Adriana Carolina Leal Acosta
La cartera indicó que es necesario buscar nuevos recursos
del orden de 2% del PIB para que en 2022 se pueda volver a la senda de
cumplimiento del déficit.
Aunque
este año no se tramitará una nueva reforma tributaria, tal y como lo había
asegurado el presidente Iván Duque, lo más seguro es que esto deba suceder en
2021, pues, según el Ministerio de Hacienda para poder cumplir con las metas
establecidas en el Marco Fiscal de Mediano Plazo, presentado ayer, será
necesario modificar el marco tributario del país.
Específicamente,
el viceministro Técnico de la cartera, Juan Pablo Zárate, señaló que “el
cumplimiento de las metas de déficit de la Regla Fiscal en 2022 requieren la
realización de una reforma fiscal de al menos 2% del PIB”.
Para lo
cual, posiblemente se eliminarían numerosas exenciones de las que hoy gozan las
empresas, pues en los próximos meses la ya nombrada Comisión Tributaria se
encargará de revisar cada uno de estos beneficios para así emitir un concepto
que serviría de insumo para la tercera tributaria de esta administración, pues
ya se habían presentado las leyes de Financiamiento y Crecimiento.
Con esto
se buscará acortar la brecha entre los ingresos y los gastos de la Nación, la
cual se generó a causa de la atención de la pandemia este año.
La crisis
del covid-19, específicamente, ocasionó que este año se hicieran cuatro
modificaciones a la meta de déficit fiscal, que empezó 2020 esperando cerrar el
año en -2,2%; luego, el 16 de abril, el Comité Consultivo de la Regla Fiscal
autorizó cambiar la previsión a -4,9%; más adelante, el 4 de mayo, se cambió a
-6,1% y el 15 de mayo se recomendó suspender la norma que rige desde 2011 y que
apuntaba a que en 2022 la cifra llegara a -1%.
Así, ya
en el Marco Fiscal de Mediano Plazo, y pese a que se suspendió el cumplimiento
de la Regla Fiscal, se estipuló que la meta para este año será de -8,2%, la más
amplia de la historia.
Además,
se estipuló que la misma meta para 2021 será de -5,1% y luego, en 2022, de
-2,5% para que, de manera gradual, se alcance la meta de -1% del PIB, aunque no
da claridad en qué año se espera que suceda esto.
En cuanto
a la composición del déficit de este año, se especificó que está compuesto de
la siguiente manera: por un lado, está -2,2% que ya se tenía previsto para 2020
desde el año pasado; además, se tiene en cuenta un cambio de -0,2% del PIB
nominal; también se computa un menor ingreso tributario petrolero previsto en
-0,3%; a lo que se suma una caída en los tributos no petroleros de -0,7% y un
incremento del gasto público, por cuenta de la pandemia, de -2,7% del PIB. Así
las cosas, el déficit esperado llega a la cifra de -8,2%, cercano a lo previsto
por los analistas.
Cabe
resaltar que la pandemia, financiada a través de los recursos del denominado
‘Fome’ comprometen recursos del orden de 2,5% del PIB, lo cual, visto de manera
desagregada, corresponde a: 0,8% por las medidas para la atención de salud;
0,9% por los subsidios que se están dando a la población vulnerable, y 0,8% por
cuenta de los desembolsos para proteger el empleo, como es el caso del subsidio
de nómina.
“Estas
medidas son esenciales para enfrentar la pandemia. No llevar a cabo el gasto
requerido podría comprometer la estabilidad macroeconómica”, señaló Zárate.
Ahora
bien, el Minhacienda ratificó su previsión de caída del PIB para 2020 en -5,5%,
pero señaló que esperan que en 2021 el crecimiento sea de 6,6%.
“Al
prever que este año el PIB cerrará en -5,5% y
en 2021 crecerá a 6,6%, estaríamos ligeramente por encima del crecimiento que
hubo en 2019 (3,3%) y estaríamos cerca de siete puntos por debajo de lo que
estábamos pensando en el Plan Financiero presentado en febrero. Entonces,
estamos aceptando que la pandemia va a tener un impacto importante”, aseveró
Zárate.
“Las
metas de déficit fiscal están en línea con nuestras expectativas. El
crecimiento de 2021 de 6,6% luce algo optimista, nosotros estamos en un rango
de 3,5% a 4,4%. La necesidad de una reforma tributaria el próximo año es
evidente, así que me parece lo responsable y necesario que el Ministerio vaya
allanando el camino para eso”, señaló Luis Fernando Mejía, director de
Fedesarrollo. Ahora bien, el viceministro General de Hacienda y ministro encargado,
Luis Alberto Londoño, señaló que la nueva reforma fiscal se tramitará una vez
pase la pandemia, pues solo ahí se conocerá realmente qué es lo que se
necesita.
Por otro
lado, el Gobierno espera que en el año el barril de petróleo Brent esté en un
promedio entre US$35 y US$40, y que el dólar esté “ligeramente por debajo” de
$4.000.
En cuanto
a la deuda, un factor que preocupa, se espera que este año sea de 58,6% del
PIB, pues el límite de endeudamiento del país es de 60%. En 2021
el déficit en cuenta corriente se corregiría hasta 3,7% del PIB.
Si bien
el déficit en cuenta corriente para 2020 será de -4,8% del PIB, para 2021 este
se corregirá o disminuirá a -3,7% por mayores precios en los commodities, y
porque se prevé un aumento de la inversión extranjera directa, la cual
financiará el déficit. Las cuentas de este año apuntan a que la caída en las
importaciones tendrá un gran peso de (-14,3%) dentro de lo que compone al
déficit. Para 2021, año en el que disminuiría el déficit por cuenta del
estartazo de la economía, los ingresos fiscales crecerían 12%.
Presentación del Marco Fiscal de mediano Plazo 2020
Reflexiones al tema pensiones
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