sábado, 19 de abril de 2014

Las cosas que (tal vez) no sabías de García Márquez

POR: co.noticias.yahoo.com,  jue, 17 abr 2014

El escritor y periodista Gabriel García Márquez murió este 17 de abril a la edad de 87 años.

Gabo nació en Aracataca, Colombia, el 6 de marzo de 1927, donde fue criado por sus abuelos y tías, pues cuando el tenía cinco años, sus padres se fueron a vivir a otra ciudad para poner un negocio.

Su infancia a lado de sus abuelos, fue lo que marcó el rumbo de su estilo literario.

Su abuelo, el coronel Nicolás Márquez era un veterano de guerra que llenaba los oídos del pequeño Gabriel de historias. Le hablaba de su juventud y de sus batallas, todo aderezado con idas al cine y el circo.

Su abuela, además, se la pasaba contando historias.

Al morir su abuelo en 1936, Gabo se fue a vivir con sus padres.

Otra influencia vital para Gabo fue el profesor de literatura que tuvo en Zipaquirá, entre 1944 y 1946: Carlos Julio Calderón Hermida. En 1955, cuando publicó La hojarasca, Gabo le obsequió a su profesos una copia con la siguiente dedicatoria: “A mi profesor Carlos Julio Calderón Hermida, a quien se le metió en la cabeza esa vaina de que yo escribiera”.

“No me ordenaba a una tarea, sino que me aconsejaba una lectura que no podía faltar en alguien que quisiera ser escritor”, escribió García Márquez en Vivir para contarla.

En 1947, presionado por sus padres, se trasladó a Bogotá a estudiar derecho en la Universidad Nacional, mientras estudiaba logró publicar su primer cuento el 13 de septiembre de 1947, La tercera resignación, en el suplemento Fin de Semana, nº 80, de El Espectador. A las pocas semanas apareció un segundo cuento: Eva está dentro de un gato.

En la Universidad Nacional permaneció sólo hasta el 9 de abril de 1948, pues, a consecuencia del “disturbios sociales la universidad cerró indefinidamente.

Ese mismo año, García Márquez consiguió una columna diaria en el recién fundado periódico El Universal en Cartagena.

Debido a una neumonía que le obligó a recluirse en Sucre, cambió su trabajo en El Universal por una columna diaria en El Heraldo de Barranquilla, que apareció a partir de enero de 1950 bajo el encabezado de “La girafa” y firmada por “Septimus”.

También fue la época en que vivía en pensiones como El Rascacielos, un edificio de cuatro pisos que alojaba también un prostíbulo. A veces, Gabo no tenía dinero ni para pagar la noche y entonces le daba al encargado los manuscritos de La hojarasca: “Quédate con estos mamotretos, que valen más que la vida mía. Por la mañana te traigo plata y me los devuelves“, le decía.

La hojarasca en principio se iba a llamar La casa. Cuando llegó al pueblo en el que se había criado se dio cuenta que su pueblo no era el mismo que el de su niñez, cambió el nombre y el rumbo de la novela; es la primera vez que menciona a Macondo en lugar de Aracataca, en honor a los corpulentos árboles de la región.

Cuatro años estuvo ausente de Colombia. Vivió una larga temporada en París, y recorrió Polonia y Hungría, la República Democrática Alemana, Checoslovaquia y la Unión Soviética en precarias condiciones económicas.

Es en este lapso que escribe El coronel no tiene quien le escriba yLa mala hora. Su mala situación económica se refleja en El coronel, donde se relata la desesperanza de un viejo oficial de la guerra de los Mil Días (al igual que su abuelo) aguardando la carta oficial que había de anunciarle la pensión de retiro a que tiene derecho.

En 1960 vivió seis meses en Cuba y al año siguiente fue trasladado a Nueva York; tras su estadía en Estados Unidos, el gobierno de ese país le negó la visa, argumentando que estaba afiliado al partido comunista. Sólo en 1971, cuando la Universidad de Columbia le otorgó el título de doctor honoris causa, le dieron un visa condicionada.

Después de recorrer el sur de Estados Unidos se fue a vivir a México.


