La primera Guerra Mundial fue la confluencia de una serie de factores que desataron luchas que acechaban en la sombra a Europa. Una entrevista para entender el conflicto que refundó el mundo moderno.
Para hablar de los pormenores de la Gran Guerra, sus actores y legados, hablamos con Margaret MacMillan*, galardonada historiadora y profesora de la universidad de Oxford y autora de dos compendios sobre la Gran Guerra: La guerra que acabó la paz y París 1919: Seis meses que cambiaron el mundo, obra ganadora del prestigioso Duff Cooper Prize en 2001.
¿Quién era Gravilo Princip, el joven de 19 años que daría inicio a la Primera Guerra Mundial?
Era un personaje fascinante. Venía de una familia de campesinos serbios muy pobres, de una pequeña aldea la cual había sido ocupada por el Imperio austro-húngaro en 1878. Desde chico ese resentimiento por la ocupación de su pueblo Obljaj lo hizo radicalizarse, al punto que fue expulsado de la escuela por iniciar varias revueltas. Escapó a Sarajevo, capital de Austria-Hungría, donde vivía su hermano. Fue allí donde entró a ser parte de las milicias nacionalistas serbias. A sus 16 años terminó recibiendo instrucción militar con Cetnik, grupo terrorista nacionalista serbio, meses antes de unirse a Mlada Bosna (Bosnia Joven), un grupo radical nacionalista. Su misión era suicida, se conoce que una vez le disparó al archiduque, intentó suicidare tomando una cápsula de cianuro, la cual estaba vencida y no funcionó. Terminó muriendo tres años después en la cárcel a causa de tuberculosis. Desde entonces su nombre hace parte de la lista de héroes del pueblo serbio.
¿Fue este asesinato lo que rebosó la copa o se pudo haber evitado el inicio de la guerra?
Hasta entonces, la diplomacia siempre había logrado evitar la guerra. Sólo basta mirar lo que pasó antes de 1914 y la serie de crisis internacionales que se dieron. Las dos crisis de Marruecos, en 1906 y 1911; la crisis en Bosnia, en 1908, en la que se estuvo al borde de la guerra; también en 1911, cuando Italia atacó al imperio Otomano. Incluso en 1912 y 1913 con el conflicto de los Balcanes. La diferencia con el asesinato del archiduque Francisco Fernando fue que por primera vez el Imperio austro-húngaro tenía la excusa perfecta para asegurar el apoyo incondicional de Alemania para atacar a Serbia, aun sabiendo que Rusia entraría a defender este territorio, lo que terminaría internacionalizando el conflicto.
¿Por qué era tan importante para el Imperio austro-húngaro aplastar a Serbia?
Pues Serbia representaba el principal agitador de las distintas nacionalidades que hacían parte del vasto Imperio austro-húngaro. Serbia estaba entrenando a la resistencia eslava, croata y eslovena en territorio del imperio, lo cual era para Austria-Hungría una amenaza constante, ya que tenían problemas similares con los polacos en el Norte y los checos y lituanos en el Este. Serbia representaba el mayor elemento desestabilizador del imperio.
Antes de la guerra, Europa ya estaba dividida en dos grupos de aliados. ¿Cómo eran estas alianzas?
Aunque Europa estaba dividida en dos grupos, algunas alianzas no estaban formalizadas. Francia y Rusia tenían una alianza militar de la cual Inglaterra era amigo y garante. A su vez, Alemania y el Imperio austro-húngaro tenían un tratado de defensa del cual Italia era amigo y colaborador. Sin embargo, todos tenían intereses distintos. Para el Imperio austro-húngaro era asegurar su supervivencia ante el acecho de los distintos nacionalismos dentro de su vasto territorio. Para Alemania, librarse del encierro de estar entre Rusia por el Este y Francia por el Oeste, que estaba al acecho de cobrar venganza por la humillación militar que le habían propinado en 1871. Rusia, por su parte, buscaba controlar la salida al mar Negro y de allí al Mediterráneo, pues esta ruta era vital para su comercio y su apogeo militar y para los británicos era simplemente reafirmar su hegemonía como el imperio más fuerte de la época.
¿Cuáles fueron los factores sociales y culturales que impulsaron el estallido de esta guerra?
Uno de gran importancia fue la revolución de las comunicaciones. La gente del común estaba cada vez más expuesta a la prensa y los periódicos comenzaban a llegar a donde nunca antes lo habían hecho, despertando en los miles de nuevos lectores en toda Europa un sentido de pertenencia y conciencia con lo que ocurría y con sus raíces. Esto fue vital en el ascenso de los sentimientos nacionalistas en toda la región. Por otra parte, el crecimiento de la clase trabajadora, que pedía mejores condiciones y la cual se sublevaba como nunca antes, alentaba el espíritu de protesta en toda la región. Otro de los factores comunes fue el crecimiento del anarquismo y con éste el uso de la violencia como agente de cambio social. Todo esto hizo parte del caldo de cultivo.
¿Qué tan importante fue el expansionismo territorial como dinamizador de este conflicto?
Una vez Alemania dio al Imperio austro-húngaro luz verde de atacar a Serbia luego del asesinato del archiduque, iniciando la guerra en el verano de 1914, los ojos de los actores involucrados se posaron sobre los territorios que estaban en juego para los ganadores del conflicto. Los británicos querían quedarse con colonias alemanas como Camerún, Namibia, Kenia, Ruanda-Urundi y Togo. Los alemanes, expandir su imperio tomándose Bélgica, Holanda, el norte de Francia hasta Ucrania. Francia tenía los ojos puestos en los países del Medio Oriente. El expansionismo fue sin duda un gran combustible para este conflicto.
¿Cuáles fueron los momentos claves de esta conflagración?
