radicales serbias. Su misión: asesinar al archiduque.
Eran las 10:00 am del 28 junio de 1914 cuando una procesión de seis carros salía de la estación central de la policía en Sarajevo llevando en medio de la comitiva al archiduque Francisco Fernando, heredero del Imperio austro-húngaro, junto a su esposa Sofía. Sobre el radio de tres kilómetros que recorrerían para llegar a la inauguración de un hospital se encontraban seis miembros de las milicias radicales serbias. Asesinar al archiduque era la misión.
Al pasar por el tercer punto de la emboscada una granada es arrojada, no impacta el carro del archiduque pero sí los dos últimos vehículos, hiriendo a sus tripulantes. De inmediato la comitiva decide dirigirse directamente al hospital. El jefe de Policía cambia la ruta sin avisar oportunamente al conductor del archiduque. Al darse cuenta de su error intenta retroceder el carro, con tan mala suerte que el motor se apaga dándole la oportunidad perfecta a Gravilo Princip, el cuarto miembro del escuadrón suicida, de caminar hasta el carro y disparar su pistola. Impacta el cuello de Francisco y posteriormente aloja otro proyectil en el abdomen de la duquesa, dejándolos heridos de muerte. Quince días después del doble asesinato se daría inicio a la conflagración bélica que dejaría sin vida a más de 17 millones de personas en más de 15 países y a Europa sumida en una aguda difícil crisis económica así como a su geografía fuertemente dividida.
En este especial analizamos cómo fue que el mundo cayó en el abismo profundo de una guerra total, además de las consecuencias para un continente que pocos años después se internaría en un segundo conflicto de grandes proporciones. Así mismo, arrojamos una mirada hacia las guerras de hoy, la lucha contra el terrorismo, y la influencia que la Gran Guerra ejerció sobre varias generaciones de artistas, que incorporaron con más fuerza la desesperanza y la muerte a sus representaciones de la sociedad.
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