jueves, 5 de diciembre de 2019

A propósito de la jubilación


eltiempo.com/, 04 de diciembre 2019 



Fernando Sánchez Torres

La jubilación es un disfavor para quienes la reciben y no saben o no pueden ocuparse de algo útil. 
No obstante que los expertos consideran indispensable hacer una reforma pensional, todo hace suponer que este tema no irá a ser tocado en un futuro cercano, menos aún cuando tal reforma estaría basada en un aumento de la edad de jubilación. Para aquellos, si no se tiene en cuenta este requisito, de nada serviría introducir cambios a lo existente. El presidente Iván Duque prometió en campaña no abordar ese asunto.

Sin meterme en los intríngulis de tan delicada decisión, voy a hacer algunos comentarios acerca de las consecuencias que desde el punto de visto médico (por lo menos del mío) apareja la edad de ingreso a la cofradía de los pensionados, de la cual soy miembro.

Para efectos demográficos y de salud, se considera que ‘anciano’ es el individuo que tiene más de 60 años. Dado que la palabra ‘anciano’ tiene connotaciones desfavorables, es lógico que los empleadores tiendan a prescindir de sus trabajadores cuando alcanzan esa cúspide etaria, es decir, cuando han llegado a la tercera edad.

Entre nosotros, laboralmente la edad de jubilación es de 57 años para la mujer y de 62 para el hombre. Pero sucede que, en el mundo actual, el ser humano ha alcanzado una expectativa de vida que supera con creces esos límites, casi siempre en magnífico estado de salud. Con razón se habla hoy de ‘la cuarta edad’ para significar que a los de la tercera no debe encasillárselos en el grupo de los viejos.

En verdad, la mayoría de los ancianos disfrutan hoy de cabal salud, vale decir que no son discapacitados, que no tienen disminución temporal o permanente de la capacidad funcional, biológica, psicológica o social que les impida desempeñar sus actividades cotidianas en forma útil e independiente.

Alcanzar el límite de edad para la jubilación es relativamente fácil. Por eso, desde el punto de vista cuantitativo, la población de jubilados es hoy un fenómeno, además de progresivo, preocupante. El ingreso al grupo de los pensionados es, para muchos, la culminación de una de sus grandes aspiraciones: tener un estipendio fijo, ojalá jugoso, sin hacer nada, y cuanto más pronto, mejor.

Esto, que desprevenidamente parece ser una situación ventajosa, se convierte en un lastre cuando el individuo no se ha preparado para vivir esa etapa de la existencia. Si el jubilado goza aún de aceptable salud y sabe desempeñarse en alguna actividad con demanda en el mercado laboral, probablemente hará rentable el tiempo libre de que disponga. Pero si no sabe hacer nada distinto a lo que siempre hizo, y es muy competido, va a atravesar un período difícil de su vida: el de inactivo sano. Grave cosa es tener tiempo libre y no saber qué hacer con él. Se quedará el día entero viendo televisión, navegando en internet o mirando a través de una ventana.

Este no hacer nada, descansar de corrido, pareciera una gran conquista laboral. Así lo interpretan los sindicalistas, pues siempre pugnan por reducir, hasta donde sea posible, la edad de jubilación. Sin embargo, esta puede llegar a constituirse en un morbo emocional, con graves repercusiones somáticas. Voltaire decía: “No estar ocupado y no existir es lo mismo. Si no queréis suicidaros, procurad tener siempre algo que hacer”.

La jubilación, en especial cuando se comienza a disfrutar tempranamente, más que un beneficio es un disfavor para quienes la reciben y no saben o no pueden ocuparse de algo útil, productivo. Se convierte en una conquista laboral de doble filo, pues al tiempo que se sustrae al empleado o trabajador de la sartén del laborío, se lo lanza al fuego de la desocupación, lo cual puede derivar en un síndrome ominoso caracterizado por estados depresivos o ataques cardiacos. Algunas asociaciones de pensionados han entendido el problema y se ingenian la manera de tener ocupados a sus socios en actividades culturales, que no producen dinero pero que entretienen la mente y hacen gratificante la condición de jubilados.


Reflexiones al tema pensiones


No hay comentarios:

Publicar un comentario