Los empleados tendrían una de cuatro opciones a escoger si no reúnen las 1.300 semanas.
Miles de afiliados al sistema de pensiones que, habiendo cumplido la edad requerida, no logren reunir las 1.300 semanas necesarias para jubilarse tendrían la posibilidad de echar mano de una de cuatro opciones para conseguirlas.
Así está contemplado en el proyecto de reforma pensional elaborado por el Gobierno en el que se recogen algunas propuestas de Asofondos para flexibilizar el cumplimiento del requisito de semanas y pensionarse con una mesada mínima.
De un promedio de 158.650 trabajadores que solicitan cada año la pensión en el Régimen de Prima Media (RPM), equivalentes al 52 por ciento del total de la población en edad de jubilarse, 90.431 son rechazados.
La flexibilización propuesta está pensada para una porción de este grupo “con el fin de facilitar el cumplimiento de las semanas de cotización necesarias para obtener el reconocimiento del factor fijo del pilar RPM que forma parte de la pensión de vejez…”, señala un artículo.
Así, si un afiliado llega a la edad de pensionarse y le faltan menos de 200 semanas de aportes, puede seguir cotizando; y por cada año cotizado el sistema le reconocerá 14 semanas adicionales.
Si ha cotizado no menos de 1.000 semanas, puede hacer un único pago por las que le faltan y acceder a la pensión.
Si el afiliado del caso anterior no tiene dichos recursos, puede pignorar la pensión en favor de una entidad crediticia vigilada por la Superintendencia Financiera para que le conceda un préstamo y pagar las semanas faltantes.
El proyecto contempla que si una mujer al cumplir 57 años no tiene las semanas exigidas se le abonarán 50 semanas por cada hijo que haya vivido más de un año y la madre no haya perdido la patria potestad.
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