Primero, cuando Alemania le entregó un cheque en blanco al imperio Astro-Húngaro para atacar Serbia el 28 de julio de 1914. El segundo, cuando Rusia decidió movilizar su ejército en contra de Alemania, seguido de la invasión germana a Bélgica el 3 de agosto de 1914, hechos que iniciaron el efecto dominó que llevaría a Francia y a los británicos a movilizarse en defensa de sus aliados, terminando de internacionalizar el conflicto. Tercero, la salida de Rusia de la guerra en marzo de 1918 luego de la crisis interna a raíz de la Revolución bolchevique, la cual le dio un respiro temporal a Alemania. Y por último, en enero de 1917, cuando Alemania decidió de forma equivocada bombardear barcos de carga provenientes de países neutrales, incluido Estados Unidos, con destino a los Aliados (Inglaterra, Francia, Rusia, Italia), precipitando la entrada de los Estados Unidos a la guerra en abril de 1917. Este hecho marcaría el comienzo del fin para Alemania.
Son muchos los mitos que se han tejido alrededor del telegrama de Zimmermann, el cual marcaría el ingreso de Estados Unidos a la guerra en 1917. ¿Cuál es su verdadera historia?
Este fue un telegrama interceptado y decodificado por los británicos, en el que Alemania le proponía a México aliarse con ellos para atacar a Estados Unidos y en recompensa les ayudaría a recuperar Texas, Nuevo México y Arizona. Si bien esto logró que Woodrow Wilson consiguiera en el Congreso la declaratoria de guerra en contra de Alemania, mucho se especuló del porqué del espionaje británico a las comunicaciones estadounidense, de por qué se guardaron esa información por varias semanas, pero, sobre todo, por qué el propio Arthur Zimmermann, secretario de relaciones exteriores de Alemania y autor del telegrama, aceptaría la autenticidad del mismo. Se ha hablado de conspiraciones, de los verdaderos intereses del telegrama, hasta de doble espionaje. Lo único que se ha comprobado fue el grave error táctico que cometió Zimmermann al usar una red de comunicaciones vía télex no segura.
¿Qué tan cerca estuvo la revolución rusa de decidir la suerte de la guerra a favor de Alemania?
Muy cerca. Cuando Rusia se retiró de la guerra, en marzo de 1918, con la firma del tratado de Brest-Litovsk, eso significó que gran parte de las tropas alemanas del frente oriental, es decir, las que combatían en Rusia, quedaron libres para dirigirse y atacar en el frente occidental (Bélgica y noreste de Francia), lo cual hubiese llevado a una victoria alemana si no fuera porque para ese preciso momento las tropas estadounidenses por fin desembarcaban en gran volumen sobre esta zona de guerra, dando inicio a la derrota del ejercito alemán.
¿Qué tan grande fue el legado político de esta conflagración?
Inmenso. El siglo XX fue marcado por el desenlace de la Primera Guerra Mundial. El mapa político de Europa cambió por completo, afectando de paso las fronteras en África y Asia. Se crearon 18 países, ocho cambiaron sus fronteras. Significó el fin del Imperio austro-húngaro y el Otomano. Rusia se convirtió en un estado socialista. Alemania se convirtió en una república y perdió territorios. Por otra parte, Estados Unidos emergió como una potencia mundial gracias a la dolarización de la economía mundial, así como por su rol determinante en el fin del conflicto. En lo económico, Europa quedó sumida en un crisis profunda luego de la pérdida de más de 17 millones de personas, una desaceleración de su industria del 40% entre 1914 y 1918, así como un deuda total cercana a los US$338 mil millones.
¿Y en lo militar?
El uso de submarinos, artillería aérea, tanques blindados, armas químicas como gases tóxicos. Herramientas de guerra nunca usadas en esta magnitud.
¿Qué fue lo mejor y lo peor del tratado de Versalles, pacto que marcaría el fin del conflicto?
Lo mejor fue tratar de introducir por primera vez normas y estándares de comportamiento, así como una escala de valores en el escenario internacional para las relaciones entre países. También la Liga de las Naciones, aunque fracasó en su primera instancia, fue el primer antecedente certero de la idea de trabajar mancomunadamente entre naciones por un bien común como la paz y el desarrollo. Esto llevó a propiciar una acción global a favor de mejorar varios aspectos, como las condiciones de los trabajadores, acabar la esclavitud, cerrarle el paso al tráfico de armas, entre otras.
Lo peor fue el cinismo de los vencedores de la guerra a la hora de dividir los territorios que resultaron liberados, pues terminaron disputándose su influencia de la misma forma en que se hacía antes de 1914. Esto causó mucho resentimiento. A su vez, mientras que en el tratado firmado en París en 1919 se firmaba la paz, el revanchismo en contra de Alemania, fustigándoles con una astronómica suma a pagar —cerca de US$31,5 mil millones en reparaciones—, así como las severas sanciones económicas que le siguieron, no contribuyeron en absoluto a un posconflicto en el que la paz y la coexistencia pacífica tuvieran chance.
¿Fue entonces esa una de las claras semillas para la Segunda Guerra Mundial?
No fueron sólo las condiciones en las que se castigó a Alemania en 1919 las que llevaron a la Segunda Guerra Mundial. Fue la continuación del ascenso de los nacionalismos, la ineficacia de la Liga de las Naciones, la crisis económica de 1929, la carrera armamentista. Sin embargo, es claro que Versalles fue utilizada por Hitler como excusa para elevar un discurso revanchista que ayudó al ascenso total del nacional socialismo alemán.
¿Cree usted que las guerras son las grandes dinamizadoras de la historia?
Lamentablemente los hechos lo han demostrado.
*Margaret MacMillan, historiadora y profesora canadiense rectora del St. Antony's College de la Universidad de Oxford, en Inglaterra.
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