POR: elheraldo.co
En esta foto tomada en julio de 2004, aparece Álvaro Uribe en la instalación del Congreso. Ahora volverá como senador.
El próximo 20 de julio el expresidente Álvaro Uribe asumiría como senador de la República. EL HERALDO consultó a constitucionalistas, partidarios y detractores para resolver las dudas que genera este primer caso en el país.
El próximo 20 de julio se posesionarán los congresistas elegidos el pasado 9 de marzo. Causa curiosidad el hecho de tener por primera vez a un expresidente como senador. Sobre todo, a uno como Álvaro Uribe Vélez, polémico y opositor al Gobierno de Juan Manuel Santos.
El hecho desencadena varias preguntas: ¿qué pasará con su fuero presidencial?, ¿qué sueldo va a recibir: el de exmandatario o el de congresista? Y, finalmente, ¿qué es lo que va a hacer al Parlamento?
EL HERALDO consultó al expresidente de la Corte Constitucional, José Gregorio Hernández; al secretario general del Senado, Gregorio Eljach; al experto constitucionalista Juan Manuel Charry; al presidente de Fedegán, el samario y uribista José Félix Lafaurie, y al senador del Polo Democrático y férreo opositor del expresidente, Iván Cepeda.
$25 o $24 millones. Sobre el salario que cobrará desde el 20 de julio el exjefe de Estado, el secretario general del Senado explica que “en Colombia existe un principio constitucional que no permite que un servidor público, como un senador, devengue simultáneamente dos ingresos de origen del Estado, de tal manera que él tendrá que escoger si sigue recibiendo su pensión presidencial o recibe el salario del Congreso”.
Al respecto, el expresidente de la Constitucional considera que “probablemente lo que más le convenga al expresidente Uribe es seguir recibiendo su pensión como expresidente”.
Como se sabe, la pensión de Uribe es de más de 25 millones de pesos y es la más alta de los exmandatarios colombianos; mientras que el sueldo de un senador es de más de 24 millones de pesos sin los descuentos de rigor.
Mutis por el fuero
Ante los señalamientos que hay en contra de Uribe, por supuesta conformación de grupos paramilitares cuando fue gobernador de Antioquia, o por su presunta responsabilidad como jefe de Estado y abanderado de la Seguridad Democrática cuando se incrementaron los ‘falsos positivos’ o por ser la posible cabeza de las ‘chuzadas’ del DAS –sin que hasta ahora ninguno haya prosperado-, salta el interrogante de si su juez natural, como expresidente, seguirá siendo la muy desprestigiada Comisión de Acusaciones de la Cámara.
“Yo soy de la opinión de que Uribe, al momento en que se posesione como senador, va a tener dos fueros: el parlamentario a partir del momento de la posesión hacia el futuro por los actos que sean investigables en razón de su investidura o durante el tiempo en que ejerza desde el Congreso; y el otro, hacia el pasado, en el que los hechos serán juzgados bajo el fuero presidencial”, indica el constitucionalista Charry.
José Gregorio Hernández, a su vez, tiene “la concepción de que a la luz de la Carta Política, el expresidente Uribe, no por el hecho de posesionarse como senador, vaya a perder la inmunidad que le corresponde como presidente. A mi juicio, el doctor Uribe no pierde su fuero respecto de los hechos que hayan tenido lugar cuando ejerció la Presidencia, y por esos hechos siempre podrá la Cámara iniciarle un proceso y el Senado será quien dicte el fallo, y cuando se posesione como senador, en cuanto a los hechos que ocurran mientras sea senador, tendrá el fuero propio de los congresistas, es decir, que lo podrá juzgar la Corte Suprema”.
Agrega el expresidente del alto tribunal que en cuanto a los hechos anteriores, por ejemplo los que según las denuncias habría cometido cuando fue gobernador de Antioquia, “desde luego que respecto de ello no goza de fuero como expresidente sino como gobernador, y entonces tendría el fuero propio de los gobernadores, que es ante la Corte Suprema, previa acusación del fiscal general”.
Charry resalta, al margen, que “una cosa que hay que tener presente es que los fueros no se predican de la persona sino de la institución, es decir, el fuero lo que pretende es proteger la institución presidencial o del Congreso, y debe interpretarse desde esa óptica”.
Charry resalta, al margen, que “una cosa que hay que tener presente es que los fueros no se predican de la persona sino de la institución, es decir, el fuero lo que pretende es proteger la institución presidencial o del Congreso, y debe interpretarse desde esa óptica”.
Un expresidente peculiar
No está contemplado ni en la Constitución ni en los libros el hecho de que en Colombia un exmandatario se haga elegir como legislador, por lo que no hay nada establecido al respecto de cómo deben o no deben aplicarse algunos asuntos jurídicos y técnicos en este tema.
De hecho, Charry señala que “es una novedad y es muy peculiar, porque los expresidentes no suelen ser senadores”.
Entre tanto, Hernández dice que este hecho no tiene antecedentes en el país “por lo menos en cuanto al siglo XX. Todos los presidentes, después del plebiscito de 1957, se han retirado para ejercer como expresidentes y dejan sus memorias o dan sus opiniones, pero no han aspirado a un cargo de elección popular. Alfonso López Michelsen y Carlos Lleras Restrepo aspiraron a la reelección, pero ambos fueron derrotados”.
“Espero poder cuestionarlo”
El senador Cepeda, ante las suspicacias que han surgido en torno a la posesión o no de Uribe el 20 de julio, espera que el exjefe de Estado sí lo haga “para que podamos tener debates sobre los temas más importantes del país y también para que pueda yo cuestionarlo sobre muchos aspectos de su vida política frente a los cuales él tiene una gran deuda en materia de explicaciones al país”.
Acerca de la labor que cumplirá el exmandatario en el Capitolio, recuerda que “en su campaña dijo que se va a oponer al proceso de paz con las Farc y seguramente también al que se abrirá con el ELN, y por supuesto allí va a encontrar una firme oposición nuestra”.
“Uribe es un hombre de bien”
El presidente de Fedegán afirma no tener duda de su posesión, “como tampoco tengo duda de que será un punto de referencia en el Congreso, porque no va simplemente para contestar lista, como hacen buena parte de los parlamentarios, sino a hacer lo que se debe en el foro natural de debate. Y el nivel de control político que ejercerá, pero al mismo tiempo el nivel de control sobre la gestión que va a hacer, le restablecerá al Congreso, tan venido a menos, la dignidad y el equilibrio con los otros poderes públicos”.
Frente a la pérdida de su inmunidad presidencial, Lafaurie asevera que “Uribe es un hombre de bien y va al Congreso a seguir haciendo lo que ha hecho a lo largo de su trayectoria política. Él no es ningún delincuente y, por consiguiente, la inmunidad no es un tema que lo trasnoche. Y, por otro lado, no creo ese cuento de que los detractores se van a aprovechar de él para cuestionarlo: que se atengan, porque ese es un titán y van a tener un combatiente en el manejo de los temas públicos”.
POR:
TOMÁS BETÍN DEL RÍO
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