Comienza el nuevo año
con lo acostumbrado, alza del salario mínimo y del auxilio de transporte, nueva
vigencia fiscal, e incremento del precio de la canasta familiar, de las tarifas
de los tributos y del costo de vida en general, como si fuera una inevitable
dinámica de crecimiento proporcional, entre el ingreso y el costo del
beneficio. También, aparecen las expectativas de ciertos sectores de la
sociedad para que disminuyan los requisitos exigidos para adquirir ciertos
derechos.
Lo anterior se
materializa en las pensiones en Colombia, ya que los ciudadanos esperan que la
edad de jubilación deje de aumentar, y el monto de la pensión incremente. No
obstante, las condiciones económicas del país no resultan favorables, así lo
afirma, el director de la Anif, Sergio Clavijo, quien dice que la reforma
pensional que se implemente deberá incrementar la edad de jubilación – 67 años
para hombres y 62 para mujeres – y reducir el monto promedio de pensión.
Dicha reforma tendería
a la supresión del Régimen Solidario de Prima Media con Prestación Definida y
al incremento del porcentaje de cotización, ya que, al parecer, el esquema que
maneja dicho régimen – administrado por Colpensiones – no resulta efectivo, ya
que tiene como protagonista a un fondo común de naturaleza pública, que
progresivamente está careciendo de recursos para abastecer las necesidades de
la tercera edad.
Así es, urge una
reforma pensional que reorganice la dinámica del fondo de naturaleza pública,
redefina el concepto del principio de solidaridad y su preponderancia en
sociedades como la nuestra, y recobre la confianza que suponía antes el ahorro
para la vejez. Tal reforma tendrá que promocionar la optimización
institucional, lo cual, bien lograría la administración de los recursos
privados otorgados por los contribuyentes, y oxigenaría el proceso de
consecución de la pensión.
Sin embargo, la
reforma tendrá que esperar, ya que seguramente el poder legislativo saliente
delegará la tarea bien sea al oficialismo o a la oposición, dependiendo de cuál
se imponga en las próximas elecciones. No tendría sentido una reestructuración
próxima al sistema pensional, puesto que la misma correría el riesgo de no
perdurar, dependiendo del sector político que resulte ganador en las
mencionadas elecciones. La reforma pensional supondrá un reto definitivo, en el
que se pondrá a prueba la capacidad de articulación y cooperación de las
instituciones estatales, para el mejoramiento de las pensiones en el país.
Reflexiones al tema pensiones
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