domingo, 3 de febrero de 2019

Reforma pensional: ¿inaplazable o nos esperamos otro ratico?

 portafolio.co
OTROS COLUMNISTAS,   
FEBRERO 03 DE 2019


Ojalá todos tengamos la valentía de discutir lo importante, en beneficio del país.

La Ministra de Trabajo, Alicia Arango, manifestó hace algunos días que el Gobierno Nacional quiere hacer una reforma estructural al sistema de pensiones, es decir, una reforma “bien hecha”. Una situación que aplazaría su presentación al Congreso de la República para marzo del año entrante. Por su parte, Alberto Carrasquilla, jefe de la cartera de Hacienda expresó que dicho proceso podrá ser adelantado en julio de 2019. 
No deja de sorprender que los ministerios de Trabajo y Hacienda no estén remando conjuntamente y se hayan planteado plazos muy diferentes. Más aún, cuando la ministra Arango manifestó abiertamente que no se ha adelantado nada al respecto. Rescato ampliamente su honestidad.

Por su parte, en Hacienda tienen algunas ideas claras sobre lo que el país necesita. Hoy el sistema pensional tiene bastantes oportunidades de mejora, casi todos con un impacto directo sobre las finanzas estatales. Conclusión: seguimos sin tener claro el ‘cómo’ debemos reformarlo.

Los técnicos se sorprenden al escuchar las 4 premisas que la ministra Arango recalcó en sus entrevistas a medios. De cumplirse, la reforma podrá ser drástica pero no estructural, lo que va en contravía de las recomendaciones que se han dado desde hace casi una década. Esto si se tiene en cuenta que el gasto en pensiones compromete un 4% del PIB del país y casi un 10% del Presupuesto General. 

Es una reestructuración que debe contemplar diferentes aspectos a profundidad, más aún cuando el sistema tan solo beneficia al 20% de la población mayor a 65 años de mayores ingresos y no a quienes realmente necesitan ayuda. Una reforma pensional requiere de mucho capital político. Después de la tropezada Ley de Financiamiento, el Gobierno Nacional tiene un reto difícil para asegurar que el proyecto de reforma salga adelante. 

El gran problema de su aplazamiento es la alta probabilidad de que en el año 2020 haya poca capacidad de maniobra y simplemente no tengamos una reforma estructural, sino paños de agua tibia a una situación que empeora diariamente. Las calificadoras de riesgo castigaron a Brasil por su incapacidad de gestionar una reforma pensional, precisamente porque gastan mucho en pagar pensiones. Esperemos no nos pase lo mismo a nosotros. 

Lo positivo de “esperar un ratico” es que existe la posibilidad de formar una mesa técnica que convoque los diferentes sectores y no solo una parte de los grupos de interés del mercado de pensiones. 

Por su parte, el aplazamiento genera también algunos obstáculos: poner de acuerdo a los técnicos y políticos es una tarea que no augura buenos resultados, pues los primeros como muy bien lo ha manifestado Carrasquilla, no hacen cálculos políticos. Los segundos, saben perfectamente lo que pueden conseguir, así no sea lo más conveniente para el país. 

Si el populismo es per se malo, sería garrafal para todos que se hiciera a través de un tema de tan alta relevancia para el país como son las pensiones.

Ahora bien, la reforma pensional para ser estructural debe contemplar diferentes aspectos: 

1. Hacer un sistema integral de protección a la vejez. No solo eliminar la competencia entre lo público y privado que solo beneficia hoy una porción menor de la población, sino trabajar en que los programas de Beneficios económicos Periódicos (BEPS) y Adulto Mayor sean más efectivos. 

2. Direccionar los subsidios que hacemos a los más necesitados, ya que el 80% de la población adulto mayor es vulnerable y sin protección alguna. Si vamos a gastar, que dicho gasto sea focalizado e inteligente. 

3. Replantear el beneficio pensional, el cual se deberá ajustar a la estructura de población que tenemos. Hoy, el grueso de los trabajadores del país se encuentran en el rango de 1 y 2 salarios mínimos. 

4. Replantearse la edad del retiro y contemplar edades de pensión que se ajusten a Colombia. Hay una verdad, y es que todos los colombianos vivimos y viviremos por más tiempo. Si no afrontamos esta situación la pensión será impagable y el sistema insostenible. 

5. Propiciar el ahorro, sin importar si el sistema es público o privado. Debe estar sentado en un esquema que permita ahorrar para el futuro y por lo mismo, abrir la discusión sobre los costos de administración, las opciones de inversión, la eficiencia de quienes lo operen y nuevas alternativas.

6. El seguro previsional que contempla coberturas por invalidez y muerte. Un tema al que no se le presta la atención necesaria. 

7. El famoso sistema multipilar. Este se debe ajustar a la realidad colombiana, garantizando una correcta división entre lo que sería el pilar solidario y el pilar de ahorro pensional. 

8. El rol de la empresa. No se trata sólo de pagar contribuciones sino ¿qué pueden hacer para que los empleados puedan tener mejores pensiones? Esto redundando en el beneficio de la propia organización.

9. El camino que debe seguirse para la Reforma Estructural. Muchos aspectos requieren que hagamos incluso reformas constitucionales que garantice lo técnico y fundamental.
Una reforma pensional bien hecha es inaplazable. Ojalá el ratico que nos brindó la ministra Arango al anunciar la mesa técnica, nos sirva para que todos los sectores tengamos la valentía de discutir lo importante, pensando en el beneficio para el país y todos los colombianos.

David Cuervo
Director de Wealth de Mercer


Reflexiones al tema pensiones

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