Su amistad con Castro

García Márquez no ha tenido empacho en demostrar su apoyo permanente a la Revolución Cubana y a Fidel Castro, la defensa del régimen socialista y su rechazo al bloqueo norteamericano.

Es uno de los amigos entrañables del líder de la revolución Fidel Castro:


Cien años de soledad

Un día de 1966 en que se dirigía desde Ciudad de México a Acapulco, García Márquez tuvo la repentina visión de la novela que durante 17 años venía dándole vueltas en la cabeza: Cien años de soledad.

Para Cien años de soledad se sentó a la máquina durante 18 meses seguidos al menos ocho horas diarias; la novela apareció en 1967 y ha sido traducida a más de 30 idiomas.

“Es la mejor novela que se ha escrito en castellano después del Quijote”, dijo Pablo Neruda sobre esta obra.

El Nobel

En la madrugada del 21 de octubre de 1982, García Márquez recibió en México la noticia del premio Nobel de Literatura.

Se encontraba exiliado en México, pues el 26 de marzo de 1981 había tenido que salir de Colombia, porque el ejército colombiano quería detenerlo por una supuesta vinculación con el movimiento 19 de abril, un movimiento guerrillero colombiano nacido a raíz de un presunto fraude electoral en las elecciones presidenciales del 19 de abril de 1970.

García Márquez disputó el galardón con Graham Greene y Gunther Grass.

Acudió a la entrega del premio vestido con un liquiliqui de lino blanco, por ser el traje que usó su abuelo y que usaban los coroneles de las guerras civiles. Leyó el discurso “La soledad de América Latina”, con el que intentó romper los estereotipos de Europa sobre Latinoamérica.

Aquí el discurso:




Con motivo de la entrega del Nobel, el gobierno colombiano emitió sellos postales con la efigie de García Márquez. A propósito de la cual el Nobel colombiano expresó: “El sueño de mi vida es que esta estampilla sólo lleve cartas de amor”.


Las mujeres de García Márquez

Su madre
Luisa Santiaga Márquez. Aunque sus padres no estuvieron presentes en su niñez, su historia romántica inspiró a García Márquez a escribir El amor en los tiempos del cólera.

Su abuela
Tranquilina Iguarán. Se la pasaba contando historias y leyendas. Creía en los sueños y, con base en ellos, tomaba decisiones familiares.

El personaje de Úrsula Iguarán en Cien años de soledad está inspirado en su abuela.

Su tía

Francisca. Esta mujer tejió el propio pañuelo con el que se quitó la vida.

La maestra que lo enseñó a escribir

Rosa Elena Fergusson fue la maestra de Gabo en el colegio Montessori de Aracataca y quien lo enseñó a escribir. Fue el primer amor de García Márquez.

“La Gaba”

Corría 1958 cuando García Márquez se casó en Barranquilla con Mercedes Barcha, “La Gaba”, como le dicen sus amigos cercanos.

En los albores de la década de los cincuenta, en una época de crisis económica, García Márquez tuvo que viajar a París. Durante este tiempo mantuvo una relación a distancia con Mercedes a través de cartas. Su cuarto en París estaba adornado con una foto de ella. Más tarde, Márquez se instaló en Venezuela; en un arranque, viajó hasta Barranquilla para darle el sí a Mercedes. La pareja se casó el 21 de marzo de 1958.

Dicen que ella consiguió el dinero para enviar los textos originales de Cien años de soledad hasta Buenos Aires, la última parada antes de ser publicado. Con el tiempo, Mercedes fue una especie de relacionista que contribuyó a la amistad de Gabo con personajes de la talla de Fidel Castro. “Fidel se fía de Mercedes aún más que de mí”, afirmó el autor colombiano.

Tienen dos hijos: Rodrigo y Gonzalo.

Su esposa Mercedes Barcha siempre ha colocado un ramo de rosas amarillas en su mesa de trabajo, flores que García Márquez considera de buena suerte.

Su literatura hoy

Fue hasta 2002 que García Márquez volvió a publicar, al presentar la primera parte de sus memorias, Vivir para contarla, en la que repasa los primeros treinta años de su vida.
Dos años después. vio la luz Memorias de mis putas tristes. La novela narra en primera persona la historia de un anciano y su enamoramiento de una adolescente.

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